SUPERPUTA CASTIGADA A POLLAZOS (continuaci�n de "Mi hermanana
se hizo superputa")
Resumen del relato anterior: Un hermano resentido y vengativo
descubre que su hermana es puta de lujo y la chantajea para humillarla y
follarla a cambio de no decir nada. Despu�s del polvo, incumple su promesa y
llama a un amigo para joderla a d�o.
Aquel s�bado de locura iba a pasar factura a Cristina. Por un
lado, tuvo que abandonar el trabajo de puta de lujo en la agencia porque si cada
servicio que su hermano pidiera le iba a costar 450 euros de su bolsillo estar�a
pornto arruinada. Decidi� mont�rselo por su cuenta, con un anuncio en revistas
guarras. A su hermano Ram�n le hab�a molado tanto la follada que quer�a repetir
cuanto antes pero �l y su amigo Diego se llevaron un chasco cuando se enteraron
que Cristina se hab�a ido de la agencia. Empezaron a hojear todos los anuncios.
Ser�a muy dif�cil dar con ella, hab�a demasiadas putas anunci�ndose. Estuvieron
una semana buscando, seleccionando, descartando, se gastaron tanto en tel�fono
que su cabreo les dominaba. Hablaban de c�mo se iban a vengar cuando la
cogieran. Un d�a, el padre de Diego, el charcutero del pueblo, escuch� esta
conversaci�n entre su hijo y Ram�n:
- T�o, tu hermana me las va a pagar en carne. Lo juro. Se la
voy a meter hasta que reviente.
- No, hasta que vomite semen. Se va a enterar esa golfa. Mira que jodernos el
chollo...
El padre de Diego, Don Diego, no daba cr�dito a lo que o�a.
M�s all� de las palabrotas de su hijo, entend�a que hablaban de la hermana de
Ram�n, Cristina, aquella buenorra que se fu� del pueblo, l�stima, era uno de los
pocos placeres que ten�a, ver aquella chiquilla moverse tan excitante le reviv�a
la picha. Pero la trataban de puta y eso no lo entend�a.
- Oye, escucha: "Estudiante modosita y cari�osa tomar�
lecciones: franc�s, griego, tailand�s... llama grandull�n".
- Vaya mierda, llama t� que yo me he gastado un past�n.
Don Diego se qued� pensando: "Grandull�n" era un t�rmino que
usaba mucho Cristina. Se lo llamaba a �l, que era amigo de su padre. Tal vez esa
putita fuera la cr�a de sus sue�os.
- Comunica. Mierda, no tengo m�s ganas ni m�s pasta. Que la
den.
Don Diego estaba empalmad�simo. Aquello le hab�a puesto
cachondo como no suced�a en mucho tiempo. Esper� a que su hijo se fuera y tom�
la revista para llamar. Forzar�a la voz, no quer�a que le reconociese:
- Hola, soy Linda, �quieres compa��a grandull�n?
- Si. �Como eres? Quiero saber si eres joven.
- Soy joven, mucho. Todav�a estudio.
- Dime algo de tu cuerpo.
- Soy rubia, de estatura media, delgada pero con mis cosas y un lunar en el
costado que te encantar� besar.
Caray, ese detalle era revelador. Don Diego hab�a visto s�lo
una vez a Cristina en bikini, en un pantano peque�o cerca del pueblo pero
record� que ten�a un lunar en el costado porque pens� que le gustar�a borr�rselo
con la polla.
- �Cuanto cuestas?
- Un servicio completo son 150 euros. Si desea...
- No, est� bien. Un completo estar� bien.
Don Diego hab�a visitado la ciudad varias veces para
servicios de este tipo y sab�a c�mo funcionaban. Su hijo y el hermano de
Cristina hab�an hablado de ella en plan zorra y hasta crey� entender que Ram�n
se la hab�a trajinado. Se fue a ver a su amigo, Don Eulogio, padre de Cristina
para contarle la verdad. Le habl� de la conversaci�n de Ram�n y Diego y del
anuncio y de la llamada de tel�fono. Don Eulogio estaba blanco, no hablaba, solo
dec�a: "Para esto le dimos de todo...". Estaba decepcionado, que digo, m�s que
eso, de hundido pas� a estar enrabietado y encorajinado.
- La muelo a palos, Diego, la mato.
- Eulo, amigo, te acompa�o que eres capaz de hacer una barbaridad.
Tomaron el tren a la ciudad aquellos dos hombres maduros,
Eulogio de 62 a�os y Diego de 59. Alto, delgado, chupado el primero, calvo y
gordo el segundo, el grandull�n, Don Diego. Tras comer poco bebieron bastante en
la sobremesa, dos copas de co�ac y un anis. Hablaron de la ni�a, lo decente que
siempre hab�a sido, que qu� le habr�a pasado en la ciudad, que porqu� la t�a
Casi no advirti� nada... y entonces Don Diego se propas� fruto del alcohol:
- Pero Eulo, con una potra como ella los t�os las quieren
engolfar, compr�ndelo.
- Diego, que es mi hija.
- Pero te sali� buenona �o no?
- �Buenona? Es una cr�a, no hables as� que est�s casado, co�o
- Una cr�a buenona, si, �casado? mi mujer es fea y tu hija guapa, mi mujer....
puajjjjj tu hija tiene un culazo de impresi�n.
- Diego, ya s� que tiene un buen culo �crees que estoy ciego? pero es mi hija y
tienes que respetarla
- Oye Eulo, cuando te follas una puta en el club de la 203 �piensas que se le
debe un respeto?
- No, es s�lo una puta.
- Pues ahora tu hija es s�lo una puta. �Por qu� la vas a respetar? �Te respeta
ella o ensucia tu apellido?
Esta conversaci�n incre�ble fruto de lo bebidos que estaban
hizo trempar a Don Eulogio. Su hija le pon�a cachondo desde que cumpli� 14 a�os.
Hab�a observado que Diego, su amigo, tambi�n miraba a su hija. Le solt� de
golpe:
- �Te pone cachondo Cris?
- Eulo, es tu hija �no? - y se empez� a reir como si fuera un chiste
- Diego, a m� s� me pone cachondo
Don Diego call� y serio, en voz baja, le coment�:
- Eulo, amigo, es normal. Si no me enga�aron mis o�dos tu
hijo se la ha tirado. �Por qu� castigarla a golpes si podemos castigarla de otra
manera?
- De qu� manera amigo
- A pollazos. Las putas s�lo entienden de eso. Cuanto m�s duro, mas castigo
�verdad?
Se bajaron del tren con un plan: presentarse en el
apartamento de Cristina y castigarla foll�ndola duro. Llamaron a las 21:30 como
estaba previsto y abri� una criatura preciosa. Rubia (te�ida), menuda, vestida
con una bata de cama de raso que dejaba entrever un liguero y una sonrisa que
iluminaba un rostro precioso que al momento se torn� oscuro:
- �PAP�!
Sin esperar invitaci�n abrieron la puerta y pasaron.
- Hija �eres puta? �es eso?
- Pap�.... yo.... es un error (dec�a a punto de llorar)
- Claro que es un error: tuyo. Diego, �tala.
Don Diego sac� una soga del bolsillo comprada durante la
tarde y empez� a atar las mu�ecas de Cristina.
- �Pap�, que pasa! �Des�tame Diego, por favor!.
La operaci�n fu� tan r�pida que Cristina no pudo reaccionar.
Al momento estaba con un pa�uelo en la boca sin poder gritar y cuatro manazas
callosas port�ndola hacia el interior.
- Aqu� estar� bien, parece c�modo, dijo la voz de su padre.
Era el sof� y la descargaron como un fardo. Su padre la tom�
por la barbilla oblig�ndole a mirarle. Era una mirada de furia, de... deseo
incontrolado.
- Te vamos a follar, Cristina. Por puta y nada mas que por
puta. Te va a doler porque no seremos suaves �entiendes? Te lo has ganado a
pulso, ninguna hija m�a golfea sin recibir su merecido.
Las manos del gordo, Diego, ya hab�an empezado a tocar a la
chica mientras Eulogio hablaba. Le palpaba el culo porque era lo mejor pero par�
cuando Eulogio le dijo a Diego:
- Eso despu�s, primero la porculizar� yo.
Eulogio coloc� a su hija encima suyo, sentada en su polla con
la espalda tocando su pecho. En esa posici�n, las manos del padre ten�an acceso
completo a las tetas de la hija. Las aplast�, las apret�, las pellizc� con
fuerza sin atender a los gritos ahogados y pataleo de la hija. Eulogio se
acercaba al oido de Cristina y le dec�a:
- Te tratar� como a una perra, no me das pena. Tienes un
cuerpo de campeonato, golfaza, estas hecha para follarte y tu padre y su amigo
quieren probarte antes de irnos a la tumba �verdad Diego?
- Claro Eulo, pero d�jame que le quite el pa�uelo, seguro que esa boquita sabe
hacer mas cosas que quejarse.
- C�mele la polla a Diego, Cris, hazlo o me enfadar�
Y mientras le dec�a esto le pellizcaba muy muy fuerte un
pez�n. Cristina sent�a un dolor como jam�s hab�a sentido y lloraba y no
reconoc�a en aquel bestia que la torturaba a su padre pero entend�a que si no
obedec�a el dolor aumentar�a. Hizo se�as con la cabeza.
- Adelante, Diego, va a colaborar. Le conviene o este
pellizco no ser� nada con lo que te har� si gritas o le muerdes.
Diego le quit� el pa�uelo lleno de mocos de la boca y
Cristina lloraba y se quejaba:
- Basta, no sigais, pap�, no me hagas esto.
Don Diego se hab�a sacado la polla y la meneaba delante de la
hija de su mejor amigo que agarrada por los hombros y con las manos atadas a la
espalda nada pod�a oponer. El padre oblig� a la hija a inclinarse sobre su mejor
amigo y este dirigi� su pene fofo y peque�o a la boca de la ni�a quien no tuvo
mas remedio que trag�rselo. Chup� y chup� mientras el padre empujaba la cabeza
de su hija por detras y azotaba el culo de Cristina. Al principio fu� una
palmada. Estaba cojonudo ese culo, pens�, luego una azotaina dura y seca que
sac� un grito de dolor a Cristina, despu�s eran ya azotes con toda la palma
extendida. Cristina gritaba pero la polla del viejo gordo hab�a crecido y
ocupaba casi toda su boca ahogando sus quejas. El padre sacud�a azotainas al
culo ya rojo de su hija mientras el amigo gordo, con la polla encajada en la
boca de Cristina iniciaba un movimiento de mete y saca despacio, sientiendo
todas las paredes de la boca de la chica en la punta del capullo. Estaba
caliente y h�meda, empapada de saliva. Todo un goce. Con ojos encendidos de
depravaci�n le dec�a:
- Quien te iba a decir que te dejar�as follar por tu padre,
si se enteran en el pueblo lo guarra que eres te nombran cerda mayor de las
fiestas jajaja.
- Para ya que me vas a ahogar cabr�n.
El gordo ten�a sujeta a Cristina por la cabeza y la barbilla
y atada como estaba no pod�a librarse, as� que Don Diego la oprimi� contra s�,
la nariz de la chica se hundi� en la barriga peluda y sudada del gordo sin
dejarla levantar la cabeza. Cristina se ahogaba y le daban arcadas mientras el
calvo y gordo amigo tocaba con su garrote la garganta de la chica. Hilos de
saliva sal�an por las comisuras de los labios y Eulo intervino:
- D�jala respirar, so bestia.
El gordo solt� la presi�n y Cristina apart� la cara tosiendo
y escupiendo. Su padre segu�a azotando ese culazo y Cristina ped�a clemencia:
- No lo volver� a hacer, de verdad... (lloraba e imploraba)
pero dejad de pegarme por favor.
- Esto no es nada furcia, cuando te encule s� que te va a doler.
�ZAS! otro azote en mitad de la nalga.
- AYYYYYYY!!!! basta, por Dios, duele mucho....
�ZAS! �ZAS! dos azotes m�s muy pero que muy fuertes. Eulogio, el padre, se hab�a
sacado la polla del pantal�n y se pajeaba lentamente, muy lentamente con la
izquierda mientras sacud�a otro azote con su manaza derecha grande y callosa de
trabajar el campo.�ZAS!
- AYYYYY AYYYYY AYYYYYY Noooooo ya basta..... lloraba Cristina
- Esto me pone duro, Diego, estoy a punto. Me la voy a empalar, Diego, ay�dame.
Don Diego hubiera querido seguir con la mamada pero su amigo
era el padre y en ese asunto mandaba, as� que tuvo que sacar su poll�n de la
boca de Cristina a la que hab�a vuelto a obligar a chupar. Cuando Eulo hablaba
de empalar se refer�a a poner a la chica por encima de su polla, vertical y
soltarla, ensart�ndola con fuerza y crudeza. Era algo que no se dejaban hacer ya
las putas pero su hija no pod�a elegir. Diego cogi� a Cristina por los sobacos y
la coloc� encima de Eulogio que estaba sentado. Este a su vez la sujetaba firme
por las caderas, entonces ambos la izaron y comprendi� qu� quer�an: La iban a
ensartar en aquella polla dura y larga de su padre. Eulogio fu� m�s lejos:
- Por el culo, Diego, por el culo.
- Eulo, amigo, por ah� duele mucho �estas seguro?
- Hazlo �ya!
Alzada como estaba poca oposici�n pod�a ejercer as� que
cuando su padre la dirigi� por las caderas hacia su rabo duro este entr� en el
ano como una lanza rasgando la piel. El grito fu� fuerte hasta que Diego le tap�
la boca con las manos. La estaba empalando su propio padre, la sub�a a pulso por
el culo y la dejaba caer. Cada ca�da era dolorosa, le desgarraba, lloraba,
gritaba mientras Diego la axfisiaba con las manos. El padre s�lo dec�a:
- Te rompo el culo para que te acuerdes de esto cada vez que
te sientes jejejeje
La culeada era atroz, una y otra vez sub�a y bajaba sobre la
polla del padre impulsada por unos brazos huesudos pero fuertes de labrador del
campo. El amigo de la familia, el hombre que hab�a jugado y cuidado de Cristina
cuando era peque�a jaleaba:
- Eso es, Eulo, m�ntala, que sufra y sienta un buen rabo en
el ano, r�mpela, trasp�sala... �cuando me toca? estoy deseando darla por culo yo
tambi�n...
El padre bufaba ahora, la culeada era cansada de tanto subir
y bajar los 45 Kg. de su hija, as� que decidi� cambiar de postura y agujero.
- Diego, amigo, mant�n abierto ese agujero que yo me abrir�
paso por el otro.
Sin mas que decir, como si estuvieran perfectamente
coordinados los dos hombres maduros se situaron en posici�n, el padre tumbado en
el sof� debajo de la hija maniatada a la que pusieron a cuatro patas y el amigo
del padre en cuclillas apuntando su tranca al ano de la chica. Iban a hacerle un
sandwich. El padre empez� a presionar sobre el chocho de su hija para que
entrara la picha, el amigo gordo se esforzaba en introducir su polla por el
culito castigado de Cristina. Como un d�o sincronizado, empezaron una follada a
golpe de pollazos. Cristina sent�a sus agujeros profanados y le dol�a porque no
estaban siendo cuidadosos, sino violentos.
- No por favor, parad, me duele, dejadme que no dir� nada...
- Claro que no dir�s nada, putita, estamos haciendo lo correcto. Un par de
machos como nosotros damos marnafa a una zorra caliente que quiere polla.
- Pap� por favor, tu no puedes hacerme esto...
El padre met�a su polla entera en el co�ito de su hija a
golpe de ri�ones una y otra vez y cuando la polla sal�a del chocho el rabo de
Diego entraba en el culo. Mete saca infernal que no acababa una y otra vez co�o
y culo sent�a los trozos de carne entrar y salir como martillos pilones. Mucho
dur� el traca traca y los viejos no paraban, estaban gozando como cerdos y se lo
dec�an a Cristina:
- Eulo, que hija mas guarra tienes. Estar�a sodomiz�ndola
todo el d�a.
- Diego, amigo, no tienes edad para eso pero es verdad, nena, est�s riqu�sima...
OHHHH... �sientes eso? Es mi polla entrando y sali�ndote.
- Viejos asquerosos, os odio...
A Cristina le ca�an l�grimas por las mejillas mezcla de dolor
por la cabalgada brutal y pena porque su padre y el amigo de siempre fueran sus
violadores. El gordo cabr�n estaba culeando a Cristina en cuclillas mientras el
flaco le clavaba la polla por el chocho. El gordo fu� el primero en cansarse as�
que se levant� y le meti� la polla a Cristina en la boca oblig�ndole a mamarla.
- C�meme la polla puta de mierda.
El padre en cambio bombeaba fren�ticamente, hab�a cogido el
ritmo y no quer�a parar, estaba obteniendo tanto placer que ya no le importaba
si era su hija aquella ni�a a la que taladraba. De vez en cuando obligaba a Cris
a mirarle a los ojos para sentir sus gestos de dolor y odio.
- AHHH AHHH toma, toma, puta, so puta, AAAAAHHHH c�mo me
gusta esta clavada golfa... UHHH Dios, AGGGG toma y toma mas, que tengo para
darte hasta que revientes, zorrona, mira que enga�arme.... OHHHHHH qu� bueno, me
vas a vaciar los huevos pero por Dioooooooss AHHHHHH que buenooooooo por dios
que te mato a pollazos...
Burrada tras burrada Don Eulogio sent�a un placer infinito y
un gustito en la polla que le imped�a hablar seguido sin gemir de gozo. El
primero en correrse entre grandes estertores fu� Diego, solt� su semen
directamente sobre la cara de Cristina a la que ca�an grumos de lefa por las
cejas y mejillas.
- AHHHHH... crema de cara para putas jajajajaja
Mientras escurr�a las �ltimas gotas sobre la carita de angel
de la chica son� �ZAS!, de repente Eulogio solt� un cachete sobre las nalgas de
su hija.
- Cabalga, potra, cabalga....
A base de azotarla incitaba a Cristina a llevar el ritmo
porque �l se hab�a cansado. La ni�a comenz� a moverse a ritmo de mete saca sobre
el palo tieso de su padre. En cinco minutos estaba Don Eulogio berreando como un
cerdo de matanza mientras se le escapaba a chorros el semen que manchaba el culo
y la espalda de su hija.
Exhaustos, sudorosos y en pelotas estaban aquellos tipos de
62 y 59 a�os que se acababan de zumbar a una joven de 17 a�os, hija del mas
mayor. Tomaban aire repirando hondo porque el ejercicio les hab�a dejado KO. El
gordo cabr�n habl� primero:
- Eulo, �que tal si tu hija nos hace un pase de modelos?
recuerdo lo burraco que me puso cuando sali� mojadita del pantano. Llevaba un
bikini amarillo medio transparente y me masturb� tras un arbusto.
- Diego, amigo, eres un pervertido. Yo la prefiero cuando montaba en bici y se
le sub�a la falda... ummm tengo ganas de mear.
Entonces Don Eulogio hizo algo inesperado. Se levant� y
apuntando su polla sobre Cristina empez� a mearla encima, tumbada en el sof�
como estaba. Ella reaccion� al contacto con los orines pero su padre descargaba
una larga meada como si de una manguera se tratase.
- La estoy duchando Diego. Le quito el semen de encima.
- �Dios! que.... no me mees hijoputa, para cabr�n...
Ni la cara se libr� de la orina de Don Eulogio. Cuando acab�
volvi� a sentarse.
- Si tienes ganas, prueba t�. Se queda uno como nuevo.
- Eulo �porque no nos la quedamos? Podr�amos emputecerla nosotros. Le sacar�amos
partido y adem�s, cuando estuvi�ramos cachondos nos la follamos y punto.
- �Tu y yo?
- Y los hijos. Ellos nos ayudar�an. La tendr�amos cuidada todo el d�a y a
disposici�n de cuatro pollas toda la noche.
La humillada, violada y bejada Cristina se larg� de la ciudad
temiendo nuevas visitas de su padre y hermano. Continu� ejerciendo la
prostituci�n y temiendo que si volv�a al pueblo los degenerados de su familia la
emputeciesen como hab�a escuchado que dec�an. Para su desgracia, acab� de puta
de barra americana en el 203, cuando adquiri� unas deudas que al no poder pagar
la obligaron a ejercer para un proxeneta due�o de varios puticlubs de carretera.
El proxeneta rotaba las putas de un club a otro pero con Cristina hizo una
excepci�n porque su primo se lo pidi� como favor. El primo era enemigo de Don
Eulogio y lo hizo para vengarse por lo que se asegur� que Don Eulogio se
enterase que su hija se prostitu�a en el km.203. Lo que ese imb�cil no sab�a era
que eso permiti� al padre, hermano y amigos follar a placer a Cristina noche
tras noche. Siempre hab�a alguien que quer�a mojar con aquella ni�a del pueblo
metida a puta, todos conocidos, los machos de su familia y tambi�n los amigos
del padre y del hermano. Hasta amigos de su juventud y un ex-novio la jodieron
como burros, siempre trat�ndola mal, insult�ndola y pidi�ndole hacer marranadas
que no se lo hubieran permitido otras putas. Triste destino para una chica de
provincias con aspiraciones.