Relato: Maru, mi deseo de siempre Hola queridos lectores. Esta es la primera de varias escenas
de mi vida que pienso contarles. Hace muchos a�os que me sucedi�. Tengo 39 a�os,
en ese tiempo tenia como 25. Soy casado y mi esposa tiene una hermana bien
sabrosas, se llama Maru es 2 a�os menor que mi esposa. Desde que la conoc� me
llam� mucho la atenci�n, pues tiene unos senos perfectamente parados, ricos y
bien formados, y unas caderas que invitan al hombre mas fiel del mundo a tener
uno que otro sue�o h�medo.
La historia empez� en una ocasi�n cuando decidimos mi esposa
y yo irnos de viaje, mi cu�ada acababa de terminar una relaci�n sentimental
bastante turbulenta, y decidimos invitarla con nosotros, "Para que se distraiga
un poco" dec�a mi esposa.
En el transcurso del camino sobre la carretera me encontraba
manejando yo, mi esposa en el asiento delantero despu�s de varias horas de
camino, ven�a completamente dormida, y por el espejo retrovisor, ve�a yo a mi
cu�ada tambi�n dormida, pero parece que ten�a algunos sue�os inquietantes, pues
empec� a notar sus pezones que se estaban poniendo firmes, y discretamente
empezaba a jadear. Yo ten�a curiosidad de saber que estaba so�ando, pero
simplemente me concret� a ver como se transparentaban esos ricos y apetecibles
pezones por entre la blusa, se notaba que no tra�a sost�n o si lo tra�a era
demasiado ligero.
Nos cay� la noche y decidimos pernoctar en alg�n lugar cerca
de la carretera, pero no encontr�bamos nada disponible, era �poca de vacaciones
y todos los hoteles del rumbo estaban completamente saturados.
Encontramos un hotel de los que se les dice "De Paso",
preguntamos si ten�an habitaciones, y result� que solamente les quedaba una sola
habitaci�n con 2 camas, nuestro cansancio era demasiado pues pr�cticamente todo
el d�a en el coche no era para menos. Aceptamos la habitaci�n y obviamente en
una cama call� rendida mi esposa y un servidor, y en la otra mi querida Maru,
despu�s de unos minutos, despert� y empec� a revisar la habitaci�n para saber
que tantas cosas ten�a, y un hotel de ese tipo pues cuenta con lo b�sico para
esas situaciones:
Cama, TV con pel�culas para adultos, un ba�o completo con jacuzzi, por lo que
decid� primero tomar un buen ba�o en el jacuzzi.
Lo empec� a disfrutar, con una toalla en la cara, relajante
por cierto, no se escuchaba ning�n ruido en el lugar, de pronto, escuche una
voz, pensando que era mi esposa, me levant� inmediatamente y me asom�. Cual fue
mi sorpresa al ver a mi cu�ada que estaba en su cama toc�ndose tiernamente, todo
se transparentaba por su ligera sabana que cubr�a esas ricas y deseables curvas,
y con esa escena empec� yo a masturbarme, que rico se tocaba, en un momento ella
se quit� la sabana y me dej� ver su hermoso y apetecible cuerpo, sus pezones
duros, firmes y rozados, con una corona grande alrededor de cada uno de ellos,
que rica escena, al ver cuando se tocaba su h�meda y jugosa Vag�na, sent�a que
iba a explotar, poco bello pero en el lugar indicado, ya que ten�a la costumbre
de rasurarse.
Despu�s de un rato termin� ella y yo segu�a con ganas de ver
que hac�a, pero mi esposa cerca, no pod�a permitirme esos lujos, as� es que
regres� al jacuzzi a echarme suficiente agua fr�a para no seguir con esos
sue�os.
Fui a mi cama, despu�s de secarme y ponerme el pijamas, sin
hacer ruido, pero not� que mi cu�ada estaba con los ojos abiertos, me acost� y
momentos despu�s vi que ella se par� y se fue al ba�o.
Pasaron unos momentos y al ver que mi esposa segu�a dormida,
me par� y fui a ver a Maru, al abrir ligeramente el ba�o, vi un cuerpo hermoso,
caliente, h�medo con ganas de ser penetrado por el macho m�s cercano a ella,
pues estaba completamente desnuda, toc�ndose, metiendo sus dedos en su vag�na, y
sac�ndolos completamente h�medos directos a su deseable boca. Empec� nuevamente
a masturbarme, pero al estar en eso, se abri� la puerta y ella volteando a ver
que era, me vio a mi completamente desnudo y con temendo miembro entre las
manos, pensaba que al verme se espantar�a o me dir�a que me salga, pero su
reacci�n fue otra, simplemente me pregunt� si le gustaba ver como se tocaba
ella, y le dije que si. As� mismo me dijo que a ella le gustaba mucho ver como
me masturbaba, y que siempre le llam� la atenci�n el ver como me tocaba, pues
sab�a por su hermana que yo era una persona con grandes dotes er�ticos y una
gran imaginaci�n para esas cuestiones.
Me pidi� que cerrara la puerta y que si yo no le dec�a nada a
su hermana ella tambi�n har�a lo mismo, a lo que acept� r�pidamente, cerrando la
puerta, me sent� en la tasa del ba�o mientras ve�a como ella se tocaba, me
acerqu� y empec� ahora yo a tocar sus senos, calientes, duros, bien parados,
acercando mi boca los bes�, me los met� a la boca uno por uno, mamandolos lo m�s
que pod�a, meterlos a mi boca, mientras mis dedos empezaban a recorrer todo su
cuerpo, sent�a un sabor dulce y un aroma a jazm�n, oh! Que rica sensaci�n ten�a
en esos momentos, mi verga se pon�a cada ves mas dura, la tom� en sus manos y
jal�ndola suavemente, se la llev� a su boca, Maru era una experta para mamar
vergas, se la met�a a la boca y al mismo tiempo con su mano la jalaba
fuertemente. Sent�a que estaba a punto de sacar toda mi leche, y lo hice!, le
llen� la boca de mucha leche, ella se trag� toda la que pod�a mientras que la
otra parte se le escurr�a por los senos.
Al terminar de eso, ella sigui� mam�ndomela, y ten�a muchas
ganas de que se la metiese, antes de eso me acerqu� a su vagina y me tocaba a
mi, mamar esa rica y jugosa panocha, en cuanto empec�, ella se mov�a mucho, sus
manos me tomaron por la cabeza y deseaba que me metiera lo m�s que pudiese a
ella.
Dedeaba su culito, y me atrev� a moverla para
probarlo...............
Rico!, en ese momento ella me dec�a que se la metiera por
atr�s, y sin perder un momento y al ver que mi verga estaba nuevamente lista, no
perd� un instante y entro con dificultad pero sus jugos vaginales ya hab�an
mojado ese culito y mi boca hab�a aportado lo suyo. Mi verga entraba y salia,
mientras h�bilmente mis dedos tocaban su caliente y palpitante cl�toris. Despu�s
de un rato saque mi enorme, caliente y roja verga, para metersela por la vagina,
carg�ndola en mi cintura, lo logr� y ella estaba a unos instantes de terminar,
cuando sucedi� eso, me empap� la verga much�simo, al grado de que pensamos que
era mi leche la que le sal�a de su vagina, pero instantes despu�s termin� otro
enorme tanto de leche en su vagina, y ella quedaba completamente exhausta.
Terminamos, por ese momento, pues nuestro viaje dur� 4 d�as.
Me despido mis queridos lectores, prometi�ndoles escribir como fueron mis otros
d�as de vacaciones con esta ni�a.
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Relato: Maru, mi deseo de siempre
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