Ah� est�bamos, yo con las manos atadas viendo a mi recatada
esposa, tirada de espalda en la alfombra con las piernas abiertas exhibiendo su
peluda y maltratada concha, continuaba jadeando mientras trataba de
incorporarse. Logro ponerse en cuatro patas y vino gateando a mi encuentro,
cuando estuvo a mi lado comprob� que ten�a el cabello y todo el cuerpo cubierto
de semen, mientras mis hijas desnudas no paraban de llorar sentadas en el sof�
enfrente nuestro. Los tipos se nos acercaron -parec�an estar sexualmente
satisfechos- y tomando la palabra el Burro me dijo:
-Parece que la hembra que ten�s de esposa no era tan dif�cil
de domar despu�s de todo, jajajajaja.
Y tom�ndola del cabello la hizo poner de pie delante m�o y
poni�ndose detr�s de ella, comenz� a lamerle el cuello, mientras con una mano le
apretaba un pez�n y con la otra jugueteaba en su concha. Carla comenzaba
nuevamente a contornearse y a respirar profundamente mientras su mano agarraba
la verga del burro y empezaba a masturbarlo sin importarle que estuvi�ramos sus
hijas y yo observando, parec�a una puta insaciable.
-Por qu� no me desatan, que estoy bastante inc�modo -les
dije- de todos modos no podr�a intentar nada, ustedes son siete.
Los tipos se miraron, y el rubio dijo: -No hay problema, pero
en cuanto intentes algo sos boleta-
Entonces, luego de desatarme el Burro le dijo a Carla:
-A ver vos puta, desnudalo y qu�dense quietitos ah� que
nosotros vamos a estar ocupados un buen rato con un par de conchitas y culitos
v�rgenes, jajajajaja
Mi esposa me desnud� y nos quedamos sentados abrazados,
viendo como estos siete degenerados, con sus vergas erectas como hierro caliente
rodeaban el sof�, mientras Lorena suplicaba a gritos que no se acercaran y la
peque�a Luci� lloraba mientras que con sus manitas trataba de cubrirse la
conchita y las tetitas.
Los dos morenos gordos gracientos desde detr�s del sof�
tomaron del cabello a mis hijas tirando hacia atr�s, de modo que las caritas de
mis hijas quedaron mirando al techo, entonces acercaron sus negras y sucias
vergas a las bocas de mis hijas. Entonces uno de ellos les dijo:
-Ya vieron como la puta perra de vuestra madre disfrut�
chup�ndonos la verga a todos, as� que, como buenas hijitas empiecen a chupar.
-Nooooo, no pienso meter en mi boca tu sucia verga, gordo
mugriento -grit� Lorena-
-No s�lo me la vas a chupar sino que te la voy a meter en
todos tus agujeros y vas a terminar entregada, gozando como la puta de tu madre.
Dicho esto, el gordo la tomo de la garganta y comenz� a
oprim�rsela hasta que Lorena abri� la boca en busca del aire que le faltaba, en
ese momento el gordo meti� su verga en la boca de Lorena hasta provocarle
arcadas y luego de darle un cachetazo le orden� que comenzara a chupar y Lorena
no se atrevi� a desobedecer.
El otro gordo que ten�a la verga a reventar apoyada en la
carita de Luc�a que segu�a llorisqueando, le dijo que si no quer�a ser golpeada
como su hermana tomara su miembro e imitara a su hermana. Luc�a nos mir� y Carla
con l�grimas en los ojos asinti� con la cabeza, entonces mi peque�a hija abri�
su boquita y comenz� a mamasela. En ese momento, en que Lorena y Luc�a le
chupaban la verga a esos dos gordos inmundos, el rubio y el Burro se
arrodillaron delante de mis hijas y abri�ndole con violencia las piernas
introdujeron sus caras en las entrepiernas y empezaron a chuparle las conchitas,
mientras los otros tres les ten�an las piernas en alto y le manoseaban las tetas
apretando los pezones. Mis hijas comenzaron a contornearse y a gemir mientras el
Burro y el rubi�o segu�an chup�ndoles las ya h�medas conchitas, mientras los
dedos untados en mantequilla jugueteaban en el orto de las ni�as que ya no
lloraban y cada vez gem�an con m�s intensidad.
El gordo que estaba con Luc�a fue el primero en acabar en su
boca orden�ndole que se tragara todo y aunque ella obedeci� algo de semen se
desliz� por la comisura de sus labios. Lorena corri� la misma suerte, entonces
los gordos dejaron paso a los otros tres que ya no tuvieron que pedirle a mis
hijas nada, ya que se alternaban con las tres vergas mientras mov�an
fren�ticamente sus caderas debido a la interminable chupada de conchas que les
estaban dando el Burro y el rubio, mientras sus dedos traviesos se abr�an paso
en sus culos.
El Burro, separando su boca de la concha de Lorena nos dijo:
-Ac�rquense, as� no se pierden detalle de la fiestita de las
nenas
Ayud� a Carla a levantarse, ya que todav�a le dol�a mucho el
desgarrado culo, y nos acercamos a ver los momentos c�lmines de la org�a
protagonizada por los siete degenerados con mis dos criaturas.
Uno de ellos nos hizo arrodillar al lado del sof�, mientras
el Burro le dec�a al rubio:
-No hagamos esperar a los espectadores, que se mueren de
ganas de ver gozar a sus dos putitas hijas.
Dicho esto acomodaron sus enormes vergas en las vaginas de
mis hijas y al un�sono, de una estocada, se las enterraron hasta los test�culos.
-Aaaaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyyy...aaaaaaahhhhhhhhhhhhhh
Los gritos desgarradores de mis hijas me hicieron estremecer
mientras le Burro y el rubio taladraban con furia a las ni�as con sus cuerpos
suspendidos en el aire sostenidos por las manazas de los tipos y sus bocas
ocupadas nuevamente por dos sucias vergas.
Hubo un segundo de paz en que el Burro y el rubio dejaron de
cogerse a las ni�as para tumbarse ambos de espalda en el suelo con las vergas
como dos m�stiles. Entonces los dem�s tomaron a mis hijas que se estremc�an como
si tuvieran convulsiones, las levantaron y abr�endoles las piernas en angulo
recto con respecto al torso las fueron bajando sobre las erectas vergas del
Burro y del rubio, cuando estuvieron nuevamente ensartadas el rubio les dijo:
-Ahora, yeg�itas empiecen a cabalgar.
Las ni�as se mov�an ritmicamente hasta que primero el burro y
luego el rubio las tomaron de los cabellos, las atrajeron hacia ellos y
comenzaron a besarlas haciendo abrir sus bocas y meter sus lenguas. Esta
posici�n hac�a que mis hijas estuvieran tumbadas sobre sus violadores ofreciendo
sus culitos a quien lo deseara. Los gordos no se hicieron rogar y abri�ndoles
las nalgas apoyaron sus vergas en los ortos todavia con restos de mantequilla y
de una estocada les rompieron el culo enterrandoselas hasta los testiculos,
mientras los alaridos de dolor de mis hijas se mezclaban con las carcajadas de
los violadores.
La escena era dantesca, ahora ya no gritaban, gem�an y se
mov�an al comp�s de los dos machos que ten�an cada una penetr�ndolas mientras
otros dos acercaban sus vergas a las caras, ellas tomaron esas vergas y
comenzaron a chupar con desesperaci�n. La peque�a Luc�a mamaba de tal manera que
la vergas desaparec�a dentro de su boca para luego sacarla y chuparle los
test�culos al tipo que le agarraba con ambas manos la cabecita mientras gemia de
placer
Ya est� dije para mis adentros...ya m�s no le pueden hacer
pensaba yo al ver a mis dos peque�as gozar como dos putitas, mientras mi verga
estaba completamente dura viendo a mis hijas gozar al se penetrada por todos sus
agujeros. Carla no aguant� m�s y comenz� a masturbarse
CONTINUARA
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