M� t�a Penelope la menor de las hermanas de mi madre, tiene hoy 35 a�os, es
una mujer de 1,65 cm. de altura y 54 kg de peso, una cintura chica y un hermoso
cuerpo, es profesora en el secundario de Geograf�a, escuch�ndola quedamos
absortas, su historia estar�a encuadrada dentro de los rubros de confesiones ,
sexo de maduras o amor filial, por supuesto que dijo que una amiga le hab�a
contado sospecho que estando yo presente si fuese ella nunca lo podr�a confesar,
pese a que conoce mi historia y la del peque�o grupo en esta oportunidad
reunidos.

La amiga era profesora, sus alumnos chicos del �ltimo a�o del
preuniversitario, hac�an lo imposible para lograr di�logos m�s intimistas , la
edad de los chicos entre 17 y 18 a�os, su edad seg�n ella un a�o menor que ella,
hac�an que sintiera deseos encontrados, ganas de ceder y ganas de imponer
respeto ante la actitud primitiva de estos chicos.

El problema m�s serio era un sobrino de ella, que ella sent�a estaba en la
misma onda en un grupo de cuatro en total , de esos alumnos que nos les importa
nada m�s que pasarla bien, pero que tienen el carisma para seducir teniendo
�xito con las chicas y cualquier mujer creo se sentir�a atra�da.

En las clases todo transcurr�a normalmente, salvo esas miradas lascivas de
los cuatro, siempre en el rinc�n , sin que otra persona los viera.

Esto la incomodaba, puesto que ya hab�a intentado, frenarlos en forma normal,
dici�ndoles que quer�an decir, haciendo silencios.

Invito a su casa a Esteban (su sobrino) para poder dejarle en claro que la
situaci�n era insostenible que nunca le hab�a pasado algo parecido con los
alumnos y que era imposible como actuaban el y sus compa�eros.

Para ella la situaci�n era complicada, falta de buen gusto y que pod�a tener
complicaciones inimaginables para todos.

Cuando llego esa tarde toco el timbre , no pudo dejar de morderse los labios
al mirarlo por la mirilla , pensando que estaba hermoso y fantaseando con el
olor a hormonas que deb�a exhalar de su piel, tuvo que tomarse su tiempo para
recomponer su postura, se sinti� como perra en celo totalmente alzada y esto era
dif�cil de entender para ella siempre tan ordenada en sus correr�as .

Cuando entro, la actitud de el, era verdaderamente insospechada en un chico
de su edad (18), al dejarlo en living , no pudo contener otra vez de morderse
los labios inferiores entrando en la cocina en busca de un refresco, armo la
bandeja y al darse vuelta se encontr� con �l, que tomando la bandeja la dejo
sobre la mesada y sin m�s, la beso, un beso de sexo y pasi�n que no pudo
contener devolver, las manos del chico r�pidamente entraron en juego de abrazos
y tratando de desnudarla, atino a decir vamos al dormitorio, como a sus
diecis�is a�os cuando con un noviecito dejo de ser virgen , se entrego y dejo
hacer , la penetraci�n fue el buscado efecto de todas las caricias que ambos se
repartieron sentir que su falo era proporcional al deseo que le despertaba su
sobrino, la hizo sentir totalmente dominada.

El sobrino la sodomizo totalmente, haci�ndole decir toda clases de alabanzas
al falo y ruegos para que la penetrara como quisiera, ella no entend�a pero
sent�a que deb�a asumir que no pod�a hacer nada, no estaba dispuesta a perder
ese goce por nadie, el sabia que era as�, sumisa accedi� a cada uno de sus
pedidos.

Era lo que tenia miedo que pasara, estaba pasando y no pod�a detenerlo, su
calentura era mucho m�s fuerte, su sumisi�n era el efecto de la atracci�n sexual
que sent�a por ese hermoso cuerpo.

Su manera de hacerla gozar le parec�a inigualable, all� estaban t�a y sobrino
de plena fiesta, cualquier extra�o a la escena dir�a que ella se aprovechaba de
�l, siendo todo lo contrario, ella era la sometida.

Toda esa semana, le pidi� y logr� todo lo que quiso, fue el S�bado de la
segunda semana, que verdaderamente el sobrino mostr� que su t�a era alguien a
quien seducir, esa tarde apareci� con su compa�ero de banco, otro chico de 18
a�os, como sabiendo que era inevitable, no dijo ni hizo nada en la ducha recibi�
un ba�o de crema acariciada como nunca por esos dos chicos , encontr� su voz ,
pidiendo sexo, mientras la penetraban, mamaba con lujuria el falo, que le pon�an
frente a su boca, el grueso de su sobrino o el largo del otro alumno, hicieron
de la "t�a" una perfecta esclava sexual, mientras ella gozaba y segu�a sin
entender.

La dominaci�n llegaba a tal grado, que parec�a una drogadicta, pidiendo algo
de droga, su sexo quedaba impaciente, esperaba esas tres horas todos los d�as ,
en la cual cre�a estar directamente perdida en la perversi�n y el goce
desmedido, los dos o uno se hac�an presentes, ella era la entrega total.

En su mente trataba de recomponer las cosas, que ella misma no lograba
entender , sabiendo que estaban fuera todo cauce, fuera de toda l�gica, ella era
la sometida por dos chicos, a un grado de dominaci�n que nunca hubiese imaginado
podr�a existir.

Aproximadamente al mes de esa situaci�n , una noche de viernes el grupo de
los cuatro la fue a visitar, ella trato de ponerse firme de no aceptar, pero
entro nuevamente en la trampa de creerle al sobrino.

Primeramente la llevo a la cocina, donde no pudo contener que la sedujera,
hizo entrar a Carlos y otra vez estaba entregada a sus juegos, a los pocos
minutos ya totalmente sometida , su sobrino hizo entrar a los otros chicos ,
siguieron haciendo de ella todo lo que se puede hacer , ella ya ped�a sexo, sin
importar qui�n o quienes eran la que la consolaban.

Su vagina, recibi� a los cuatro, a los cuatro mamo, fue penetrada tanto en el
recto como la vagina, mientras mamaba, despu�s de un largo rato, otra vez se
encontr� pidiendo m�s, m�s.

El sobrino se quedo toda la noche y a la ma�ana, le exigi� que lo mamara y
por supuesto tragara toda su leche, para ella era un deleite.

Las clases continuaban, los cuatro alumnos y la esclava , no dejaban
traslucir la relaci�n que manten�an y eso le permiti� justificar su condici�n de
profesora.

En los pueblos chicos, todo se sabe y esto tambi�n , la profesora pervert�a a
sus alumnos y fueron los padres de los tres chicos (no parientes) quienes
presentaron el sumario y pruebas de los hechos, como uno de los �ltimos tenia 17
a�os, la detuvieron y echaron del trabajo.

Creo que mi t�a era la protagonista y los �ltimos parrafos fueron para
despistar y m�s creo que mi primo la sigue atendiendo y bien, porque tiene una
figura espectacular y se ve que disfruta el goce sexual.

Y muchas veces cuando ve un chico pint�n, se muerde los labios inferiores
�Casualidad?