Relato: Richard y Alexander (R&A)
Yo crec� en una urbanizaci�n de clase media baja en convivencia con habitantes humildes, desde que ten�a uso de raz�n me acariciaban las personas mayores debido a que era un ni�o muy bonito de piel morena clara, ojos negros, cabello lacio oscuro, labios entregruesos, pesta�as orveadas, soy el primer hijo de los due�os de una tienda de abarrotes y de una cantina popular que hasta ahora existe, llevo el nombre de Alberto, fui testigo de las promiscuidades de las empleadas con los clientes, incluso de mis primas con sus novios y viceversa, muchas veces presenci� c�mo hac�an el amor por los cuartos traseros, mi primo Juan mayor que yo con cuatro a�os me dec�a beto de cari�o como los dem�s, por ese tiemo eramos los dos �nicos primos varones de la familia, Juan me inici� cuando en una de aquellas fisgoneadas a las parejas en una noche de fiesta vi parada su verguita de once a�os que estaba descubierta y la manoseaba seguidamente, desde ese momento yo inocentemente empec� a imitarle y �l siempre me miraba alegre, me tomaba de las manos y nos �bamos al rinc�n de la casa mientras nos sent�bamos desliz�ndonos los shorts dej�ndose ver su verguita virgen bien paradita corri�ndose el prepucio y apenas sal�a la punta de su glande al descubierto, la m�a estaba fl�cida y mi primo con los dedos me la agitaba ense��ndome c�mo hacerlo de mejor modo sac�ndome delicias de esos frotes tan suaves, por costumbre �ramos c�mplices de travesuras y siempre despu�s de espiar a las parejas en las altas horas de la noche nos �bamos al rinc�n a pajearnos o hacer chaqueta, el gustito era tan grande que despu�s orin�bamos por los rincones del callej�n claro oscuro muy apartado de mi casa, mir�bamos nuestras verguitas ri�ndonos de los movimientos agitados que les d�bamos, fue en una de esas noches en que Juan se acercaba inclinado su cintura con el deseo que le adivin� su intenci�n de frot�r nuestras verguitas simulando como culiaban las aprejas que ve�amos, fue as� que peg�ndonos de la barriga decidimos cerrar los ojos y abraz�ndonos suavemente sent�a los dedos de mi primo que se deslizaban por la piel de mi culito, yo re�a pensando en ese juego travieso de esos dedos por en medio de mi huequito del ano. En muchas ocasiones por lo apartado del sitio nos daba la seguridad para que Juan me abrazara por detr�s dici�ndome cosas obsenas en el o�do, al darme la vuelta yo sent�a el movimiento de su cadera en mi trasero y el ment�n sobre mi pelo que golpeaba su respiraci�n haci�ndome sentir extra�o las primeras veces, lentamente paso a paso me arrimaba a la pared, notaba que me deslizaba mi short deportivo dejando al descubierto mi traserito y sent�a como siempre su verguita tibia erecta haciendo m�s r�pidos los movimientos de cadera dici�ndome al o�do que me dejara, que me estaba culiando, que no dijera a nadie acerca de esto que para nosotros era un delicioso jueguito y que Juan me dec�a que me estaba ense�ando para culiar ni�as de la urbanizaci�n, yo por supuesto a mi corta edad le obedec�a qued�ndome quietecito con mi pecho muy pegado a la pared tratando in�tilmente de ver por detr�s lo que mi primo Juan me estaba haciendo con su verguita de once a�os en mi culito de siete, cerraba los ojos imagin�ndome en mi pensamiento aquello que desde hace tiempo miraba en las parejas algo parecido a lo que mi primo me hac�a, Juan me ten�a arrimado a la pared por largo tiempo y me soltaba por un instante permiti�ndome subir mi short yo le ve�a esa verguita lampi�a m�s gruesa que la m�a, mi primo Juan despu�s de que me culiaba me hac�a se�as con el dedo en la boca que hiciera silencio y no dijera nada, se iba al rinc�n a gotear orina salida de su verguita, al mismo rato que yo me arreglaba la ropa limpi�ndome con las manos algunos restos de orina en la piel de mi culito, despu�s sal�amos con cautela del lugar tratando de no ser vistos por los borrachos que merodeaban el lugar para orinar en la oscuridad, algunos acomplejados buscaban esos lugares porque sus vergas eran peque�as, a esa edad yo ya ten�a en cuenta el tama�o de las vergas.
En otras veces mi primo aprovechaba de cuando yo estaba solo en casa para llevarme a la habitaci�n desnudarnos y acostarnos cubiertos de s�banas, sin decir palabras me acostaba boca abajo en el extremo del colch�n y yo sent�a la verguita de mi primo entre mis nalgas, termin�bamos de esa postura cuando le dec�a que me dol�a porque su roce era r�pido y topaba algo adentro de mi anito virgen, era entonces que Juan despu�s se pon�a en cuatro arrodillado sobre el colch�n con su culo expuesto y me dec�a que lo culiara por detr�s, yo con gusto apuntaba mi verguita de siete a�itos entre esas nalgas lisas de Juan frotando nuestras pieles por un ratito hasta que Juan me hac�a a un lado vir�ndome en la cama, me acostaba boca arriba mirando luego que su cuerpo se acercaba al m�o, nuestras caderas unidas despu�s hacia un movimiento de arriba abajo miraba que su verguita a�n lampi�a frotaba con la m�a, que al movimiento de las verguitas se nos iban entiesando de nuevo, ah� me dec�a que me estaba culiando y unidas nuestras frentes me preguntaba si me gustaba as�, en las primeras veces yo solo me limitaba vergonzosamente a no mirarle la cara cerrando mis ojos pero con el tiempo mov�a mi cabecita afirmativamente sin dejar de ver c�mo nuestros penes lampi�os de siete y once a�os se frotaban tomando un color rojizo luego Juan me alzaba las piernas abri�ndolas y apoy�ndolas en su hombro corri�ndome desliz�ndome en las s�banas con mi espalda junto a �l y de esa forma frotaba el pene por mis test�culos, raya de culo llegando a mi ombligo y Juan se recostaba inclinado sobre mi cuerpo manose�ndome el pelo y las caderas con el frote de nuestras mejillas siempre vi�ndome fijamente a mi cara eso para �l era el dominio hac�a m�, fue en una de esas veces encerrados en mi cuarto con aquella postura que me dio un beso corto, mi primer beso gay, me sent� extra�o, pero con el tiempo hizo que me gustara permiti�ndole y despu�s insinu�ndole que me besara imagin�ndome los besos que se daban las parejas cuando a las mir�bamos a hurtadillas, en los primeros besos que me daba la comisura de mis labios se llenaban con su saliva, siempre al terminar nos llen�bamos de besos y cortas caricias, Juan era el primero en vestirse yo desde el filo de cama lo miraba luego agachaba mi carita viendo mi verguita lampi�a rosadita de tanto frote, me levantaba manose�ndome la verguita jhuan se acercaba por detr�s a darme besos en el pelo ayud�ndome a vestirme, siempre me miraba mi culito, con el correr del tiempo me dec�a con risas que le gustaba.
A veces estando de visita en su casa me hac�a se�as para subir a su cuarto a jugar con mis hermanitas menores y mis primitos peque�os, los dej�bamos jugar en el cuarto de Juan, nos percat�bamos que los adultos estaban en el patio conversando, bebiendo o jugando cartas, de esa forma mi primo y yo agarrado de sus manos corr�amos hacia aquel cuartucho apartado donde se guardaban cajas con objetos de mercader�a, nos quit�bamos los pantalones e interiores nos ve�amos las vergas agit�ndolas hasta quedar bien erectas, la de mi primo era de piel m�s oscura que la m�a, nos acerc�bamos lentamente vi�ndolas frotarse entre s� al movimiento de nuestras caderas a los lados, nos re�amos de esos movimientos, Juan me tomaba de la cintura manose�ndome el culito con los dedos entre las nalgas as� me dejaba caer al suelo lentamente ambos arrodillados sobre el piso nos manoseabamos el culo y la espalda, lentamente nos acost�bamos totalmente desnudos culi�ndonos abrazados revolc�ndonos sobre el piso d�ndonos vueltas, yo cerraba los ojos percibiendo el olor caracter�stico de mi primo Juan aquel ni�o de once a�os que me inici� en el culeo, asomaba el placer que me daba mi primo Juan con su verguita entre mis nalgas y las caricias cortas que me daba en la frente y en las mejillas, pero m�s me gustaba cuando me lam�a la oreja imitando a las parejas de las que ve�amos a escondidas y fue lamentablemente en aquella ocasi�n de tantas que mi tio nos descubri� desnudos culiandonos cuando su hijo Juan estaba encima de mi cuerpo con nuestros verguitas frot�ndolas, de inmediato vinieron las patadas y empujones a correazos de mi t�o con sus gritos ordenando luego que nos visti�ramos, yo con pena y llanto esperaba a�n m�s la paliza de mis padres que fue en la noche, Juan y yo por mucho tiempo habl�bamos con recelo lo limitado de la pl�tica o cuando hab�a que hacer una tarea y la relaci�n de mis padres con mis t�os ya no fue la misma por mucho tiempo.
Sin embargo crec� con esa inquietud y vi�ndome en el ba�o que el vello p�bico me iba saliendo en mi naciente pubertad ya sea cuando orinaba o defecaba apreciando que mi verguita iba creciendo ya me renac�a los pensamientos en mi mente de aquellos deliciosos momentos sexuales con mi primo Juan, de esa forma iba perdiendo mis temores y recelo porque hab�a algo dentro de mi que me estimulaba a culiar, yo hab�a le�do muchas revistas pornogr�ficas y astutamente entraba al cine a ver las pel�culas XXX con amigos mayores, a veces en los juegos a escondidas iba con los ni�os m�s peque�os que me les masturbaba en su delante y tambi�n con ellos imitando algunas posturas sexuales en lo oscuro de los lugares apartados donde nos escond�amos y lo hac�a especialmente con vecinitos menores de cinco a�os porque ellos a�n no sab�an completamente de esos jueguitos y yo los iniciaba, en m� ya crec�a con la pubertad la atracci�n por los chicos pero lo ocultaba para evitar burlas y disgustos vergonzosos a mis padres y a mis amigos burlescos, me masturbaba mayormente encerrado en el ba�o con fotograf�as de chicos que las pegaba en la pared, ellos estaban sentados desnudos mostrando su verga parada o su culo empinado en poses prominetes de erotismo, a�n conservo varias de ellas, me gustaba mirar la ca�da de la orina en el excusado mentando el nombre de esos ni�os hermosos, tambi�n presenciaba en vivo los interiores de los chicos amold�ndose las vergotas gruesas, en una de esas fue que bot� por primera vez mi leche o semen parado en la tasa del ba�o ten�endo la costumbre de ver fotograf�as de chicos desnudos y mientras me masturbaba corri�ndome la verguita con una mano, con la otra me daba placer con el dedo medio entre mis nalgas rozandome las paredes de mi ano e invocaba el nombre de los chicos que hab�a visto en las fotograf�as generalmente mis amigos de escuela o aquellos ni�os que pasaban por mi lado o a cierta distancia rozandome con su piel suave que se quedaban plasmadas las im�genes en mi mente, luego cerraba mis ojos con el placer que despertaba el deseo de sal�rme la leche, secretamente me gustaba abrazar a los ni�os peque�os de la vecindad aunque su verguita estuviera vestida, yo manoseaba esas verguitas vestidas y la mayor�a de ni�os se dejaban por eso con discreci�n tambi�n abrazaba a mis primitos y amiguitos de la urbanizaci�n cuando me vistaban a la casa y los acostaba en el suelo de la sala o por los rincones apartados de la casa aprovechando de las luchitas para rozarlos con mi verguita vestida, luego los soltaba con miedo a ser descubierto por mis familiares mayores o por cualesquiera que pasara por el lugar, me dejaban con gran deseo sexual que me encerraba en el ba�o cerrando los ojos me masturbaba imagin�ndome esos culitos siendos frotados por entre las nalgas por mi verguita ya peluda, a veces ten�a sue�os h�medos pues so�aba que me los culiaba en el ba�o.
Ya mi verguita iba creciendo en tama�o, mi voz ronca provoc� que una de las empleadas saloneras direa cuenta de mi transformaci�n p�bica cuando descubri� que estaba masturb�ndome en un rinc�n del callej�n mir�ndome fijamente mi verguita virgen con pelitos que a punto estaba de botar semen, simplemente se ri� mirando con atenci�n mi verga que al paso la escond�a entre el short, con el tiempo hicimos confianza, ella se enamor� de mi verga virgen de m�s de trece a�os, en una noche estando solo en casa me dej� llevar por ella para que me desvirgara en uno de los cuartos de mi casa que ella arrendaba, su vagina peluda no resisti� la entrada de mi verguita humedecida luego de que me dio una soberana mamadota, la sensaci�n fue de sorpresa con algo de dolor ardiente al ver salir mi verguita latiendo de esa vagina experta, mi verguita estaba amoratada desforrada del prepucio corrido viendo mi glande ya bien descubierto, culiamos m�s de cinco veces en secreto en su cuarto escondidos sin que nadie supiera que esa mujer me hab�a desvirgado y ah� qued� todo tambi�n, pero no es menos cierto que pese a esas pocas culiadas con ella no sent�a el goce que en cambio ten�a mi deseo por los de mi mismo sexo que se incrementaba y de manera especial de aquellos ni�itos que me excitaban cuando se estiraban las verguitas vestidas o cuando se met�an las manos dentro de su short para manosearse las verguitas movi�ndolas dentro de la tela para adelante y para atr�s, para arriba y para abajo, ya para cuando se sacaban las manos las llevaban a la nariz para olerse la orina y ya se notaba la verguita tiesita que se amoldaba como punta de lanza a la tela suave y ligera de sus shorts deportivos ya que algunos no usaban interiores, yo me hac�a la idea de poder mamarselas pero no me atrev�a por miedo a que me delataran.
A punto de cumplir mis catorce a�os lleg� a vivir a mi casa la prima de mi mami venida del campo donde recib�a maltratos de su esposo un borrachoso mujeriego irresponsable que le deba mala vida, vino con su hijo �nico Alexander de tres a�os y se instalaron en un cuarto apartado de mi casa junto a la bodega, mi tia, como yo le dec�a, trabajaba con mi mami en las ventas y le ayudaba en los quehaceres dom�sticos Alexander pasaba junto a ella y a veces quedaba solo en el cuarto jugando con mis dos hermanitas de diez y cinco a�os, en una tarde yo me encontraba solo haciendo las tareas colegiales en mi cuarto que al sentirme seguro me manoseaba la verga creando ideas, ya ten�a bien parada la verga y me dieron ganas de ir al ba�o, cre�a que estaba solo en casa pues una hora despu�s del amuerzo todos la pas�bamos ayudando ya sea en en la tienda de abarrotes o en la cantina, mi sorpresa fue grande al abrir la puerta del ba�o cuando vi a mi primito Alexander sentado con papel higi�nico en la mano pujando expulsando excremento por el ano, ten�a su shortcito a los talones con sus piecitos descalzos agitados al viento, despeinado producto seguramente de su reciente siesta, mi verga se puso a mil contemplando en breves segundos esa piel brillosita y ese culito con esa verguita paradita que por primera vez la contemplaba con placer y calma, fue para mi como un flash que se introdujo en mi cuerpo en ese momento, Alexander con su tierna sonrisa miraba sorprendido mi presencia, a prop�sito me orin� a su lado dentro de la ducha, �l vi�ndome como mi gruesa verguita quincea�era botaba orina, el peque�o miraba con pausa mi verga, la acerqu� un poco a su carita y su inocencia hizo que sonriera pidiendo que le limpiara su culito con el papel higi�nico, mi respiraci�n aumentaba, hab�an pasado unos cuantos minutos, le dije que espere para luego limpi�rselo, le dije que espere, sal� del ba�o y di un recorrido en pasos acelerados por casa, todos estaban en los negocios, como un rayo corr� al ba�o Alexander acuclilladito todav�a me esperaba para que le limpie el culito, sin perder tiempo lo empin� en cuatro apoyado su pechito en mi muslo, tom� el papel y se lo pas� por las nalgas abiertas por una mano, vi la expresi�n del ni�o con placer cerrando los ojos, entreabiertos sus humedecidos labios rosac�os carnudos, su piel era tan suave que m�s me calentaba, aprovech� de su postura para pasarle un dedo �ndice ensalivado, luego a sus espaladas me saque mi short, Alexander vio con calma mi verga a plenitud c�mo me la agitaba, sin decir palabra me acucliy� en su delante, lo acerqu� hacia m�, vi su verguita que ten�a restos de orina, tom� sus manitas y se las hice pasar por mi verga sobretodo por mi glande, me sent� sobre el excusado y a �l lo sent� sobre m� acoplando su espaldita en mi pecho, hicimos movimientos circulares y como si estuvieramos cabalgando, eso lo hac�a para disimular que me lo estaba culiando por primera vez as� quye cerr� los ojos para disfrutar del momento oliendo a mi primito y sintiendo su cuerpecito de manera diferente, me estaba calentando su piel, Alexander ten�a su olor caracteristico de ni�o sudado, re�a con esos movimientos que hac�amos, yo le dec�a caballito caballito y �l re�a, Alexander miraba mi verga que sal�a de abajo entre las piernas peg�ndose junto a su verguita, nos levantamos y ah� nom�s lo agach� en cuatro y le frot� mi verga en su culito meti�ndosela con mi glande hasta que escuch� un ���aahhh!!! de su boquita y me detuve, record� el tiempo y le dije que saliera, yo me qued� haciendo una de mis m�s mejores masturbaciones en nombre de mi primito Alexander, su culito me hab�a devuelto esa vida sexual apagada que ahora se incrementar�a, cuidando de las apariencias pues mis padres todav�a ten�an presente lo que mi primo Juan me hab�a hecho en la infancia, para disimular ten�a romances cortos con las chicas de la vecindad pues mi car�cter siempre ha sido jovial.
Desde aquella casual metida en el ba�o todo fue diferente en mi vida, ya ten�a un peque�o amante, lo estaba iniciando en el sexo, ganamos mucha atenci�n y confianza, le ayudaba de vez en cuando a mi t�a disimuladamente en su cuidado cuando lo llevaba a pasear con mis hermanitas en bicicleta, a veces tocaba de ir a la bodega de casa a traer mercader�a al hombro con Alexander, al llegar lo primero que le hac�a era abrazarlo por detr�s, Alexander sonre�a, inclinaba mi tronco y juntab�mos las mejillas, de ah� lentamente le deslizaba el short que ten�a puesto sin dejar de abrazarlo, con esa misma mano yo me bajaba el short, sent�a el roce de su piel suavecita en mi pene, as� abrazados dabamos unos cuantos pasos hasta las cajas de madera que hab�an y ah� a filo de caja con su pechito posando sobre la madera con el cuerpito en corvado me dejaba ver su culito trigue�o sudoroso a plenitud, acercaba mi verga llena de saliva a sus cachetes de nalgas y le iba introduciendo el glande hasta de nuevo escucharle el ahhh!!!, era se�al que hasta ah� nom�s, luego con un desenfrenado frote de mi tronco de verga entre sus nalgas le pegaba mi culiada movi�ndonos aceleradamente, al principio de mis culiadas en su culito seguramente Alexander no sab�a de lo que est�bamos haciendo porque se dejaba nom�s, nos vest�amos en silencio pero por si acaso le dec�a que guardara silencio y lo premiaba con un dulce o centavitos que le daba cuando hac�amos juntos tareas de trabajo o mandados a los clientes, de esa manera aumentaba nuestra confianza.
Esas culiadas con mi primito Alexander las hicimos muy seguido, luego de un por par de a�os empezaron a construir una casa de tres plantas junto a mi casa, el due�o era un comerciante de renombre y su esposa trabajaba en el hospital como enfermera, peri�dicamente visitaban el avance de la obra en compa��a de sus hijos Richard de cuatro a�os y su hermana Paulette que ten�a mi edad y era desde hace mucho tiempo mi compa�era de estudios en la prepa, desde la primera vez que vi a Richard me llam� la atenci�n la delicadeza de pedir con palabras de tono de voz sutil algo afeminado, as� como su manito quebrada al caminar con su caderitas movidas lateralmente con amaneramiento, seg�n supe de su hermana Richard era el engre�do de sus padres, por eso ese comportamiento delicado en excesiva, me cont� que su mami hab�a tenido un parto dif�cil luego de varios abortos, a la semana de ella cumplir sus once a�os naci� su hermanito Richard que de por s� su naturaleza era muy dulce que de quien lo conoc�a se dejaba querer, ni�o fino, bien vestidito, con talco y colonia en su piel, corte de pelo hongo que hac�a hermoso el movimiento al viento de su pelo lacio casta�o claro de piel blanca y labios bien formados, ojos caf�s claros, mejillas ros�ceas, manos con u�as siempre limpias y bien cortaditas, dedos de pies y manos bien formaditos, piel sumamente suave, traserito estilo patito bien empinado puntiagudo, siempre con su sonrisa conquistaba, sus cejas finas y pesta�as orveadas, usaba sandalias y tenis, siempre recib�a atenciones de los adultos, su madre lo cuidaba con exageraci�n, yo con humildad me gan� la confianza de los padres de Richard, con su hermana hac�amos las tareas escolares en la planta alta de su casa, nos hicimos muy buenos amigos me hice c�mplice de sus romances con los amigos, Richard y Paulette la pasaban en casa, Richard jugaba con mis hermanitas y mi primito Alexander, de eso me aprovechaba para incluirme en el juego haci�ndole luchitas y abrazos por detr�s a ambos, Alexander ya sab�a lo que era el jueguito pero el inocente de Richard solo re�a astutamente, yo dejaba que Alexander se acueste sobre el cuerpito de Richard y miraba moverse las caderitas de mi primito sobre las nalguitas de Richard, mi primito y yo nos mir�bamos en forma c�mplice sonriendo de lo que hac�amos al peque�o Richard.