Pablo era amigo m�o desde la infancia, y de m�s esta decir la
confianza que nos ten�amos. Yo ya hab�a terminado mi trabajo con el PC, pero
como la conversaci�n estaba tan entretenida, nos quedamos un rato mas charlando
de nuestras conquistas.

Pablo se hab�a casado hace un a�o, pero de todas maneras
manten�a una activa vida sexual fuera de su matrimonio. Estabamos terminando la
botella y casi a punto de irnos, cuando suena su celular. El me dice que era el
numero del celular de Mir�an, una mujer reci�n divorciada, con la que el estaba
saliendo en forma ocasional desde hace dos meses, seg�n me hab�a contado poco
antes. El le dice que aun se encuentra en la oficina, a si que para ahorrar
plata, la va a llamar directo a su casa desde el tel�fono fijo. Antes de
llamarla, me cuenta que esta " Mir�an", era una mujer de unos 45 a�os, que se
hab�a separado hace poco, que la conoci� a trav�s de internet y que era una
mujer muy normal, con algo de gordura, pero con unas tetas, incre�blemente
grandes. Adem�s me dijo que era una profesional en la cama, era una hembra
caliente, caliente, hasta decir basta, pero que ya se estaba poniendo un poco
cargante, con el tema de las salidas y que no quer�a salir con ella, al menos
por un alg�n tiempo.

La llama y luego de los saludos normales y un poco de
conversaci�n dentro de lo com�n, conecta el altoparlante, para que yo tambi�n
pudiera escuchar la conversaci�n, haci�ndome una se�al para que me quedara
callado.

Hablaron un poco mas y luego cort�. Nos matamos de la risa.
En verdad era una hembra muy caliente. Pablo me dice que de verdad era una puta
en la cama, te aguantaba todo lo que tu quisieras, pero que ya no quer�a salir
con ella, por el tema de las llamadas telef�nicas, que podr�an traerle problemas
en casa.

En tono de broma, pero tambi�n en serio, le dije que si no la
quer�a, que me la dejara a mi. Yo era soltero y no tendr�a problemas con las
llamadas.

El me dijo que ning�n problema. Me dio su tel�fono celular y
me dijo que la llamara, como numero equivocado. Que no le dijera que lo conoc�a
y que no me arrepentir�a.

Salimos de su oficina. , cada uno se subi� a su auto. El
parti� y yo me qued� marcando el numero de esta mujer.

Mi idea era que dentro de la conversaci�n, ella me hubiese
echo alguna pregunta o algo para seguir conversando, pero nada, y como me pill�
algo fr�o , no me quedo mas remedio que cortar.

Pasaron como diez minuto, hab�a bajado a comprar cigarros, y
estaba pensando en llamarla de nuevo, cuando de repente, suena mi tel�fono

Me dio la direcci�n. Le pregunt� si llevaba algo, pero me
dijo que no, que no preocupara, que ella ten�a de todo (tambi�n con un tono
picaresco)

No me costo mucho encontrar la direcci�n. Era una casa de
poblaci�n, ya eran como las 11 de la noche, por lo que no hab�a nadie en la
calle. Llame al timbre. La figura de una mujer aparece en la oscuridad, me dice
que esta abierto y que pase. Al entrar, me encuentro con Mir�an . Su cabello
largo y rubio ( aunque te�ido) , su rostro con algunas arrugas, pero no era fea.
Su f�sico era como a mi me gustan. Sus pechos grandes y redondos, sus piernas
gorditas, un buen culo, aunque si es cierto, ten�a un rollo en su cintura, pero
en fin, yo no buscaba una mujer para lucirla ni para casarme.

Me invit� a pasar. Nos re�mos un rato de la "cita
misteriosa", como la llamamos. Me ofreci� un trago y se sirvi� otro para ella.
Comenzamos a charlar del destino, de las cosas que hac�a yo, de lo que hac�a
ella etc. Los tragos se siguieron sirviendo y los cigarros prendi�ndose. Ella
vest�a una blusa blanca, con una falda azul, con un corte a su costado que
dejaba ver su hermosa pierna.

En el �ltimo trago que se levant� a servir, mientras le
miraba descaradamente el culo, se dio vuelta y me sorprendi� mir�ndola. No dijo
nada. Sirvi� los vasos y se sent� en el sof� a mi lado. Luego de dar un par de
sorbos, dej� el vaso en la mesa de centro y sin darme aviso, se lanz� a besarme.
Fue inmediatamente un beso apasionado, un beso caliente. Como pude dej� mi vaso
en la mesa. Comenzamos a besarnos y a tocarnos por todos lados. Mis manos se
perdieron bajo su falda, dirigi�ndome directamente a su entrepierna , por sobre
sus panties, pod�a sentir la humedad de su concha. Mientras la besaba, con una
mano le desabrochaba su blusa y con la otra le acariciaba su entrepierna.

Ella gem�a de placer y sus manos desabrochaban mis
pantalones. Sacando mi verga, dej� de besarme el cuello, y comenz� a mam�rmela
como loca. Yo aun segu�a con mis manos acariciando su concha.

Comenzamos a desnudarnos ah� mismo. Ella misma se saca su
blusa y yo mis pantalones. Sus panties se rompieron al salir, pero a ella no le
import�, quer�a tenerme desnudo y yo a ella. Ya completamente desnudo, la hice
sentarse con las piernas abierta, y arrodillado en la alfombra comenc� a
chuparle su jugosa concha Ella se ech� hacia atr�s y se excitaba ella misma
tocando sus pechos. Como un experto le di una sesi�n de sexo oral que estuvo a
punto de hacerla acabar en mi boca, pero ella ten�a otros planes. Se levanto de
esa posici�n y tom�ndome de la mano, me llev� hasta la mesa del comedor, y
apoy�ndose en 90�, me dej� penetrarla por detr�s. Separ�ndose sus nalgas con sus
manos, me dijo que lentamente se la fuera metiendo en el culo. A mi no me dicen
las cosas dos veces a si que tom�ndola de la cintura conduje mi verga a la
entrada de su culo y lentamente fui penetr�ndola. No me detuve hasta que mis
bolas chocaban con su tremendo culo. Ella gem�a como una perra en celo. Eso mas
me calent� y comenc� a darle fuertes embestidas. Sus grandes tetas colgaban y
chocaban en cada embestida mis manos se aferraron a ellas manose�ndolas a mi
antojo.

Ella me dice que nos fu�ramos a su pieza. Ca�mos a la cama
bes�ndonos, con la luz prendida, como me dijo que le gustaba hacerlo. Ella se
monta sobre mi y comenzamos hacer un 69 espectacular. Su mamada era de una
profesional, se la introduc�a hasta el fondo de su garganta, hasta que sus
labios cocaban con mis bolas. Sus dedos me acariciaban la entrada de mi ano,
cosa que me ten�a un poco nervioso. Luego cambi� sus dedos por su lengua. Ah� la
sensaci�n fue mucho mas agradable. Mientras yo besaba su concha. Al cambiar ella
la posici�n de su lengua, le di las gracias de la misma forma y comenc� a
besarle su ano, introduci�ndole de vez en cuando uno o dos dedos.

Luego me puse sobre ella, le chupe las tetas hasta que me
cans�. En esa posici�n se la volv� a meter y ella colocando sus piernas en mis
hombros me dej� a mi hacer el trabajo a mi gusto. Lo que mas me excitaba era ver
su cara como disfrutaba, y mas aun como se quejaba. Ya no aguante mas y quise
acabar entre sus tetas. Me mont� sobre ella y ella misma me aprision� la verga
entre sus grandes carnes. Comenc� a dar claras muestras de estar por acabar,
ella abri� su boca y comenc� a llenarle su cara con mi leche caliente. Ella no
solo se comi� lo que le cayo en la boca, si no que con sus dedos se comi� lo que
le hab�a ca�do en su cara, terminando por limpiarme el resto de semen que
colgaba de mi verga.

Hasta ah�, todo era normal a mis mejores encuentros con el
sexo opuesto. Sin embargo, cuando me recost� a su lado, ya un poco cansado, ella
me pregunt�, acariciando mi verga ya sin fuerza, si estaba dispuesto a ayudarla
a jugar un ratito mas.

No ten�a idea a que se refer�a, sin embargo, le dije que si.
Ella se levant� de la cama, pase�ndose desnuda ante mi. Su cuerpo voluminoso,
sus piernas gruesas, sus ancha caderas, sus grandes pechos, incluso hasta sus
rollitos me estaba volviendo a excitar al verla. Ella saca de la c�moda algo,
que oculta tras su espalda. Vuelve a la cama y me muestra el famoso juguete. Era
una verga de goma de un grueso calibre. Coloc�ndose nuevamente en cuatro patas
en la cama, me pide que se lo introduzca. Yo me pare a un costado de la cama y
ella en la misma posici�n se coloca delante m�o entreg�ndome su tremendo culo a
mi disposici�n. Comenc� nuevamente a lubricarla con mi lengua y luego comenc� a
meterle la pico de goma en su concha. Ella se reclin� hacia delante, dejando
solo levantado su poto. Mientras se lo met�a , mis dedos comenzaron a hurguetear
la entrada de su culo, entrando f�cilmente dos de ellos. Ella gem�a como una
perra en celo. La visi�n de semejante espect�culo, me logr� excitar de una forma
incre�ble, lo que me llev� a meterle su juguete hasta el fondo y a cambiar mis
dedos por mi fortificada herramienta. Ella alcanz� dos orgasmos en esta
posici�n. Yo , como reci�n hab�a acabado, me encontraba como piedra para
partirle el culo a esta hembra. Y as� lo hice.

Cambiamos posici�n, yo acostado en la cama y ella sobre mi.
El juguete qued� un rato de lado, mientras ella sentada sobre mi verga,
intercambiaba el mete y saca, entre sus dos entradas. Sus grandes tetas saltaban
de arriba abajo productos de sus fuertes movimientos, mientras mis manos se
mov�an entre sus nalgas y su vagina.

Pasamos bastante rato en estas posiciones, pero luego cuando
sus gritos dieron claras muestras de estar alcanzando su orgasmo, nuevamente me
sorprendi� y sali�ndose, de mi verga, se sube a la altura de mi cabeza, y
colocando una pierna a cada lado de mi cabeza, comienza a masturbarse a escasos
cent�metros de mi boca, lanzado sus jugos sobre mi cara dando unos gritos que
debieron escucharse hasta en la calle. Cuando termino de arrojarme sus jugos, me
coloca su concha en la boca y me hace chuparle por algunos minutos.

Completamente exhausta, se coloca a mi lado boca abajo. Yo
viendo que me estaba quedando con mi semen sin salir, le abr� las piernas y me
monte sobre ella, primero jugando entre sus nalgas y luego meti�ndosela por el
camino estrecho. Ella ya estaba rendida y no se mov�a, pero aun gem�a y se
quejaba disfrutando la penetraci�n. Cuando me dieron ganas de acabar, al igual
que ella, me sent� entre sus grandes nalgas y me masturb� entre estas dej�ndole
toda su raja mojada. Ella con sus manos se esparci� mi semen en su cola igual
que fuera una crema de belleza.

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