Al abrir los ojos, con algo de somnolencia y confusa, me di
cuenta que estaba en el piso, recostada de lado... era obvio que no estaba en mi
casa...

Sent� la presencia de alguien, su respiraci�n, estaba detr�s
m�o, pens� que estaba so�ando... pero todo se aclaro mas cuando sent� que por
detr�s alguien me tocaba, como abri�ndose paso entre mis nalgas, quise moverme
pero me sujeto por la cintura y sent� una barra tibia perfor�ndome, ese calor se
propag� a todo mi cuerpo...

- Uhmmmmmmmmm............

Luego comenz� a moverse y su mano �spera recorri� mi estomago
hasta llegar a mis redondos senos, apresando mis pezones entre sus sucios
dedos... entonces record� donde estaba... no quise huir... solo me quedo
levantar un poco la pierna para dejar que me penetrara a su gusto. As� permanec�
recostada, disfrutando cada arremetida de mi vulgar carcelero...

- Ohhh.... uhmmm... ahhhh...

Escuchaba su respiraci�n, sus jadeos, sent�a su sudor, su
mano jaloneando mis grandes senos... y sobre todo su dura verga escarbando en mi
agradecida conchita. A medida que su ritmo aumentaba mi excitaci�n tambi�n lo
hacia, borrando todo vestigio de sue�o, solo me dedique a disfrutar, gemir,
pedir...

- Siii.... asiii�.... cl�vamela as�... uhmmm.... que
ricoooo....

Luego presa del delirio yo misma dirig�a su mano, oblig�ndolo
a que estrujara con mayor vehemencia mis inflados senos... estaba llegando al
cl�max... gire el cuerpo un poco para verlo... parec�a pose�do, lucia como un
demonio, concentrado en mis carnosas nalgas, castig�ndolas... incrementaba sus
arremetidas... el tambi�n estaba por llegar...

- Ahhhhhh...... no soporte mas y en un alarido me desfogue en
esa mezcla de sensaciones que llamamos orgasmo.

Mi cuerpo se estremeci� entre sus manos, el me asi� mas
fuertemente y descargo un torrente de ardiente leche en mi...

- Uggg.... uff.... ahh.... mierda que bueno estuvo� exclamo
grotescamente el.

- Ahhh... como me gusta despertar as�... ufff... susurre,
recobrando el aliento.

- No te preocupes... la pr�xima vas a despertar con mi verga
en tu ano.. jajajaja... como te gusta... puta... jajajajaj... me respondi�,
riendo estruendosamente.

- �La pr�xima?... no va a haber pr�xima... le dije, sintiendo
repulsi�n al ver mis senos manchados por los sucios dedos del portero.

Me levante algo mareada, me puse la poca ropa que hab�a
llevado, aun escurr�a tibio semen por mi entrepierna... mientras yo hacia todo
esto le escuchaba decir:

- Vas a volver... jajajaja... cuando sientas el cosquilleo en
tu conchita vas a volver... recuerda mis palabras... puta...
jajajajajajajajaja....

Intente no prestarle atenci�n, solo sal�. Su estruendosa risa
resonaba en la casucha, un temblorcillo recorri� mi cuerpo.

Confusa camine hacia mi casa, la escandalosa risa y las
palabras de aquel asqueroso portero resonaban en mi cabeza. No, aggg, no puedo
volver... con el no... no se, buscare a alguien mas... pens�. Mas calmada por
esta idea, llegue a casa y me met� a la cama, decidida a no dejar que ese
mugriento me poseyera de nuevo, yo me merec�a algo mejor..

Pasaron algunas semanas mas, y no encontraba al candidato
adecuado. Hab�an muchos muchachos, pero todos demasiado inmaduros y sobre todo
muy habladores, listos para contar sus haza�as con sus amigotes. Con el fuego
interior que yo tenia no quer�a ser catalogada como la putita de la escuela o
del vecindario, menos en mi circulo de amigos, y si mi padres se enteraran seria
peor aun.

As� que era evidente que necesitaba a alguien mayor, que
pudiera guardar el secreto, mas que nada que se sintiera obligado a hacerlo
porque, despu�s de todo, yo era una menor de edad.

A este punto estaba realmente angustiada, las masturbaciones
no me surt�an efecto, y hab�a escuchado terribles historias de chicas que se
hab�an quedado atoradas con botellas, zanahorias y cosas por el estilo en sus
conchitas, y que luego tuvieron que ir con doctores para que les saquen esas
cosas de sus vaginas... no que verg�enza, me dije.

Tendr�a que volver a usar a uno de los profesores, no quer�a
volver con Garc�a, pero Ruiz se ve�a muy asustadizo y me rehu�a demasiado. De
vez en cuando me encontraba al portero, y ve�a su grotesca sonrisa que me hacia
recordar sus premonitorias palabras... pero no, no caer�a de nuevo con el...

Ya casi no aguantaba la calentura, as� que me importo poco...
un d�a, durante el descanso, espere afuera de la oficina de Garc�a. Al verlo
salir, me aleje de mi grupo de mis amigas con el pretexto que tenia que
preguntarle algo.

Me acerque a el, le hice unas miradas sugerentes, no pude
decirle con palabras exactas que estaba arrecha y que necesitaba una buena
cogida, porque hab�an muchos estudiantes caminando por cerca y mis amigas
aguardando... pero el entendi� perfectamente, los ojos llenos de lujuria le
brillaban...

Disimuladamente le gui�e el ojo a ese arisco profesor, que si
bien me causaba repugnancia por sus maneras y expresiones, en esta ocasi�n no me
cayo tan mal, o seria que estaba tan ansiosa de ser penetrada que no ya ni me
importaba eso.

Aguarde impacientemente la hora de salida, sent�a de nuevo
ese cosquilleo interior, nerviosa observaba mi reloj, rogando que el timbre
sonara. Cuando al fin son�, sent� como mi conchita empezaba a humedecerse porque
se acercaba el momento en que seria desflorada de nuevo por aquel profesor que
me desvirgo mis 2 agujeros.

Al salir, me deshice como pude de mis amigas y me oculte en
el ba�o de mujeres unos minutos, esperando que la mayor�a de estudiantes se
fueran. Me provoco acariciarme la conchita, pero decid� sufridamente aguantar,
solo me quite mi tanguita para que no se mojara mas y para no perder tiempo
despu�s quit�ndomela.

Luego sal� y me dirig� a la oficina de Garc�a. No toque la
puerta, simplemente ingrese y empec� a desabotonarme la blusa. El, lejos de
estar sorprendido, me esperaba sentado detr�s de su escritorio, al acercarme me
di cuenta que tenia el pantal�n abierto y su larguirucha verga erecta estaba
lista para penetrarme...

Alejo su silla del escritorio, yo me levante un poco la falda
y me sent� fui sentando frente a el...

No conteste, estaba mas concentrada en ubicarme bien sobre su
verga, para que me entrara lo mas r�pido posible. Al sentirla entre mis labios
vaginales, lance un suspiro de alivio.

Al ver mis grandes tetas frente a el, no se aguanto y empez�
a jalonearme el brassiere, parec�a un loco, cuando al fin vio mis pezones se
dedico a besarlos y estrujarlos. Mientras tanto yo me dedicaba a disfrutar cada
uno de los cent�metros de su pene incrustados en mi conchita. Me aboque a
moverme simplemente en c�rculos, para sentir mejor su dura verga.

Sorprendida por su accionar, al principio no reaccione, pero
al ver que levantaba su mano nuevamente para golpear me redondo trasero, empec�
a brincar sobre su largo pene... despu�s de todo Garc�a tenia raz�n, estos
movimientos eran mas satisfactorios...

En eso... la puerta son�... alguien tocaba...

Quise huir, pero Garc�a me apret� fuertemente contra su
verga, este brusco movimiento termino por hacerme llegar a un brutal orgasmo, me
hizo explotar. Garc�a puso su mano en mi boca para ahogar un grito de placer,
mientras su tibia leche inundaba mi conchita.

Volvieron a tocar...

Me quede helada, Garc�a lucia p�lido, ser� porque se dio
cuenta que yo no le hab�a puesto seguro a la puerta. Suerte que el viejo
director tenia la costumbre de tocar y preguntar antes de entrar.

Garc�a, mas repuesto me se�alo hacia abajo, indic�ndome que
entrara en el espacio debajo de su escritorio. Me met� r�pidamente y el empujo
su silla contra mi, con sus piernas abiertas y su pene semierecto.

Escuche la puerta abrirse y los pasos del director
acerc�ndose al escritorio, luego al parecer este se sent� en la silla frente al
escritorio de Garc�a. Yo me sent�a protegida de la vista del director en aquel
diminuto espacio, y mas all� de estar nerviosa, eleg� concentrarme en la verga
de Garc�a, que aun fuera de su pantal�n poco a poco se pon�a fl�cida, aun con
algunos l�quidos. Decid� acomodarme mejor en ese estrecho espacio, claro sin
hacer ruido, y limpiarle su larguirucho miembro, no quer�a que se manchase el
pantal�n.

Me re� para mis adentros, escuchando como reaccionaba al
estar en apuros aquel tipo que era inflexible con los dem�s.

Luego los escuche conversar acerca de algunas fechor�as de
algunos alumnos que necesitaba ciertas sanciones. Garc�a, ahora acostumbrado a
la limpieza que mis labios le brindaban a su pene, conversaba mas sueltamente
con el director.

Cuando termine mi labor, discretamente comenc� a guardarle su
fl�cida verga entre su ropa interior, luego le cerr� el pantal�n. Tal parece que
fui oportuna porque pocos minutos despu�s Garc�a tuvo que levantarse para
acompa�ar al Director hasta su oficina.

Cuando escuche la puerta cerrarse y los pasos alejar por el
pasillo, decid� abandonar el escritorio. Estuvo cerca, pens� mientras me
acomodaba el brassiere y cerraba mi blusa.

Luego escuche pasos en el corredor, temerosa, me escond�
nuevamente debajo del escritorio. Abrieron la puerta, las fuertes pisadas se
dirig�an hacia el escritorio, pens� que seria Garc�a, as� que aliviada comenc� a
salir de mi escondite...

Maldici�n, pens�, temiendo ser descubierta por el director u
otro profesor... solo que al levantar la mirada no era ninguno de ellos... era
el mugriento ese... el viejo portero...

Pregunta tonta, porque siendo el portero seguro que venia a
hacer la limpieza, pero no vino por eso. Lejos de molestarse por mi actitud, se
r�o a carcajadas, al ver mi cara de extra�eza procedi� a explicarme:

Al ver su grueso y fl�cido miembro colgando, quise
abalanzarme sobre el y mamarlo para verlo duro, y que me exorcizara de todo el
tiempo que so�� con el, perfor�ndome... sin embargo, volviendo a mis cabales
record� mi promesa... nunca mas con el... y as� se lo hice saber...

Se quedo estupefacto, no atino a reaccionar, a pesar que mi
cuerpo me lo ped�a a gritos me opuse a todos esos sentimientos, en cierta forma
me sent� liberada de la dominaci�n que su inmenso pene ejerc�a sobre mi
voluntad... pero esta fuerza de convicci�n solo me duro unos cuantos segundos...
ya que comet� un error...

Me confi�, digamos que disfrute de esos momentos de
liberaci�n... entonces quise irme, le di la espalda al portero, y me incline
para recoger mi maleta... fueron solo unos segundos que estuve inclinada,
d�ndole la espalda, pero el los aprovecho bien...

Inmediatamente se situ� detr�s m�o, me tomo por la cintura y
me restreg� el enorme bulto de su entrepierna por todo mi trasero... un
temblorcillo me invadi� de pies a cabeza al sentirlo nuevamente contra mis
redondas nalgas.

En ese momento su gran miembro, que estaba parcialmente
endureciendo, llego a inmiscuirse en la raja de mi gran culo, abriendo mis
nalgas y all� fue endureciendo mas y mas.

Me quede muda, a decir verdad estaba disfrutando de esos
segundos... el portero, buscando una respuesta, me apretujo su pene contra mi
raja y mi conchita hacia agua por todos lados, mi ano me picaba a mas no
poder...

No dije nada, desde mi posici�n, me limite a subirme mi falda
escolar, y dejar al descubierto mis carnosos y blancos gl�teos. Fui d�bil, no
pude mas, mi calentura tenia proporciones colosales y solo me importaba tener su
grueso miembro incrustado en mi ano.

Se alejo un poco y fue dirigiendo su mazo de carne a la
entrada de mi conchita, mis labios vaginales le dieron un h�medo beso a la gran
cabezota de su pene. Pero yo no quer�a eso, no en ese momento...

Me incorpore un poco y gire, con una mano tome su gruesa
verga y la redirig� hacia mi ano, luego le gui�e el ojo...

Me fue insertando con rapidez toda su rechoncha verga, con
algo de dolor, yo desde mi posici�n aguantaba su empuje. Hab�a pasado tanto
tiempo que mi ano no recib�a un miembro tan delicioso, que ahora le costaba
recibir tan grande pene.

El me la clavo duramente... un shock el�ctrico me recorri�
desde mi colita hasta la coronilla.

La deliciosa sensaci�n de sus pene ocupando cada cent�metro
de mi estrecho agujero era mas fuerte que cualquier dolor. Mi ano lat�a sobre su
verga, apretando a aquel viejo amigo, comi�ndose cada cent�metro de tan
musculoso pene. Todas esas sensaciones me estremecieron llevando a un bien
merecido orgasmo.

El mugroso no quiso quedarse atr�s y empez� a bombearme con
dificultad, mi ano aun no estaba flexible, as� que sus incursiones no eran tan
r�pidas ni fuertes. Eso fue cambiando al transcurrir los minutos. Tanto as� que
desde mi posici�n; inclinada, levantando el trasero, con las piernas semi
abiertas y las manos apoy�ndose en el suelo, ya no pod�a soportar sus
embestidas, cada vez me taladraba con mas fuerza, haci�ndome perder el
equilibrio...

Con su verga incrustada en mi ano, avanzamos unos pasos hasta
que yo pude oponer resistencia a sus arremetidas apoyando mis manos contra la
pared.

Cada vez me bombeaba el culo con mas fuerza, me hab�a
olvidado lo recio que era el portero y como su resistencia prolongaba mi placer,
me hacia llorar de felicidad. Poco a poco me fue empujando mas contra la pared,
ahora mi rostro y mis manos estaban apoyados en el blanco muro, que se manchaba
con mi sudor.

Me fui incorporando mas, hasta que quede en la posici�n de
una persona que esta siendo registrada por un polic�a; con los brazos levantados
y las palmas contra la pared, las piernas separadas, solo que yo tenia la
espalda arqueada y el culo bien parado para que mi castigador se deleitara con
mis gordas nalgas, que con c�lidos sonidos rebotaban contra su ingle...

Se volvi� como loco a medida que el tambi�n llegaba al final,
por momentos me jalaba los senos, o me tomaba firmemente de la cintura empujando
con fuerza su enorme pene que me abr�a a mas no poder, de vez en cuando me
jalaba los cabellos como si fuera la grupa de una yegua que necesitara amansar.

Al poco rato, su hinchado pene tapio completamente mi
estrecho ano, con su viscosa y rica leche, que a pesar del prolongado orgasmo
que esto me causo, me apure en voltearme y arrodillarme para degustar lo mas que
pudiera de sus tibios flujos.

Mame como loca, le chupe hasta sus sucios test�culos... con
mis lagrimas de placer, dolor y alegr�a le limpie toda su ingle...

Sus callosas y enorme manos se dieron abasto para
acariciarme, aunque toscamente, logro consolarme... me abrazo, su hedor y mi
perfumada piel se fundieron, mi clara piel contra su �spero y velludo pecho.

Permanecimos as� unos minutos ante aquella pared, que ahora
lucia las dos huellas de las palmas de mis sudorosas manos que se apoyaron sobre
su blanca pintura, soportando las embestidas del mugroso. Esas huellas serian
testimonio de mi suplicio, del c�lido castigo que el viejo portero me propino.

Como celebraci�n, por finalizar ese negro periodo de tiempo
que no tuve sexo, me hubiera gustado que me perforaran por mis dos agujeros...
pero el profesor Garc�a no regreso... bueno, tal vez ser� en otra ocasi�n... me
dije.

Seguro que el director habr� tenido ocupado a Garc�a...
pens�, pero yo tambi�n me mantuve ocupada, aprovechando su oficina y al
asqueroso portero, saltando sobre su gruesa verga, dejando que me empalara a su
gusto, que me penetrara hasta la ra�z de su larga y gruesa verga...que me
abriera como el quisiera...

Al final de esa tarde la �nica promesa que me hice fue
disfrutar lo mas que pudiera de la rechoncha verga del mugroso portero... me
promet� regresar las veces que quisiera y que fuera necesario para satisfacer
los deseos y necesidades de mi voluptuoso cuerpo, de mi joven despertar sexual.

Quiz�s algunos profesores como Garc�a y el poco aseado
portero se aprovechen de esto, pero yo tambi�n me aprovechar�a de ellos para
satisfacer mi ahora innegable apetito carnal.

Tal vez ser� una puta, reflexione... pero al menos ser� una
puta feliz... conclu� camino a casa.

Continuara...