Por razones de trabajo me toc� la suerte de poder visitar
Venezuela durante una semana. La persona a quien yo le iba a ense�ar el uso de
la nueva m�quina se enferm� y eso demor� mi estad�a all� algunos d�as m�s. Yo no
me quejaba porque igual era entretenido estar en ese hermoso pa�s, pero est�
claro que para una pareja de casados como yo y mi mujer, tambi�n se sent�a el no
poder tener sexo durante ese per�odo. Mi mujer a todo esto tiene 37 a�os, mide
1,65 m y tiene un delicioso cuerpo, adornado con un rico culo.
Lo que hicimos fue simplemente llamarnos cada tarde despu�s
de mi trabajo y conversar de todo, sobre todo de sexo. Eso nos excitaba y
aliviaba la separaci�n. La cuesti�n es que una tarde est�bamos conversando
excitad�simos de sexo, cuando ella me dice que por la ventana ve al perro de la
vecina acostado en nuestro patio tomando el sol. Lo que a ella le llam� la
atenci�n fue que el perro ten�a la verga bien parada y roja, como si �l tambi�n
estuviera necesitado de sexo. El es un perro mediano, casi grande, caf�, tirando
para viejo y que nos simpatiza mucho. El le pertenece a nuestra vecina que es
viuda. Es su acompa�ante y protector.
La cosa es que le pregunt� por el tama�o y grosor a mi mujer,
y ella excitada como estaba, se acerc� m�s a la ventana para hablarme desde ah�
y poder ver mejor la buena verga de Byron, como se llama el perro. Le pregunt� a
mi mujer si no le gustar�a tener una verga as� de gruesa entre las piernas y
ella me dijo que era buen grosor y largo. Cuando le dije que entrara a Byron a
la casa, ella se ri� de mi broma. Pero cuando le insist� y la hice ver que yo le
daba permiso, ella comenz� a tomarme m�s en serio y preguntarme si yo estaba de
acuerdo y si yo de verdad-verdad le recomendaba eso. Yo la fui excitando con
todo lo que me gustar�a hacerle a ella y diciendo que ya que yo no pod�a, ella
al menos pod�a intentarlo con Byron.
No ten�a nada que perder, y puede que con esa verga ella
pudiera quedar en algo satisfecha. Mi mujer me dijo que si ella segu�a mi
consejo era todo mi responsabilidad y que yo no me pod�a quejar de nada luego.
Que estaba demasiado excitada para poder pensar claro y que era yo quien la
estaba impulsando a ello. Y cuando le confirm� que lo hiciera, que entrara a
Byron a la casa, ella me dijo que iba a cortar el telefono y que m�s tarde ella
me llamar�a.
Pas� como media hora que se me hizo eterna y mi amorcito me
llam�. Yo ya ten�a claro de que de ella llamarme y reconocer que lo hab�a hecho
con el perro, yo tendr�a que ser super comprensivo y apoyarla en todo para que
no se sintiera mal. Y para mi deliciosa sorpresa, ella lo hizo!! Mi esposa meti�
a Byron al cuarto de estar y corri� la mesita para que el can se acostara en la
alfombra. Ella corri� todas las cortinas para sentirse a sus anchas a solas con
Byron y comenz� a acariciarle la verga y las bolas al perro de nuestra vecina.
No puediendo ni queriendo evitarlo, se atrevi� a mamarle la verga, algo que a
Byron le encant� y lo hizo ponerse a mil.
Un poco m�s dif�cil le fue a mi esposa el encontrar alguna
posici�n satisfactoria. Es que ella lo quer�a cabalgar, pero ni eso ni otras
posiciones le parecieron pr�cticas, a pesar de que en varias de ellas tuvo
metida en el co�o la gruesa y caliente verga de Byron. El problema para ella era
que el probar distintas posiciones y tener la verga del perro metida en su
vagina la excitaba m�s a�n y ella quer�a algo c�modo donde el perro le diera con
todo hasta que ambos acabaran. Lo que consider� curioso fue que cuando ella se
sent� en el sof� a pensar, y con las piernas abiertas, el perro instintivamente
se fue a lamerle el co�o, como si estuviera acostumbrado a lamer el co�o de una
mujer desnuda en un sof�.
La cosa es que luego de lamerle el jugoso co�o a mi amorcito,
Byron comenz� con la cabeza a tratar de voltear a mi mujer al tratar de meterse
tr�s su espalda. Ella se confundi� un poco primero, pero no tard� en darse
cuenta de que el perro sab�a exactamente c�mo se la quer�a coger: mi esposa se
puso en cuatro en el suelo y apoy� sus brazos en el sof�, mientras Byron se le
puso detr�s y comenz� a moverse tratando de encontrar la entrada del co�o.
Caliente como estaba mi amorcito, ella misma dirigi� la gruesa verga de Byron a
su ardiente y anhelante co�o y se dej� coger sin ning�n tipo de remordimientos
por el perro de la vecina.
No sabiendo qu� tan aguantador era Byron, mi mujer tuvo que
acariciarse fren�ticamente el cl�toris con los dedos para apresurar su orgasmo,
lo que ocurri� cuando ella sinti� que el perro se corr�a en ella y le tiraba
toda la leche en su co�o. Una vez repuestos y luego de acariciarlo como forma de
gratitud por el favorcito, mi esposa lo dej� salir de la casa por la puerta de
la cocina, instantes antes de que la vecina comenzara a llamar a su perrito
regal�n...
Fu� ah� cuando mi mujer me llam� y me lo cont� todo. Yo me
puse a mil de excitado, y le dec�a todo el tiempo lo mucho que me hubiera
gustado haber estado ah� entonces. Ella se re�a y me dec�a que de haber estado
yo ah� ella ni siquiera hubiera pensado en tener sexo con Byron. Es que
estabamos en distintas longitudes de onda: yo cachondo y ella reci�n satisfecha
sexualmente, as� es que no quise insistir. Cuando terminamos de hablar, me pegu�
una buena paja en honor a mi corneador, el perro de la vecina.
Mi mujer sigui� teniendo sexo y probando cosas con el perro
durante mi per�odo de ausencia, y algo retiscente al principio, acept� mostrarme
a mi llegada, c�mo lo hac�a para que mi peludo pero fiel y discreto corneador se
la cogiera. Algo as� hay que vivirlo para entenderlo. En mi caso, lo que yo m�s
gozaba era el yo mismo dirigir la verga de Byron hasta dentro del co�o de mi
esposa. Es delicioso participar en forma activa para que un perro le coja la
mujer a uno. Y es maravilloso el ver a la amada de uno tener un orgasmo gracias
a un cachondo perro de buena y gruesa verga. Tratamos de que la vecina no nos
descubra, pero por lo menos lo hacemos entrar a la casa una vez a la semana para
que Byron haga suya a mi mujer.