En mi profesi�n de enfermera cuidadora de pacientes de la tercera edad, jam�s hab�a tenido una experiencia como �sta. Me llamo Amira tengo 32 a�os mido 1.73 m y peso 65 kg. Vi un anuncio en internet donde se solicitaba a una enfermera cuidadora de planta (las 24 horas) para atender a un hombre de 68 a�os artr�tico y con una �lcera muy avanzada. Acud� a la direcci�n que aparec�a en el anuncio y me recibi� el propio paciente, era un viejito llamado Juli�n chaparrito muy flaquito y desdentado que me explic� en que consist�a su enfermedad y lo que necesitaba de mi. Me dijo que quer�a que lo acompa�ara todo el d�a, que lo ayudara a orinar y a defecar, a ba�arse, a acostarse, a vestirse, en fin a todo. Me dijo que por el dinero no me preocupara que me iba a pagar lo que yo le pidiera, pero eso si, quer�a que yo lo complaciera en todo absolutamente en todo. Comenz� por darme el dinero para que me comprara vestidos de cuello redondo sin mangas y cortitos a medio muslo, un blanco, un rosa, un amarillo, un verde, un azul y un rojo y sandalias del color de los vestidos de tac�n alto de aguja de 12 cm, tambi�n me pidi� me comprara juegos de brasiere y pantaleta de colores pastel, blancos y rojos. Adem�s me dijo que aunque ya estaba viejo segu�a necesitando mucho de una mujer joven por lo que me pidi� que adem�s de mis labores como enfermera cuidadora, cumpliera con mis deberes de mujer, eso me dijo significaba tener sexo con �l y me apunt� que si no estaba de acuerdo pues ni modo no me iba a obligar y se buscar�a otra mujer. Lo medit� unos momentos y acept� su oferta, despu�s de todo necesitaba el dinero y el pago que me ofreci� era bastante bueno, muy superior a lo que hab�a ganado en mis anteriores trabajos y adem�s aquel viejito chaparrito y flaquito de aspecto tan fr�gil y d�bil me inspiraba mucha ternura. Cerrado el trato, fui a comprarme la ropa y los zapatos que mi paciente me hab�a indicado, regres� y me vest� con el juego de brasiere y pantaleta azul cielo, el vestido rosa y las sandalias de tac�n alto rosas, me dej� las piernas sin medias y fui donde Juli�n. �l estaba recostado en su cama y al verme entrar retir� la colcha que lo cubr�a dejando ver que s�lo tra�a unos calzoncillos, me pidi� me parara junto a la cama y me diera una vuelta entera para verme, lo complac� y sent� como acariciaba mis piernas metiendo sus manos por debajo de mi vestido, esas manos sub�an por mis muslos acarici�ndolos en la parte interior produci�ndome unas cosquillitas muy ricas, yo le sonre� a Juli�n y �l se puso de pie, me abraz� por atr�s y me recarg� su verga entre mis nalgas mientras sus manos segui�n acariciando mis piernas y levantando la falda de mi vestido hasta llegar a mi rajada. Yo me estremec� y me hice para atr�s sintiendo como su verga que ya estaba bien parada se apretaba fuertemente entre mis nalgas. Juli�n subi� sus manos y las pos� en mis senos apret�ndolos y amas�ndolos fuertemente haci�ndome gemir de placer sin dejar de recargar su verga en mi culo. Despu�s me dio vuelta y pude apreciar como su erecci�n se evidenciaba en el tremendo bulto formado en su calz�n, rode�ndome por la cintura me recarg� su verga en mi vientre mientras su boca se posaba en la mia y su lengua se introduc�a hasta mi garganta, al estar desdentado no pod�a evitar que su saliva escurriera sin control y sus babas se depositaban en mi lengua y escurr�an por mi garganta, adem�s meti� sus manos por debajo de mi vestido y me acarici� las piernas por atr�s levant�ndome la falda hasta que sus manos se posaron en mis nalgas y luego sent� como met�a su dedo (supongo que era el m�s largo) en mi culo pic�ndolo, yo levant� la cara y el empez� a besar y a lamer mi cuello. Me apart� de aquel viejo caliente que a pesar de lo flaco y d�bil que estaba se me hab�a repegado como sanguijuela haci�ndome sentir su erecci�n sin recato alguno y sus manos arrugadas me hab�an manoseado todo lo que ten�a debajo de mi falda adem�s de mis senos. Juli�n al ver que me apartaba de �l se sent� en el piso (que estaba alfombrado) y luego se acost� boca arriba, me pidi� que me parara arriba de �l para verme las piernas, esa petici�n lejos de molestarme me divirti� y le di gusto, me par� con mis piernas abiertas de modo que su cara quedara justo entre mis piernas y debajo de mi falda, me mir� las pantaletas y me dijo de que color eran y sent� como sus manos �speras se deslizaban una y otra vez a todo lo largo de mis piernas por delante y por detr�s acarici�ndolas. Despu�s me pidi� lo ayudara a levantarse y se tendi� en la cama boca arriba y me pidi� me acostara con �l, como yo me qued� quieta Juli�n me tom� de la mano y me jal� a la cama oblig�ndome a acostarme, qued� delante de �l y sent� como de nuevo su verga se apretaba entre mis nalgas mientras sus manos me acariciaban las piernas, luego se incorpor� y tendi�ndome boca arriba me levant� bien el vestido hasta descubrirme las piernas, me baj� mis pantaletas y sac�ndose r�pidamente su calz�n se acomod� entre mis piernas y me ensart� con su verga meti�ndomela toda. Aunque Juli�n era un viejo de 68 a�os ten�a una verga que parec�a la de un joven, me embest�a una y otra vez frotando su �rgano duro dentro de mi mientras me besaba en la boca y en el cuello metiendo su lengua hasta mi garganta y chupeteando mi cuello, adem�s me dec�a toda clase de cosas sucias y morbosas, cosas que le gustaban de mi y cosas que se le antojaba hacerme para saciar su apetito sexual conmigo, yo lo escuchaba pero en lo absoluto me sent�a ofendida o agredida, todo lo contrario, escuchar a ese viejo caliente decirme cosas tan sucias y morbosas me hac�an sentirme muy caliente y excitada, de hecho correspond�a a sus embestidas arqueando mi cuerpo cada vez que me embest�a levantando mi cadera para que mi rajada quedara totalmente expuesta a su lujuria y su verga se introdujera totalmente en mi concha, sent�a como la cabeza de su verga frotaba en�rgicamente la entrada de mi matriz produci�ndome un cosquilleo delicioso y enloquecedor. No exagero al decir que ese viejo de 68 a�os chaparro (pues yo era como 15 cm m�s alta que �l) flaqu�simo, enfermo y d�bil me estaba cogiendo como jam�s en mi vida me hab�an cogido, despu�s de un largo rato de estar unidos mis sentidos estallaron y mis jugos ba�aron la verga de Juli�n, �l entonces me dijo que ahora era su turno y frot�ndose con todas sus fuerzas me embisti� una y otra vez haci�ndome gritar hasta que sent� como de su verga sal�an varios chorros de semen espeso y caliente llenando mi rajada y mi matriz. Y este era mi primer d�a en la casa de Juli�n, despu�s les sigo contando lo que pas� los d�as siguientes.
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Relato: Mi paciente viejito, morboso y cogedor
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