La irresistible compa�era de mi facultad, las m�s codiciada de las chicas y la n�s engreida de todas me entreg� su pureza durante una madrugada llena de ternura y de placer.
Ocurri� de forma espontanea, pero como si todas las circunstancias del mundo ya lo hubiesen previsto. En el parking, Ignorando a los estudiantes que pasaban, tuve con aquella becaria nuestro primera y muy placentera experiencia sexual.