La representante farmac�utica
A aquella representante no hab�a forma de hacerle callar,
tuve que emplear todos mis recursos�.
Soy m�dico y paso consulta en un Centro de Salud, todos los
d�as recibo representantes de laboratorios que me intentan con buenas palabras
convencer que prescriba sus productos. Todos ellos son amables, te dan
informaci�n, te invitan a caf�, y en ocasiones te puedes pegar un viaje costeado
por su empresa.
Ya eran las tres e iba a irme tras una ma�ana agotadora y
all� estaba otra m�s, creo que se llamaba Susana, no recuerdo de que
Laboratorio, pero estaba dispuesta a largarme alg�n serm�n sobre las
conveniencias de tratar la hipertensi�n con su producto. Como siempre iba muy
bien vestida, los representantes siempre parece que van de domingo. Ella llevaba
un traje de falda corta y chaqueta de un discreto naranja, pero muy ajustados, y
unos zapatos negros con un tac�n m�s que mediano. Le hice pasar a la consulta,
tendr�a unos 25 a�os, casta�a y de una estatura mas bien bajita, no era muy
guapa, pero bastante atractiva.
Empez� a hablar, ya me hab�a visitado varias veces y me
contaba una serie de trivialidades, que si su f�rmaco era muy bueno, que si yo
no lo recetaba lo suficiente, que las ventas iban mal, etc. Me indico que el
laboratorio ten�a un regalo para mi, que lo tenia en el coche que estaba
aparcado fuera.
-Espera un momento, que me cambio y salimos a tomar un caf�-
le dije, y me fui tras el biombo donde estaba la camilla a cambiarme el pijama
verde con el que suelo pasar consulta, por la ropa de calle. Ella segu�a
hablando, sobre no se el que, y yo cuando me baje los pantalones me fije que la
polla la tenia un poco morcillona, empec� a toc�rmela, me hacia gracia que
aquella t�a no parara de hablar y yo al otro lado de un biombo me estuviera
cascando una paja.
Ven un momento, que quiero que veas esto- coment�
alegremente.
Ella sin sospechar nada, creer�a que yo ya estaba vestido,
paso al otro lado del biombo, y me encontr� sentado en la camilla, sin
pantalones, con la polla tiesa saliendo por la bragueta del calzoncillo.
Vamos, que no esta tan mal- le dije, y como se quedo
parada le cog� por el cogote y le amorr� a mi miembro.
Ella estaba sofocada, casi no pod�a ni respirar, y por
supuesto con aquel pedazo de carne en la boca ni hablar, que es lo que yo m�s
agradec�a. Empec� a mover su cabeza alrededor de mi pene, ella se aferraba a la
camilla, con el culo en pompa, marc�ndosele las bragas a trav�s de la ce�ida
falda. De su boca sal�a baba, y cuando la polla le llegaba a la garganta
parec�an darle arcadas. Cuando vi que parec�a que se iba a ahogar par� y le di
un respiro. La chaqueta y la camisa se le hab�an abierto con la brusquedad del
movimiento, y dejaban ver unos tersos senos, apenas contenidos por un sost�n de
sat�n negro.
Susana estaba como paralizada, por un momento cre� queme
hab�a pasado y que iba a empezar a chillar, y entonces mi polla en ese momento
no pudo m�s y derram� varios tiros de semen que cayeron en el canal de sus
tetas. Empez� a sollozar, y entre hipidos y lloros se llevo la mano entre las
piernas, estaba como avergonzada.
Me baje de la camilla y le hice tumbarse, le arremangue la
falda, llevaba pantys , pero en su entrepierna una mancha en ellos le delataba,
se hab�a corrido de una forma tremenda solo con chup�rmela y yo pr�cticamente ni
le hab�a tocado. Le quite los zapatos, as� como las medias. Las negras bragas
estaban empapadas, y met� la mano debajo de ellas, me encontr� una sensaci�n de
calor y suavidad, tenia abundante vello, aunque estaba mojado era sedoso, con
unas tijeras de vendajes le corte la braga, y empec� a bucear en su co�o. Ella
mientras se termin� de quitar la blusa, as� como el sost�n, dos preciosas tetas
rematadas con unos pezones enhiestos me pusieron a tono. Ahora ella era la que
estaba tumbada en la camilla, con las piernas abiertas, con una mano en mi
cabeza, y con la otra colaborando con mi lengua en su cl�toris.
-M�s adentro, m�s fuerte, joder- me dec�a olvidando su
educado lenguaje. Me sent� a horcajadas sobre la camilla, le hice levantar las
piernas, y agarre sus hombros para poder hacer m�s fuerza, y estuve dudando por
cual orificio met�rsela, el culo parec�a m�s accesible, por lo que opte por la
vagina y me apret� contra ella, mientras le ve�a la cara de zorra que pon�a,
frunciendo los morros, sus encrespadas tetas apuntaban al cielo. Su co�o era
estrecho y apenas me entraba, menos mal que como estaba tan jugoso, estaba bien
lubricado, la presi�n que hacia era magn�fica. Se deshizo nuevamente entre
lloros y gemidos, no se si sufr�a o gozaba, pero llene su co�o de semen . Ella
despu�s se levanto y se arreglo, estaba como recelosa por haber disfrutado tanto
sin haberlo previsto, yo le mire con cara de sorna y le dije:
Bueno, al menos has estado un rato callada.
Ella me sigui� visitando, e incluso me invit� a un congreso
en un pa�s caribe�o, ella tambi�n fue, pero no acudimos demasiado a las sesiones
cient�ficas. Ya vendr�a alguna representante a informarme.