Est�s enfadado... me siento nerviosa y excitada al mismo
tiempo. Parada frente a ti, no me atrevo ni siquiera a mirarte a los ojos.

"�As� es que lo hiciste sabiendo que NO ten�as permiso de
hacerlo?" -me dices.- Asiento con la cabeza. "No esperaba que hicieras algo
as�... sabes muy bien que lo tienes prohibido. Ese fue uno de los acuerdos �es
cierto o no, Cynthia?" Asiento nuevamente. "�Resp�ndeme!"

"S�, Luis. Es cierto."

"Bueno, parece que necesitas algo que te lo recuerde
entonces. Ya me voy a encargar de dejarte bien claro que cuando te comprometas a
algo conmigo m�s te vale cumplirlo... te voy a ense�ar a obedecerme sin
rechistar. �Desn�date!"

Lo hago en seguida... y t� me gu�as con firmeza a una pared.
"�No te muevas!" Sales del cuarto y me dejas ah� contra la pared, sola y
pensando en lo que me espera, a la expectativa, lidiando con el miedo de lo que
me har�s, con mi arrepentimiento, con mi culpa... con mi deseo de que regreses,
de que todo empiece.

Finalmente te oigo entrar a la habitaci�n... no me atrevo a
moverme... estoy entre asustada y excitada... esperando que des la siguiente
orden. T� te detienes detr�s de m� sin decirme ni una sola palabra,
incrementando mi ansiedad y mi deseo. Todav�a sin hablar comienzas a acariciar
mis nalgas... suavemente, haciendo con tus caricias que me estremezca de placer
y de temor... para despu�s sin previo aviso darme unos azotes... fuertes.

"Esto va a ser un castigo, Cynthia. Lo que te voy a hacer por
tu desobediencia no ser� para tu placer sino para que nunca olvides que cuando
recibas una orden m�a deber�s obedecerla sin pretextos...."

Despu�s de unos buenos azotes, ves c�mo mis nalgas empiezan a
enrojecer... yo intento no gritar demasiado, por temor a enfadarte m�s... as� es
que trato de mantenerme lo m�s silenciosa que me es posible, dadas las
circunstancias. Acaricias un poco mis nalgas y -dando un paso atr�s- observas el
efecto de las nalgadas.

"Volt�ate..." me dices con voz firme, tom�ndome por un brazo
de tal forma que me das la vuelta para enfrentarme contigo. Yo bajo la vista...
quiero frotarme las nalgas porque me arden pero no me atrevo.

"M�rame a los ojos..." me ordenas. Yo, con miedo, excitaci�n
y duda levanto la vista hasta encontrarme con tus ojos... veo en ellos una
mezcla de enojo, diversi�n, excitaci�n y... decisi�n; est�s decidido a dejarme
bien clara tu postura.

"�Entiendes por qu� estoy enfadado contigo?" Yo ni siquiera
me atrevo a hablar... no puedo... tengo la boca un poco seca, as� es que s�lo
asiento con la cabeza.

"Resp�ndeme, Cynthia..." me dices sacudi�ndome.... "�Sabes
por qu� estoy enfadado contigo?"

"S�, Luis... s� lo s�..." Por fin puedo hablar... me siento
terriblemente avergonzada de ser tratada como una ni�a malcriada... de
enfrentarme a tu enfado... me siento atemorizada por no saber qu� tendr�s en
mente para castigarme por mi desobediencia... estoy excitada al notar que t�
tambi�n lo est�s... al saber que ser� castigada.

"Bueno" -dices- "parece que no hay mucho m�s que decir...
�no?" Te sientas en la orilla de la cama y me ordenas: "Ven para ac�...
acu�state sobre mis rodillas... r�pido..."

Te obedezco inmediatamente, incapaz de desobedecerte en un
momento como este... en el que est�s tan enfadado y decidido. Me coloco con mi
pubis justo sobre tu pierna derecha, pero t� ajustas mi posici�n hasta obligarme
a quedar con la cabeza colgando y el est�mago sobre tu rodilla izquierda, de tal
forma que mis nalgas quedan como la parte m�s alta de mi cuerpo. As�, sobre tus
rodillas sueltas algunos azotes, fuertes pero espaciados al principio para
despu�s incrementar la fuerza y la rapidez.

Yo, colgando literalmente de tus piernas, boca abajo, no
tengo m�s remedio que aguantar los azotes tratando al mismo tiempo de mantener
el equilibrio. Despu�s de muchos (pierdo la cuenta) siento mis nalgas ya muy
calientes y ardiendo... te detienes por un momento y me acaricias...

"Abre las piernas..." me ordenas. Te obedezco abri�ndolas
s�lo un poco... "M�s... Todo lo que puedas." Y yo lo hago, abro las
piernas todo lo que puedo. Siento tu mano sobre mi vulva, tocando la humedad de
mi vagina... me retuerzo por el placer... pero t� quitas tu mano de ah� y
vuelves a darme de nalgadas, esta vez m�s fuerte.

"�Te dije que esto no ser�a para tu placer, Cynthia.... te lo
dije! �O no?" me preguntas mientras descargas fuertes azotes sobre mis nalgas,
mis muslos e incluso mi vulva. Trato de cerrar las piernas pues me arden
demasiado los golpes en la vulva... "�Abre las piernas... �brelas bien!" me
dices... tu voz se oye cada vez m�s ronca, m�s excitada y yo lo estoy cada vez
m�s tambi�n.

Unos momentos despu�s te detienes y, manteni�ndome boca abajo
sobre tus piernas separas con tus dedos mis nalgas... con tu mano libre frotas
mi vulva y metes dos dedos en mi vagina. Yo gimo por el placer, deseando que los
muevas ah� adentro... pero no, t� s�lo recoges una poca de la humedad y la
frotas entre mis nalgas.

"Lev�ntate... contra la pared. Cruza los brazos en la
espalda, a la altura de la cintura. Abre bien las piernas y saca el culo..." Te
obedezco, arqueando mi espalda para que mis nalgas sobresalgan. "Ap�yate con la
frente en la pared..." Quedo en una postura muy excitante... estoy
escurriendo... pero tambi�n tengo temor �Qu� me har�s? Te oigo salir del
cuarto y volver a los pocos minutos.

"Vamos a ver si con esto mi nena aprende que su cuerpo es
m�o... tanto como lo es su placer... que no tiene ning�n control sobre �l."
Mientras hablas siento uno de tus dedos frotando entre mis nalgas... �Arde!
Est�s usando algo que arde para lubricarme... no duele... es m�s bien una
sensaci�n de quemaz�n ligera... deliciosa. Lubricas bien por fuera y por dentro
mi ano y siento c�mo introduces, lentamente, un peque�o plug anal....
seguramente lo has embadurnado antes con la cosa que arde porque siento c�mo
inmediatamente empieza a hacer efecto.

"�Te gusta eso, culito? �Te gusta que provoque ardor en tu
culo por dentro y por fuera?" Me preguntas mientras acaricias mis nalgas. No
puedo responderte... estoy demasiado excitada... s�lo asiento con la cabeza.

Colocas una venda en mis ojos: "Eres m�a, culito; te voy a
demostrar que puedo usar tu cuerpo a mi antojo... porque es m�o... me pertenece.
Y por eso no tienes permiso para darte placer sola... eso lo har� yo... a ti te
complacer� yo... cuando quiera, como quiera... y si as� lo quiero..."

Me gu�as con suavidad a la cama. "Acu�state boca arriba..."
Lo hago. Noto que colocas una almohada bajo mi cintura. Despu�s me atas por las
mu�ecas a la cabecera, "Abre bien las piernas, culito..." Siento c�mo atas mis
piernas separadas... no puedo moverme... ni verte... s�lo escucharte... y
sentirte. Estoy boca arriba, con las manos juntas por encima de mi cabeza,
las piernas completamente separadas, una almohada bajo mi cintura, con lo que mi
cuerpo queda ligeramente arqueado y mi ano invadido por un plug anal... estoy
completamente indefensa para ti, completamente abierta para ti.

"Prep�rate nena... esto te va a doler un poco y no quiero o�r
ni una sola palabra." Escucho c�mo desabrochas tu cintur�n y lo sacas de su
lugar... mi coraz�n empieza a latir a mil por hora �Me azotar�s con el cintur�n?
�En d�nde? Siento tus manos tomar mi pecho izquierdo y masajearlo un poco...
estiras el pez�n todo lo que puedes... gimo de placer y dolor. Haces lo mismo
con el derecho...

"�C�mo me gustan tus tetas! Siento mucho tener que
castigarlas, pero no me has dejado m�s remedio".

"Por favor, Luis... no..." Te suplico, estoy muy asustada.
"Shhh, culito, shhh... no tienes permiso de hablar... no tengas miedo... no te
voy a lastimar. Yo sabr� cu�ndo debo parar."

Tus palabras me tranquilizan y me relajo un poco... aunque
sigo tensa porque s� lo que me har�s.

Siento el primer azote en mi pez�n derecho... �Duele! Grito.
T� dejas pasar unos segundos, permiti�ndole a mi cuerpo lidiar con el dolor,
acostumbrarse a �l... descargas otro cinturonazo y otro m�s. �C�mo puede algo
que duele ser tan placentero al mismo tiempo? Me azotas con un ritmo muy bien
calculado... no demasiado r�pido para permitirme ajustarme al dolor... pero no
demasiado lento tampoco. Me retuerzo sobre la cama... intentando al mismo tiempo
evitar los golpes y acercarme a ellos...

Pasas ahora al pez�n izquierdo... empiezas un poco m�s suave
pues sabes que es el m�s sensible... aunque yo estoy en un estado de excitaci�n
tal que soy capaz de aguantar mucho m�s dolor. Lo azotas con el mismo ritmo que
el derecho... y despu�s de un rato te detienes. Me arden... siento un gran calor
en los pezones... est�n irritados. Siento tu mano acariciarlos... suavemente....

"�Est�s bien, culito?" Asiento... s�, estoy bien... muy bien.

Ahora siento tu mano entre mis piernas... frotando mi
vulva... pasar de la vagina al cl�toris. Estoy afeitada para ti... y siento c�mo
tus dedos cubren bien mi cl�toris con su propio capuch�n... comienzo a gemir de
placer y de temor... �S� lo que me har�s! Siento el primer cinturonazo, suave,
en mi vulva... luego otro y otro m�s... no me azotas con fuerza, lo suficiente
para sentir un poco de ardor. Poco a poco incrementas el ritmo y la fuerza...
est� empezando a arderme m�s... grito y te suplico que pares. Lo haces... frotas
un poco mi vulva con tu mano y estimulas mi cl�toris... casi hasta el punto del
orgasmo, te detienes de pronto.

"No pares, por favor Luis, no pares..."

"No, mi putita... aqu� no mandas t�... mando yo.... y parar�
cuando se me de la gana..."

Dejo escapar un suspiro mezcla de excitaci�n y frustraci�n.
Siento que te aproximas a mi cara... oigo c�mo desabrochas tu pantal�n y bajas
el cierre.

"Ahora, mi nena, vas a demostrarme cu�nto quieres
complacerme..." me dices, mientras casi simult�neamente siento tu pene acercarse
a mi boca. La abro para recibirte... lo chupo un poco... intento recorrerlo con
la lengua pero t� empiezas a meterlo y sacarlo... me est�s cogiendo por la boca.

"Muy bien, mi nena, muy bien... as�... est�s haci�ndolo muy
bien." Yo me siento feliz por saber que te satisface lo que te doy...

Un rato despu�s te retiras de mi boca... te escucho moverte a
mi lado... intento hablar... pedirte que me desates, que me perdones, prometerte
que jam�s volver� a desobedecerte... pedirte que me permitas tener un orgasmo...
pero t� me tapas la boca con una mano.

"No hables Cynthia... todav�a no tienes permiso para
hablar.... no he terminado contigo...".

Me desatas los tobillos y siento c�mo los levantas por encima
de mi cabeza... ah� atas el izquierdo a la cabecera de la cama... tomas mi
pierna derecha y la colocas sobre tu hombro izquierdo... quedo completamente
abierta y expuesta, con la almohada bajo mi cintura mis caderas quedan un poco
por encima de la cama. Te colocas en medio de mis piernas y, siempre sujetando
mi pierna derecha por sobre tu hombro me obligas a abrirme un poco m�s. Tomas el
tap�n anal y lo sacas casi por completo para volver a introduc�rmelo todo...
haces esto varias veces... adentro y afuera... adentro y afuera. De pronto me
penetras por la vagina... con violencia y bombeas con fuerza.

Yo estoy excitad�sima, jadeando y gimiendo por el placer, por
el dolor, por sentirme abierta a ti, porque s� que en ese momento eres mi �nico
due�o... comienzo a suplicarte que me estimules el cl�toris... pero t� no lo
haces, tus respuestas son s�lo una risita sorda y que te mueves un poco m�s
r�pido. Con tu mano libre jalas de mis pezones con fuerza, estir�ndolos al
m�ximo... yo necesito correrme ya... no puedo aguantar m�s.

De pronto te sales de mi vagina; desatas mis mu�ecas y
tobillos y los frotas un poco para restablecer la circulaci�n...

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

"�De rodillas. Me debes obediencia!" � te ordeno, y t�
obedeces. Te colocas frente a m�, arrodill�ndote y besando mis pies. Es ahora
cuando te tomo del pelo, jal�ndote hacia arriba y coloco mi verga, tremendamente
erecta, rozando tus labios pintados.

Comienzas a chupar, suavemente, mientras con mis manos dirijo
tu cabeza una y otra vez, manejando tus movimientos. Tu trabajo es lamer y
chupar con fruici�n lo que se te ofrece con sumisi�n y obediencia, y lo haces...
me gusta c�mo est�s colocada: Yo de pie, con mi pierna derecha apoyada sobre el
sof�, con mi miembro erecto introducido en tu boca. T�, desnuda, de rodillas
como corresponde a tu condici�n. Gu�o tu cabeza una y otra vez y tu boca recorre
mi pene arriba y abajo, aumentando mi excitaci�n.

De pronto te ordeno que pares, que te subas sobre el sof�, a
cuatro patas, ofreci�ndome tus nalgas coloradas, calientes, vistosas y
ofrecidas.

"Levanta el culo, Cynthia" � te ordeno, quiero verte bien �
Obedeces, y levantas ante mi tus nalgas a�n temblorosas por el castigo recibido-
"�brete bien, quiero verte bien". Te veo as�, abierta, y asomando el plug anal
que a�n mantienes dentro.

Lo cierto es que verte as�, a cuatro patas, abierta bien de
piernas, con la cabeza agachada y los antebrazos apoyados en el sof�, esperando
no s� el qu�, pero abierta a m�, a lo que yo deseara hacer contigo, me produce
un placer extremo. Es ahora cuando me acerco y tomo tus caderas con mis manos.
No puedo reprimirme y dejo caer un par de cachetes sobre tus ya castigadas
nalgas... apenas te mueves.

De rodillas, acerco mis labios a tu vagina y comienzo a lamer
con gusto. Repaso tu cl�toris mientras introduzco un par de dedos dentro...
�Joder, que excitada est� mi nena! Tus grititos empiezan a hacerse perceptibles
y en aumento y yo introduzco m�s y m�s mis dedos en tu co�o, mientras tu
cl�toris es un juguete en mi boca. Introduzco mi lengua todo lo que puedo en tu
vagina, y comienzo a tirar del plug hacia fuera. De pronto, lo vuelvo a
introducir... y a retirar, y a volver a meter... y a sacar...

- "F�llame Luis. F�llame" � gritas, pero es igual, sigo
torturando tu cl�toris con mi lengua y jugando con tu ano... � "Eres mi puta,
cari�o... y tendr�s lo tuyo cuando yo quiera"

Me gusta c�mo jadeas, c�mo te retuerces de gusto, y me excita
tu respiraci�n jadeante...

- "F�llame, cabr�n -

De pronto retiro de un tir�n el plug de tu ano, y das un
respingo, lo que aprovecho para sujetar con firmeza tus nalgas e incorporarme...
me acerco a ti, y de un solo golpe, introduzco mi polla en tu vagina... Lanzas
un gritito de satisfacci�n, y comienzo a bombear con todas mis fuerza. T� te
aferras desesperadamente al sof�, y yo te tomo por las caderas... azoto tus
nalgas a cada embestida y gritas de placer, gritas y gritas... pides m�s. Con
una mano te sujeto por el pelo, mientras sigo introduciendo mi verga dentro de
ti.

- �Te gusta, ehh?

- �S�, mi Luis, sigue...! �No pares...! �Joder que rico...!

- �Ohhhhh! � Te sacudes fren�ticamente y sientes oleadas de
placer desde tu vagina hasta tu cerebro. Te agitas, y yo estallo dentro de ti,
cayendo sobre tu grupa... Acaricio con mi mano tu espalda... y t� te vuelves,
besando ahora mi mano... Estoy contento contigo, Cynthia, y t� me miras a los
ojos y sonr�es: lo sabes.

FIN