Relato: Eva y su familia





Relato: Eva y su familia

EVA Y SU FAMILIA



Eva y yo



Desde los 10 a�os, y de eso hac�a ya 8, volv�a del colegio
todos los d�as acompa�ado de Eva. Viv�amos en el mismo barrio, yo un poco m�s
all�. Era una zona residencial llena de casas de alto standing, un barrio
adinerado. Cada d�a la acompa�aba a casa, y antes despedirnos y proseguir yo mi
camino solo, sol�amos charlar un rato. Nos hab�amos hecho grandes amigos a base
de compartir las experiencias de la adolescencia.


No hab�amos ido nunca m�s all� de nuestra propia amistad. Eva
se hab�a convertido en mi confidente, y en cierto modo, yo en el suyo. Y digo en
cierto modo porque, a pesar de la confianza, ella hab�a mantenido siempre un
gran secreto, un secreto que yo ya hab�a dado por perdido: dec�a estar locamente
enamorada de un chico muy especial al que nunca daba nombre. Durante un tiempo
insist�, pero finalmente asum� que no conseguir�a saberlo y acept� el
desequilibrio que ello supon�a en nuestra amistad: ella hab�a conocido cada uno
de mis amores, desde aquellos que se materializaron en alguna forma de relaci�n
hasta mis amores imposibles. A pesar de ello segu�a manteni�ndole un gran
cari�o, valoraba su amistad por encima de todo; incluso por encima de la
atracci�n que sent�a por ella.


Yo podr�a haberme enamorado de Eva en cualquier momento de no
saber que ella estaba enamorada de otro chico. El miedo a perder su amistad en
caso de haberle declarado mi amor hac�a que ni siquiera me lo hubiera planteado.


A lo largo de esos 8 a�os hab�a pasado de ser una ni�a
delgaducha con coletas, durante un tiempo con ortodoncia, a convertirse en una
morenaza impresionante. Era terriblemente guapa. Su pelo largo y liso escond�a
casi siempre su cara. Ten�a los ojos negros y una mirada t�mida. Cuando me
sonre�a ten�a que apartar la mirada por miedo a sucumbir ante ella y olvidar el
respeto que sent�a por nuestra amistad. Alta y delgada, se hab�a empe�ado en no
sacar partido de sus formas: siempre vest�a discreta con ropas anchas, aunque
ten�a un cuerpo que le hubiera permitido hacer perder la cabeza a cualquiera.
Pero ella era as�: t�mida y discreta; dulce y muy rom�ntica.




La familia de Eva



La de Eva era una familia at�pica. Su madre hab�a muerto en
accidente de tr�fico cuando ella ten�a ocho a�os. Su padre, Antonio, se hab�a
casado dos a�os despu�s con Kristy, la que era su secretaria.


Antonio hab�a cumplido ya los cincuenta. Era un hombre alto y
delgado. Moreno y con unas entradas prominentes. Trabajaba como director
comercial de la delegaci�n en Espa�a de una gran empresa automovil�stica sueca.
Viajaba mucho, sobre todo a Suecia. All� fue donde conoci� a Kristy, su segunda
mujer.


Kristy era una mujer de treinta y nueve a�os bien llevados.
Conoci� a Antonio en Suecia cuando ten�a 28 a�os. Inici� una relaci�n con �l
cuando todav�a estaba casado. Al poco tiempo se vino a Espa�a como su
secretaria. La relaci�n se manten�a. Cuando muri� su mujer y se casaron dej� el
trabajo de secretaria. Antonio le financi� la apertura de un sal�n de belleza
que regentaba desde entonces. Kristy era una guapa rubia que no reparaba en
cuidados para s�. Aprovechava su propio negocio para estar siempre impecable.
Hac�a mucho deporte para mantener su exuberancia firme. Vest�a de forma
provocativa, con tremendos escotes y prendas ajustadas a la par que escasas
consciente de las pasiones que se pod�a permitir levantar. Ning�n joven hubiera
hecho ascos a esta madurita explosiva. De hecho los rumores hablaban de que m�s
de una vez hab�a recurrido a la fogosidad de alg�n joven para saciar su apetito
sexual cuando su marido estaba fuera.


Antes de conocer a Antonio Kristy hab�a tenido dos hijas con
otro hombre: Sara y Judith, de diecis�is y doce a�os respectivamente.


Sara lleg� a Espa�a con cinco a�os. Era una alegre rubita
adolescente de ojos azules. Era muy guapa, se parec�a a su madre, y no s�lo en
sus rasgos, sino en su exuberancia. A diferencia de su hermanastra ella s� que
sacaba jugo de su cuerpo, cosa que no era dif�cil. Luc�a siempre ajustados
pantalones y cortas faldas, marcando bien un culo impresionante. Llevaba
ajustadas camisetas, siempre sin sujetador. Sus diecis�is a�os le hac�an
permitirse el lujo de mantener siempre desafiantes sus voluminosos pechos. Le
gustaba, como a su madre, cuidarse y provocar. Le gustaba el sexo, tambi�n como
a su madre. Eva me hab�a confesado que a su corta edad, su hermana hab�a tenido
ya experiencias de lo m�s variadas en cuanto al sexo, incluso me confes� que
alguna vez la hab�a sorprendido en su habitaci�n en situaci�n comprometida con
alguna compa�era de clase.


Judith ten�a a penas un a�o cuando su madre la trajo a
Espa�a. Era una jovencita de doce a�os que se parec�a mucho f�sicamente a su
hermana. Con carita de �ngel su cuerpo ya apuntaba las formas del de su hermana,
si llegar todav�a a ello. Sin embargo su car�cter era totalmente opuesto al de
Sara: era una ni�a t�mida y reservada. Buscaba siempre la protecci�n de su
madre.




Eva y el sexo



Eva era virgen, por supuesto, al menos en la teor�a. Yo no.
Hab�a mantenido cortas relaciones con un par de chicas, y con una de ellas hab�a
logrado perder mi virginidad. Yo le hablaba a Eva de todas mis experiencias como
si de un chico se tratase. No escatimaba en los detalles de mis relaciones.
Incluso la utilizaba como consejera. Ella intentaba mostrarse siempre natural
hablando de sexo, aunque fuese una naturalidad forzada. Para m� era f�cil hablar
de sexo en general, era un chico liberal, me parec�a lo m�s normal del mundo.


Yo le insist�a a Eva en que se liberase, que disfrutase de su
cuerpo mientras era joven. Pero ella era muy rom�ntica, hab�a so�ado mil veces
con su primera vez. Quer�a que fuese un momento muy especial que quer�a
compartir con su alguien muy especial.


Ante mi continua argumentaci�n de que ten�a que disfrutar de
su cuerpo un d�a me confes�, no sin ruborizarse, que ya lo hac�a.-T� no eres el
�nico que se hace pajas.- Recuerdo que me dijo. Reconoci� que la masturbaci�n no
ten�a secretos para ella. Incluso confes� que hab�a recurrido al consolador de
su madrastra en m�s de una ocasi�n. Seg�n ella, para que su primera vez no fuese
una experiencia traum�tica.


Recuerdo que aqu�l d�a tuve que correr para llegar a casa y
masturbarme pensado en la imagen de Eva y el consolador de su madrastra.



Sara y la piscina



Eva hab�a suspendido matem�ticas en junio y ten�a que
examinarse en septiembre. Yo era un crack de los n�meros, as� que me ofrec� para
ayudarle, y cada tarde me pasaba por su casa, nos encerr�bamos en la habitaci�n
e intent�bamos estudiar entre nuestras largas conversaciones.


La casa de Eva era impresionante, de las m�s grandes y
lujosas del barrio. Dispon�a de una preciosa piscina en el patio trasero. M�s de
una vez le propuse a Eva que baj�semos a darnos un ba�o para relajarnos y
evadirnos del estudio. Pero ella siempre rehusaba poniendo m�ltiples excusas:
cuando no ten�a la regla no se hab�a depilado...


Yo bajaba a la piscina de vez en cuando para fumar un cigarro
mientras Eva hac�a alg�n ejercicio. Una tarde coincid� en uno de mis cigarros
con Sara en la piscina. Yo estaba fuera cuando la vi salir de la casa. Llevaba
un min�sculo bikini blanco que contrastaba con su bronceado cuerpo: un peque�o
tanga y un sujetador consistente en un par de peque�os tri�ngulos de tela unidos
por unos finos cordones que a duras penas lograban ocultar sus tetas. Se acerc�
a m� sonriente y me salud� con dos besos en las mejillas, aunque debo reconocer
que el segundo estuvo muy cerca de la boca. La salud� torpemente. Se gir� y se
dirigi� al agua, dejando ante m� la hermosa visi�n de ese pedazo de culo en el
que se perd�a el envidiado tanga. Se lanz� al agua de cabeza. Yo intentaba
apaciguar mi erecci�n mientras ella retozaba en el agua, cosa que result�
imposible cuando despu�s de un par de largos sali� del agua frente a m� y desde
la orilla de la piscina me pidi� que le acercase una toalla. S�lo respond� ante
la segunda petici�n. Me hab�a quedado at�nito observando su cuerpo mojado. Le
acerqu� la toalla sin perder de vista sus los erectos pezones que se marcaban
tras aquella escasa tela. No pude evitar que ella mirase el bulto en mi
pantal�n. Me dio un nuevo beso, otra vez en el l�mite, me dio las gracias y se
dirigi� hacia una de las tumbonas que rodeaban la piscina. Al llegar ella se
gir� de nuevo hacia m� y lentamente, sin dejar de mirarme comenz� a desatarse el
sujetador. Sonri� y dej� caer la pieza de ropa al suelo. Llev� sus manos a la
cabeza y comenz� a atusar su melena rubia. Ten�a una tetas preciosas, de un
tama�o moderadamente grande, pero firmes como s�lo las puede tener una
adolescente. Sus pezones eran rosados y con una aureola grande, estaban
totalmente tiesos. Se tumb� boca arriba y procedi� a recolocarse la braguita.
Como mera provocaci�n, en el proceso, lleg� a levantarla los suficiente como
para dejarme ver desde mi posici�n su vello p�bico.


Yo segu�a all� de pie con mi erecci�n, el cigarro se hab�a
consumido solo. En ese momento o� la voz de Eva que me llamaba desde la ventana
de su habitaci�n. Dediqu� una �ltima mirada a la belleza de Sara, que me sonri�
gui��ndome un ojo, y me adentr� en la casa.



Pap� y su hija



Al llegar a la habitaci�n Eva me recibi� con cara de enfado.
En un primer momento no me hizo ning�n reproche. Pero tras un par de comentarios
sobre lo buena que estaba su hermanita, Eva se gir� hacia m� levantando la voz:


-�Quieres dejar de hablar de esa puta?. Estoy intentando
estudiar ... parece que nunca hayas visto unas tetas... � Me recrimin�.


-�Qu� tiene de malo?. No estoy diciendo nada que no sea
verdad. Si est� buena, est� buena, y yo no le puedo hacer nada. No entiendo por
qu� tienes que ponerte as�. � Me defend�.


-Todos los hombres sois iguales, s�lo pens�is con el capullo.
Basta que una calientapollas como Sara os lance en anzuelo para que vay�is todos
corriendo a picar.- Volvi� a decir con cierto desprecio.


-Sigo sin entenderlo.- Contest� � Sara es una chica joven y
bonita. Tiene un cuerpazo impresionante y los usa en su beneficio. No hace da�o
a nadie. Y si consigue que los t�o piquen y se la follen y disfruta de ello,
pues hace bien. No como otras, que no se porqu� co�o no se deciden a lanzar el
anzuelo y est�n desperdiciando la juventud.


-Vete a la mierda, d�jame en paz.- Dijo. Se gir� hacia la
mesa y me dio la espalda. Sal� de su habitaci�n sin decir nada m�s. Antes de
cerrar la puerta pude escuchar un sollozo. No pude evitar sentirme fatal
mientras bajaba lentamente las escaleras.


La conciencia me ped�a que volviera a disculparme, y estuve a
punto de hacerlo, pero algo me lo impidi� cuando estaba a punto de llegar a la
planta de abajo: Antonio hab�a llegado del trabajo y por lo visto no era
consciente de mi presencia. Estaba mirando a escondidas por la ventana del sal�n
hacia la piscina. Miraba a Sara, supuse. Baj� silenciosamente un par de
escalones mas hasta tener una perspectiva que tambi�n me permitiera verla a
trav�s de los cristales. Comprend� entonces por qu� Antonio estaba espiando a su
hija. Sara segu�a en topless en la tumbona, pero lo mejor es que estaba
acariciando su co�ito con la mano derecha debajo de su tanga. Mi polla respondi�
r�pidamente a la imagen volviendo a ponerse dura. Estaba a punto de volver
arriba de nuevo para buscar un ba�o donde hacerme una paja cuando vi como
Antonio bajaba la cremallera de su pantal�n, sacaba su polla y empezaba a
mene�rsela.


Aquello me conmocion�. Un mont�n de pensamientos pasaron por
mi mente de forma inmediata. Primero sent� desprecio por Antonio, estaba
masturb�ndose espiando a su hija; pero luego pens� en que yo estaba a punto de
hacer lo mismo, aunque no era mi hija. Por otra parte no era su verdadera hija.
Me plante� si har�a lo mismo con Eva. Este �ltimo pensamiento me llev� de nuevo
a la imagen de Eva llorando en su escritorio, lo que volvi� a hacerme sentir
mal. Sub� discretamente la escaleras y volv� a bajarlas haciendo el suficiente
ruido como para que Antonio se apercibiera de mi presencia. Cuando volv� a
llegar abajo Antonio ya hab�a guardado su polla en el pantal�n y simulaba que
acababa de entrar.


-Hola Ivan, t� por aqu� ... �estudiando con Eva?. �Ya estoy
aqu� ni�as! � Grit� nerviosamente.


-S�, estudiando. Pero ya hemos acabado por hoy.- Respond�.
Ambos evit�bamos mirar hacia la piscina, la situaci�n era un poco tensa. Entre
tanto Sara entr� en casa con carita de inocencia y su permanente sonrisa. Se
hab�a puesto el sujetador de su bikini.


-Hola papi. � Salud� a su padre mientras le daba un beso en
la mejilla. -�A fumar un cigarro? � me pregunt� a m�.


-No, ya me iba .- Le content� t�midamente. A lo que ella
reacci�n acerc�ndose a m� para darme un par de besos como despedida. En el
segundo, como siempre, parte de nuestras bocas coincidieron.


Me fui de su casa a intentar digerir las experiencias de
aquella tarde.




Eva y la piscina


No voy a negar que lo primero que hice al llegar a casa
fue hacerme una paja tremenda recordando la imagen de Sara masturb�ndose en la
piscina. Tampoco negar� que tuve que repetir para poder apartarla de mi mente
temporalmente. Despu�s volvi� Eva a ocuparla. La llam� y no quiso ponerse. Volv�
a intentarlo a la noche. Al d�a siguiente por fin se puso, pero fue para decirme
que no fuera aquella tarde, tampoco el resto de la semana. Me pareci� una
reacci�n desmesurada. Al fin y al cabo s�lo hab�a sido una peque�a discusi�n.


Hac�a una semana del incidente cuando fue Eva quien me llam�
pidi�ndome que fuera a estudiar con ella aquella tarde. La conversaci�n
telef�nica fue corta y su tono amable.


Mientras caminaba hacia su casa iba pensando la manera de
iniciar nuestra conversaci�n. Si deb�a empezar disculp�ndome. Si deb�a ignorar
lo ocurrido. Si deb�a mostrarme enfadado yo. En realidad todo iba a depender en
gran medida de c�mo me recibiera ella. Llegu� a su casa. Llam� a la puerta y
esper�. Fue la propia Eva quien abri�.


Me salud� y me invit� a pasar. Pero tuvo que insistir, porque
me qued� embelesado mir�ndola. Estaba diferente, estaba guap�sima. Estaba
discretamente maquillada, con el pelo perfectamente alisado cayendo sobre sus
hombros. Llevaba un vertido azul muy corto de tirantes. Estaba morena, su piel
brillaba. Eva no sol�a cuidar su imagen, pero all� estaba, radiante, con una
preciosa sonrisa insistiendo para que entrara. Le salud� e intent� iniciar una
conversaci�n con alguna de las frases en la que hab�a pensado durante el camino.
Pero fue in�til, mi mente estaba demasiado sorprendida para ello, as� que dije
algunas palabras, no coherentes del todo, que sonaron a disculpa. Ella me sonri�
y me tranquiliz�:


- No te preocupes, tonto. Aquello ya est� olvidado. � Me dijo
sin perder la sonrisa.


-Si, pero ... �por qu� no contestabas a mis llamadas? �
Pregunt� yo..


-No es que no quisiera, es que he estado muy ocupada estos
d�as. Me he puesto en manos de Kristy, y cuidarse un poco requiere mucho
tiempo.- Me argument�.


-De todas formas deber�as haberme llamado, he estado
preocupado. Realmente lo he pasado mal estos d�as- Le dije con total sinceridad.


-Tienes raz�n. De hecho al principio s� que me enfad� un poco
, y por eso no te contestaba. Despu�s ... � Cort� la frase y con un tono tierno
me dijo- .... Espero que me perdones... � Sigui� mir�ndome y recuper� la
sonrisa.


-�Olvidado? � dijo.


-Olvidado � asent� yo. Me dio un beso en la mejilla y me
volvi� a insistir para que pasara. No dirigimos a su habitaci�n. Ella subi� la
escalera delante de m�. No pude evitar recrearme en la visi�n de sus piernas.
Eva era una mujer preciosa, y parec�a que ella por fin se hab�a dado cuenta de
ello.


Abrimos los libros y me dispuse a empezar a explicarle un
ejercicio cuando ella propuso ante mi perplejidad:


-�Nos damos un ba�o en la piscina?. Hace calor. �Y mientras
tanto se abanicaba con un folio.


-�Un ba�o?�ahora?- Fue todo lo que atin� a decir.


-S�, siempre eres t� el que insiste. Venga, no te lo
pienses...- Dijo mientras se levantaba.


-Pero no tengo ba�ador � contest� yo.


-No te preocupes, te dejar� uno de mi padre.- Ante mi falta
de decisi�n, tom� la iniciativa, dio por hecho un s� y abandon� la habitaci�n
para buscar el ba�ador.


Volvi� casi de inmediato. Se dir�a que lo ten�a ya todo
preparado. Me ofreci� el ba�ador. Lo analic� y comprob� que aquello no era un
ba�ador, eran unos de los pantalones cortos con los que su padre hac�a footing.
Su padre, adem�s, era m�s delgado que yo, con lo que me vendr�an estrechos. Para
colmo eran blancos y de una tela demasiado fina. Ante mis reproches Eva me dijo:


-Vaya, el chico liberal ha salido vergonzoso � Y al chico
liberal se le cayeron los argumentos.


-Adem�s no hay nadie m�s en casa. No tienes por qu�
avergonzarte. Venga, toma el ba�ador y c�mbiate. Puedes hacerlo en el ba�o. Yo
me cambi� en un momento. Nos vemos abajo.- No me dio tiempo a ninguna objeci�n,
y a los cinco minutos me encontraba en el patio con aquel ajustado pantal�n
blanco esperando a Eva. Mientras esperaba hice prop�sito de no empalmarme, con
aqu�l pantal�n ser�a embarazoso. S�lo ser�a cuesti�n de concentraci�n me dec�a.


De repente apareci� Eva y todos mis prop�sitos se vinieron
abajo. Llevaba puesto el mismo bikini que luc�a Sara la �ltima vez que estuve
all�. Estaba buen�sima. Eva era m�s esbelta que su hermana, ten�a mejor tipo, y
el conjunto le quedaba si cabe mejor. De la Eva que yo conoc�a se hubiera
esperado que estuviera avergonzada en una situaci�n as�. Pero lejos de ello
ten�a una pose de lo m�s sensual.


-Bueno, �no ba�amos? � Me dijo con una mirada p�cara. Pas�
por delante de m� y al pasar pude contemplar su culo. Era un culo perfecto,
estaba bronceado, casi brillaba. Contrastaba enormemente la estrecha tira de
tela blanca del tanga que se perd�a entre sus nalgas. Se tir� de cabeza a la
piscina. Yo ya estaba completamente empalmado, as� que la imit� buscando la
protecci�n del agua. Hicimos un par de largos por separado. Yo me par� en una de
las esquinas, me apoy� en el borde de la piscina y cerr� los ojos intentando
relajarme. Los abr� al escucha la voz de Eva que se acercaba:


-Est� buena �verdad? � Dijo con voz sugerente.


-Buen�sima- Contest� con iron�a.


Mis esfuerzos por sofocar mi erecci�n volvieron a
desvanecerse. Eva se acercaba a m� con las manos en su cabeza. Peinaba su
cabello hacia atr�s lentamente mientras caminaba en el agua. Pude observar
entonces la perfecci�n de sus pechos. M�s peque�os que los de su hermana, ten�an
un tama�o ideal. Se ve�an firmes. Sus pezones, erectos, se marcaban
perfectamente en el sost�n blanco.


-�Verdad que ser�s un caballero y me traer�s una toalla? � Me
dijo con sensualidad.


Asent� con la cabeza, me gir� y sal� de la piscina intentando
darle la espalda en todo momento. Hab�a una toalla en una de las tumbonas, la
cog� y me di la vuelta. La toalla me serv�a para ocultar mi erecci�n. Eva ya
hab�a salido del agua y se dirig�a lentamente hacia m�. La esper� extendiendo la
toalla y la rode� con ella cuando lleg�. Se sec� ligeramente, se gir� hacia m� y
sin dejar de mirarme llev� sus manos a su espalda y comenz� a desabrochar el
sost�n. El sost�n cay� al suelo dejando a la vista sus tetas. Eran unas
preciosas tetas con pezones oscuros. Eva mir� el prominente bulto de mi ba�ador
y dijo:


-Veo que te gusta lo que ves.


-�A que est�s jugando Eva? � Le reproch�.


-No estoy jugando, estoy pescando.-confes� ella mientras
lleva sus manos a mis hombros.


-Pero �y tu chico especial? � Pregunt�.


-Mi chico especial est� a punto de morder el anzuelo. � Acto
seguido acerc� su boca a la m�a, rode� mi cuello con sus brazos y nos fundimos
en un apasionado beso. Empec� a notar que su lengua entraba en mi boca, por lo
que di rienda suelta a la m�a. Entre tanto nuestros cuerpos se hab�an fusionado.
Yo ten�a la manos en sus nalgas y la apretaba contra m�, de manera que ella
pod�a sentir mi erecci�n sobre su pubis. Yo sent�a sus pezones sobre mi pecho.
Dejamos de besarnos y nos abrazamos.


-Si era yo, �por qu� no me lo dijiste? � le pregunt�.


-Ten�a miedo de que no sintieras lo mismo y que dec�rtelo
acabase con nuestra amistad- justific� ella.


-Por esa misma raz�n yo tampoco te dije nunca nada. Siempre
me has gustado. Dios m�o, cuanto tiempo hemos perdido.-me lament�.


-Piensa que todo este tiempo de espera hace m�s especial este
momento.- coment� Eva.


-Me encanta esa forma de afrontar las cosas- Le dije


-�C�mo?- pregunt�.


-Convirtiendo lo que podr�a ser malo en bueno. Eres
fant�stica


Volvimos a besarnos. Yo segu�a tocando su culo mientras
nuestras lenguas se entrelazaban. Poco a poco fui subiendo una de mis manos por
su cintura. Sin dejar de besarla llegu� con mi mano a una de sus tetas. Ella
respondi� a mis caricias bajando una de sus manos hasta mi culo. La fue
deslizando lentamente hasta que la situ� encima de mi polla. De repente la
solt�, se separ� de m� y me advirti�:


-Viene alguien, he o�do la puerta .


Efectivamente, acto seguido apareci� Sara en el patio. All�
est�bamos los dos: ella en tanga con sus pezones tiesos y yo con aquel rid�culo
pantal�n y la polla a punto de estallar. Sin perder la sonrisa dijo:


-Bonito tanga, hermanita. Tu ba�ador tampoco est� mal.- Dijo
mirando mi erecci�n.


-S�, te lo he tomado prestado, espero que no te importe.- Se
justific� Eva.


-No, puedes cogerlo siempre que quieras. Por cierto,
tortolitos, mam� llegar� en un minuto, la he visto entrando al parking con el
coche cuando yo entraba. � Nos advirti�. Los dos salimos corriendo al interior
de la casa para vestirnos.


Unos minutos despu�s est�bamos los dos vestidos en la
habitaci�n de Eva. Ella plane� una cita para acabar lo que aquel d�a hab�amos
empezado.


-Ma�ana por la noche mis padres se ir�n, no volver�n en todo
el fin de semana. Se llevan a Judith. Sara saldr� hasta tarde, como cada
viernes. Tendremos toda la casa para nosotros. Ser� una noche muy especial-
Propuso Eva. Yo , por supuesto, acept�. Nos despedimos. Esa noche no pude
dormir.




La cita



Lleg� el momento de mi gran cita. Me dirig� a casa de Eva. Al
llegar a su puerta sus padres sal�a acompa�ados de Judith. Iban a pasar el fin
de semana fuera. Seg�n me hab�a confesado Eva, Antonio y Kristy hac�a tiempo que
no atravesaban un buen momento en su relaci�n. Ese fin de semana deb�a servir
para mejorara las cosas, pero me extra�� que la peque�a les acompa�ase en lo que
deb�a ser un fin de semana rom�ntico. Precisamente Judith hab�a sido la causa de
gran parte de sus problemas. Estaba protegida en exceso por su madre y Antonio,
en cierto modo, estaba celoso por ello. Se sent�a desatendido.


-Hola Iv�n. Me ha dicho Eva que pasar�is la noche
estudiando.- me dijo Antonio al verme llegar.


-S�, se acerca el examen y hay que aprovechar el
tiempo.-Contest� .


-Pasa, te est� esperando en su habitaci�n- Dejaron la puerta
abierta y se despidieron.


Al entrar a la casa not� que el coraz�n me iba a mil por
hora. Ya se hab�an ido tres, s�lo faltaba que Sara hubiera salido para tener v�a
libre. Seg�n avanzaba buscaba alguna se�al que me lo confirmase, pero no fue
as�. Al pasar por delante de la puerta de uno de los ba�o vi luz. La puerta
estaba entreabierta, y no pude resistir mirar hacia el interior del ba�o.
Efectivamente Sara estaba all�. Vi el reflejo de su cara en el espejo. Se estaba
maquillando. Se dio cuenta de que yo estaba all�. Su reflejo me sonri�. El
espejo era peque�o y estaba situado acierta altura, de manera que s�lo hab�a
podido apreciar su cara. Se acerc� a la puerta y la abri�. Tan s�lo llevaba
puesto un peque�o tanga negro y unas medias negras. Me salud� con naturalidad. Y
eso significaba dos besos que acababan rozando mi boca.


-Espero que no te importe verme as�, de todas formas ya me
has visto en la piscina.- Me dijo con una ir�nica inocencia mientras se mord�a
un dedo.


-Claro que no.- Acert� a contestarle.


-No te vayas. Necesito tu ayuda � Me pidi�. Entonces se gir�
y flexion� su cuerpo llevando las manos hasta sus pies. Acarici� desde uno de
ellos con las manos su pierna estirando una de las medias. Esta operaci�n me
ofrec�a una perfecta visi�n de su culo. Pude ver como la braguita apenas pod�a
tapar sus labios vaginales. Aquello me permiti� descubrir que los ten�a
depilados. Repiti� la operaci�n con la otra pierna, recre�ndose en ella. Se
levant� y cogi� un vestido negro que ten�a preparado. Se lo puso y se acerc� de
nuevo a m�, se gir� y me pidi� que le abrochase la cremallera. Lo hice con
cierta torpeza debido a mi nerviosismo.. Se alej� un par de pasos, se gir� y me
pregunt�:


-�Estoy guapa?


-Guap�sima �Le contest� con un hilo de voz. Ella se acerc� de
nuevo a m�. Mir� el bulto en mi pantal�n y me dijo:


-Te creo. Bueno me voy, un beso � Volvi� a darme dos besos,
esta vez de despedida. En el segundo fue un paso m�s all�, y, adem�s de hacer
coincidir nuestras bocas casi totalmente pude notar como rozaba mis labios con
la punta de su lengua. Sonriendo con malicia se dirigi� hacia la salida mientras
yo la miraba embelesado.


Despert� de aquel momento de ensue�o a sabiendas de que me
esperaba otro en la habitaci�n de Eva. Sub� las escaleras. Llam� a la puerta. Me
dijo que pasara. Estaba de pie al lado de la ventana. Llevaba una bata blanca
cerrada y atada a la cintura.


-�Se ha ido ya mi hermana?- me pregunt�.


-Iba hacia la puerta- le contest�. Se hizo el silencio hasta
que se escuch� el ruido de la puerta de la casa que se abr�a para cerrarse acto
seguido.


-Por fin solos- dijo ella mientras desataba el cintur�n de su
bata.- �por d�nde �bamos? � dijo abriendo la bata. Bajo ella tan s�lo llevaba el
mismo tanga del d�a anterior. Su bata se desliz� por sus hombros cayendo a
suelo- Creo recordar que yo estaba as�. �C�mo estabas t�?- Me pregunt� esperando
una reacci�n por mi parte. Respond�a sus palabras quit�ndome la ropa con toda
velocidad. Me qued� en calzoncillos. Eran tipo slip, blancos.


-�As� te vale? � Le pregunt�.


-Est� bien, lo doy por bueno.-Dijo con una sonrisa mientras
se acercaba.


-Creo recordar que ten�a una mano aqu�- Dijo situando su mano
en mi polla sobre el slip.


-Entonces yo deb�a tener las m�as as� � Contest� mientras la
acercaba a m� llevando una de mis manos a su culo y la otra a una de sus tetas.


Nos besamos y durante un rato. Ella meti� la mano por dentro
de mi slip y sac� mi polla y empez� a menearla sin dejar de besarme. La dej�
hacer por unos instantes. Par� me mir� con lujuria y se dio la vuelta. Acerc� su
culo a mi polla, acomod�ndola entre sus nalgas y comenz� a moverse lentamente.
Yo llev� mis manos a su cintura. Ella las tom� y las llev� hasta sus tetas.
Mientras se las masajeaba empec� a besar su cuello. Una de mis manos fue bajando
lentamente hasta llegar a su pubis. Acarici� la zona con delicadeza por encima
de su tanga, hasta que ella volvi� a coger mi mano con la suya haci�ndome llegar
a su co�o, una vez all� su mano guiaba a la m�a en un en�rgico masaje. Se separ�
de repente de m�. Empez� a bajar su tanga muy poco a poco mientras me dedicaba
frases sugerentes:


-�Quieres ver a tu ni�a toda desnudita? Seguro que quieres
ver mi chochito.- Sigui� bajando sus bragas � Lo he preparado para ti � Dej� ver
su vello p�bico, un peque�o triangulito que acababa justo por encima de su co�o.
El resto estaba perfectamente depilado.


-�Te gusta mi chochito? - Dijo mientras se acercaba a la cama
y se sentaba.


-S�, mucho. Me gustar�a que te lo tocases para m�- Le dije yo
mientras acababa de quitarme el slip.


-�Quieres que tu ni�a sea mala?�quieres que sea tu putita?-
Dijo mientras se llevaba una de sus manos a la boca. La lami�. Se recost� un
poco y fue abriendo poco a poco su piernas dej�ndome disfrutar de la visi�n de
su co�o chorreante. Cuando estaba totalmente abierta baj� su mano y comenz� a
acariciar su cl�toris. Yo por mi parte me hac�a una paja disfrutando de aquella
imagen. Eva empez� a meter uno de sus dedos en su co�o y segu�a provoc�ndome con
sus frases.


-�Te gusta como tu putita se toca el chocho?�Ves c�mo se mete
un dedito en el co�o? � Estaba a punto de correrme, por lo que dej� de
mene�rmela. Me acerqu� a la cama, me arrodill� y dirig� mi boca a su co�o. Ella
apart� la mano y me dej� hacer. Lam� con fuerza sus jugos hasta que mi lengua
encontr� a su cl�toris y empez� a jugar con �l. Ella presionaba con sus manos mi
cabeza sobre su co�o y segu�a hablando:


-As�, c�meme el chocho. Haz que tu putita se corra.- De
repente cambi� radicalmente el tono:


-�Qu� co�o est�s haciendo!- Grit� enfadada. Levant� la cabeza
sorprendido. Me preguntaba qu� hab�a hecho mal. Pero al mirar su cara vi como
Eva no me miraba a m�, miraba hacia a puerta de la habitaci�n. Gir� la cabeza en
aquella direcci�n. All� estaba Sara de pie, sonriente, con una c�mara de v�deo e
sus manos.




Poder de convicci�n



Cuando Sara abri� y cerr� la puerta, en realidad se hab�a
quedado dentro de la casa. No sab�a cu�nto tiempo llevaraba all�, pero desde
luego el piloto rojo de la c�mara indicaba que estaba grab�ndonos.


Eva se levant� en�rgicamente y se dirigi� hacia ella con
rabia.


-�Trae la c�mara mala puta!- Le dijo a su hermana. Como la vi
capaz de todo la agarr� impidiendo que llegara a ella. Ella intentaba zafarse de
mis brazos mientras segu�a insult�ndola. Pasados unos instantes se derrumb� con
impotencia. La dej� sobre la cama. Entre un amargo llanto le recriminaba a su
hermana:


-Me has jodido uno de los momentos m�s especiales de mi vida
hija de puta.


Me acerqu� a Sara conciliador.


-Trae la c�mara, por favor, Sara- Le dije acerc�ndome.


-No os ten�is que poner as�, no hago nada malo.-Se defendi�.


-Para tu hermana este es un momento muy especial- Argument�.


-Raz�n de m�s, as� podr� tener un recuerdo- Dijo con iron�a.


-Bueno, ni�a, me estoy cansando. Trae la c�mara. Sabes que
puedo quit�rtela por la fuerza si quiero. �Cambi� el tono.


-Y luego que har�as, �hacerme callar para siempre?. Analiza
la situaci�n. No est�is en una posici�n de fuerza precisamente. Soy yo quien
tiene la sart�n por el mango...Y ... hablando de mangos... � Su mirada se
dirigi� hacia mi polla, que segu�a tiesa. Seguidamente me la cogi� con su mano y
me dijo a o�do.


-No me dir�s que la idea de la c�mara no te pone.


En realidad ten�a raz�n. No s�lo en lo de que la idea de ser
grabados me excitaba, sino tambi�n en que era ella quien mandaba en aqu�l
momento. Volvi� a acercarse a mi o�do y me dijo:


-Yo s�lo quer�a disfrutar de ver como foll�bais. No quer�a
estropear nada. Al contrario, quer�a hacerlo m�s excitante. D�selo, conv�ncela,
a ti te har� caso.


Lo pens� un momento y asent�.


-Est� bien, tu mandas, pero d�janos a solas un minuto


Me acerqu� de nuevo a la cama. Eva lloraba desconsolada con
su cara apoyada sobre la almohada. Al sentir mi mano sobre su espalda se
incorpor� y me abraz�. Acarici� su pelo durante una rato dejando que su llanto
se calmase poco a poco.


-La odio, no se lo perdonar� nunca.- Dijo entre leves
sollozos.


-Lo que hace no est� bien, pero no debemos dejar que nos
estropee el momento. Esta noche es nuestra noche y nada debe impedirlo. �Le
susurr� al o�do.


-S� pero, �qu� hacemos con Sara?. Aunque intentemos olvidar
lo que ha pasado. �qui�n nos garantiza que no volver� a molestarnos?. Ella es
capaz � Reproch�.


-Pues pasemos de ella. Si quiere grabar que grabe. Si quiere
mirar, que mire. Pasemos de ella. Es m�s, incluso mejor si lo hace. �Recuerdas
lo de darle la vuelta a las cosas?�lo de convertir lo malo en bueno?. Podemos
hacer que sea bueno que nos miren. Tan s�lo tenemos que cambiar la mentalidad.
La situaci�n tendr�a morbo. Podemos disfrutar de �l. Las cosas son buenas si
nosotros creemos que son buenas.


Se hizo el silencio unos instantes. Lo rompi� para decir
mientras secaba sus l�grimas:


-T� tambi�n eres fant�stico.


Nos abrazamos. Poco a poco nos dimos cuenta de nos est�bamos
acariciando. Volvimos a besarnos con pasi�n. Las caricias eran cada vez m�s
c�lidas y volv�an a buscar nuestras respectivos sexos. Notamos de nuevo la
presencia de Sara en la habitaci�n. Yo me gir� ligeramente y la vi apoyada sobre
el escritorio recogi�ndolo todo con su c�mara. Eva tambi�n la mir� de reojo,
pero lejos de enfadarse empez� a bajar con sus besos por mi cuerpo. La vi bajar
con sus labios por mi pecho, por mi est�mago. Cogi� mi polla con una mano y
acerc� su lengua a mi capullo. Durante todo el proceso tan s�lo me hab�a
dedicado la mitad de las miradas. La otra mitad se la dedicaba a la c�mara. A m�
me pasaba lo mismo, no pod�a evitar mirar a c�mara. Hab�amos hecho buena la idea
de disfrutar de aquello. Eva se meti� completamente mi polla en su boca y
ayudada de su mano comenz� a hacerme una mamada tremenda. En una de las miradas
que dediqu� a la c�mara pude ver como Sara hab�a introducido la mano que la
c�mara le dejaba libre en el interior de su tanga. Cuando not� que la miraba
dej� la c�mara sobre el escritorio. La coloc� de manera que siguiera recogiendo
nuestra follada desde aquella posici�n. Se quit� el vestido. En tanga y medias,
tal y como me hab�a recibido un rato antes, se sent� sobre el escritorio. Sigui�
observ�ndonos. Una de sus manos acariciaba sus tetas, la otra volvi� a acariciar
su co�o por debajo del tanga. Sent� que me iba a correr. No quer�a hacerlo antes
de penetrar el co�o de Eva.


-Bueno, ha llegado la hora de follar el chocho de mi putita.-
Le dije. Ella dej� de chup�rmela y me sonri�.


-El chocho de tu putita est� deseando ser follado- dijo ella
mientras se tumbaba y abr�a sus piernas. Me situ� sobre ella y coloqu� mi
capullo en los labios de su co�o. La penetr� muy lentamente. Poco a poco fui
metiendo y sacando mi polla. Fui acelerando el ritmo. Pod�a escuchar los gemidos
de Eva en la cama, pero tambi�n los de Sara sobre el escritorio, que hab�a
apartado el tanga de su co�o con una mano y ten�a un dedo de la otra mano en su
interior. Volv� a mirar a Eva, que cada vez gem�a con m�s fuerza. Vi como
arqueaba la espalda. Un grito de placer se ahogaba en su boca. Estaba
corri�ndose. Intent� aguantar un poco m�s, hasta que acabase su orgasmo para
correrme. No quer�a hacerlo dentro, por si acaso. As� que saqu� mi polla, me la
agarr�, y me corr� en abundancia sobre el cuerpo de Eva. Los chorros de mi semen
aterrizaron sobre su vientre, sus tetas y alguna gota acab� en su mejilla. Ca�
sobre la cama junto a su cuerpo y cerr� los ojos. Eva hizo lo mismo. Los abr�
unos segundos despu�s y vi como Sara, que se hab�a quitado ya las bragas se
acercaba a la cama. Se dirigi� hacia su hermana, baj� la cabeza a la altura de
su vientre, sac� la lengua y empez� a recoger en ella el semen. Al sentir el
tacto de la lengua de su hermana Eva se estremeci�. Abri� los ojos y observ�.
Lejos de enfadarse por ello la dej� hacer. Fue tomando en su boca el semen de
todo su cuerpo. Se detuvo especialmente en el que cay� en las tetas. No se priv�
de chupar a conciencia sus pezones. Eva parec�a estar disfrutando. Por fin lleg�
al de su cara. Tras recoger tambi�n aquellas �ltimas gotas ambas hermanas se
miraron fijamente. Sara baj� su boca hasta la de Eva. Se besaron compartiendo mi
semen. Cuando acabaron Sara se dirigi� a m�:


-Yo tambi�n quiero se tu puta.-Me dijo. Aquello era un sue�o
para m�. Por lo visto ten�a a mi disposici�n a dos t�as buen�simas dispuestas a
hacer todo lo que yo quisiera.


-Est� bien. Puta. Vas a empezar comi�ndome el rabo.- Le
orden�. Sara accedi� sin rechistar. Se meti� mi polla en la boca y empez� a
chupar. Ante mi sorpresa Eva se levant� y se fue hacia el escritorio. Adopt� la
misma postura que ten�a su hermana unos minutos antes. Sara segu�a chupando.


-Basta de chupar. Zorra. Ahora �brete, que voy a follar tu
co�o. � Sara me segu�a el juego y obedec�a con sumisi�n. Mientras me follaba a
Sara, Eva se hac�a una paja sobre el escritorio.


-Ahora me follar� tu culo. Puta � Estaba apostando fuerte,
pero Sara volvi� a aceptar sin rechistar y me ofreci� su culo. Se lo foll�. No
pareci� que le doliera mucho mi penetraci�n. Estaba claro que no era la primera
vez que le daban por el culo. Me corr� en su interior.


-Tu puta quiere volver a correrse- Me dijo Sara insatisfecha.


-Est� bien, te comer� el co�o. Pero s�lo si te portas bien
con tu hermana. � Eva hab�a presenciado la escena si apartar la mano de su co�o.
Eva se acerc� a la cama, se tumb� y abri� sus piernas. Sara acerc� su boca al
co�o de su hermana y empez� a com�rselo. Yo, debajo de Sara le com�a el co�o a
ella.


La noche fue larga. Bajamos a la piscina y no ba�amos un rato
los tres para relajarnos. Entramos a la casa, conectamos la c�mara al televisor
y disfrutamos de las im�genes de nuestras folladas. El ambiente volvi� a
caldearse y acab� foll�ndome el culo de Eva. Ambas hermanas se corrieron por
�ltima vez esa noche haciendo un 69 en el sof�. Se quedaron dormidas la una
abrazada a la otra.





Sorprendidos



Cuando despert�, vi que Eva y Sara segu�an dormidas y
abrazadas en el sof�. No quer�a despertarlas, y como me hab�a levantado con una
erecci�n quise aprovechar para hacerme una paja volviendo a ver las escenas de
la noche anterior en el televisor. Puse de nuevo la pel�cula en marcha y empec�
a machac�rmela. Con el ruido de la tele Eva despert� y me vio en plena acci�n.
Me sonri�, me dio los buenos d�as y se arrodill� ante m� agarr�ndome la polla.
Mientras me masturbaba me dijo:


-�Te parece bonito?�pensabas hacerte una paja y desaprovechar
toda tu leche? Yo estoy hambrienta y quiero mi desayuno. - Acto seguido se la
meti� en la boca y empez� a mamarla, al tiempo que se tocaba el co�o. Sara
despert� tambi�n y empez� a masturbarse al vernos. Como estaba a mi lado acerqu�
mi boca a su co�o. Sus manos me lo dejaron para m� y ascendieron a sus tetas. Se
las acercaba a la boca lamiendo sus propios pezones. Est�bamos disfrutando los
tres cuando de repente escuchamos una voz:


-�Que co�o es esto!


Los tres no giramos hacia la puerta y comprobamos at�nitos la
imagen de Antonio, Kristy y Judith que nos miraban boquiabiertos.


-�Te voy a matar hijo de puta! � Grit� Antonio. Corri� hacia
m�. A penas me dio tiempo a ponerme de pie, cuando lo ten�a encima intentando
golpearme torpemente. Yo por suerte era m�s corpulento que �l y pude reducirle.
Le agarr� por la espalda dejando inmovilizados sus brazos. En la puerta Kristy
lloraba abrazando a su hija peque�a, en el sof� Eva y Sara tambi�n lloraban
abrazadas. Durante un par de minutos Antonio intent� zafarse mientras me
insultaba.


-Est� bien, Antonio. C�lmate. No vas a conseguir nada por la
fuerza. Te voy a soltar y vamos a hablar. Vamos a ser civilizados. �De acuerdo?
� Intent� persuadirle. Pero segu�a forcejeando.


-Una mierda, en cuanto me sueltes te mato � Fue su respuesta.
En un minuto m�s estaba exhausto. As� que lo solt� con cautela por si volv�a a
intentar agredirme. Estaba demasiado cansado. Cay� derrotado en el sill�n.
Impotente segu�a recriminando.


-Antonio, no estaba haciendo nada malo. � Le dije � Yo quiero
a Eva.


-�Y por eso te follabas tambi�n a Sara?. � Me recrimin� de
nuevo


-Lo hac�a por voluntad propia. Las dos lo hac�an por voluntad
propia. Est�bamos disfrutando del sexo sin hacer da�o a nadie. Los tres
est�bamos de acuerdo. Puedo entender tu reacci�n de padre, pero si lo piensas
objetivamente no est�bamos haciendo nada malo.


Antonio buscaba argumentos, segu�a obcecado en culparme.


-Eva ya es mayor de edad, pero Sara es todav�a una menor. �
Dijo sin saber muy bien de qu� acusarme. En realidad Sara follaba m�s que �l
desde los catorce. Me hab�a dado pie, adem�s, para introducir un argumento que
me permitir�a salir de alguna manera airoso.


-Sara es toda una mujer. T� lo sabes. �O me vas a negar que a
ti tambi�n te pone?


Reaccion� de nuevo con violencia.


-Maldito cabr�n. S�lo faltaba esto...


No le dej� levantarse.


-He visto como te haces pajas mientras esp�as a tu hijita
menor. Y ahora intentas culparme a m� por algo que a ti mismo te gustar�a hacer
- le dije. Antonio se qued� callado. Escondi� la cabeza entre las piernas y
empez� a llorar como un ni�o. Ahora era Kristy qui�n montaba en c�lera y corr�a
hacia su marido con la intenci�n de pegarle.


-Hijo de puta. Con tu propia hija.


Antonio no hizo por defenderse as� que interced� y abrac� a
Kristy alej�ndola de su marido. All� estaba yo en pelotas abrazando a una pedazo
de rubia tetona que avanzaba sobre m�. Pod�a notar como aplastaba sus tetas
contra mi pecho. Sin embargo la situaci�n no me dejaba disfrutar de ello. Logr�
llevarla hasta otro sill�n y dejarla caer sobre �l.


-�Ya basta Kristy!. A Antonio le van las jovencitas. Pero.�a
caso a ti no?. Todos sabemos que te follas a todos los t�os cachas que caen en
tus manos. Adem�s, en el instituto todo se sabe, y alg�n que otro compa�ero
farda de haber follado contigo. No creo est�s en disposici�n de enfadarte
mucho...


Esperaba una nueva reacci�n de Antonio a mis palabras
recriminando a su mujer. Pero Antonio estaba al corriente de las aventuras de su
mujer. Esa era verdadera raz�n de los problemas de su matrimonio. As� que sigu�
con la cabeza escondida entre sus rodillas. Kristy se gir� y tambi�n llor� sobre
el sof�.


Todos lloraban menos Judith, que permanec�a de pie en la
entrada. Miraba atenta la tele. No hab�a perdido detalle de la pel�cula que
segu�a corriendo. La mir�, me acerqu� al televisor y lo apagu�. Como todos
parec�an estar m�s calmados sub� a la habitaci�n de Eva y me vest�. Al bajar
todos segu�an en la misma posici�n. Ya no lloraban, pero permanec�an callados,
con la mirada perdida. Judith segu�a de pie. Los miraba a todos.


Me acerqu� a ella, acarici� su mejilla y le dije:


-No los odies. Tus padres se quieren, y estoy seguro de que
si hablan y dejan a un lado los prejuicios volver�n a demostrarlo. Tus hermanas
no han hecho nada malo. No s� si podr�s llegar a comprenderlo, quiz� alg�n d�a.
Ellos te quieren.


Me dirig� a la puerta y sal�. Respir� hondo. Las piernas me
temblaban. Me fui a casa corriendo.



La fiesta



Pas� el d�a tumbado en la cama en una especie de catarsis. No
sab�a c�mo sentirme. Hab�a sido una experiencia fant�stica con un final amargo.
Permanec� varias horas mirando al techo con la mirada perdida.


El tel�fono son�. Lo cog� con miedo. Al otro lado estaba Eva.
Me invit� a que fuera a su casa de nuevo. Su padre quer�a volver a hablar
conmigo. Quedamos despu�s de cenar. La conversaci�n fue corta, la verdad es que
no supe reaccionar. El tono de Eva no era triste, pero ni siquiera le pregunt�
c�mo estaba. Quiz� por ansiedad sal� casi de inmediato. De entre todas la ideas
y sentimientos que pasaban por mi cabeza prevalec�a el miedo. Sab�a que Antonio
no intentar�a una agresi�n f�sica. Pero, influido por las pel�culas americanas,
comenc� a plantearme la posibilidad de que me denunciara por follarme a una
menor. Yo no ten�a mucha idea de leyes, pero Antonio era un hombre adinerado que
podr�a costearse un buen abogado.


Me estaba poniendo catastrofista, as� que decid� no adelantar
acontecimientos. Llegu� a la casa. Respir� y llam� a la puerta. Me abri� Judith.
No dijo nada. Dej� abierto y corri� hacia adentro. Entr� con cautela. Hab�a
ruido en el comedor. Me dirig� hacia all�. Al entrar los encontr� a todos en la
mesa sonrientes. Hab�a un par de botellas de vino vac�as y otro par de cava.


-Pasa Iv�n. Llegas pronto. Coge una copa y brinda con
nosotros.- Me invit� Antonio.


-�Qu� se celebra? � Pregunt� acerc�ndome a la mesa donde me
llenaban una copa de cava.


-Mi mujer y yo no nos separamos. Nos queremos y estaremos
toda la vida juntos.- Se acerc� a Krity y le bes� en su boca apasionadamente.


-Me alegro mucho por ello. De verdad. � Le dije mientras me
sentaba al lado de Eva. Le salud� acercando mis labios a su mejilla, a lo que
ella respondi� ofreci�ndome su boca.


-No te cortes. Si ya te la has follado. � Dijo Antonio con
una carcajada. Eva prolong� el beso introduciendo su lengua en mi boca. Yo no
sab�a c�mo reaccionar. Cuando me solt� Sara se acerc� a mi y tambi�n me bes� con
lengua. Volvi� a su lugar. Era el momento del brindis. Habl� Antonio:


-Quiero agradecer a Iv�n que nos haya abierto los ojos y que
haya hecho que mi mujer y yo veamos que nos queremos por encima de todo. Que el
sexo no ser� nunca un enemigo para nosotros sino un aliado. Que yo disfrutar�
del sexo si ella disfruta con el sexo, aunque no sea conmigo. Y ella har� lo
propio. Que no pondr� trabas a que mis hijas disfruten tambi�n del sexo con
quien quieran y como quieran. Kristy y yo seremos felices vi�ndolas disfrutar.
Hoy es un d�a importante en nuestra familia. Hoy dejamos atr�s todos los
prejuicios y abrimos la puerta al amor. Gracias Ivan.


Todos brindamos. Yo agradec� a Antonio sus palabras.


-Bien, pues que empiece la fiesta � Dijo Kristy mientras se
acercaba a m�. - �Quieres follar Ivan? � me pregunt�.


Yo me qued� parado sin saber qu� decir. Mir� a Eva, luego a
Antonio. Ambos parec�an estar de acuerdo con la idea.


-Kristy quiere agradecerte personalmente lo que has hecho por
nosotros. � Dijo Antonio.


-S� � Afirm� Kristy � y adem�s quiero disfrutar de esa polla
que vi esta ma�ana. Pobrecita, no le hice ning�n caso a pesar de haberme rozado
con ella � Puso mi mano en mi polla por encima del pantal�n. Todos rieron sus
palabras.


-Yo mientras tanto quiero probar a estas bellas se�oritas. �
Dijo echando un brazo por encima del hombro de Eva y de Sara � Esta ma�ana les
he visto hacer cosas fant�sticas y quiero que se las ense�en a su papi. Las dos
se abrazaron a su padre y se dirigieron a la piscina. Mientras tanto Kristy se
hab�a arrodillado y estaba bajando mi cremallera. Aquello era un sue�o. Pod�a
follarme cuanto quisiera a dos jovencitas preciosas y a una sueca madurita
explosiva. Ese pensamiento me llev� a la otra punta de la mesa, donde Judith
estaba sentada y miraba sin decir nada.


-Kristy, para un momento � le dije a su madre. Me mir�, y yo
mir� a Judith indic�ndole que estaba presente.


-Ya hemos hablado con Judith. Le hemos explicado lo que
haremos a partir de ahora y lo ha entendido. Le hemos dicho que si no quiere
verlo no lo har�amos en su presencia. Nuestra relaci�n ser� muy liberal a partir
de ahora, pero tenemos muy claro que debe basarse en el respeto de todos a
todos. A Judith no le importa mirar. Cu�ndo querr� entrar a formar parte de
nuestros juegos es una decisi�n que tomar� ella. � Me explic� Kristy, cambiando
el tono de lujuria por un tono solemne, pero amable.


Me tranquiliz� sabe que hac�a las cosas bien, as� que pude
concentrarme a partir de ese momento en Kristy.


-Muy bien zorra, pues sigue con lo que estabas haciendo. � Le
dije cambiando tambi�n el tono. Kristy me sac� la polla y se la trag� entera. Me
la mam� un buen rato. Mientras tanto pude ver como en la piscina Eva y Sara
estaban arrodilladas tambi�n frente a su padre. Los tres estaban desnudos, y las
dos jovencitas chupaban por turnos la polla de su padre. Kristy se levant�. Dio
un paso atr�s y empez� a desvestirse mientras bailaba de forma sugerente. Yo
tambi�n me desnud�, pero r�pidamente. Su striptease era lento y muy sensual. Se
quit� el vestido qued�ndose en ropa interior. Un a ropa interior blanca con
encajes, pr�cticamente transparente. Bail� un rato, y se quit� el sujetador.
Ten�a unos pechos magn�ficos: grandes y firmes. Bail� de nuevo toc�ndoselos. Se
llevaba los pezones a su propia boca y los lam�a. Meti� un de sus manos por
debajo del tanga y empez� a tocarse el co�o. Yo no pod�a m�s, as� que me acerqu�
a ella, le arranqu� la peque�a prenda , la sent� sobre la mesa y penetr� su co�o
bruscamente. Ella se tumb� sobre la mesa, yo me puse encima. Se mov�a como una
zorra. Mientras la follaba mir� a la piscina. All� Antonio penetraba por detr�s
a Sara mientras Sara le com�a el co�o a Eva, que estaba sentada en una de las
mesas de patio. Mi mirada se cruz� con la de Eva. Nos sonre�mos. C�mo hab�an
cambiado las cosas para ella en 24 horas. Kristy se corri�. Yo todav�a no lo
hab�a hecho.


-Quiero follarme tus tetas- l e dije. Ella obedeci�, baj� de
la mesa, se sent� en una silla. Y de pie frente a ella situ� mi polla entre sus
tetas. Ella se las cogi� y las apret� estrujando mi polla. Empec� a foll�rselas.
Estaba a punto de correrme cuando de repente escuch� la voz de Judith.


-Mam� quiero su leche.-Dijo con voz inocente. Era la primera
vez que escuchaba su voz. Su madre le sonri�, se solt� las tetas. Yo par� mi
movimiento y no sab�a muy bien qu� hacer. La madre se levant�, acarici� a su
hija y sali� a patio a llamar a los dem�s:


-Venid, Judith va a follar.


Todos acudieron a la llamada. Estaban expectantes. Cog�a
Judith de la mano y me la llev� al sof�. La familia se sent� tambi�n donde
pudieran ver sin perder detalle. Yo sentado y ella de pie comenc� a desnudarla.
Ella se dejaba hacer. La dej� en ropa interior. Ya usaba sujetador, se lo quit�.
Ten�a unas preciosas tetitas j�venes, blanquitas y de pez�n rosa. Le quit� las
braguitas y pude descubrir su chochito apenas peludo. El poco vello p�bico que
ten�a era rubio como el de Sara.


-�Por qu� no te tocas el chochito para que todos te veamos? �
Le dije con malicia. A lo que ella respondi�.


-No quiero hacerme una paja. Cuando me quiero hacer una paja
no necesito a nadie. Lo que quiero es que me folles y que te corras en mi cara.-
Me recrimin� la peque�a. Al principio me sorprendi� la reacci�n, pero luego re�
con toda la familia. As� que la sent� sobre m� y fui introduciendo lentamente mi
polla en su chocho. Ella se dej� caer sin miramientos y mi polla entr� hasta el
fondo.


-No te preocupes, me meto el consolador de mi madre siempre
que puedo. No me haces da�o. � Dijo para mi sorpresa. Empez� a cabalgarme como
una loca. Not� como se corr�a. Cuando acab� de hacerlo yo ya no pod�as m�s.


-Me voy a correr.- Dije yo. A lo que ella reaccion�
quit�ndose de encima y arrodill�ndose frente a mi con la boca abierta. Me corr�
abundantemente sobre su cara. Los chorros que cayeron sobre su boca fueron
tragados de inmediato. Con su lengua buscaba restos alrededor de sus labios.
Todos aplaudieron y felicitaron a la peque�a. En vista de su ansia de semen Eva
se acerc� y comenz� a lamer todas las manchas de su cara guardando la leche a la
boca. Despu�s la bes� descargando su contenido en la boca de su hermana. Sin
mediar palabra Judith se dirigi� a su padre, agarr� su polla y empez� a mamarla.
El padre no tard� en correrse en su cara tambi�n. Esta vez fue Sara quien le
ayud� a recoger hasta la �ltima gota de semen.


Fue una noche memorable a la que siguieron otras muchas. Al
cabo de un tiempo se convirti� en rutinario follar entre nosotros, por lo que
recurr�amos a invitar a alg�n amigo o amiga a una de nuestras fiestas. Al final
acabamos contratando putas, putos, incluso a alg�n transexual. Pero esa es otra
historia.


FIN


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Relato: Eva y su familia
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