EL INSTRUCTOR NEGRO DE MI NUEVO GIMNASIO
Los continuos deplazamientos fuera de la ciudad debido a una
investigaci�n acad�mica que debo realizar en la universidad como requisto para
graduarme en la maestr�a que estoy realizando, habian hecho que disminuyera la
frecuencia de mis idas al gimnasio al que normalmente frecuentaba. Pero en un
momento sent� que el stress afectaba cada vez mas mi estado de �nimo, por eso
decid� volver a tomar la rutina de los ejercicios diarios. A pesar de mis 23
a�os, llevo una vida un poco agitada y eso hace que la presi�n cada vez me
afecte m�s.
Soy un muchacho rubio, 1,73 de estatura, delgado, con un buen
cuerpo gracias a mi constante ejercicio. Cuando regres� encontr� que muchas
cosas hab�an cambiado en el gimnasio, la gente que lo visitaba era diferente, el
horario de atenci�n se redujo, los instructores eran menos amables, etc, etc,
por eso tom� la determinaci�n de buscar otro que cumpliera con mis expectativas
y que no quedara muy distante de mi casa, ya que mi horario preferido para hacer
ejercicio es ya tarde en las noches.
Dediqu� un fin de semana para recorrer los que quedaran en el
barrio y me matricul� en uno que reun�a las condiciones que que estaba buscando.
El lunes siguiente acud� por primera vez y de manera muy
animada ingres� al sitio. Encontr� que realmente a esa hora (alrededor de las 8
pm) la cantidad de usuarios no era mucha, lo que permit�a una mejor labor de
ejercicios y la utilizaci�n de los aparatos de entrenamiento.
El administrador del local fue muy amable conmigo, me realiz�
el examen m�dico de rutina y llam� por los altavoces al instructor que deb�a
hacerce cargo de mis ejercicios. La verdad es que no esperaba tanta
especialidad, y eso me confirm� que fue una buena decisi�n el cambio de
gimnasio.
Al rato lleg� un negro (no espera que lo fuera) de unos 30
a�os, fornido, y de aproximadamente 1,78 cms de estatura. El administrador me lo
present� y adem�s de ser un poco hosco, sent� con su apret�n de mano, que ten�a
una recia personalidad. Su nombre era Yovani. Lo segu� hasta el sal�n de
calentamiento, en donde comenzamos la rutina necesaria para comenzar en forma a
hacer los ejercicios, El impart�a las �rdenes muy secamente y yo las cumplia a
cabalidad.
Esa noche Yovani estuvo ocupado indicando las rutinas que
deb�an realizarse a las 4 personas a su cargo. Despu�s de 2 horas terminamos por
ese d�a y me fui para mi casa.
Debo admitir que a pesar de nunca haber considerado fijarme
en un hombre de color, la personalidad ferrea de Yovani me dej� un poco
inquieto. Las primeras semanas transcurrieron sin muchos cambios, mis pr�cticas
se realizaban cada vez con mayor empe�o y cada vez aumentaba m�s la frecuencia
en cada uno de los ejercicios programados.
En la cuarta semana comenzamos la rutina con las pesas.
Encontr� a un Yovani un poco m�s cercano, tanto que a veces bromeaba con cada
uno de nosotros. En una de esas ocasiones en donde es imprescindible la ayuda de
otra persona para realizar un ejercicio, le ped� el favor de que me sostuviera
la pesa mientras me acomodaba en el mueble. El desde atr�s me sosten�a la barra
y yo me acomod� para permitir que �l me hiciera entrega de ella. Al acercarme
pude sentir como su pubis hac�a contacto con mi cuerpo y no puedo mentir al
decir que sent� un corrientazo por todo mi cuerpo. A pesar de no estar excitado,
sent� que Yovani ten�a algo fuerte entre sus piernas.
Esa noche en mi cama mi pensamiento antes de dormir fue
acerca de la sensaci�n vivida. Record� todo aquello que se dice de los negros:
su tama�o, su vigor, su fuerza, y esa misma noche tuve mi primer sue�o er�tico
con ese hombre. Yovani ocup� mi mente toda esa noche y al despertar me encontr�
con una erecci�n que hac�a mucho tiempo no sent�a.
Las semanas transcurrian y cada vez la confianza entre Yovani
y yo se acrecentaba m�s. Me cont� que era casado, que ten�a un peque�o hijo de 3
a�os, y muchas otras cosas de su vida personal y laboral.
La verdad es que no hab�a tenido la oportunidad de apreciar a
ciencia cierta el cuerpo de Yovani, pues siempre acud�a al gimnasio con su ropa
de trabajo que no permit�a observarlo detenidamente. Su pantal�n deportivo era
bastante amplio al igual que la camiseta que usaba, solo se pod�a percibir que
ten�a unos brazos muy fuertes y un pecho muy amplio, adem�s de poseer uno de
esos traseros dignos de la raza negra.
Comenc� en las noches, en la soledad de mi cuarto a
imaginarmelo desnudo, a imaginarlo haci�ndole el amor a su esposa, y me
sorprendi� a mi mismo, el inter�s que Yovani estaba despertando en m�.
Una de esas noches de gimnasio entr� como de costumbre a
buscar a mi instructor y apreci� como el local estaba pr�cticamente vac�o, pues
esa noche transmit�an por televisi�n uno de esos partidos de f�tbol de la
selecci�n de mi pa�s.
En la sala de pesas encontr� a Yovani ejercit�ndose. Me qued�
boquiabierto al confirmar lo que siempre imagin�: Su cuerpo era espectacular.
Estaba con una de esas camisetas sin mangas y con un pantal�n de lycra muy
ce�ido a su cuerpo, lo que permit�a apreciar el inmenso bulto que yo hab�a
sentido ya en varias ocasiones muy pegado a m�. Mi mirada se dirigi�
instintivamente a su entrepierna pero r�pidamente la cambi� para no despertar
sospechas. Sus piernas parec�an dos enormes troncos de un �rbol de �bano.
El sudor corr�a por su cuerpo y me explic� que hab�a
aprovechado la soledad del lugar para realizar su rutina diaria ya que no hab�a
podido hacerlo en las horas de la ma�ana y se disculp� indic�ndome que lo iba a
interrumpir para dedicarse a mi entrenamiento. Yo no pod�a dejar pasar esta
oportunidad de observar a Yovani en esa faceta. Por lo que amablemente le dije
que siguiera con sus ejercicios, que yo trabajar�a solo esa noche. El lo
agradeci� y yo me instal� en el aparato que estaba frente al que �l estaba
siendo utilizado por �l para no perderme un solo minuto de ese gran espect�culo
que representaba verlo como comprim�a cada uno de sus m�sculos al realizar sus
ejercicios. Debo confesar que siempre me he sentido atraido por los hombres
musculosos, pero al ver la definici�n y el volumen de los de Yovani, no pude
hacer otra cosa que dejar volar mi imaginaci�n. Esa noche me masturb� pensando
en �l y dorm� pl�cidamente.
La semana siguiente a este hecho, estuvimos platicando entre
ejercicio y ejercicio acerca de su situaci�n econ�mica y me coment� que estaba
interesado en buscar otra actividad alterna a su labor de entrenador en las
horas de la ma�ana y para ello requer�a enviar unas hojas de vida. Me apresur� a
poner a su disposici�n mi ordenador para elaborar las que necesitara, pero que
solo podr�a ser posible en los fines de semana debido a mis ocupaciones
acad�micas. El agradeci� mi gesto y programamos elaborarlas ese mismo fin de
semana.
Ansiosamente esper� la llegada de ese s�bado, pues hab�amos
acordado que �l ir�a a mi casa en las horas de la tarde. Mis padres estaban
fuera de la ciudad ese fin de semana y mi hermana hab�a aprovechado la ocasi�n
para irse a casa de su novio. Es decir que estaba solo en casa. Cuando llamaron
a la puerta mi coraz�n se aceler�, sab�a que era �l quien hab�a llegado. Al
abrir pude comprobar una vez m�s lo sensual que era ese negro. Vest�a con un
vaquero muy ce�ido a su cuerpo y una camisa tambien bastante ce�ida que le
marcaban sus espectaculares m�sculos, as� como evidenciaban ese redondo y firme
trasero que ya hab�a tenido oportunidad de apreciar.
Le hice seguir y le inform� que est�bamos solos para que se
sientera m�s en confianza. Entramos a mi habitaci�n y mientras esperabamos que
se encendiera el ordenador, conversamos sobre cosas sin importancia.
Yovani se ubic� detr�s mio, mientras yo sentado iba
escribiendo sus datos para las hojas de vida. La verdad es que su cercan�a me
pon�a muy nervioso. Pod�a sentir su respiraci�n en mi nuca y su olor muy varonil
inundaba mi habitaci�n. El saber que el impresionante paquete de Yovani estaba
tan cerca me excitaba demasiado pero ten�a temor que �l lo notara.
Mis manos sudaban, mi coraz�n lat�a m�s rapidamente, su
presencia me estaba enloquec�a. No se como pude terminar ese trabajo. Pero una
vez finalizado, Yovani me pregunt� si yo ten�a Internet en casa, le respond�
afirmativamente y �l toc� el tema de las fotos er�ticas que all� se ven. Me
pregunt� si era verdad acerca de la facilidad de encontrarlas por ese medio,
pues alg�n amigo le hab�a hablado al respecto, pero �l no conoc�a ese sistema.
Me ofrec� inmediatamente a saciarle la curiosidad y r�pidamente me conect�.
Inicialmente ingresamos a la p�gina de Marqueze y le ense�� las historias que
all� se publican, Yo le�a en vos alta mientras �l segu�a la lectura desde la
pantalla. Re�a a cada rato cuando se hac�a alusi�n a esas fantasiosas
experiencias que algunos publican. El ambiente estaba ya a ese punto, bastante
relajado. Le ofrec� que nos tomaramos una cervezas y �l acept�, pues al ser
s�bado su esposa no lo esperaba temprano, ya que �l acostumbraba visitar sus
familiares y despu�s reunirse con algunos amigos.
Despu�s de 3 cervezas pasamos a las fotos, le mostr� la
variedad de temas para que �l escogiera. Cada vez que abriamos una de esas
carpetas Yovani mostraba su sorpresa. Le llam� mucho la atenci�n las fotos de
sexo interracial, pues dijo que que le gustaba mucho el contraste de las pieles
y me pidi� que buscaramos m�s al respecto. Una vez agotadas las fotos de
Marqueze, entr� a una de esas p�ginas americanas donde muestra a esos negros
musculosos con esas vergas enormes taladrando literalmente a esa rubiecitas,
quienes con un gesto mezclado de dolor y placer parecen sentir que se les va la
vida en ello.
Aprovech� la oportunidad, con mi segunda intenci�n, para
preguntarle si consideraba que esas fotos eran reales o montajes, pues muchas
veces llegu� a dudar que esos penes tan grandes fueran ciertos. El solt� una
sonora carcajada y me dijo que eran reales, le pregunt� que como lo pod�a
comprobar y el guard� silencio. Seguimos viendo fotos y yo ya estaba derretido
de tanta lascivia. Yovani cada vez se interesaba m�s y me ped�a que buscara m�s.
Le pregunt� que si eso lo excitaba y �l a manera de respuesta se tom� su verga
entre las manos y me ense�� un gran bulto marcado en su pantal�n, A pesar de
apreciarse como algo descomunal, y a manera de reto le dije que cre� que los
penes que ve�amos en el monitor eran mucho m�s grandes. Creo que eso hizo que
hiriera su orgullo y tomando la correa con las dos manos se deshizo de ella. Mi
plan estaba funcionando. Mi cabeza comenz� a dar vueltas, no tanto por el efecto
de le carveza sino por lo embriagador de la situaci�n. Lentamente se baj� el
cierre del pantal�n y poco a poco fue mostrando un boxer blanco donde de
dibujaba un enorme animal. Era la cosa m�s er�tica que yo hubiera visto hasta
ese momento. Por encima del boxer se apreciaba un gran tama�o y grosor, pero
insist� que me segu�an pareciendo m�s grandes las de los negros del Internet.
Eso fue suficiente para que Yovani se bajara completamente el boxer y liberara
esa negra serpiente que yo deseaba sentir. Su olor era embriagador, creo que
para �l como para m�, las cervezas comenzaron a hacer su efecto liberador e
instintivamente la tom� en sus manos y me la met� en la boca, sin importarme
para nada la reacci�n que pudiera tener ese hermoso negro. Lejos estaba de
imaginarme que Yovani comenzara a disfrutar de esa mamada. Agarr� mi cabeza y
trat� de hacermela introducir por completo en mi boca. Realmente no lo pude
hacer, era inmensa, deb�a medir unos 22 cent�metros y era muy guesa. Comenc� a
efectuar un movimiento circular con mi mano a manera de masturbaci�n. Sent� que
en mi boca ten�a el chocolate m�s dulce que haya probado jam�s. Su dureza hac�a
que me produjeran arcadas cuando �l intentaba llegar m�s adentro.
La manera como Yovani dirig�a la acci�n era lo que yo siempre
he so�ado. Me gusta ser dominado. Su excitaci�n hac�a que me dijera gran
cantidades de palabras soeces, me ped�a que le chupara su verga negra, que era
su puta, que se lo mamara como una perra, etc, etc. Esto hac�a que mi dedicaci�n
fuera m�s intensa. El parecia un descontrolado. Su ritmico movimiento de pelvis
estuvo a punto de desencajarme mi mand�bula. Con una mano desaboton� su camisa y
pude apreciar la belleza de su pecho, sin un solo pelo, liso y fuerte, las
tetillas abultadas y redondas, negras como una uva pasa, mis manos se dedicaron
a recorrerlo y a sentir como sal�a el sudor por cada uno de sus poros, mientras
�l con mi cabeza agarrada continuaba en la direcci�n de la escena. Busque sus
nalgas, las sent� duras, redondas y tibias, tal como las imagin� en mis noches
de sue�o, las acaricie como solo se puede hacer con un beb�. Su ritmo aumentaba,
llevabamos como 10 minutos en ese mete y saca cuando sent� como las gruesas
venas de su su verga se inchaban aun m�s y ese negro tronco, ya de por s�
bastante grueso, aumentaba su grosor. Sent� como la primera venida de su leche
atravez� mi garganta sintiendo como si la quemara, lo tragu� tratando de
disfrutar de su sabor y de verificar si sab�a distinto a los que en otras
ocasiones me hab�a tomado, no se que pas�, pero lo sent� glorioso, como el m�s
delicioso manjar. Me atragant� con su semen y saque su enorme verga de mi boca
creyendo que ya hab�a terminado, pero un grueso chorro de su leche cay� en mi
cara y tuve que limpiarlo con la s�bana.
Yovani reaccion� apenado, me dijo que no esperaba nunca que
esto hubiera ocurrido conmigo, y que a pesar de recibir muchas insinuaciones de
varios clientes del gimnasio, solo o hab�a hecho unas pocas veces y solo por
dinero. Le dije que no se disculpara, que si eso lo hac�a sentir mal, nunca m�s
hablar�amos al respecto. Lentamente se subi� nuevamente tanto el boxer como el
pantal�n y ocult� su maravilloso aparato que a pesar de la venida, gozaba de
unas dimensiones impresionantes. Para relajar el ambiente le dije que ahora s�
cre�a que esos penes del Internet si eran reales. El sonri�. Me agradeci� el
favor que le hab�a hecho, pero no supe a cual de los dos se refer�a y sali�
raudo de mi habitaci�n, Lo dej� ir sin decirle nada, al fin y al cabo, mi
fantas�a con �l hab�a quedado satisfecha.
Si alg�n lector conoce el gimnasio U�. en Med� sabr� de quien
estoy hablando. Esa es la fantas�a que siempre he so�ado hacer realidad.
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