Quiz�s la historia que cuente a continuaci�n parezca sacada de un gui�n de pel�cula porno o algo as�, pero afortunadamente puedo decir que fue algo que me ocurri� hace ya 10 a�os.
Trabajo como administrativo en un hospital de Madrid y mi jefe poco a poco iba cogiendo confianza conmigo. Era un se�or de 50 a�os (yo ten�a 35) y me hac�a siempre que estaba a solas conmigo comentarios cada vez m�s soeces. A m� en el fondo eso me gustaba, pues �l me parec�a un hombre atractivo y reconozco que cada vez ten�a m�s curiosidad por acostarme con �l, no s�lo por las cosas que me dec�a, sino que siempre ten�a la man�a de frotarse sus partes conmigo, como si estuvi�semos embutidos en el Metro.
Un d�a recibo en mi oficina un fax de alguien desconocido en el que me pone: �T�came los�, t�came los h�, t�came los hue��. Yo se lo coment� a �l, pero me dijo que no sab�a de donde proced�a eso. D�as despu�s, una tarde recibo otro fax con el mismo texto. Como yo sab�a que �l estaba en su despacho le llev� inmediatamente la hoja del fax para comentarle que lo hab�a vuelto a recibir. Cuando entr� a su despacho me d� cuenta que hab�a sido �l, pues en la pantalla de su ordenador pod�a leer el texto que yo le llevaba. Me dijo que cerrara la puerta y que lo que pon�a en el fax era algo que �l deseaba que yo le hiciera. Le pregunt� que, al estar casado, si ten�a problemas con su mujer y me dijo que s�, pero que la idea de hacer sexo conmigo hab�a sido madurada con el tiempo, que le daba morbo. Yo le dije que estaba a su total disposici�n, que lo que me pidiera estaba dispuesto a d�rselo. Me respondi� que ma�ana es tarde y que ten�a que hacer una llamada de tel�fono, pero quer�a que en ese momento yo me metiese debajo de su mesa y empezase a trabajar. As� fue: mientras �l hablaba por tel�fono (cada vez m�s jadeante) yo estaba pas�ndolo fenomenal ah� abajo, chupando su enorme polla y trag�ndome su semen. Por supuesto tambi�n me met� en la boca sus huevos y el lleg� un momento que tuvo que colgar el tel�fono, pues se retorc�a de placer y no pod�a continuar con su conversaci�n. Una vez que se corri� en mi boca quiso penetrarme por el culo, a lo que yo acced� sin pens�rmelo. Al principio me doli� un poco, pues su polla era grande y yo estaba acostumbrado a otras de menor tama�o. El estaba sentado en su sill�n y yo me sent� encima de �l y con movimientos r�tmicos llegamos varias veces al orgasmo. Era algo impresionante, adem�s del placer de �ngel (ese es su nombre) yo me sent�a en la cumbre, pues era mi jefe y yo lo ten�a pillado por los huevos (nunca mejor dicho) no para denunciarle, sino para defenderme en alg�n caso que me perjudicara.
Siguiendo con aquella situaci�n, tambi�n le gustaba que le chupara el culo, cosa que hice sin ning�n problema. Estuvimos m�s de una hora pas�ndolo de lujo y eso no fue m�s que el comienzo, no s�lo de una amistad, sino de una historia de amor-sexo en la que los dos est�bamos encantados. En otras ocasiones nos mont�bamos otras pel�culas para no caer en la rutina, pero tengo que decir que hab�a noches que estaba en mi casa y no dejaba de pensar en �l por el placer que me daba.
Actualmente yo ya no trabajo all� por traslado y no he vuelto a saber nada de �l, pero tengo que reconocer que, habiendo tenido otras experiencias parecidas, sigo pensando en �l.

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