Yo alguna vez la hab�a visto desnuda en casa y dado que a mi
edad se est� siempre bastante salido, me hab�a puesto a mil. Fue en la ducha,
cuando entr� alguna vez sin querer, o cuando fui a su habitaci�n a coger algo, o
en la playa cuando se le sali� alguna vez el ba�ador. Pero no pasaron de ser
cosas fugaces. Yo albergaba en lo m�s profundo de m� verla otra vez desnuda m�s
tiempo.
Pero en el fondo no s�lo me conformaba con eso. Empez� como
una cosilla morbosa, pero iba convirti�ndose en algo que ocupaba mi mente m�s
tiempo de la cuenta. En casa no ten�amos la costumbre de cerrar las puertas con
cerrojo. Y adem�s ella y yo dorm�amos en una misma habitaci�n de dos camas, ya
que es un piso peque�o. Con lo que la ve�a cada dos por tres. Y ese verano era
bastante caluroso...
Mis padres por las tardes sal�an con unos amigos y se pegaban
bastante rato por ah�. Mi hermana y yo sal�amos con nuestras respectivas
amistades algunos d�as, y otros nos qued�bamos en casa. Antes de salir
acostumbr�bamos a ducharnos, uno despu�s del otro. Hubo un d�a en que yo me
acababa de duchar y ella entr� al ba�o. Mientras yo me estaba secando la cabeza
con la toalla, sin ver not� algo en el pene. Me quit� la toalla y vi que mi
hermana, riendo, me estaba tocando mi miembro con dos dedos, bromeando. Yo le
segu� la broma e hice adem�n de tocarle a ella un pecho.
Por desgracia a�n no se hab�a quitado el sujetador y las
bragas. Ella chill� riendo y se fue del cuarto de ba�o. Yo le dije algo as� como
que viniera si quer�a, y ella se asomaba por la puerta. Yo, desnudo, le dec�a
que se acercara. Ella no entr� pero yo not� c�mo me miraba el miembro, que
huelga decir que estaba algo crecido a pesar de que s�lo me hab�a tocado unos
segundos y que yo apenas le hab�a rozado una teta. Luego ella se fue. Cerr� la
puerta, pero no pude resistirme: me masturb� pensando en mi hermanita haci�ndome
una paja en el lavabo.
Una noche, d�as m�s tarde, mis padres salieron de cena por
ah�. Mi hermana no sal�a. porque quer�a ver no s� qu� en la tele. Estaba ella en
el comedor con una camiseta ancha y larga y las bragas como �nico atuendo. Fue a
la cocina a buscar patatas, y yo iba al comedor.
Cuando por el pasillo coincidimos, yo riendo le toqu� el
culo. Ella me dijo que era un guarro y me toc� el paquete. El caso es que
jugueteamos un poco as�, yo con mi mano en sus prietas nalgas y ella sosteniendo
mi bulto, carcaje�ndonos. Pero a pesar de la risa yo me estaba poniendo al palo.
Ella lo not�, ya que mi pantal�n era fino, y sin decir nada me segu�a tocando,
suavemente, con todos los dedos. Mis abultados genitales le llenaban su manita
ya. Y yo segu�a palp�ndole su culo, gozando como un loco, ah� de pie los dos. Le
pregunt� si nunca hab�a tocado una polla (no me constaba que tuviera novio) y me
dijo que no. Le dije que si quer�a, le dejaba verla y tocarla. Fuimos al
comedor.
Nos sentamos y me baj� los pantalones. Mi pene estaba tieso,
y ella al verlo abri� la boca de asombro. Dijo que el otro d�a del ba�o la hab�a
visto m�s peque�a y que pensaba que era siempre as�, que c�mo pod�a ser que
estuviera as� de gorda. Le as� la mano y se la puse en mi polla. Le expliqu�
c�mo moverla para dar gusto. Ella lo hizo al principio dubitativa, pero luego
con bastante arte. Mientras lo hac�a confes�, sin apartar la vista de mi falo,
que una vez me hab�a visto masturbarme bajo las s�banas, una ma�ana en que yo
pensaba que ella se hab�a ido de la habitaci�n, en penumbra.
Tambi�n me dijo que ten�a mucha curiosidad por ver c�mo lo
hac�a. Le dije que ahora ten�a la oportunidad de hacerlo ella misma, y que as�
aprend�a de primera mano conmigo. Ella segu�a meneando su mano, haciendo caso de
mis indicacione y consejos. Le dije que siguiera, que yo iba a correrme.
Me dijo que qu� ten�a que hacer y yo le dije que nada, que
siguiera ah� dale que te pego. Me encantaba ver su manita sosteniendo mi barra
de acero al rojo vivo, hinchada y gruesa, con sus dedos rode�ndola, sacudi�ndola
con ganas. Al final no pude m�s, y ech� un chorro de semen que salpic� mis
muslos y su brazo. Al ver la leche salir, mi hermana se apart� un poco pero yo
le inst� a que por favor no parara.
Su mano estaba empapada de semen. Le dije que me hab�a
encantado y que me hab�a hecho muy feliz. Luego le dije que yo quer�a
corresponderle haci�ndole lo mismo.
Ella dud�. Le dije que se lo iba a pasar muy bien, que no
hac�amos nada malo y que adem�s yo la quer�a, que era de confianza porque era su
hermano. Y que nuestros padres no volver�an hasta tarde, y era verdad. Tras
mucho insistirle ella accedi�, pero dijo que no le hiciera nada que ella no
quisiese.
Le dije que vale. Le dije que confiara en m� que yo lo hab�a
hecho con mi novia y que le iba a dar mucho gusto. Lo primero que le hice fue
quitarle la camiseta y las bragas. Aunque ella lo hac�a con algo de miedo, acab�
por acceder. Le dije que no ten�a nada que temer, que se tranquilizara y que
s�lo pensara en disfrutar y en ponerse calentita. Cuando la desnud�, le coment�
que su cuerpo era precioso. Le toqu� la barriga, los brazos, las partes menos
er�genas. Luego pas� a las tetas. Eran realmente grandes para una ni�a de su
edad, y para una mujer cualquiera incluso. Las sob� haciendo hincapi� en sus
perfectos pezones, ni muy grandes ni chiquitos, pero con pinta de estar
deliciosos. Le dije que disfrutara, que le iba a gustar, y que si todo iba bien,
y me dijo con voz queda que s�. Pas� a mamarle las tetas como un loco, y o�a sus
suspiros que indicaban que todo iba bien.
Luego baj� mi mano hasta su chocho, ya mojado. Y tras meterle
un dedo en la vagina, pas� a atacar su cl�toris. Lo roc� arriba y abajo,
mientras mi palma rozaba su vello p�bico bien recortado aunque no afeitado; su
co�o estaba impregnado de flujos, ella suspiraba cada vez m�s alto, gozaba como
loca bajo mi mano. Yo mientras iba teniendo una nueva erecci�n. No tard� en
correrse, se sacudi� arqueando la espalda y cerrando los ojos, la cara hacia
arriba.
Mi polla quer�a m�s acci�n y le dije que me la chupase un
poquito. Ella dijo que hab�a o�do hablar de lo de chuparla pero que no sab�a.
Mis indicaciones fueron cortas y breves: "m�tetela en la boca y c�gela, y ve
chupando la punta". Ella se arrodill� ante mi verga crecida y se la coloc� entre
los labios. La t�a, ante mi sorpresa, lo hac�a con mucha suavidad y tacto. Tras
mis indicaciones lo hac�a ya de tal manera que me estaba poniendo a tope. Se
concentraba mucho en lo que hac�a, y hac�a correr mi glande entre sus labios de
forma r�tmica y firme, y yo notaba su boca caliente en mi polla m�s caliente
a�n.
Expuls� semen tras decirle que se colocara el pene en sus
tetas, e inund�ndole sus peras con mi leche. Ten�a madera de zorra, s�, y yo era
feliz. Ahora ten�a clara una cosa: quer�a foll�rmela, quer�a hacerle de todo a
esa putita. Met�rsela por todos lados, a todas horas. Hacerla enloquecer
conmigo.