Todo empieza cuando mi hermana gemela y yo �bamos caminando
por las calles y de pronto, se nos apareci� una hermosa se�orita, se nos acerc�
y nos empez� a hablar como si la conoci�ramos desde hace mucho.
Mi gemela y yo, le seguimos la pl�tica, pues parec�a muy simp�tica.
Seguimos hablando durante mucho tiempo, hasta que se hizo de noche
y era hora de retirarnos. La invit� a que nos acompa�ara a la casa, acab�bamos
de ganar una amiga as� sin m�s, y algo as� no pasaba todos los d�as.
Llegamos a nuestra casa y nos sentamos en la sala, a tomar unas
copas, las cuales se nos pasaron despu�s de un rato y est�bamos medio pasadas de
copas.
Fue entonces cuando decidimos ir a dormir, dej� que ella durmiera
conmigo y mi hermana fue a su cuarto.
Ya despu�s de un rato de habernos dormido, comenc� a sentir un roce
por mis pechos y mi vagina, pens� que ser�a la s�bana o algo as�, pero entonces,
abr� los ojos y vi a nuestra nueva amiga Mariana tocando mis grandes pechos.
�QU� EST�S HACIENDO ?- le pregunt�, mientras me alejaba de ella.
TU SOLO REL�JATE Y D�JAME RECORRERTE TODA, QUIERO TOCARTE TODA.-
respondi� ella mientras me levantaba la blusa.
Como estaba medio pasada, no hice movimiento alguno y dej� que ella
siguiera jugando con mis pechos y comenzara a apretar mis pezones, que estaban
duros.
Mariana se hinc� sobre mis caderas y comenz� a besarme el cuerpo,
los pechos, me lami� toda.
Not� como poco a poco me fui humedeciendo y entonces comenc� a
disfrutar las caricias de mi nueva amiga.
Me lami� suavemente mis pezones, lo que los endureci� al m�ximo,
lami� mis pechos, todos ellos quedaron ensalivados por completo y despu�s,
Mariana baj� un poco y me quit� mi braguita, lentamente, desliz�ndola por mis
piernas, lamiendome toda, haciendo que mi vagina comenzara a chorrear m�s y m�s.
Ya que me hubo quitado todo, comenz� a desnudarse poco a poco, de
manera muy sensual.
Se levant� de la cama y se par� junto a m�.
Yo me sent� y comenc� a ver como bailaba sensualmente para m�.
Se quit� su ropa, poco a poco, sus pantalones, baj� sus braguitas
poco a poco y me dej� ver esa hermosa vagina.
Sin dudarlo ni un momento m�s, me arrodill� y comenc� a chup�rsela,
mientras ella continuaba quit�ndose la playera y desabrochando su sost�n.
Comenc� a lamerle su sexo, era delicioso, empapado de juguitos
gracias a m�, met� mi lengua poco a poco y gradualmente mis dedos.
AS�, AS�, SIGUE, SIGUE, QUE ME CORRO, SIGUE MI AMOR- gem�a ella
mientras yo continuaba con mi labor.
Ella me empujaba la cabeza hacia su sexo y yo lam�a freneticamente
cada pedacito que se me ofrec�a.
La tom� de las caderas y la llev� hasta la cama, me sent� junto a
ella y comenc� a besarla, mientras ella tocaba mis pechos, mientras acariciaba
mi vagina con la otra mano y yo hac�a lo mismo con ella, nos humedecimos todas,
bes�ndonos apasionadas, hasta que finalmente nos quedamos dormidas.
A la ma�ana siguiente, nos levantamos al mismo tiempo y nos dimos
un beso de buenos d�as.
Mi hermana estaba en la cocina, haci�ndonos el desayuno.
Mi amiga y yo fuimos a donde estaba ella y yo, atrevidamente le
cont� lo que hab�amos hecho ; mi hermana se qued� quieta, sin decir nada, quiz�
porque le extra�aba que yo tuviera esas tendencias, no s�, pero inmediatamente
not� como sus pezones se pararon poco a poco, igual que los m�os.
Las dos nos miramos fijamente y nos acercamos la una a la otra,
poco a poco, era como caminar hacia mi reflejo.
Nuestros cuerpos eran pr�cticamente iguales, las dos ten�amos los
pechos grandes y hermosos, bien formados, con un trasero grande tambi�n, que era
objeto de deseo de muchos hombres y muchas mujeres tambi�n.
Nuestra cara era pr�cticamente id�ntica.
Pero ah� estaba yo, parada frente a mi reflejo, viendo mis hermosos
pechos.
Mi hermana me tom� de las caderas y yo hice lo mismo, comenzamos a
bailar sensualmente, mientras Mariana nos ve�a y comenzaba a excitarse.
Mi hermana y yo comenzamos a tocarnos el trasero, nuestras nalgas
eran deliciosas la una para la otra, nos recorrimos nuestros cuerpos, completos,
hasta el m�s m�nimo detalle. Aplastando nuestros pechos, y entonces, comenzamos
a besarnos tiernamente, tom� a mi hermana por el cuello y le bes� los labios, le
met� toda mi lengua en esa hermosa boca suya y comenc� a saborearla.
Ella, por su parte comenz� a masajear mis pechos deliciosamente,
tocando mis pezones a cada momento.
Definitivamente era mi hermana, sab�a lo que m�s me excitaba.
Mientras tanto, Mariana, nos ve�a ; se hab�a sacado un pecho del
brassiere y se lo sobaba suavemente, viendo como a mi hermana y a m�
apasion�ndonos.
Entonces, mi hermana y yo tomamos a Mariana de una mano cada una y
la llevamos hasta mi cuarto.
Nos paramos frente a ella y le dijimos : ANDA, C�GENOS, QUE SOMOS
TUYAS, HAZNOS TUS PUTITAS, HAZNOS TUS GEMELAS DE CAMA, C�GENOS COMO QUIERAS.
Y Mariana, sin hacerse del rogar, se acerc� a mi hermana.
La tom� de las caderas y la bes�, metiendo su lengua en la boca
mientras mi hermana se entregaba totalmente a su nueva due�a.
Mariana se arrodill� y desabroch� el pantal�n de mi hermana
lentamente, besando sus piernas y besando su vagina a trav�s de sus braguitas.
Mi hermana solo gem�a levemente.
Mariana continu� con su labor y ya que le hubo quitado el pantal�n
a mi hermana, comenz� a bajar sus medias, era algo excitante, Mariana ten�a una
forma muy sensual de hacer las cosas.
Baj� las medias rozando las piernas a mi hermana, haci�ndola
excitarse cada vez m�s y m�s.
A trav�s de su calzoncito vi como comenzaba a humedecerse por los
toques de su amante.
Mariana, de un solo jal�n acab� de quitar las medias y baj� las
braguitas de un solo jal�n tambi�n.
Entonces subi� y le arranc� la blusa a mi hermana y desabroch� su
sost�n, haciendo que sus enormes pechos saltaran.
La bes� unos momento y entonces, entre las dos me desvistieron.
Mi hermana baj� mis pantalones y mis braguitas r�pidamente y
comenz� a lamer mi vagina.
Mientras Mariana me retir� mi blusa y mi brassiere completamente y
comenz� a lamer mis hermosos pechos.
Mis pezones estaban a punto de reventar y Mariana, comenz� a
succionarlos como beb�, me excit� tanto que me corr� en la boca de mi hermana,
quien no hab�a dejado de lamerme.
Mariana, era tan excitante, lam�a profesionalmente y mi deseo por
ella aumentaba cada vez m�s y m�s.
Entonces, fue cuando mi hermana y yo decidimos que era el momento
de hacer gozar a nuestra amante.
Las dos nos lanzamos sobre ella y comenzamos a besarla en la boca,
le lamimos la cara.
Met� mi mano bajo su pantal�n y comenc� a tallar su vagina, que
estaba rebosando en l�quidos.
AHORA SI TE VAMOS A HACER CORRERTE, MI AMOR, - dijo mi hermana,
mientras le quitaba la blusa a Mariana y nos ense�aba sus hermosos pechos.
Yo, por el momento, le hab�a bajado los pantalones y le chupaba su
sexo como la noche anterior, esa vaginita que tanto me hab�a encantado de nuevo
en mi boca.
Acostamos a Mariana en la cama y yo lam� su sexo, metiendo mi
lengua y mis dedos al mismo tiempo, mientras mi hermana se hab�a sentado sobre
Mariana, d�ndole de comer su sexo.
Yo chup�, lam� y succion� todo lo que aquella vagina me pod�a dar,
juguitos deliciosos y Mariana se arqueaba conforme yo la hac�a sentir placer.
Mi hermana tambi�n se arqueaba conforme Mariana le mord�a la vagina
al acercarse al orgasmo.
Mientras yo chupaba, le sobaba el trasero a mi hermana, quien
estaba a mil, y tuvo un peque�o orgasmo en la boca de Mariana, quien se trag�
todos sus juguitos.
Yo, por mi parte, hab�a hecho que Mariana se excitara a tal grado,
que sus pezones estaban gigantescos, la lam�, hasta que de pronto, tuvo un
maravilloso orgasmo que me llen� toda la boca de juguitos.
Ya que las tres nos corrimos, nos preparamos para la mejor parte
del d�a.
Mi hermana sac� un consolador que ten�a escondido en sus cajones y
se lo dio a Mariana.
Las dos nos pusimos de a 4 frente a ella, enese��ndole nuestras
nalgotas y le dijimos.
AHORA S�, PRECIOSA, C�GENOS A LAS DOS, DANOS TODO.
Y con toda decisi�n, ella tom� el consolador y de un solo tiro se
lo meti� en la vagina a mi hermana, quien dej� salir un grito de dolor al
principio.
Yo ve�a como se cog�an a mi hermana, mientras me masajeaba mi
vagina.
Mariana comenz� un mete y saca con el consolador, mientras mi
hermana se apretaba los pechos con fuerza, para desahogar su gozo.
Mariana dej� el consolador dentro de la vagina de mi hermana y
comenz� a lamerle el ano, con tal sensualidad que me corr� al momento de ver
eso.
Meti� el consolador dentro del ano de mi preciosa hermana, poco a
poco cachito a cachito hasta que ella se acostumbr� a �l y entonces, comenz� de
nuevo con un mete y saca fren�tico, que hizo que mi hermana soltara unas
l�grimas de dolor.
Vi como mi hermana perd�a fuerzas poco a poco y entonces, dej�
salir un �ltimo grito antes de llegar a su orgasmo.
Cay� rendida sobre la cama y Mariana le sac� el consolador.
AHORA ES TU TURNO DE NUEVO, TE VOY A HACER LO MISMO QUE A TU
HERMANITA- dijo ella mientras me pon�a de cuatro.
Lami� ano un poco, pero esta vez, no dud� ni un poco en meterlo
todo de un solo golpe.
El dolor que sent� fue horrible, dej� escapar un grito de dolor,
mientras Mariana me agarraba de las caderas fuertemente y comenzaba a met�rmelo
todo.
Fue un dolor intenso, pero muy pronto se convirti� en placer
extremo.
Mi vagina se humedeci� al m�ximo y mucho antes de que ella pudiera
sacarme el consolador, tuve un orgasmo descomunal y me corr� en su mano,
llen�ndola de mi juguito.
Mi hermana y yo nos levantamos al mismo tiempo y tomando el
consolador, tomamos a Mariana de las caderas y se lo metimos todo.
�QUER�AS A TUS GEMELAS PRECIOSA, PUES AQU� EST�N LAS DOS, TE EST�N
COGIENDO AHROA.
Y comenzamos a meterle el consolador en la vagina, Mariana se mov�a
r�tmicamente con nosotros y nos contagiaba su sensualidad.
Mi hermana y yo nos bes�bamos mientras segu�amos penetrando a
nuestra amante.
Le metimos el consolador hasta adentro, haci�ndola pegar un grito
de dolor intenso y despu�s, tuvo su orgasmo.
Mi hermana y yo nos encargamos de limpiarle todo y despu�s, las
tres nos quedamos dormidas, Mariana con sus dos gemelas desnudas.