La conoc� en una tienda, es la cajera del establecimiento, me
gust� desde el primer d�a, se las voy a describir: mide 1.60, delgada, pechos
peque�os pero firmes, piernas torneadas, cintura breve, cabello negro y
quebrado, cara bonita sin llegar a ser una belleza, agradable, algo t�mida, le
encanta usar pantalones entallados o minifaldas, con blusas muy pegadas al
cuerpo, motivo por el cual me pude dar cuenta de su apetecible cuerpo; como
pasaba casi diario a la tienda, nos empezamos a saludar de beso en la mejilla,
pero un buen d�a, al momento en que ella de acerc� para besarme, gir� mi cara y
el beso me lo dio en la boca, sonrojada, se volte� inmediatamente como queriendo
ocultarse, sabiendo que la hab�a hecho apenarse, le dije:

- No quisiera que te molestaras, lo hice porque en verdad me
gustas mucho y no encontraba la manera de dec�rtelo o demostrarlo.

- Me tomaste por sorpresa � dijo con la vista baja � pero me
gust� que lo hicieras.

- Entonces �puedo seguir haci�ndolo? � pregunt� con la
esperanza de que aceptara.

- Solamente cuando el encargado no est� cerca para que no me
vayan a llamar la atenci�n.

Con la sonrisa dibujada en mi rostro, me desped� de ella de
beso en la boca pensando en el d�a siguiente�

Cuando llegu� a la ma�ana siguiente me recibi� sonriendo y el
beso que me dio result� m�s efusivo de lo que esperaba, levemente la tom� de la
barbilla y disfrut� al m�ximo de la caricia.

- �Qu� rico besas! � le dije al o�do � de veras que me
dejaste sin aliento.

- Y eso es solo el principio, ya ver�s todo lo que soy capaz
de hacer para que nunca me olvides�

Su comentario de dej� asombrado sobremanera, como no quise
quedarme con la duda se lo pregunt�:

- �Y por qu� me besas de esa manera y me dices tantas cosas?

- Tonto � me respondi� en tono p�caro �, no te das cuenta que
tambi�n me gustas mucho, por eso te doy besos ricos.

- �A que hora sales? � inquir� con la excitaci�n invadiendo
mi ser � d�jame llevarte a tu casa.

- Salgo a las 4 de la tarde, �y t�?

- Tambi�n, pero no me tardar�a nada en llegar, mi trabajo
queda cerca, �me esperas por favor?

- Si amor, te espero, solo te pido que no te tardes.

Sal� como en las nubes, estaba a punto de tener cerca de m�
una chica que en verdad se me antojaba; las horas transcurrieron lentamente,
cuando por fin lleg� la hora de salida, casi corr� para llegar al mi auto,
llegu� en unos minutos, ella ya me esperaba en la entrada de empleados, no
conoc�a mi carro, as� que le toqu� la bocina pero ella no volte�, eso me gust�
de ella, al menos no daba pie a que la molestaran en la calle, entonces me baj�
y la llam� por su nombre, sonriendo se dirigi� hacia donde me encontraba, le
abr� la puerta para que subiera, pero me abraz� fuertemente, peg� sus tersos
labios a mi boca y acerc� su cuerpo al m�o, sin dejas el m�s leve espacio entre
ellos, sent� su cadera pegarse contra mi miembro, sus manos recorriendo mi
espalda, su lengua buscando hasta el �ltimo rinc�n de mi boca, disfrut� unos
segundos de la caricia hasta que mi bulto comenz� a crecer, me apart� un poco
para evitar la pena de que lo notara, me desprend� de sus brazos y le dije:

- Espera, tenemos todo el tiempo del mundo para dar rienda
suelta a la pasi�n, �no crees?

- Eso es lo que estoy esperando, que dejemos que nuestros
cuerpos calmen su ansia de amar.

Como no estaba dispuesto a perder valioso tiempo, la sub� al
auto, no hab�a notado que se hab�a cambiado el pantal�n y ahora luc�a una
min�scula minifalda que dejaba ver sus hermosas piernas, lo rode� r�pidamente y
lo puse en marcha.

- �Hacia donde queda el cielo? � pregunt� ansioso.

- Vivo muy cerca, as� que no tardar�s en hallarlo � respondi�
acerc�ndose a m�.

Segu� sus indicaciones y, en menos de 5 minutos estaba
estacion�ndome frente a su casa, me baj� del auto y le abr� la puerta, la tom�
de la mano mientras llegamos a la puerta, me gui�� un ojo y abri�.

- Bienvenido al para�so � dijo -, toma asiento mientras dejo
mi bolsa.

Me sent� en la peque�a sala mirando alrededor m�o, la
decoraci�n era m�s bien sobria, nada ostentosa pero de buen gusto, los colores
estaban combinados de modo que resaltaran los cuadros y adornos, definitivamente
sab�a sacarle provecho a la peque�a casa.

- Ya regres� amor � dijo mientras me abrazaba por la espalda,
sus pechos duros quedaron apoyados sobre mi nuca, pude sentir su respiraci�n
algo agitada.

- Chiquita linda, cu�nto tiempo sin tenerte a mi lado � dije
bromeando -, no me dejes tanto tiempo.

A modo de respuesta, gir� en torno al sill�n y se sent� en
mis piernas, sus besos y caricias llenaron todo mi ser, por mi parte, tambi�n
comenc� a tocar su cuerpo con la excitaci�n inund�ndome a cada segundo, las
prendas fueron perdiendo su lugar, cayendo a los lados de nuestro asiento,
cuando solamente cubr�an nuestra virtual desnudez las prendas interiores, se
alej� un poco y con voz entrecortada me dijo:

- Ahora s� que vas a gozar, te voy a hacer enloquecer de
pasi�n, tanto que jam�s me olvidar�s.

Presa de la curiosidad, me dej� llevar por la ardiente hembra
que estaba junto a m�, inici� pasando su lengua por toda la piel descubierta,
sin ni siquiera tocar mi notorio bulto, me acariciaba a veces suavemente, otras
lo hac�a pellizcando para que la intensidad no fuera la misma, mis manos se
apoderaron de sus pechos, los liber� del sost�n y brincaron apuntando sus
parados pezones hacia mi cara, tom� uno de ellos con delicadeza entre mis
labios, lo chup�, lam� y mord� como un hambriento beb�, Mari carmen suspir� al
sentir que su caliente botoncito se perd�a en mi boca; ella me detuvo y me pidi�
que cambiamos de lugar;

- Vamos a la rec�mara, ah� estaremos mejor.

Sin poder resistirme, nos fuimos abrazados a la rec�mara, me
tumb� sobre el colch�n y d�ndose vuelta para que admirada su casi completa
desnudez, dijo:

- Este d�a vas a dar y recibir placer hasta el cansancio, voy
a ser tuya y t� ser�s m�o � coment� mientras abr�a un caj�n, del cu�l sac� una
gran variedad de juguetes sexuales.

Mi asombro era inmenso, realmente su colecci�n era variada,
formas, colores y tama�os que promet�an placer hasta a la persona m�s fr�a, tom�
un estimulador anal y lo puso en mi mano:

- Tal vez encuentres alg�n lugar en donde jugar con esto �
dijo pasando su lengua por sus labios mientras tomaba el lubricante y otro
similar.

No imaginaba que la t�mida cajera fuera capaz de convertirse
en una experta sexual, dominante y dominada, experta con los juguetes para
elevar el placer al m�ximo; dispuesto a disfrutar la relaci�n, la despoj� del su
tanga, lubriqu� el estimulador anal y, poni�ndola de perrito sobre el lecho, lo
dirig� hacia su obscura entrada posterior, para mi asombro, pude penetrarla sin
dificultad, su esf�nter se abri� para permitir que el juguete se perdiera casi
en su totalidad dentro de su ser, sus gemidos aumentaron de volumen, con tono
apenas audible me pidi�:

- �Ay papacito!, m�telo hasta adentro y hazme gozar como
loca, ac�rcate y ponme la reata cerca para mam�rtela, estoy muy caliente.

Haciendo caso a su petici�n, gir� hasta quedar frente a su
rostro, claro est� que sin sacarle el consolador del culo, primero lami� la
hinchada cabeza de mi virilidad, despu�s, lo introdujo dentro de su h�meda boca
y me dio una de las mejores mamadas que me han dado en toda mi vida, mi cuerpo
se arqueaba sin poder evitarlo, le di unas nalgadas que causaron que las chupada
fueran m�s intensas, cuando estaba a punto de explotar en su boca, Mari carmen
detuvo la felaci�n, diciendo:

- Tu leche va a llenarme por dentro, pero no en mi boca� - su
enrojecida cara denotaba excitaci�n � ahora es tu turno de sentir el placer de
ser penetrado � agreg� mientras lubricaba el estimulador que segu�a en su mano.

Ella, ignorante de mi condici�n de bisexual, no de dio cuenta
del inmenso gozo que embarg� todo mi ser, estaba a punto de complacerme metiendo
un consolador por mi ardiente ano.

- �C�mo quieres poseerme? � pregunt� excitado.

- Vamos a hacerlo el la posici�n del 69 � dijo mientras
colocaba unos cojines debajo de mis nalgas -, tu boca arriba y yo encima de ti,
as� podremos penetrarnos por el culo y darnos unas ricas mamadas al mismo
tiempo.

Lubricamos los instrumentos de placer y nos colocamos tal y
como hab�a dicho ella, la penetraci�n result� totalmente placentera, mi lengua
se perdi� en sus entra�as, mi garrote desapareci� dentro de su boca, las manos
que manejaban los juguetes se mov�an de adelanta a atr�s y de lado a lado
buscando dar la m�xima satisfacci�n, permanecimos as� varios minutos hasta que
ella se levant� s�bitamente:

- Ahora deseo que me metas uno adelante y otro atr�s, y luego
me pondr� uno para cogerte yo a ti, �de acuerdo? � dijo jadeante.

Asent� con la cabeza y tom� un consolador de buen tama�o para
complacerla, se coloc� acostada boca abajo abriendo las piernas al m�ximo, alz�
un poco la cadera para permitir que le clavara el m�s grueso en la vagina, ara��
la colcha al momento que era penetrada por delante, luego separ� sus nalgas para
ofrecerme su estrecho anillo, le insert� hasta dentro el segundo pene
artificial, mis manos iniciaron los movimientos que deber�an de provocarle el
anhelado orgasmo, su cuerpo se agitaba de forma incontrolable, sus preciosas
nalgas apretaban el trozo de l�tex que ten�a clavado por detr�s, gimi�
fuertemente que se qued� sudorosa quieta por unos segundos, �hab�a llegado al
cl�max del placer!, detuve mis arremetidas y dej� los artificiales miembros
dentro de sus orificios para dejarla disfrutar del orgasmo, se volte� lentamente
y los retir� suavemente para que pudiera ver el viscoso l�quido que escurr�a de
uno ellos, me bes� largamente y, a continuaci�n insinu�:

- Creo que ahora te toca a ti � coment� con tono delicado.

- Pues estoy listo para lo que me quieras hacer, no soy
renuente para el gozo � respond� imaginando mi culo lleno de un miembro, aunque
sea artificial.

Sin proferir palabra alguna, nuevamente se dirigi� al caj�n,
yo pudiera decir, de las sorpresas y extrajo un arn�s con doble pene, uno, hacia
dentro del calz�n, que era de piel, para ensartar su apetitosa vagina y el otro
para penetrarme a m�, las medidas de ambos eran a�n mayores que los anteriores,
as� que en mi calenturienta mente estaba presente la delicia de saberme clavado
por ella, delicadamente lubric� ambos y se prepar� para el ataque anal a mi
persona.

- �C�mo quieres que te haga m�o? � inquiri� con melodiosa
voz.

- D�jame sentirte mientras me monto sobre ti, �est� bien?

- �Claro que s�! � respondi� presurosa -, as� puedo besarte
mientras te meto mi rica herramienta.

Se acost� sobre el lecho de amor y se coloc� el arn�s
cuidadosamente, insert� el consolador hasta el fondo de su intimidad y, tomando
el otro con sus manos me pidi�:

- S�bete en mi rica verga, quiero meterla toda en ese rico
agujero que tienes � lo agit� para que pareciera que estuviera llena de leche.

Me sub� y me puse sobre ella, pensando en lo delicioso que se
siente ser cogido, hice descender mis nalgas hasta que toqu� la punta de su
rosado consolador, Mari carmen me acarici� el trasero y me oblig� a bajar a�n
m�s, la gruesa punta del pene artificial se fue abriendo paso entre mi aro
posterior haci�ndome suspirar de placer, mil�metro a mil�metro se introdujo en
mi ano hasta que desapareci� por completo, al sentir que tocaba el pubis de mi
cogedora, mov� mi cadera hacia arriba y abajo para sentirlo plenamente, al mismo
tiempo ella me acariciaba mi fogosa espada como si quisiera ba�ar su pecho de mi
semen, mi mente se perdi� en el infinito para�so del placer, no sabr�a decir
cuanto tiempo me tuvo ensartado, solo reaccion� cuando la escuch� decir:

- Amor m�o, ahora s� deseo tu leche en mi concha, m�temela
para venirnos juntos � dijo mientras me hac�a levantar.

Se despoj� del arn�s, acto seguido, se acost� al mismo tiempo
que levantaba y abr�a las piernas, abri� con sus dedos la h�meda entrada de su
vagina y, jal�ndome del miembro dijo jadeante:

- �Cl�vala de golpe hasta el fondo!, �h�zmelo salvajemente y
ll�name de ti!

Obedec� al pie de la letra sus �rdenes, puesto que sent�a que
el torrente de pasi�n estaba pr�ximo a brotar, rode� mi cintura con sus piernas
y me oblig� a seguir el ritmo que marcaba, sus pechos quedaron aprisionados en
mis manos que parec�an tenazas, el sudor cubr�a nuestros cuerpos fundidos en uno
solo, solo el sonido de la humedad proveniente de su sexo llenaba la habitaci�n,
su orgasmo lleg� apenas unos segundos antes que el m�o, los viscosos l�quidos se
mezclaron dentro de ella, cuando sinti� que mis espasmos cesaron, me arroj� a un
lado de ella e hizo desaparecer mi tronco en su boca, chup� hasta dejarme
exhausto, nos acostamos uno al lado del otro abraz�ndonos, el movimiento de su
agitada respiraci�n me sacud�a a su comp�s, not� que mis dedos estaban marcados
sobre la piel de sus senos por la excesiva presi�n con la que estaban
aprisionados, �definitivamente fue una de las mejores cogidas de mi vida!, ya
que me la metieron y me ensart� una rica mujer.

Don Pato

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