Relato: Un viejo me folla



Relato: Un viejo me folla




Soy Cristina; tengo 21 a�os y estoy casada hace dos a�os con un hombre
maravilloso. Con Pablo nos conocimos hace tiempo el estaba en la Universidad
donde �l estudiaba Arquitectura y yo estudiaba en una escuela para modelo
,Reci�n casados, decidimos independizarnos y vivir donde nos lo permitiera
nuestro bolsillo. Vengo de una familia de buen nivel econ�mico, igual que Pablo.
Pero cuando decidimos contraer matrimonio, �l reci�n titulado y yo apunto de
egresar, nos propusimos empezar de abajo y sin ninguna ayuda de nuestras
familias. Es as� como empezamos nuestras vivas en un barrio com�n y corriente de
la ciudad, donde hab�an tanto casas bonitas como otras bastante feas, y la
variedad de estas tambi�n corr�a para con la gente que las habitaba. Por nuestra
parte no socializ�bamos mucho con nuestros vecinos, incluso a Pablo le ca�a
bastante mal nuestro vecino de junto; dec�a que me miraba bastante y ni siquiera
era disimulado como los dem�s; mas de un encontr�n hab�an tenido por ese tipo de
bober�as.



A mi parecer Don Tito, que es nuestro vecino, con sus cincuenta y
tantos a�os a cuestas; una barriga cervecera y un rostro de ogro malas pulgas,
nunca hab�a tenido la oportunidad de observar tan de cerca una "mujer tan
atractiva
", cuando le dec�a esto a mi marido lo relajaba y me devolv�a una
sonrisa. Adem�s la esposa del viejo, Do�a Raquel, era una se�ora muy amorosa y
me entreten�a conversando con ella cuando venia a pedirme algo de vez en cuando;
as� que le ped�a a Pablo que no fuera tan antip�tico con los vecinos de junto.


Por otro lado, y a decir verdad, nuestra intimidad era bastante relajada; por
mi lado nunca hab�a estado en la cama con otro hombre que no fuera Pablo y �l,
aunque con bastante mas experiencia, me trataba con mucho respeto; �qui�n sabe?
Quiz� no quer�a hacerme sentir incomoda. En cierta forma, yo sabia que no me
llenaba en la cama, pero me lo negaba a m� misma.


Bueno, creo que con esta peque�a introducci�n, se dar�n cuenta de c�mo estaba
mi vida; en general bastante normal y por lo mismo, si me hubieran dicho lo que
iba a pasar nunca lo hubiera cre�do.


Todo empez� hace unos seis meses. Como ya les dije, la vida sexual con Pablo
no era muy buena; lo que quiero decir es que me hacia sentir que no lo complac�a
como hombre y eso me apagaba como mujer. Cada vez me fui sintiendo mas
necesitada.


Pablo trabajaba en una empresa constructora y le pagaban bien, mientras yo
trabajaba en casa dedicada a mi examen, para obtener el titulo de abogada;
ten�amos fe que pronto me titular�a y empezar�a a aportar para obtener nuestra
casa so�ada.


Una tarde hacia tanto calor que me puse unos jeans ajustados, una blusa
bastante ligera, y sal� por unos refrescos. En la calle me percate que mas de
alguna mirada iba dirigida descaradamente a mi trasero o a mis pechos. Lo mas
sorprendente fue que me di cuenta que me excitaba, cuando ve�a a alg�n viejo
verde o a alg�n chiquillo mirando mi cuerpo me mojaba y no pod�a evitar caminar
de forma sensual para provocar mas miradas. Cuando empezaron los dichos
atrevidos como "mira que culazo"; "buenas tetas se�orita"; "tienes
cara de mamadora"
o "te gusta parar vergas", mi excitaci�n ya era
demasiada. Llegue a casa solo a encerrarme en el ba�o a masturbarme, y no les
miento cuando les digo que estuve cerca de una hora orgasmo tras orgasmo, fue
genial. Fue ese d�a que nunca olvidare, fueron los recuerdos de esas miradas y
de esos atrevimientos de hombres �excitados y deseosos! los que me dejaron
satisfecha, mi noche fue tranquila y relajada, si que me sent�a bien, pero no
duro mucho. A la ma�ana siguiente Pablo ya no estaba, se hab�a ido a trabajar, y
yo me quede sola con los recuerdos. No me tarde mucho en tomar los mismos jeans
y una blusa aun mas ajustada y salir a caminar, solo a caminar, a observar y a
escuchar. Los comentarios soeces no demoraron en aparecer y lo ocurrido el d�a
anterior volvi� a suceder.


�



Al d�a siguiente volv� a salir, y el siguiente y el siguiente. Empec� a hacer
mas ejercicio para verme mejor, me compre maquillajes mas coloridos e incluso
practicaba las formas de caminar mas sensuales. Definitivamente era feliz con mi
nuevo hobby, me daba cuenta que las miradas y sobre todo los dichos de aquellos
extra�os en la calle me llenaban de erotismo, me hac�an sentir mujer, y en un
barrio de esas caracter�sticas no era dif�cil encontrar alg�n sujeto que te
mirara descaradamente y te dijera alguna groser�a, incluso la diferencia de
estatus social me provocaba locas ideas que resultaban en excitaci�n, era como
una BELLA PRINCESA entre plebeyos hambrientos y deseosos de CARNE
FRESCA....sucios y mal olientes plebeyos deseosos de mi Carne.


Un d�a que estaba muy excitada; fue un Mi�rcoles, si, si que lo recuerdo. Esa
ma�ana en especial estaba muy inquieta, y pens� que esa salida deb�a ser
especial. Me puse una falda a medio muslo, bastante ligera para que destacara la
forma de mis nalgas, desnudas pues mi peque�o tanga ya hab�a sido absorbido por
ellas; arriba solo una blusa apretaba mis pechos donde se notaban mis pezones
parados y duros; deje mi cintura al aire libre y unas sandalias con taco
completaban mi incre�ble atuendo.


Sal� de casa dispuesta a llamar la atenci�n de cualquier hombre que se me
cruzara por delante. Camine mucho ese d�a y escuche muchos comentarios
asquerosos. Al rato de haber salido de casa, cruce el Parque Central y un viejo
malviviente estaba sentado en una banca. Desde que lo vi de lejos sabia que me
iba a decir algo fuerte, incluso sent� cierta emoci�n cuando me acercaba con mi
caminar coqueto mejor ensayado. Pase junto a �l y lo escuche, es imborrable en
mi memoria, �l me dijo con una voz carraspera y hasta podr�a decir mal�vola "D�jame
lamer tu co�o, PUTA
". Sent� una verdadera carga el�ctrica recorrer mi
cuerpo, me sent� empapada de un instante a otro, fue como un orgasmo
instant�neo. Pare por un segundo y luego como pude segu� caminando, asustada,
emocionada y sobre todo excitada. Nunca me hab�an llamado as�, de pronto todo
era tan claro, as� me gustaba sentirme; sucia, provocativa, rastrera �toda una
PUTA!. En esos momentos solo quer�a estar en casa, necesitaba masturbarme. Me di
cuenta que hab�a caminado mucho, estaba lejos y me sent�a ansiosa. Decid� tomar
el autob�s, me dirig� a la parada mas pr�xima y me sub� al primero que iba en
direcci�n Sur.


Cuando llegue a casa me dirig� directamente al ba�o, di el agua para darme un
ba�o de tina. Planeaba quedarme ay por un par de horas; toc�ndome, excit�ndome,
autosatisfaci�ndome. Estaba desesperada y ansiosa "d�jame lamer tu co�o
�PUTA!
" sonaba en mi cabeza y me produc�a escalofr�os. La tina estaba casi
llena y me dispon�a a cerrar la puerta del ba�o cuando son� la campana de la
puerta,�mierda, �quien puede ser?� pens�. No acababa de decidir si atender a la
puerta o no cuando tocaron otra vez. Cerr� la llave de la tina y fui a ver quien
tocaba, no quer�a que nada me distrajera y un payaso tocando insistentemente a
la puerta claro que me distraer�a.


Abr� la puerta y ay estaba, Don Tito, nuestro vecino. Apenas le abr� su
mirada se fijo en mis Pechos, eso me excito, no lo puedo negar. Primero me pidi�
disculpas por la molestia y luego recorri�ndome el cuerpo con la mirada me pidi�
un poco de az�car, lo que no me extra�o ya que siempre nos est�n pidiendo algo,
pero la que generalmente pide el az�car es Do�a Raquel por lo que pregunte por
ella. Me dijo en tono de broma que ella estaba enferma y que por eso era �l
quien me molestaba. Me di un momento observando como me devoraba con los ojos,
me gusto como me miraba, me excitaba. Le ped� que pasara y que me acompa�ara
mientras le llenaba el taz�n que tra�a para llevarse el az�car. Camine a la
cocina sabiendo que el me segu�a sin perder de vista mi intencionalmente meneado
trasero; en el camino entend� porque me miraba as�, me hab�a salpicado agua de
la tina a la blusa y esta estaba pegada a mis pechos, mis pezones casi estaban
al desnudo para el deleite del viejo.


Me preocupo por un momento la impresi�n que pod�a darle, quiz�s podr�a
comentarlo con Pablo, o pensar�a que soy una provocadora, esto ultimo me excito
y los problemas que podr�a tener con mi marido no me importaron, los vi muy
lejanos; mi excitaci�n me ped�a que jugara con Don Tito, quer�a verlo
dese�ndome, me estremec�a al pensar que estaba sola en la casa con un viejo
verde que solo quer�a probar mi cuerpo. Instintivamente mi cola se paro, mis
hombros se fueron atr�s y mi caminar se volvi� exquisitamente sexy pero casual a
la vez. Cuando llegamos a la cocina, me incline en �ngulo recto para coger el
az�car del gabinete de abajo, me demore simulando que no la encontraba; cuando
por fin la encontr� me di vuelta y pude ver como el vejete se enderezaba.


Casi me volv� loca al pensar que ese viejo me hab�a visto el trasero. Mire su
pantal�n y me di cuenta de su erecci�n, �l se dio cuenta que le miraba el bulto
pero no dijo nada as� como yo no dije nada al sorprenderlo mirando bajo mi
falda. Estaba como loca, estaba muy nerviosa, pero no nerviosa de forma com�n y
corriente sino de esa forma que solo la excitaci�n extrema puede provocar. Le
ped� que acercara el recipiente que tra�a, se acerco y lo apoyo sobre los
gabinetes; empec� a llenar el taz�n, pero de a poco, quer�a que ese momento
durara lo mas posible. Sus ojos llegaban a la altura de mi cuello, lo tenia a
treinta cent�metros de m� y me miraba descaradamente mis pechos casi desnudos,
su excitaci�n...no, no puedo llamar lo que vi excitaci�n, era calentura; ese
viejo me quer�a comer mis senos y yo lo sabia y me excitaba y m�s aun me
excitaba que yo se los estaba mostrando, era una putita calentando a un vejete
verde.


Termine de llenar el taz�n de az�car y me volv� d�ndole la espalda, cerr� los
ojos y suspire sin que �l me viera; me quede ay contra los muebles de la cocina
simulando que ordenaba algo. Era conciente que el me miraba de atr�s y el no
saber donde tenia plantada la mirada me generaba ideas demasiado provocativas.


─Sabes Cristina, tienes unas piernas preciosas─ dijo Don Tito, me quede
helada. ─Espero no te moleste que te lo diga.



─ No─respond�, estaba inm�vil, supongo que parec� algo sumisa porque
prosigui�.


─Y esa cintura, �est�s yendo al gimnasio?.


Asent� con la cabeza, si le hubiera respondido con un "si" se hubiera
escuchado mas como un gemido que como una palabra.


─Y esa cola, disc�lpame que te lo diga, pero esta fant�stica─ sent� como dio
un paso hacia m� y luego poso suavemente sus manos en mi cintura ─Guauu...y tu
piel es suave como la seda.


─Gracias Don Tito─dije nerviosa.


Sus manos empezaron a moverse suavemente sobre mis caderas. El hecho de estar
en esas condiciones, con un viejo mir�ndome descaradamente y a la vez tocando y
sintiendo mi piel, no hacia mas que acrecentar mi excitaci�n; me limite a
escucharlo y tratar de disimular mi estado lo mejor posible.


─Tienes un cuerpazo, y hace alg�n tiempo lo estas mostrando
descaradamente....deber�as cuidarte, podr�a pasarte algo...adem�s te deben decir
muchas groser�as en la calle─ dijo cerca de mi o�do.


Apoyo su bulto en mi trasero, pude sentir sobre mis nalgas su excitaci�n, una
palpitante excitaci�n. El maldito me estaba apoyando y descaradamente. Yo era la
mujer de su vecino, de ese vecino que no le agradaba mucho...Maldici�n, era un
viejo que se aprovechaba de mi, un viejo que pod�a ser mi padre y adem�s era el
enemigo de mi esposo.


Sent�a un bulto que no era el de Pablo y cuando era lo suficientemente fuerte
para murmurar un "no, ya basta" mi cuerpo no me apoyaba. Incluso empec� a rozar
mi culo contra sus pantalones, con mis nalgas trataba lenta y suavemente de
atrapar ese miembro palpitante; era un movimiento sutil pero estoy segura que lo
sent�a. Era obvio que lo sent�a, porque empez� a puntearme con m�s fuerza, no
mucha pero fue notorio. Estaba haciendo realidad los sucios deseos de aquel
viejo y no tenia fuerzas para evitar que abusara de mi cuerpo. Sus manos me
rodearon suavemente hasta atrapar mis pechos.


─Que buenas tetas─ susurro en mi o�do.


�Se refiri� vulgarmente a mis senos!. Esas groser�a que escuchaba en la
calle, ahora me las dec�an al o�do. Mis manos se apoyaron fuertemente en las de
�l sobre mis pechos.


─Ya basta, su�lteme Don Tito─ ped�, pero mis manos se apretaron contra m�, mi
cuerpo no tenia intenci�n de resistirse y entend� que me excitaba pedir un alto
y no obtenerlo; que aquel viejo no me hiciera caso; que su calentura fuera mas
fuerte, me sent�a deseada y abusada pero sobre todo muerta de excitaci�n.


Me apretaba los pechos con pasi�n; los amasaba fuertemente murmur�ndome al
o�do que estaban grandes y firmes. Me empez� a puntear con m�s fuerza; tuve que
apoyarme contra el mueble de la cocina para no perder el equilibrio, sus manos
me apretaban los pechos y su cuerpo me apretaba la cintura contra los gabinetes,
para conservar su bulto a la altura de mis nalgas tuve que flectar ligeramente
las piernas. Estaba fuera de m�, no dejaba de pensar en lo morboso de la
situaci�n; ese viejo que todas las noches compart�a la cama con esa mujer vieja
que es Raquel, ahora tenia un cuerpo mucho m�s joven y bastante mejor formado
para darse gusto, y ese cuerpo era m�o, una mujer casada; la esposa de su
intachable vecino, y se estaba dejando hacer solo por perra; POR PUTA.


Estuvo un rato masaje�ndome los pechos y apretando una y otra vez su paquete
contra mi trasero. Yo estaba loca, parec�a tener un orgasmo atorado en mi
interior; cualquiera podr�a decir que la escasa sensatez que me quedaba me
imped�a entregarle el placer del triunfo a aquel viejo maldito; pero no, no era
esa la raz�n, solo quer�a que eso explotar� dentro de m�, la idea de sentirme
dominada por Don Tito me estremec�a. El viejo apoyo una de sus manos sobre la
parte superior de mi muslo derecho, de a poco fue subiendo la falda hasta que
pudo acariciar la piel de mi pierna, me acaricio con bravura; me voltee un
momento y vi como observaba sus movimientos por debajo de mi falda. Su rostro
era enfermizo, parec�a un lun�tico, su arrugado rostro delataba un placer
morboso. Cuando repentinamente tomo la falda y la dio vuelta sobre mi espalda,
la sonrisa de deleite que mostr� al ver mi peque�a prenda interior atrapada
entre mis redondas nalgas, instintivamente me hizo parar aun m�s mi cola,
mostr�ndola en su m�ximo esplendor.


─Eso, mu�strame el culo como debe sercoment� mientras me plantaba
una fuerte palmada en mi trasero. Su comentario, mezclado con el fuerte sonido
de su palmazo, me hicieron comprender que ya no hab�a vuelta atr�s, mi
excitaci�n era demasiado fuerte y no pod�a renegar de ella.; Don Tito me tenia
en sus viejas y asquerosas manos.


Mientras segu�a admirando mi trasero, tomo mis nalgas y las separ�, para
apoyar sobre la l�nea de mi tanga el grueso bulto que se le notaba en los
pantalones. Cuando solt� mis nalgas sent� entre ellas las palpitaciones de su
excitado miembro y enterr� mi cola bajo su barriga. Me tom� de las caderas
desnudas y me apoy� su paquete con fuerza, incluso pude o�r un peque�o gemido de
parte de �l, a la vez que a m� se me sal�a uno mas evidente.





─Uyyy....mueve tu culo Cristina...men�alo como a los hombres nos gusta
verlo─dijo.


Obedec� y pare lo mas que pude la cola, la empec� a mover suavemente de lado
a lado mientras rozaba su pantal�n. Me voltee un instante; me excitaba ver su
rostro, el viejo estaba en la gloria y el morbo de la situaci�n me tenia en la
gloria a m�. Las palmadas en mi trasero empezaron a sonar y sent� cosquillas de
dolor en mis nalgas cuando el vejete gozaba golpe�ndolas; este dolor me hacia
sentir mas abusada; a merced del ogro hambriento de carne humana que me hab�a
atrapado ese ogro que ahora iba a saciar sus mas sucias y degeneradas
perversiones con mi cuerpo


Don Tito aparto su bulto de mi cola, se paro junto a m� y apoyo su mano sobre
la parte baja de mi espalda. Empez� a acariciar suavemente mi trasero, se
paseaba de nalga en nalga, segu�a por mis muslos y de vez en cuando acariciaba
fugazmente mi entre pierna por sobre mi tanga. Deje de mover mi trasero, lamente
un momento el ces� de los golpes pero pronto volvieron a aparecer y no volvieron
solos.


─��Qu� pasa?!, no he dicho que pares, �sigue meneando el culo PUTITA!─exclamo
mientras me plantaba un fuerte palmada.


─�C�mo me llam�?...uuuyyy...Don Tito...aaahhh....�C�mo me llam�?.─balbucee
como pude, mientras reanudaba descontroladamente el meneo de mi trasero.


─Puta...no eres m�s que una puta calentona...y adem�s con un cuerpazo de
miedo...no te preocupes que yo voy a clav�rtela puta....y en la cama de tu lindo
marido.


El dolor, mezclado con la incre�ble excitaci�n que me provoco el haberlo
escuchado llamarme puta, desencadenaron un orgasmo que resulto en fuertes
gemidos y la tensi�n de todo mi cuerpo. Mientras gozaba con aquel sentir, la
idea de que aquel viejo hablara mal de Pablo, me excitaba aun m�s, mi primer
orgasmo de ese d�a fue largo e intenso.


─AAAhhhhhh, d�jeme Don Tito...uuuuyyyy....por favor─ gem�a mientras recib�a
fuertes palmazos en mi culito.


Me quede quieta sobre el mueble de cocina; Don Tito se dio cuenta que acababa
de tener un orgasmo y ya no me exig�a que meneara el trasero, se limito a
acariciarme o mejor dicho a manosearme mientras recobraba el aliento. Mi rostro
estaba apoyado contra la pared, mis ojos cerrados y la fuerte respiraci�n
delataban mi pasividad. El viejo se acerc� y meti� su lengua por entre mis
labios, jugo un momento dentro de mi boca y luego lami� mis labios y mejilla. De
un solo tir�n arranco mi falda y la tiro al suelo; yo reaccione y me aleje un
metro de �l.


Hay estaba yo, frente al vecino, con un diminuto tanga, una peque�a blusa
mojada que se pegaba a mis pechos y parada sobre unas sandalias con taco. De
seguro me ve�a incre�ble, porque la sonrisa del viejo era enfermizamente
caliente. Se empez� a acariciar su bulto en frente de m�; la idea de que ese
viejo se estuviera masturbando mirando mi cuerpo provoco el regreso de esos
cosquilleos que cre� extintos luego del orgasmo.


─Estas bien buena Cristina, si que tiene suerte el hijo de puta de tu marido.


─Por favor, no se refiera as� de �l─ Increpe sin mucha convicci�n.


─Ja Ja..�C�mo quieres que le llame?... ah si, cornudo, esa es la palabra, es
un hijo de puta cornudo─dijo mientras se apretaba el bulto y me miraba a los
ojos─ Acabo de manosear como he querido a su linda esposa, incluso le di un
lindo beso y ahora la estoy mirando semi desnuda frente a m� mientras me corro
una buena paja...definitivamente estas muy buena, mira esas piernas, �est�n de
lujo!....Ahora quiero que desfiles para m�, que me muestres ese
cuerpazo...�Anda, camina como una perra! �cali�ntame!.


Dude, no me gustaba lo que hab�a dicho pero era verdad; era una perra, una
perra que quer�a seguir jugando o que jugaran con ella. Perd�name Pablo,
perd�name por no poder evitar entregarme como una puta.


Camine lentamente frente a �l. Mis pasos mejor ensayados se los mostr�
mientras le miraba el bulto en sus pantalones; sabia que le gustaba que le
mirase ay y a m� me gustaba excitarlo; calentar a ese viejo, un viejo que nunca
podr�a so�ar con una mujer como yo, me provocaba demasiado. Cuando pasaba cerca
suyo, no perd�a oportunidad en darme una nalgada o manosearme los pechos, a la
vez que me llenaba de insultos llam�ndome puta o perra. Estaba en el cielo.


─Eso se�orita Cristina, men�ele el culo a este viejito caliente...mu�streme
lo provocativa que puede ser la esposa del hijo de puta de mi vecino....que puta
mas buena....�y va a ser m�a!...su cuerpo va a ser m�o...�no es cierto?....�no
es cierto Cristina? ....�no es cierto perra?....�Vamos, responde!─El viejo se
cruzo en mi camino, me tomo de las caderas, y me miro a los ojos con una mueca
de satisfacci�n interrumpida en la cara.


─Si....si Don Tito...mi cuerpo ser� suyo...y lo ser� como a usted le
plazca─respond�. Sumisa frente al avance de sus manos, que meti� bajo mi blusa
para apretarme los pechos.


─�Te gusta que te manoseen las tetas?...a las putas como t� les gusta.


─Si Don Tito, me gusta que me aprieten las tetas─decir tetas, refiri�ndome a
mis propios senos me gust�. Sus manos levantaron mi blusa para poder ver como
amasaba mis pech...tetas.


─�Y te gusta que te las chupen?,�quieres ser mi vaca lechera?....que lindas
tetas Cristina, seguro a tu est�pido marido tambi�n le gustan─dijo mientras
empezaba a lamer mis pezones.


─Si, a �l le gustan mucho Don Tito─respond� sin perder de vista su lengua─se
siente orgulloso de ser el �nico que las ha besado.


Al escuchar esto me las apret� con fuerza, mientras el lamer de mis tetas se
trasformo en chupadas y mordiscos descontrolados, Pablo jam�s me hab�a besado
as�; me sent�a muy deseada y sucia a la vez por permitirle a aquel viejo
asqueroso manosearme de esa manera. Al cabo de unos minutos, solt� mis tetas
para posar sus manos sobre mi trasero, me apretaba y acariciaba las nalgas
violentamente.


─Y tu culo...mierda, que bueno esta, tienes un culo de ensue�o puta...y quien
te lo esta sobando soy yo....aaaaahhhh...y no ese marica de tu marido....que
culazo puta....�te gusta que te toquen el culo perra?.


─Adoro que me manoseen el culo Don Tito....�uuuuyyyyy!.... adoro calentar a
viejos como usted.....aaaaayyyyy.....adoro que abusen de mi culito.....aaaayyyyy
no, no esta bien...ay ay, por favor su�lteme Don Tito, por favor no abuse de mi─
dije como una bebita asustada, lo que encendi� al viejo y volvi� con sus fuertes
y adorables palmadas sobre mis nalgas.


─Que puta eres Cristina...una puta preciosa, mira esa carita de �ngel...que
labios mas hermosos...�te gustar�a que te premie con un dulce?─El viejo empez� a
desabrochar su cintur�n y cuando se iba a desabrochar el pantal�n se
arrepinti�─anda, b�scalo putita...mu�strale a este viejo lo que te gusta.


Era el momento, hasta ese instante no me hab�a dado cuenta de lo ansiosa que
estaba por portarme como una verdadera puta; hab�a llegado el momento de hacer
en vez de dejarme hacer y mi excitaci�n iba en franco aumento.


─Ande se�orita Cristina, busque lo que le gusta a las perras como usted. Le
aseguro que esta bien duro; bien duro en honor a usted. Anda putita,
acar�ciamelo─El viejo ya se habia dado cuenta del morbo que me provocaba que me
dijera puta, y lo sabia aprovechar.


Estaba asustada, sabia que era muy diferente dejarme tocar a provocar placer
en otro hombre, y mas si era ese viejo a quien mi marido detestaba, pero estaba
decidida a seguir jugando y me tenia loca la idea de entregarme a Don Tito.
Dejarme follar por aquel viejo verde me convert�a en una puta, y eso me
encantaba, quer�a ser una puta ansiosa de placer...de verga.


Acerque mis manos al bulto de sus pantalones; el viejo suspiro de placer
cuando apret� su paquete sintiendo la dureza de su miembro. Me miraba con una
mueca extra�a, como un violador burl�n mira a su victima indefensa. Pude sentir
un pen� largo y grueso bajo la tela, me encantaba, aquel viejo si que estaba
caliente, y me hacia sentir toda una hembra. Desabroche su pantal�n y lo
acaricie bajo su ropa interior, cerr� los ojos para disfrutar la sensaci�n de
tocar aquella vieja barra de carne, una de mis manos atrapo sus peludos
test�culos, los que acaricie suavemente; la otra apret� fuertemente su m�stil y
con un sutil sube y baja lo empec� a masturbar. Me vio descuidada y volvi� a
meter su lengua en mi boca, parec�a que hab�a juntado saliva para inundar mi
cara, era asqueroso pero excitante; devolv� su beso como una ni�a dej�ndose
hacer, como si fuera mi primer beso y luego me deje lamer la cara.


La piel de su miembro era tersa por la rigidez de este; su glande estaba
h�medo y manchaba mi mano cuando lo acariciaba. El tama�o de su miembro era
mayor al de Pablo y eso me excitaba, me calentaba la idea de que aquel viejo me
brindara mas placer que mi marido; con sus a�os de mas, su barriga y su fea cara
me iba a tomar como nunca lo hab�a hecho mi amado esposo.


Don Tito suavemente me oriento hacia la mesa de la cocina. Yo, sin soltar su
miembro, lo segu�; ya estaba perdida, estaba hambrienta.


─Ahora me la vas a chupar perra...le vas a chupar la polla a tu vecino─dijo
Don Tito cuando me obligaba a inclinarme sobre la mesa. Me dejo apoyada en un
v�rtice de esta, dejando mi cabeza a la altura de su miembro y mi cola en pompas
por el otro lado. Mientras me acariciaba el culo, me empez� a dar peque�os
golpes en la cara con su verga.


─�Qu� te parece tu dulcecito? Eh perrita, �Te gusta?─ empezaron los
incre�bles palmazos en mis nalgas─�Qu� dir�a tu maridito si te viera con mi
verga en la cara?....aaaaggghhh...�anda! abre la boca puta.


─Mi marido nunca me ha pedido que se la chupe Don Tito─dije antes de
desabrochar los ultimos botones de su camisa y pasar sensualmente mi lengua por
su velluda barriga─ Su verga de viejo ser� la primera que saboree mi boca....
Usted Don Tito va a ser el primero que meta su verga en mi boca.


No pod�a creer lo que acababan de pronunciar mis labios; sabia que eso iba a
calentar al viejo, y era consiente de que eso me calentaba, pero decirlo con esa
mezcla de inocencia y sensualidad me asombraba.


─Entonces abre la boca putita─dijo con su voz carrasposa.


Primero repase su miembro con la lengua, �l se inclinaba para poder verlo
bajo su barriga. Recorr�a de la base de su gruesa verga hasta su h�medo glande,
tenia un sabor a sudor con una peque�a esencia a orines; me gustaba, el sabor a
calentura de viejo me gustaba, ba�e su mastil con saliva y sus test�culos
tambi�n, que me sumergiera entre su vello para alcanzar sus test�culos con mi
lengua le encantaba, pod�a sentirlo en los apretones o palmadas en mi cola.
Cuando atrape su glande con mis labios cada una de sus manos apret� la
respectiva nalga que tenia atrapada.


─Eso puta, chupamela...demu�strame de lo que se ha perdido tu est�pido
marido.


Empec� a chupar su verga de forma hambrienta, mientras mis labios la
recorr�an de arriba hasta donde alcanzara a entrar en mi boca, mi mano apretaba
y masturbaba lo que quedaba fuera de est�; mi lengua acariciaba su glande sin
descanso y mi cola se meneaba sin cesar. Ya llevaba un rato as� cuando empec� a
bajar el ritmo.


─�Vamos puta!, sigue chupando....s�guele chupando la polla a este viejo
caliente─ exclamo mientras me pegaba fuertes palmazos en mis nalgas.


Reanude mi ritmo, mi excitaci�n hab�a crecido. Al tratarme de puta y
ordenarme que siguiera, me hacia mas deseable...mas puta...mas rastrera.
Mientras chupaba no pod�a evitar emitir sonidos de gemidos atrapados en mi
garganta, mi calentura se me notaba; y mas se notaba cuando disminu�a el masaje
en su verga, con la intenci�n de que me volviera a gritar, a insultar y a darme
palmazos como a una ni�a que no cumple con su tarea.


─Me gustar�a ver al hijo de puta de tu marido viendo como me la
chupas...aaarrgg....el cuerpazo de mujer que tiene chupandosela a su
despreciable vecino...mientras este le manosea su delicioso
culo...aaaahhhh....eso puta, comete tu dulce, reverenda puta─dec�a sabiendo que
yo me calentaba mas con sus insultos.


Aparto su delicioso aparato de m� y se paro detr�s m�o. Agarro mis tangas y
me los dejo a medio muslo. Lo mire, estaba mir�ndome el culo ya desnudo y mi
entrepierna totalmente expuesta. Puso su mano sobre mi h�meda vagina y la
acaricio impregnando mi escaso vello con mis propios flujos.


─Estas toda mojada puta...como perra en celo─dijo mientras ponia la punta de
su verga sobre mis labios vaginales.


─No Don Tito, no me la meta....por favor...no me viole─implore sabiendo que
no me har�a caso; ya les dije, me encanta que no le importe si yo quiero o no.


─Estas loca porque te la metan...la muy puta...piensas que te voy a dejar as�
no mas...pues ahora me lo vas a pedir...me vas a pedir que te la meta...anda,
p�deme que te atraviese....p�deme que te haga m�a....p�deme que posea el cuerpo
de la mujer de mi vecino...anda puta, no te la voy a meter hasta que me lo
pidas─dijo el viejo mientras rozaba su glande en la entrada de mi vagina.


Estuvo un rato acarici�ndome el culo y la entrepierna con su falo, sus
palmadas se manten�an sobre mis nalgas. Mi excitaci�n me dominaba, estaba ese
viejo manose�ndome y mirando mi cuerpo desnudo a excepci�n de mi blusa mojada y
ya no aguantaba las ganas de que me lo metiera. Me volv� a mirarlo, nuestras
miradas se encontraron, su sonrisa mal�vola me hacia sentir dominada y
descontroladamente caliente.


─Por favor Don Tito....aaaaayyyyyy....pos�ame...desqu�tese de Pablo follando
a su mujer...quiero sentir que abusa de m�...uuuuyyyyy....quiero sentir su
gruesa verga dentro de m�....por favor Don Tito, compl�zcame y ser� suya para
siempre.....para que desahogue su placer en mi cuerpo....por favor Don Tito,
calme mi calentura─ dije mir�ndolo a los ojos en forma suplicante, mientras yo
misma acariciaba mi culo a la vez que lo meneaba como sabia que a �l le gustaba.


El viejo aguanto hasta que termino mi desesperada petici�n; se agasajo
mirando mi excitado rostro mientras le ped�a que me clavara esa verga. Lo deje
de mirar cuando me tomo de las caderas, ubico la punta de su miembro y de una
sola embestida me lo clavo completo. Su gruesa verga se abri� paso en mi
interior como un taladro. Me saco un grito desgarrador, el dolor y el placer se
mezclaban de forma exquisita entre mis piernas. Se quedo ay un momento, con toda
su carne dentro de m�; nunca hab�a sentido nada tan adentro. Me calentaba pensar
en como me hab�a dejado joder por el viejo vecino; la idea era repetitiva pero
no pod�a dejar de excitarme. De pronto empez� el violento mete y saca, me tenia
agarrada de las caderas y me empujaba hacia �l con la misma fuerza que me estaba
clavando. Pude sentir su barriga sobre la parte baja de mi espalda cuando se
inclino para agarrarse de mis tetas; estaba sobre mi follandome salvajemente. Yo
tenia las piernas juntas, amarradas por mis tangas a medio muslo, y mis codos,
apoyados sobre la mesa, daban el espacio para que manoseara a placer mis
excitados pechos. Me tenia montada como a una perra.


─�Aaaaaayyyyyyy!....�me duele!.......�uuuuuuyyyyyy!.......�me
parte!.......�Don Titooooo!.......�NO PAREEEE!.........�NO, D�JEME, NO PUEDO
HACERLE ESTO A PABLO!.......�VIEJO ASQUEROSO!..���DEJA DE VIOLARME!!!.


─�CALLATE MALDITA PUTA!.....�APENAS ESTOY EMPEZANDO!......�QUE RICO ES
CULIARTE!......AAAAARRRRGGGGG.......�DIJISTE QUE SERIAS MIA SI TE LA
METIA!.....�ERES MIA CRISTINA!�MA�ANA CUANDO TU HIJO DE PUTA MARIDO ESTE
TRABAJANDO!....����YO VENDRE A CULIARTE OTRA VEZ!!!!!.......�Y ME VAS A ESPERAR,
ESCUCHASTE, ME ESPERARAS PORQUE ESTARAS HAMBRIENTA POR ESTE VIEJO
ASQUEROSO!─gritaba mientras me cog�a.


─Si Don tito.....aaaayyyyyy....lo voy a esperar sumisa y
complaciente.....�dispuesta a todo!.....voy a ser su
perrita.....uuuuyyyyy.......La mujer de Pablo �VA A SER SU
PERRAAAA!.....AAAAHHHHH.......AAAAAHHHHH─ Estallo mi segundo orgasmo, fue largo
e intenso, pero no me dejo satisfecha; me dejo cansada y mas calmada pero no
satisfecha, aun estaba hambrienta.


El viejo se detuvo, no me lo saco, pero se quedo quieto parado detr�s m�o. No
demore mucho en empezar a moverme en suave vaiv�n, ahora era yo la que me estaba
comiendo su falo. Pod�a sentir como mis nalgas se pegaban a su ingle cuando mi
culo se clavaba bajo su barriga. Me mov�a hacia la mesa sintiendo el roce de su
miembro dentro de mi, para luego volver a clav�rmelo y sentir su peluda piel en
mis muslos y nalgas.


─Eso putita....com�telo....mu�strame que te gusta.....mu�strame que te
encanta─dec�a el vejete mientras acariciaba mi espalda.─Ahora mas r�pido....�mas
r�pido te dije�─Volvi� a azotar mis pompis con sus arrugadas manos.


Acelere el ritmo de mis movimientos. �l no se mov�a, era yo la que, bajo el
yugo de sus palmazos, devoraba su herramienta por entre mis piernas en un mete y
saca fren�tico, como una yegua complaciendo a su jinete. Sabia que le encantaba
mirarme d�ndome placer con su verga, sabia que gozaba mientras me dejaba golpear
con tal de mantener su falo dentro de m�. El sentirme como su puta; el
escucharlo insultarme, e insultar a mi marido, me tenia descontrolada. Mi �nico
control se basaba en dejar que abusara de mi cuerpo, con tal que siguiera
goz�ndome, me manten�a sumisa ante �l.


Luego de un rato de gozar de mis movimientos, sorpresivamente se aparto de
m�, sac�ndomelo y dej�ndome un gran vaci� entre las piernas. Me volv� a ver que
hacia y me asuste al verlo subi�ndose los pantalones.


─Siga Don Tito...por favor, siga abusando de m�─suplique jadeante.


─Quiero seguir goz�ndote en tu cama puta, donde duermes con tu lindo
maridito─dijo el viejo maldito.


─No, por favor Don Tito, no nos humille as�. Por favor se lo pido, haga la
que quiera conmigo �pero no lo humille as�!─ rogu� levant�ndome de la mesa.


─Solo por el placer de humillarlo a �l, me voy a follar a su esposa en su
propia cama y t� me vas a seguir; porque eres una perra hambrienta de verga y mi
verga va a tu dormitorio. Y no demores puta o la leche que tengo guardada para
ti, la voy a regar en su almohada─dijo sacando su desgarbado cuerpo de la
cocina.


Me sub� el tanga; mi blusa, esta vez mojada por mi propio sudor, segu�a
pegada a mi cuerpo. No pod�a creer que aquel viejo me hubiera dejado botada en
la cocina, asegurando que no podr�a aguantar el deseo de seguirlo. Quer�a
humillar a Pablo follandome en nuestra cama matrimonial. Recog� mi peque�a falda
y pens� en pon�rmela, ir a buscar a ese maldito viejo y sacarlo de mi casa. �l
podr�a molestarse y violarme crudamente ay mismo, quiz� era m�s bajo y entrado
en a�os pero segu�a siendo mas fuerte que yo. La idea me calent�. Luego pens� en
seguirlo, darle en el gusto a ese vejete de mierda; mostrarle que con tal de que
siguiera abusando de m�, humillar�a a mi amado esposo de la peor de las formas.
Me di cuenta que me gustaba, me gustaba la idea de ser sumisa ante �l y
entregarle mi cuerpo en nuestra cama. Me excite, parec�a una drogadicta afligida
por falta de droga; necesitaba verga he ir�a por ella sin importar las
consecuencias.


Cuando entre en la habitaci�n me sent�a como una ni�a que asiste por primera
vez a clases; estaba nerviosa, ansiosa y asustada, aun as� camine con un andar
sensual y orgulloso. �l estaba desnudo junto a la cama, solo conservaba unos
viejos calcetines que al parecer no pensaba sacarse.


─Ven ac� Cristina, ven donde mis manos te alcancen. Anda, complace a Don
Tito, este viejito que te dar� tu merecido─dijo el miserable vejete.


Me acerque a �l, como me lo ordeno. De un tir�n desprendi� todos los botones
de mi blusa y dejo mis pechos libres frente a �l. No demor� en atraparlos entre
sus manos y chuparlos como un becerro hambriento; sus manos recorrieron mi
trasero y disfrutaba tirando de mi tanga para que este se apretara contra mi
intimidad, mientras su lengua sub�a hacia mi cuello y luego a mi cara donde
inclusive se atrevi� a besarme asquerosamente. Me excito. Le respond� como una
vil zorra su asqueroso beso. P or primera vez sent�a su piel peluda y arrugada
abrazar mi cuerpo. Ya descontrolada, me entregue y le abrace por sobre los
hombros dejando a su merced, y sin ninguna protecci�n, todo mi cuerpo. Le
Acaricie suavemente la nuca mientras me gozaba.


Me aparto bruscamente, y esta vez fueron mis diminutos tangas los que fueron
apartados de m� de un fuerte tir�n. Me tomo del brazo y me arrog� sobre la cama,
ca� de espaldas, dominada, entregada, excitada. Se masturbaba lentamente,
mientras se deleitaba mirando mi cuerpo con esa mueca enfermiza que tanto me
calentaba.


─Abre tus piernas puta, mu�strale a este viejo como te entregas en la cama
donde duermes con tu marido.... y p�demelo, p�deme que te tome, que te folle
como a una puta─dijo el viejo con malicia.


Lo mire, sabia que le gustaba verme a los ojos cuando lastimeramente le ped�a
que me tomara, cuando se lo ped�a como una hembra desesperada.


─Don Titoooo....por favor.....pos�ame aqu�.... en la cama que comparto con
Pablo─Abr� mis piernas lentamente, doblando mis rodillas expuse por completo mi
intimidad, ofreci�ndome como una puta─Anda viejo....aaayyyy....abusa de mi
cuerpo...abusa del cuerpo de la mujer de otro hombre....uuuuyyyyyy....�sala como
una puta.─continu�, a la vez que mis manos recorr�an suavemente mi entrepierna y
mis tetas, expuestas para �l.─Don Tito, venga t�meme...m�tame esa rica
verga....goseme....anda viejo...culeame....viola a la hembra de tu
vecino...desqu�tate conmigo...ande Don Tito, desqu�tese usando mi cuerpo─cerr�
los ojos y voltee mi rostro, con eso me sumerg� en la excitaci�n que me acababa
de provocar diciendo esas palabras, y le di a entender que el exuberante cuerpo
desnudo sobre la cama: el cuerpo de la mujer del cabron de su vecino, era suyo.


Basto sentir que sub�a a la cama, para que yo empezara a gemir delicadamente.
Sent� la punta de su verga en mi conchita. Mientras se hund�a dentro de m�,
sent� caer su barriga sobre mi esbelto vientre y su lengua empezar a recorrer mi
cuello. Lo rodee con mis piernas, su fofa contextura me recordaban la diferencia
de edad. Su velluda y arrugada piel se aplastaba ante la presi�n de mis muslos.
Su respiraci�n era pesada y ansiosa, parec�a un perro desesperado. La idea de
que me dejara gozar por un viejo que podr�a ser mi padre, un viejo regordete y
feo; y que adem�s era enemigo de mi marido, me calentaba de forma incre�ble. El
mete y saca fren�tico, la follada que me estaba dando Don Tito, me arrancaban
gritos de placer, mi tercer orgasmo no tardo en llegar.


Cansada pero aun entregada a las clavadas del viejo, abr� los ojos. La
fotograf�a de mi boda sobre el velador, conmigo de novia y Pablo sonriente junto
a m�, era testigo del abuso de mi cuerpo. Mis ojos se pegaron en la fotograf�a,
sent� lagrimas brotar de mis ojos y recorrer mis mejillas. Las lagrimas eran por
un sentimiento de culpa, de culpa por no poder decirle que no a aquel viejo que
se saciaba conmigo. Le ped� perd�n a Pablo, volv� a apretar con mis piernas el
cuerpo de mi violador; lo abrace; acaricie su peluda espalda; busque su jadeante
boca y lo bese como la hembra hambrienta que era.


─Dame mas fuerte....aaaahhhh....dame mas fuerte viejo asqueroso....perforame
mas duro─gem�a suplicante, pegada a sus labios y aun con lagrimas recorriendo
mis mejillas. Se dio cuenta de mi tristesa lo que le provoco una risa burlona.


─Ya es tarde Cristina...tu cuerpo ya es m�o...siente mi verga....eres una
perra asquerosa....sumida a los deseos de cualquiera que quiera darte verga...a
cualquiera que quiera gozar de tu cuerpazo.....incluso este viejo que tienes
mont�ndote─me torturaba, provoc�ndome oleadas de placer.


Se incorporo sobre sus rodillas, junto mis piernas y las apoyo sobre su
hombro derecho y continuo con fuertes embestidas, llegando a sacar su gallarda
verga para luego enterr�rmela hasta lo mas profundo de un solo golpe. En esa
posici�n, con mi culo nuevamente a la vista, golpeando su ingle bajo su barriga,
y al alcance de sus manos, las nalgadas volvieron a resonar como latigazos de
placer al comp�s de su vaiv�n.


─Toma puta......��as� te gusta que te la claven?!.....aaaarrrrgggg....eres
una ni�a mala que merece que le destrocen el culo a charchazos─balbuceaba
aferrando mis piernas contra su pecho─�Eso perra!....me encanta ver como te
saltan las tetas....grita puta, sigue gritando....mu�strame como te gusta la
verga; como te gusta que te metan la polla.


Sus insultos; sus golpes; su mirada de desprecio me ten�an en �xtasis. Lo vi
arremetiendo contra mi ardiente cuerpo con un ansia de deseo y odio. Cuando me
escupi�, logrando que su saliva cayera en mi rostro, lo incentive recogiendo los
restos de su humillaci�n, con hambrientos movimientos de mi lengua. Era su perra
y con tal que me siguiera follando era capaz de eso y m�s.


De pronto sus embistes disminuyeron su intensidad hasta sacar su miembro de
mi interior. Mi cuerpo segu�a con el vaiv�n extinto con ansia de lujuria.


─Siga Don Tito...deme m�s verga─ped� entre jadeos.


─Si te voy a dar perra, no te preocupes─respondi� a la vez que sus dedos se
paseaban de mi inundada intimidad hasta mi virgen agujero posterior─�Alguna vez
tu marido te a pedido tu culito?


─Si Don Tito─respond� percat�ndome de que la respuesta no le gusto
demasiado─pero no se lo entregue, �l lo quer�a pero se lo negu�─esa ligera mueca
burlona volvi� a aparecer en su rostro.


─Pues ser� m�o, te voy a desflorar el culo perrita─dijo mientras restregaba
su glande contra mi ano.


─�No!....oh Dios mio no, por favor Don Tito no─rogue envuelta en deseo.


Sent� su miembro hundirse hasta la mitad, mis piernas frenaron sus leves
intentos por liberarse de entre sus brazos, para quedar inm�viles ante el
empalamiento que estaba sufriendo. Quede muda, y no fue sino hasta que me lo
termino de enterrar de una sola vez y sentir sus peludas bolas entre mis nalgas;
cuando emit� un fuerte grito de dolor. El dolor me inundo; mis gritos parecieron
incentivar sus embistes, que de suaves estocadas se convirtieron r�pidamente en
fren�ticas pu�aladas.


─�ME DUELE!...AAAAAAAHHHHHH...�SACAMELO VIEJO ASQUEROSO!.. AAYYYYYY....�ME
DUELE!....�AAAAYYYYY!....�ME PARTE!, �DON TITO!...AAYYY... ME ESTA
PARTIENDO....�ME DUELE!─ grite a la vez que mis gritos se mezclaban con gemidos
de placer─ �AAAYYYYY!....QUE RICO.....�PARTEME EL CULO VIEJO DE
MIERDA!...�AAAAAAAAHHHHHH!....�PERFORAME HASTA EL FONDO!.


─que culito mas apretado putita...eso, com�telo todo....aaaaagggghhhh....�me
gustar�a que tu marido me viera follandote el culo?...aaaarrggg...supiera lo
perra que es su mujer...lo mucho que le gusta la verga....tanto que viene
cualquier malviviente y se la clava en el culo....�TOMA PUTA!....�SIENTELO HASTA
ADENTRO!─gru�o mientras me embisti� de tal manera que me sent� partida, llego
mas adentro que nunca y fue tal el dolor que me provoco convulsiones de placer;
estaba sufriendo el mas incre�ble orgasmo de toda mi vida.


Me agarro un pecho y me dio un fuerte apret�n, a la vez que me sacaba su
miembro del culo para as� rosearme con sus chorros de semen. Mis tetas; mi
cuello; mi cara, estaban siendo inundados de esperma de ese viejo asqueroso.


─�ANDA PERRITA!...�AQUI TIENES TU LECHITA!...�PUTA! ...�PUTA! ...�PUTA!
...�PUTA! ...�PUTA! ...�PUTA! ...�PUTA!─gritaba.


Su orgasmo me pareci� infinito. Mi cuerpo recib�a sus descargas de semen con
hambre; entre incre�bles contorsiones de placer, trataba de recibir hasta la
ultima gota de leche sobre mi piel. Mis manos esparcieron su esperma por mis
tetas d�ndoles un brillo excitante, mientras mis labios capturaban los restos
que estuviesen a su alcance, devorando el exquisito elixir de su humillaci�n.


─ay estas ba�ada de leche puta, sabor�ala, disfr�tala como s� que te gusta.
As� quedo la puta de mi vecino; la puta mujer de mi vecino....que culazo que
tienes...y te lo acabo de culiar─termino d�ndome un fuerte palmazo en el culo y
dejando caer mis piernas hacia un costado se levanto.


Quede exhausta sobre la cama, su ultima nalgada se notaba sobre mi trasero.
Jadeante vi como se vest�a, Junto a �l la foto de mi matrimonio me recordaba que
hab�a sido humillada y abusada sobre la cama que compart�a con Pablo. Ese
asqueroso viejo me hab�a hecho suya; a m�, la mujer de su odiado vecino. Y ahora
se vest�a para dejarme ay, abusada, usada, vejada y violada pero sobre todo
dominada, me hizo lo que quiso y ahora se iba; satisfecho.


Recogi� mis llaves de la casa, que estaban sobre el velador, vio la foto, la
levanto para verla mejor, se volteo a verme y esa maldita mueca de placer volvi�
a aparcera en su cara. Tiro la foto junto a m�.


─Nada me gustar�a mas que quedarme y ver la cara de tu marido al verte ba�ada
en mi leche, como una perra asquerosa─dijo el viejo guard�ndose las llaves─ pero
prefiero que por ahora no se entere; ahora eres m�a y pienso disfrutarte
Cristina. Ya llegar� el d�a que goce humill�ndolo.


Me sent� sobre la cama y me cubr� con las sabanas. Se acerco y apoy�ndome un
dedo en la barbilla levanto mi rostro para que lo mirara.


─me llevo las llaves porque de ahora en adelante pienso entrar a esta casa
cuando quiera─dijo con su vos carrasposa─Volver� despu�s de comer, quiero que te
des un ba�o y me esperes en la cama...con tu ajuar de novia puesto
�escuchaste?─se me quedo mirando, esperando una respuesta─�escuchaste?─volvi� a
preguntar.


─Si Don Tito.


Se fue, sali� del dormitorio y luego sent� la puerta de la calle cerrarse. Me
lleve las manos a la cara y llore; de verg�enza; de rabia; de alegr�a, no lo s�,
solo s� que llore desnuda sobre la cama, sent�a secarse el semen sobre mi piel,
y mi ano me ard�a. Las lagrimas escapaban por entre mis dedos para mojas las
sabanas que me cubr�an.


Me di una ducha, me dispuse a hacer mis maletas; eran las doce del d�a. Por
ac� se suele comer como a las dos. Eso me daba dos horas para empacar he irme de
ay. Llamar�a a Pablo de la casa de mis padres para que me fuera a buscar all�, y
nos ir�amos lejos, sin explicaci�n de por medio. �l lo har�a por m�, �l me amaba
y se ir�a conmigo sin preguntar nada, en un gesto rom�ntico propio de �l.


Mientras empacaba encontr� mi ajuar de novia, record� las palabras de aquel
viejo. Me calme, mi apuro se hab�a desvanecido; mi total atenci�n se fijo en las
diminutas prendas blancas que cubrieron mi cuerpo en mi noche de bodas. Mis
portaligas; mi brasier de encaje y el peque�o corales se deslizaron por entre
mis dedos, estaban suaves y record� lo mucho que le gustaban a Pablo; dec�a que
me ve�a hermosa, que pod�a estar muy cansado, pero apenas lo sorprend�a con esas
prendas adornando mi cuerpo, no aguantaba las ganas de hacerme el amor. Cuando
me di cuenta ya las tenia puestas, estaba frente al espejo y me admiraba lo
sensual que me ve�a; mi peque�a cintura, abri�ndose en unas preciosas caderas,
daba el soporte a mis peque�os corales. Me di media vuelta; el conjunto de ese
hilo perdi�ndose entre mis nalgas, con ese fino portaligas que rozando mi
trasero se un�an a mis ligas a medio muslo, me hac�an ver incre�ble. Me
extra�aba el nunca haberme detenido a verme, aquel brasier de media copa juntaba
mis gloriosos pechos generando una incre�ble vista del escote. Camine mirando al
espejo, me sent�a sensual, me sent�a como una hembra excitante...y me gust�.


Me acerque lentamente a la cama. Mientras cambiaba las sabanas, a mi mente
llegaron las im�genes de aquel viejo abusando de m�; ese viejo que compart�a
noche tras noche la cama con una vieja, hab�a gozado de mi cuerpo, un cuerpazo
como �l mismo lo llamo, un cuerpo joven y hermoso de los que seguramente ni en
su juventud pudo gozar; y yo....y yo lo hab�a dejado, lo hab�a dejado manosearme
y luego penetrarme; era una perra...hab�a sido su perra; su puta, solo porque me
tomar�, ese era mi precio, no ped�a m�s, solo que me gozar�n.


Me met� entre las sabanas limpias, sent�a mi ajuar apretando mi cuerpo; me
recost� de lado d�ndole la espalda a la entrada del dormitorio, y espere.
Record� a Pablo, sabia que �l no llegar�a hasta las siete, �l estaba trabajando
y nunca sospechar�a lo que su mujer estaba haciendo en su ausencia. De pronto
son� la cerradura de la puerta de entrada; los pasos se dirigieron directamente
a la habitaci�n y luego junto a la cama; de un tir�n la sabana que me cubr�a
quedo a mis pies y un sonoro y burl�n"guauuu". Sent� el peso de otra persona en
la cama y luego una �spera mano me tiro de la cintura.


─Ven ac� perrita.





No voy a entrar en detalles con respecto a lo que Don Tito me hizo esa tarde.
Me penetro; me insulto; me dio de nalgadas; incluso empez� penetr�ndome por
atr�s para luego terminar en mi vagina "te voy a dar un hijo puta" gimi�
cuando me llenaba con su semen. Despu�s me obligo a chup�rselo durante cerca de
una hora, mientras me manoseaba, insultaba y me palmeaba el trasero, hasta que
acabo en mi boca y me obligo a tragar toda su leche....volv� a portarme como una
puta.


Los d�as pasaron y me convert� en una sumisa y obediente perra para el viejo,
me hizo hacer muchas cosas que ni en mis peores sue�os pens� que alg�n d�a me
iba a ver obligada a hacer. Quiz� otro d�a les cuente esas cosas, ahora debo
arreglarme para cumplir con lo que me ordeno para hoy; ayer le cont� del vejete
malviviente del parque y de lo que despert� en m� "Debemos premiar a ese
iluminado
" fueron sus palabras


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Relato: Un viejo me folla
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