Por fin me he decidido a contaros mi historia despu�s de
haber encontrado esta magn�fica p�gina y saber que hay otras personas que sabr�n
apreciarla.
Mi experiencia quiz�s tenga algunas diferencias con las que
circulan por ah�, para empezar mi esplendorosa madre no est� viuda ni divorciada
ni mi padre la maltrata ni nada parecido. Tampoco es la historia de un
adolescente, pues cuando esta historia empez� yo ten�a 25 a�os y mi madre 51
ahora tengo ya 33 y mi madre 59 y seguimos follando siempre que podemos.
Por cierto antes de comenzar voy a describiros a mi madre.
Esta tambien ser� una de las diferencias con las historias que hayais le�do
hasta ahora. Mi madre, Francisca, no es una belleza escultural, ya he dicho que
cuando empez� esta historia ten�a 51 a�os, pero es muy guapa. Tiene unos grandes
ojos oscuros, pelo te�ido de rubio cortado en media melena, una boca
terriblemente sensual de labios carnosos y h�medos que invitan a com�rselos.
Pero su principal caracter�stica es que es gorda, no rellenita, mi madre es
gorda. Por aquel entonces deber�a rondar los cien kilos o m�s, pero puedo
aseguraros que cuando se pone sexy no hay hembra que te ponga m�s cachondo. Su
piel es increiblemente fina especialmente sus manos de largos y gruesos dedos
rematados por unas u�as duras muy bien cuidadas y siempre pintadas de rojo.
Sus piernas son dos columnas de carne que forman unos
peque�os pliegues en el interior de sus muslos y que se convierten en su parte
posterior en unas tremendas nalgas que forman un enorme culo. rotundo,
espectacular, que cotrasta con el diminuto orificio de su ano.
Su sexo es como un higo maduro. Rojo, dulce y oloroso, con
una mata de pelo negro que ahora empieza a disminuir. Por �ltimo os hablar� de
sus pechos. En comparaci�n con el resto de su enorme cuerpo sus tetas son
peque�as, son como dos meloncitos redondos, algo ca�dos, y con una gran areola,
con un pez�n muy oscuro que resalta con la increible blancura de sus carnes.
Pero lo m�s increible de mi madre, es su extrema calentura. Es una hembra que ha
nacido para el sexo. Disfruta follando y nadie me ha dado tanto placer como ella
en mi vida.
La primera vez que tuvimos relaciones sexuales fue una noche
de verano. Mi padre trabajaba en el turno de noche de una f�brica y yo estaba de
vacaciones, estaba durmiendo cuando me despert� con una tremenda erecci�n, fu�
al lavabo a orinar y a beber un poco de agua y cuando volv�a a la cama me d�
cuenta que el televisor segu�a encendido me dirig� al comedor y pude ver a mi
madre dormida en el sof�. Apagu� la tele y fui a despertarla para que fuera a la
cama, entonces me fij� en ella mientras dorm�a. Llevaba un viejo vestido verde
de estar por casa con una fila de botones desde el pecho hasta la barriga y
debido al calor del verano llevaba varios botones abiertos, esto hizo que uno de
sus pechos casi saliera de su prisi�n, pod�a ver la oscuridad de su pez�n y
cuando me d� cuenta la erecci�n hab�a vuelto. Antes de despertarla le sub� un
poco el vestido para poder admirar sus impresionantes muslos, me puse a sudar,
as� que decid� despertarla. Le d� un suave beso en la mejilla justo junto a sus
labios y ella se despert� un poco. yo estaba inclinado sobre ella y le susurr� a
la oreja:
-venga mam� vamos a la cama
todav�a medio dormida, me contest�:
Ahora mismo, cari�o, pero antes porqu� no me haces un peque�o
masaje, me he quedado un poco entumecida en el sof�
Se incorpor� y yo me puse a su espalda estaba muy nervioso
debido a mi excitaci�n y creo que me temblaban las manos, pero la calentura pudo
m�s que yo as� que le dije:
-Desabot�nate un poco el vestido para que pueda hacerte mejor
el masaje o si lo prefieres s�catelo.
Nada m�s decirlo me arrepent�, pero ella solo gir� la cabeza
y mir�ndome a los ojos solo dijo:
-de momento prefiero desabotonarme.
Rojo como un tomate empec� a masajearle el cuello y los
omoplatos, al poco rato mi madre se dej� ir y empez� a emitir peque�os ronroneos
de placer, yo tambien me dej� llevar y me volv� a poner cachondo. Solo que ahora
ten�a mis manos puestas sobre aquel monumental cuerpazo. Mis caricias empezaron
a bajar m�s por su espalda con lo que forzaba el vestido, que cada vez iba
soltando m�s botones y se iba deslizando m�s y m�s dej�ndome ver toda aquella
carne, y entonces d� el siguiente paso. Mis manos pasaron de su espalda a tocar
sus pechos. Mam� se puso tensa un segundo, pero yo segu� masajeando c�lidamente
aquellas dos tetas y enseguida not� como sus pezones se pon�an duros bajo mis
dedos y aumentaban de tama�o hasta parecer dos canicas. Sus suspiros se
convirtieron en jadeos y puso sobre mis muslos sus preciosas manos mientras
echando su cabeza para atr�s me susurr� a la oreja :
-No pares, me est�s poniendo terriblemente cachonda,
cabronazo
Aquello me puso a mil. Llev� mis dedos a mi boca y
moj�ndomelos de saliva volv� a masajearle las tetas, aquello la volvi� loca. Mi
otra mano pudo abrirse paso entre su carne hasta encontrar su co�o. Estaba
totalmente mojado y pude meter de golpe tres dedos en su abierta vagina. Todo su
cuerpo se estremeci�, y entonces me dijo:creo que ahora si me voy a desnudar y
de paso te har� yo un masaje, creo que te lo mereces cari�o. Dej� caer toda la
ropa y pude admirar aquel cuerpo en toda su inmensidad. Se sent� abierta de
piernas en una silla para que pudiera admirar su tremendo chocho y me hizo
sentar sobre sus muslos, cara a cara. Mis manos se volv�an locas recorriendo sus
carnes y le dije:
-mam�, nunca una mujer me hab�a puesto tan cachondo y el echo
de que seas mi madre a�n me excita m�s. Por favor hazme gozar.
Me contest�:-te voy a dar tanto placer, que no te lo puedes
ni imaginar. Adem�s quiero que seas consciente que la mujer que va a hacer que
te corras es tu madre.
Sin decir nada m�s clav� su c�lida lengua en mi boca, se
mov�a como una serpiente. la met�a y la sacaba y entonces deposit� un cargamento
de espesa saliva sobre mi lengua. Me agarr� fuertemente a sus poderosas nalgas y
me corr� sobre su inmenso vientre. Mi cuerpo se estremec�a de gusto con la
primera eyaculaci�n y mientras ella pasaba su mano por mi derramada leche y se
la llevaba a la boca, me dijo:-esto solo acaba de empezar.
Mientras segu�amos d�ndonos lenguetazos por todas partes ella
empez� a masajearme el pecho, y con sus dedos empez� a juguetear con mis
pezones, hasta que comenz� a rascarlos con sus u�as, a estir�rmelos y a
mordermelos. Puse mis dedos en su encharcado co�o y con mis manos chorreando sus
jugos yo tambien empec� a jugar con sus tetitas.
-Me vuelven loco tus peque�os pechos, mam�, es tan excitante
tu enorme cuerpo ese par de jugosas manzanas. -le dije mientras le masajeaba los
pezones.
-tu si que me vuelves loca, hijo, no pares de jugar con mis
pezones, me haces correr de gusto, cabronazo.
Yo, no paraba de morderlos, chuparlos, y rascarlos con mis
u�as y entonces ella baj� una de sus manos para empezar a masajearme las nalgas.
estaba absolutamente excitado y empec� a masturbarla fren�ticamente. En ese
momento mi madre se llev� sus dedo �ndice a la boca y tras sacarlo totalmente
mojado de su saliva, me lo meti� en el culo. lanc� un gemido de dolor, pero
pronto se convirti� en placer, mientras mam� iba moviendo su dedo por mi ano.
-Te gusta verdad, �tu mam� te est� dando gustito cari�o?
-no pares madre, creo que voy a correrme y me gustar�a
hacerlo en tus tetas
-no, prefiero que te corras en mi boca, tengo tantas ganas de
comerme la polla de mi ni�o.
-Tus deseos son �rdenes, mam�.
Le met� mi verga en la boca y empez� a chuparla como estoy
seguro solo una madre puede hacerlo. El amor y el deseo se juntaban en ese acto
y en ese momento explot�. mam� trag� toda mi leche manteniendo mi polla en su
boca hasta que mis espasmos se calmaron y entonces con sus labios a�n
relucientes de semen nos dimos un morreo largo c�lido y sensual mientras
nuestras manos segu�an acariciando nuestros cuerpos. Todav�a unidos por ese beso
nos levantamos y fuimos a su cama, para pegar nuestro primer polvo. pero eso ya
os lo contar� otro d�a.