Este es mi relato:
Hola, tengo 51 a�os, comenc� a tener relaciones homosexuales
a la edad de 33 a�os, primero de una manera espor�dica y, despu�s, cada vez con
m�s frecuencia. Hoy d�a soy un aut�ntico bisexual y la historia es �sta:
Hace poco, en los anuncios de un peri�dico de mi ciudad, a
los cuales atiendo de vez en cuando buscando parejas que busquen bisexual, le�
un anuncio de un hermafrodita que buscada relaciones espor�dicas, me tent� la
curiosidad por pensar que se trataba de un homosexual muy femenino y poco
dotado, que es lo que a mi me gusta. Resumiendo, lo llam� y qued� con �l y cual
no fue mi sorpresa al ver que se trataba de un �aut�ntico hermafrodita!.
Tiene una vulva completa, con un cl�toris desarrollad�simo,
muy velludo y con un cuerpo completamente masculino, perilla, vellos en el
pecho, no mamas, en fin un aut�ntico prodigio de la naturaleza.
Lo m�s genial es que me cuenta la primera vez que lo que
busca es sexo anal pues no siente placer vaginal de ning�n tipo, solamente en el
cl�toris y en el a�o, y hasta la fecha no hab�a encontrado m�s que bestias que
le hac�an much�simo da�o y le contra�an el esf�nter hasta que el dolor lo
permit�a la penetraci�n. Como quiera que yo he desvirgado analmente a hombres y
mujeres le ofrec� hacerlo con todo el cari�o del mundo y as� quedamos.
Primero empec� por pelarle el abundant�simo vello que ten�a
en la vulva y que imped�a un sexo oral limpio, cuando estuvimos preparados
comenc� con un sexo oral muy suave, poni�ndome debajo de �l y �l a cuatro patas,
de tal manera que ten�a su culo al aire y el ano dispuesto a la preparaci�n, a
continuaci�n le empec� a acariciar suavemente el ano, unt�ndolo con una pomada
hidratante, de esta manera empec� a dilatarlo de la manera m�s suave que os
pod�is imaginar, al poco tiempo empez� a dejar m�s suelto y as� pude penetrarle
un dedo con mucha lentitud, no quise que fuesen dos por no contraerlo con dolor,
as� estuve un buen rato hasta que sal�a y entraba suavemente, en este tiempo su
cl�toris hab�a empezado a tomar un tama�o como de una peque�a bellota y
palpitaba que era una gozada y la vulva estaba h�meda como la de cualquier
mujer, el sabor de sus jugos era exactamente igual a los de una mujer, no a los
de un hombre.
Cuando �l se consider� preparado me pidi� que lo penetrara,
en ese momento yo estaba a cien ya y proced� a concederle su deseo m�s
ferviente, con gran cautela puse my glande a la altura de su ano y empec� a
hacer una presi�n firme pero suave, sintiendo como al poco tiempo se abr�a
suavemente esa hasta ahora virgen cueva del placer, cuando penetr� el glande
empec� a empujar a la vez que me untaba m�s crema y fui penetr�ndole cada vez
m�s hasta que a la mitad del mismo empez� a quejarse y tuve que dar marcha
atr�s, dej�ndolo descansar.
Como quiera que estaba muy caliente y yo tambi�n y hab�a
quedado en no pedirle que me dejara penetrarlo vaginalmente empezamos a darnos
con la lengua otra vez en un 69 perfecto, su cl�toris palpitaba de manera
acompasada y estaba endurecido como no podeis imaginar, hasta que en un suspiro
enorme empez� a mancharme la cara con un l�quido claro blanquecino, que le sal�a
de debajo del cl�toris y que sab�a y sabe exactamente igual que el semen.
A la fecha de hoy seguimos juntos y me confirma que sigo
siendo delicado y suave, ya lo he penetrado hasta el final y nos conocemos
�ntimamente, creo que al final voy a tener un sexo limpio y completo en una
misma persona, nunca estar� bastante agradecido al destino que me hizo probar a
contestar aquel anuncio.