El otro d�a, estuvimos mi marido y yo, colocando cosas en
casa; separamos las que no usamos tan frecuentemente para llevarlas al �tico. Le
dimos el �ltimo repaso, separamos lo que sub�amos, cogimos un par de cervezas y
subimos.
Llegamos al �tico y empezamos a colocar lo que hab�a para
dejar sitio a lo que llev�bamos; lo colocamos y pusimos las cosas que subimos.
Cuando acabamos lo que hab�amos ido a hacer, nos sentamos en el suelo: abrimos
las cervezas y hablamos de lo grande y espacioso que hab�a quedado.
- Ya s� donde vamos a venir a follar, aqu� no nos oye
nadie.- Se me ocurri� decir.
Me mir� con cara de "te falta un tornillo" y sigui� mirando a
su alrededor y bebiendo cerveza. Al rato... mir� hacia �l, le agarr� la
barbilla, acerqu� mis labios a los suyos y pas� mi lengua por el contorno de
�stos. Luego intent� separarle los labios con mi lengua y le di un suave beso;
al que �l respondi� con un morreo en toda regla. Le acaricio la entrepierna y se
pone a 100. Con el pie cierra la puerta y mete su mano por mi pantal�n buscando
mi placer. Me separa las piernas, me baja un poco el pantal�n y mete dos dedos
en mi chochito. Ante la situaci�n y el placer que aquello me estaba produciendo,
me lanc� a por su polla para chuparla como si fuera una piruleta, pero con m�s
ganas. Me levanta la camiseta y se pone a jugar con mis pezones, mientras yo
sigo chupando mi caramelo. Nuestros gemidos sonaban al un�sono, eran
ensordecedores y apasionados. Me cogi� por la rodilla, la levant� un poco y de
un solo golpe se introdujo su polla en m�. Aproveche para morderle las tetillas
y jugar con sus pezones; mientras �l jugaba con mi cl�toris. Nos corrimos entre
los deliciosos jugos y los gritos y gemidos de placer.
Nos levantamos y me apoy� en la estanter�a: �l me cogi� por
la cintura y dijo: "prep�rate para disfrutar, cari�o". Volvi� a met�rmela y
comenz� a bombear �ZAS! �ZAS! �ZAS! y a la vez que bombeaba volv�a a excitarme
el cl�toris, mientras yo estiraba mi mano para poder acariciarle los test�culos.
Esta vez los gemidos duplicaron a los anteriores, lo que hizo que la velocidad
del acto se acelerara: ah!!! ah!!! ah!!! aquellos movimientos, aquella
circunstacia estaban provocando un placer inmenso he intenso lo que hizo que el
placer se duplicara.
Ante la at�nita mirada de los vecinos, bajamos, entramos en
casa y con una p�cara mirada, nos volvimos a besar.