Relato: Cuidando a nuetras sobrinas
Al llegar a casa de trabajar mi se�ora me comenta que su hermana la habia llamado pidiendonos un favor, que fue el disparador de lo sucedido. En ella nos pedia hacernos cargo de sus hijas por un mes, pues deberia viajar con mi hermano a realizar un curzo de capasitacion a Alemania enviados por la empresa donde ambos trabajan. De mi parte no puse objecion pues Maria y yo no saldriamaos de vaciones por falta de dinero, las nenas estaban de vaciones, y yo salia de licencia ese mismo dia; por lo tanto nos podriamos hacer cargo de su cuidado.
El doimingo partieron dejando a las nenas en nuestra casa, Liliana de once y Romina de seis a�os. Entre juegos, tareas del hagar, paseos y salidas de compras transcurrieron los primeros dos dias. La confianza iba creciendo en nuestro trato cotidiano, tanto que ninguna extra�aba a sus padres. Una noche me levante al ba�o, al pasar por la puerta del dormitorio de ellas, entre a cerrar la ventana pues estaba por llover, Lili estaba dormida, pero Romi que era mas chica estaba despierta con miedo a la tormenta. Volvi a nuestro dormitorio y le comente a Maria lo susedido, se levanto y trajo a Romi a dormir con nosotros pues estaba asustada, la acosto a su lado y ambas se durmieron; la tormenta era muy electrica con truenos y relampagos. Esto hizo que Lili tambien se despertara asustada, fue a mi a quien ahora le toco levantarse al sentir que nos llamaba, pues Maria continuaba dormida, como era logico despues de un dia agotador, me ofreci a quedarme con ella un rato hasta que pase la tormenta, me acoste en la cama de al lado, el estruendo de un trueno hizo que Lili me pidera acostarce junto a mi pues tenia miedo.
-Esta bien, ven pero no hagas ruido, la tia y Romi estan dormidas-
Conteste, se cruzo de cama, levante la sabana para que se acostara a mi lado, el dormitorio estaba oscuro solo se alumbraba esporadicamente con la luz de algun relampago. Su perfume de nena y la sensacion de tenerla tan cerca nublaron mi mente por un momento, la cama de una plaza hacia imposible evitar el roce entre nosotros, se dio buelta hacia un costado, dandome la espalda, hice lo mismo para darle yo tambien mi espalda pero fue imposible, definitivamente la camna era muy chica, por lo que me di buelta quedeando de frente a su espalda. Hubo en ese momento un roce sin querer entre mi pene y su cola, por lo que me aparte un poco, quedando al borde mismo de la cama.
Mis pensamientos eran contradictorios, mi imaginacion cobraba buelo mas alla de lo real. Que hacer en esta situacion, lentamente fui arrimandome hasta sentir nuevamente el rose de mi pene dentro de mi boxer en la cola de ella, me quede inmobil, ella no se movio, puse mi mano a la altura de mi cadera, lentamente empese a pasarla hasta rosar con uno de mis dedos su cadera, luego otro, otro y finalmente mi mano estaba asentada en su cadera, palpando la suave tela de su camison. De a poco fui bajando mi mano en busca de su cola, me separe un poco, mi mano ya acariciaba una de sus nalguitas. No sabia que hacer, si continuar o no, mi ereccion era importante, baje mi mano en busca de la falda de su camison y muy lentamente fui subiendolo hasta dejar su colita solo cubierta con la bombachita. De a poco fui acariciandola por deatras, con sutilesa y mucha desicion fui bajandole lentamente su bombachita, su colita estaba totalmente desnuda, pase mi mano por ella, era muy suave, estaba muy durita. Estaba decidido ya a seguir adelante, sabiendo que ella era consiente de lo que le estaba haciendo, pues estaba depierta, y al no haber ofrecido resistencia en ningun momento decidi seguir adelante.
-Date buelta- Le susurre al oido, y asi lo hizo, quedando acostada boca arriba. Puse mi mano por ensima de su pancita, y muy lentamente comense a bajarla, su conchita estaba totalmente desnuda, pues su bombachita estaba a la altura de las rodillas y su camison bien arriba. Uno de mis dedos llego hasta su conchita, estaba tibiecita, un poco humeda, era muy chiquita y no tenia bellos. Su rayita me ponia loco, mi pija parecia estar a punto de estallar, con mucho cuidado pase mi dedo por su conchita, hasta detenerme en su entradita, ahi lo hacia jugar como buscando hacerlo entrar, pero era muy chiquito y estaba bien apretadito. Por primera vez hablo en vos muy bajita:
-Que haces tio?
-Nada mi chiquita, solo estamos jugando un poco, te gusta?
-No tio, tengo miedo.
-No tenagas miedo, no te voy a hacer da�o, solo unos mimitos nada mas, un poquito mas y ya terminamos de jugar. Si? Queres?
-No se, no se, tio.
-Se buenita con el tio que te hace compa�ia para que no tengas miedo a la tormenta, un poquito mas.
-Bueno un poquito nomas.
-Sacate la bombachita del todo para que estes mas comoda-
-Bueno, ya esta.
-Abre un poco las piernas, eso es asi un poco mas, que linda sos, me gusta mucho tocarte, te gusta que te toque asi?
-Si un poco.
-Bueno mi nena linda tu conchita es hermosa.
Baje la sabana, le quite el camison dejado su cuerpito desnudo. Toque sus tetitas, eran muy peque�as, apenas si aparecian en su pecho. Le abri las piernas lo mas que pude, me agache sobre ella y empese a pasar mi lengua por su rayita, me detube en su clitoris, era apenas un botoncito, y chupe un buen rato su conchita, estaba deliciosa, con un tenue aroma a pis.
Me incorpore, me recoste a su lado, y sin decir palabra tome una de sus manos, la lleve hasta mi pija, hice que la recorriera acompa�ada de mi mano, y sin soltarla ni un momento, le fui indicando como masturbarme con su manito y la mia, mientras con la otra tocaba su conchita que estaba muy huneda. Fui acelerando los movimientos de nuestras manos hasta terminar eyaculando en su manito.
Fue un momento unico, me levante busque una toalla le limpie la mano. Le pedi que se pusira el camison y su bombachita y le pregunte si le habia gustado como habiamos jugado. Contesto con la cabeza asintiendo, se acosto en su cama y se quedo dormida.
Yo no podia dormir, tenia miedo de lo que fuera a pasar al otro dia, si ella contaba lo sucedido, que le diria a mi esposa, en fin lo cierto es que me habia gustado mucho lo susedido. Ma�ana sera otro dia, pense, y tuve una mejor idea, seria yo quien le cuente a mi esposa lo sucedido.