Relato: Pobre mi mujer Florencia





Relato: Pobre mi mujer Florencia

Me llamo Guga, soy de Buenos Aires y estoy casado con
Florencia, Flor. Eella es una linda chica, bajita, de nada m�s que 1.50 de
altura, morocha de pelo lacio y tez blanca, ojos color miel y muy lindo cuerpo.
Esta apenas rellenita pero le queda hermoso, tiene un culito gordito y tetitas
chicas con pezonez muy rosados, pero lo m�s hermosos es su conchita: carnosa,
muy estrecha y sobre todo �porque yo le pido que la use as�- muy peluda, formado
un tri�ngulo de pelos negros, una mata hermosa que me vuelve loco.


Estamos casados hace un a�o, y nos llevamos muy bien, ella
a�n, con sus 28 a�os est� estudiando en la facultad la carrera de pasicolog�a, y
yo trabajo de vendedor.


Tenemos relaciones una vez por semana promedio, siempre via
vaginal, un par de veces se la met� en el culo pero no le gusta, le duele mucho
a pesar de que mi verga es peque�a, 12x3. Si embargo hay posiciones que por la
concha tambi�n de dol�a, dada su estrechez vaginal,


Todo iba bien, hasta que pas� lo que les contar� a
continuaci�n.


Mi suegra ten�a que hacer una reforma en su casa �tiene una
hermosa casa en Palermo- y como trabaja de abogada, le pidi� a Florencia si
pod�a ir durante una semana por la tarde a recibir al pintor. Ella no estaba
trabajando y entraba a la facultad reci�n a las 8 de la noche, por lo cual no
ten�a problemas en hacerle ese favor a su mam�.


-Quedate tranquila mam� �a qu� hora tengo que ir?


-Mir�, el pintor llega a las 2 de la tarde y termina a las 6.


-No hay problemas mami, mientras trabaja yo estudio un poco y
por ah� Guga me pasa a buscar a la salida del trabajo para llevarme a la facu,
quedate tranqui ma.


-Gracias hijita, sos un amor.


Esa conversaci�n fue el domingo a la noche, as� que Flor me
inform� de lo que le hab�a pedido su mam� y me dijo si la pasaba a buscar para
llevarla a la facultad. Yo salgo de trabajar a las 6 de la tarde, as� que no
hab�a problemas.


El lunes me fui a trabajar y Florencia se qued� en la cama y
me dijo que la llame a lo de la madre despu�s de las 2 que iba a estar all�
estudiando mientras el pintor trabajaba.


La llam� a eso de las 3.30 de la tarde y me atendi�.


-Hola amor, �como va todo?


-Bien Flor, con mucho trabajo, �vos?


-Ac� estoy, estudiando y esperando que el pintor termine.


-�Todo bien con el pintor?


-Si, es callado el monstruo.


-�Como?


-Si, si lleg�s antes de que se vaya te vas a asustar, mide
m�s de 2 metros de altura y es negro como el carb�n... cuando le abr� la puerta
casi me muero del susto. Pero parece buen tipo.


-Quedate tranquila amor, despu�s paso.


Qued� all� el comentario. Cuando llegu� a las 6.20 la veo a
Flor en la puerta que estaba despidiendo al pintor y le hac�a se�as como que se
ve�an ma�ana. De lejos lo vi al tipo al lado de Florencia y su altura era
impresionante, mucho m�s al lado de una mujercita tan chiquita como Florencia.
Llegando a la casa me cruzo con el negro enorme a quien le hago un saludo con la
mano, apenas me saludo.


Cuando entro a la casa Florencia me saluda con un beso en la
boca


-Hola amor �como te fue?


-B�rbaro, �a vos?


-Bien, el pintor reci�n se va


-Si, lo vi, es una mole como me dijiste.


-Viste, nunca me par� cerca de alguien tan alto, me sent�a
una pulguita. Me llev�s?


-Si, vamos


Me dio un poco de morbo, por un segundo me imagin� a
Florencia con el negro brasilero, pero mi mente r�pidamente se olvid� del tema.


Al otro d�a sal� antes de trabajo y fui a lo de mi suegra , a
eso de las 16 horas y entr� por el costado del jard�n.


Por la ventana vi a Flor estudiando en la mesa del comedor,
vestida con unas calzas negras, zapatillas y una remerita blanca cortita.


En eso se levanta , va a la heladera y sirve un vaso de
coca-cola y va hacia el estudio, donde el pintor estaba trabajando.


Me posicion� en la otra ventana que estaba abierta y
Florencia con su voz de nena le dice al negro:


-Quiere tomar un vaso de coca sr. Joao.


-Muito brigado (gracias en portugu�s)


Ella se qued� para al lado de �l mientras tomaba la gaseosa y
me percat� que Flor le mir� el bulto haciendose la distra�da, el negro estaba
con un pantal�n de gimnasia medio apretado y se ve�a un bulto enorme ah� abajo.
Me pareci� que el negro se dio cuenta, pero Florencia hac�a que se rascaba la
frente para ocultar hacia donde estaba dirigida su mirada, ahora s� vi que el
negro la vio, pero en cuanto ella levant� la vista �l ya no la miraba m�s a
ella.


-�Qu� estudias? �pregunt� el negro en media lengua


-Psicolog�a, tengo dos examenes la semana que viene.


�falta mucho para recibirte?


-No, este a�o me recibo


-Pero sos muy joven �cu�ntos a�os ten�s?


-28 �y usted Joao?


-Yo tengo 47.


El negro termin� la coca y le dio el vaso a mi mujer que se
fue para la cocina, me di cuenta entonces que el negro se qued� mirando la
colita de Florencia, tambi�n, con esas clazas negras que se hab�a puesto se le
marcaba bien la concha gordita y las nalgas.


En ese momento, el negro sigui� trabajando y Florencia se fue
a estudiar,


Me agarr� un poco de celos de que haya estado hablando con
ese negro que la doblaba en tama�o, pero tambi�n me agarr� un morbo terrible.
Pensaba en lo zarpada que estuvo Florencia en mirarle el bulto, por m�s que este
llamara la atenci�n.


Al rato el negro termin� de trabajar, yo segu�a escondido
entre las plantas hac�a 1 hora, y se acerc� al donde Flor estaba estudiando, el
comedor, y le dijo que se iba a ba�ar y se iba. Flor estaba sentada y le dijo
que no hab�a problema y aprovecho para hechar otra mirada al impresionante bulto
que el negro ten�a bajo su pantal�n de gimnasia. Parec�a como un pomelo grande
ese bulto. El negro invent� un comentario estupido para quedarse delante de ella
con su bulto a la altura de sus ojitos.


-�Como va el estudio?


-Bien, pero todav�a me falta leer mucho.


El negro se dio media vuelta para ir al ba�o y Florencia se
qued� en la mesa tomandose la frente y suspirando por lo bajo involuntariamente
por el bulto que acababa de ver.


El negro sali� de ba�arse al rato y se acerc� a Flor, ella se
par�:


-Ya se va Joao?


-Si se�orita Florencia


-se�ora


-Uy, disculpa �dijo el negrocon su grusa voz- es que sos tan
joven que pens� que eras soltera.


El le pidio que lo tutee aunque era mayor que ella y se
agach� para despedirla con un beso un la mejilla.


Ella dudo, pero le dio el beso, el negro se fue.


A mi me estaba agarrando bronca a pesar que Flor le hab�a
anunciado que era casada, pero tambi�n morbo. Algo en mi quer�a que el negro
avance para ver que pasaba. A la noche, mientras leia en la cama no pod�a dejar
de pensar en eso.


Esa noche Fflor habl� potr telefono con su amiga Mariana y le
cont� que estaba estudiando en la casa de la madre por el tema del pintor, yo
estaba escuchando por el tel�fono del comedor y ella hablaba por el de la
habitaci�n. Le estaba contando del estudio y de pronto le empez� a contar acerca
del bulto que ten�a el negro


-No sabes Mariana, pareciera que tiene el chocto de un
caballo



Y vos and�s mirando vergas por ah�?


-No seas loca, que sabes muy bien que no soy ninguna puta,
pero lo que pasa es que es enorme, nunca vi nada igual, encima es un zarpado,
porque me dice que soy linda y que siempre le gustaron las mujeres bajitas


Ten� cuidado, porque le deben gustar las bajitas para
partirles la concha como una flor .


Callate loca, no me imagino con negro enorme, adem�s nunca
fui infiel a Guga y el negro no me gusta.



Ella no se imaginaba con el negro, pero el que se empez� a
imaginar la cosa era yo, adem�s estaba con bronca porque le contaba a su amiga
eso. Ees cierto que dos chicas siempre comentan esas cosas, pero estaba celoso y
me hubiera gustado que me lo cuente a i tambi�n.


Al otro dia, en un arresto de locura consegu� el telefono del
negro a trav�s de mi suegra con la excusa de que un amigo quer�a pintar la casa.
Lo llam�a la ma�ana y le dije que era un amigo de Florencia y sab�a que ella
gustaba de �l, y que le hab�a comentado a todo el mundo que ten�a un bulto
enorme, lo �nico que le ped� fue que no diga nada de esta llamada porque se
enojar�a conmigo, pero que le de para adelante porque la ten�a en sus manos para
cogersela.


El dijo que ella era casada, le dije que si, pero que estaba
por separarse del marido.


Comet� un gran error, pero quer�a que Florencia aprendiera la
lecci�n por andar mirando el bulto del negro


Al otro d�a no fui a trabajar y me instal� desde temprano en
la casa mi suegra.


Me escond� en el jard�n hasta qe lleg� Flor, estaba con una
minifalda de jean y una remera blanca y zapatillas blancas con medias. El negro
lleg� y le dio un beso apretandole los hombros con sus manos enormes y
agach�ndose mucho para saludarla.


Ella estaba confundida por lo caluroso del saludo.


El fue a trabajar con una sunga porque ten�a que
impermeabilizar la pileta y de paso para que su bulto se a�n m�s evidente. En
cuanto se qued� con la sunga florencia empez� a mirar el bulto desde el comedor
y no se concentraba en la lectura.


-Que putita pens�, no deja de mirarselo.


Al rato el entr� en el comedor y se sent� frente a ella en
una sila con las piernas abiertas, el paquete impresionante que ten�a se marcaba
todo: el choto gordo me y se perfilaban dos huevos grandotes y llenos de leche
de negro.


-Florencia �le dijo � me gust�s mucho y se que vos tambi�n
gust�s de mi, se que est�s casada, pero no aguanto m�s, quiero cogerte.


Ella le tir� un cachetazo y le dijo que era un zarpado de
mierda y un negro horrible, que iba a llamar a la polic�a por ser tan grosero y
que ella amaba a su marido.


-Ahora, te hac�s la enojada, pero le contaste a tod el mundo
que tengo un bulto enorme y que no dej�s de mirarmelo.


Ella se qued� callada, no pod�a ser que Mariana la traicione,
jam�s contar�a un secreto suyo, pero tampoco pod�a decir que no, era cierto.


Ella comenz� a tartamudear viendo la amenaza que se
aproximaba


-EH. ESTE ......No se de qu� habla...


-Hablo de que me mir�s la poronga cada vez que pod�s y de que
me parece que te voy a terminar partiendo la concha a pijazos...


-Yo me voy de ac� y usted se va tambi�n, nunca m�s va a
trabajar para mi mam�.


Ella se par� para irse pero el la agarr� con un solo brazo,
la fuerza que ten�a era enorme como �l y ella qued� inmovilizada, la trajo hacia
el y comenz� a manosearla toda, ella ped�a que la suelte.


-Dejeme, negro de mierda, no quiero


-Pero me la mirabas o no?


-Si, se la mir� pero no quiero...


-Y vos pensas que pod�s hacer lo que quieras conmigo, me
calentaste y ahora vas a pagar, se me para la va pensando en vos todas la
noches, nunca estuve con una blanquita tan chiquita y joven y ahora quiero
cogerte.


El le empez� a franelear la concha por debajo de la pollerita
de jean y r�pido se top� con lo pelos de su concha que tuvo que abrir para
llegar a su cl�toris.


Ella lloraba, estaba inmovilizada y le pajeaban la cajeta,
lloraba y puteaba.


Leg� a pedirle perd�n por haber mirado tan alevosamente su
verga, quer�a ver si safaba, pero el negro ya estaba muy caliente con su olor a
nenita blanca.


El neo transpiraba con un olor a selva impresionante mientras
le masajeaba la vagina peluda. La subi� arriba de la mesa �l, sentado en la
silla, le sac� la pollera y la bombacha rosa que ten�a puesta, y comenz� a
mamarle la concha de una manera que yo nunca le hab�a mamado.


Ver a mi mujercita, a mi Flor, a merced de ese negro enorme,
cuyas manos eran grandes como todas la espalda de ella me mat�, estuve por
arrepentirme de todo y entrar, pero ya era tarde, si ella se enteraba que la
hab�a mandado al frente me mataba y me abandonaba, eran mejor seguir.


Ella, le ped�a por favor que la dejara en paz, que le dar�a
plata si la dejaba tranquila. Pero el negro estaba como un orangut�n alzado.


Estaba enloquecido con esa concha bien peluda y con labios
rozados y gorditos y se sorprendi� de la estrechez de ella cuando quiso meterle
un dedo y ella grit�. "Si le duele el dedo, c�mo ser� cuando le clave la verga"
, pens� el negro.


Le empap� la concha y la baj� de la mesa, quedaron uno frente
al otro y �l la sosten�a de los hombros para que no salga corriendo para lo que
ven�a. El le segu�a manoseando la cajeta mientras se frotaba su verga que
parec�a un tronco debajo de su sunga. Parada al lado de �l ella le llegaba un
poco m�s arriba del ombligo, as� que qued� de frente a su verga cuando el negro
hizo el adem�n de sacarla, ella mir� para otro lado


-Ahora mir�s para otro lado, mirala ahora, putita


Ella mir� como un acto reflejo cuando �l gigantezco negro
sac� de all� una poronga que la dej� con los ojos abiertos como platos y que un
momento despu�s se puso a llorar.


La verga med�a como 32 cent�metros y era gruesa como una
botella de vino � litro. Ella le dijo que no, que se iba y el le pidi� que se la
chupe un poco y que quedaban a mano.


Ella llorando y resoplando por ese tama�o la agarr� con
desconfianza con una de sus manitas, y volvi� a resoplar cuando vio lo pesada
que era. No hac�a falta que se agache par chuparla, parada como esta la ten�a a
su alcance.


-No, por favor, no se la quiero chupar, me da miedo que se
calientes m�s y me la quiera meter, y si me la mete me va a hacer mucho da�o,
dec�a ella.


-Quedate tranquila Flor, soy un hombre de palabra.


Ella dudo, pero comenz� a pasarle la lengua por el choto con
delicadeza, y el aprovech� para seguir pajeandole su concha peluda, esto parec�a
gustarle a Florcita, porque a medida que el negro le masajeaba la concha ella se
la lengueteaba con m�s cari�o. Siempre con delicadeza, ella le pasaba la lengua,
no pod�a metersela la boca por nada del mundo.


Al rato el negro la ten�a m�s dura a�n, y Florencia a cada
rato paraba para mirarla como cada vez que ella paraba de chupar estaba m�s dura
y m�s grande, hac�a se�as de que no con la cabeza al negro, sab�a que cada vez
estaba m�s grandota, la ten�a que sostenerla con las dos manos, las bolas
tambi�n se hinchaban cada vez m�s, eran del tama�o de dos pomelos enormes y
Florencia tambi�n se percat� de esto. Paraba de pasar su lengua por el negro
troncazo, miraba hacia el piso pensativa, y volv�a mirar con cara preocuopaci�n
la dureza y tama�o descomunal de ese choto. Lleg� a medir 34 cmtrs. Estaba dura,
babeada por la dulce lenguita de Flor y con las bolas llenas de leche caliente,
la concha se Florcita hab�a sido chupada y ahora estaba siendo pajeada por los
dedos del negro. Flor la mir� una vez m�s la paje� un poco con mucho esfuerzo
dado su grosor y dijo basta.


-Bueno, basta Joao, era el trato, ya te la chup�.


El la abraz� y le sigui� pajeando la vagina da vez m�s
fuerte, el ten�a la verga ya dura al mango y ahora taba de que Flor se caliente
un poco m�s, ese era su plan.


Ella se olvid� un po del tama�o que hab�a alcanzado el choto
por sus dulces lamidas y ahora jadeaba m�s tranquila, pero a�n preocupada.


-ay, ay, basta aya ahia ayyyyyy uyyy, basta por favor.


La conchita peluda de mi mujer dejaba mostrar su humedad a
pesar del miedo que ten�a.


-Ponete en cuatro as� te la chupo un poco desde atr�s y te
hago acabar.


-No, basta, no quiero acabar


-Dale Flor, le dijo el negro, ya llegamos hasta ac�, quiero
complacete y que acabes, de paso te llev�s un buenrecuerdo.


-No basta


-Dale, no seas tonta


Ella accedi�, en el fondo quer�a acabar, ten�a la concha
mojada despu�s de todo.


Se puso en cuatro,. No sin antes darle otra mirada a la vera
del negro que estaba como un tronco de arbol caliente de dura, negro y mojada
por sus chupaditas de hac�a un rato. Hizo otro gesto de preocupaci�n sabiendo
que en cuatro quedaba expuesta, pero confi� en la palabra del negro de que no se
la iba a meter.


El negro se puso a tras de ella y le manoseaba la concha
desde atr�s, y de mientras se pajeaba poniendo a�n m�s dura su pija. la imagen
era impresionante: Flor Agacha en un sof� y el negro atr�s de ella, tan enorme,
y con su pija parada al m�ximo que parec�a todo la espalda de Florencia de larga
y gorda como una botella de vino �. El se pajeaba mientras le manosea la concha
peluda a mi mujercita. Le dec�a que era linda y muy dulce y que le calentaba su
peque�a vagina peluda y estrecha. Ella no dec�a nada, pero de vez en cuando
miraba para los costados tratando de ver que hac�a el negro. Al negro se le puso
m�s dura todav�a era un fierro negro caliente del que colgaban dos bolones
repletos de leche hirviendo.


De pronto ella ve que el negro para , la agarra de las
caderitas peque�as de ella y se pone en cuclillas detr�s de su concha


-�Qu� hace Joao?


-Nada, nada, te la voy a refregar un poco por la entradita



ay, no, no, me la va a querer meter , no no nooooooooo �se
lamentaba Flor por haberle hecho caso de chuparlo.



-Te la paso por la entradita y acabamos, en serio.


Otra vez confi� en el negro y se dej� apoyar. Ella estaba en
cuatro tirada hacia delante y el negro estaba en cuclillas, pero la verga era
tan grande que igual se la pod�a pasar a todo lo largo de la raja peluda sin
esfuerzo. Ella sent�a la dureza, lo caliente y lo grande de ese choto que, de
entrar en su vagina peque�a la destrozar�a. El negro agarraba el culo de ella
con una mano, mientras con la otra sosten�a el portentoso choto para ser
refregado por la vagina de Flor. De costado, se ve�a que la verga pasaba entre
las piernas de mi mujer y le llegaba hasta el nacimiento de las tetas, era
enorme.


Flor hac�a muecas, frunc�a el se�o, pon�a cara de duda y de
preocupaci�n porque el negro grandote se la frotaba fuerte por afuera de la
concha.


-Cuidado, cuidado Joao eh, cuidado � Ella no paraba murmurar
cosas para tratar de tranquilizar al gorila que nunca hubiese imaginado tener
unA blanquita argentina universitaria a punto de clavar. Esa era su idea aunque
Florencia segu�a confiada de que no la clavar�a.


Hasta que en un momento en Flor se agach� un poco porque el
roce del tronco tan duro le caus� una molestia en la concha, y que el negro
aprovech� haciendose el boludo, le hinc� � de verga en la concha, que se abri�
al maximo de sus posibilidades teniendo un desgarro terrible y meti�ndole un
mont�n de pelos adentro.


-OUCHHHHHHHHHHH, AYYYYYYYYYY, NOOOOOOOOOO, NO ME LA META ,
QUE ME PARTE LA VAGINA, ES DEMASIADO GORDA PARA MI , AY , NO ME ABRE LA CONCHA
DEMASIADO, ME LA EST� DESGARRANDO TODA.


Ella hablaba de lo gordo porque le hab�a metido un cuarto de
verga(unos 8 o 9 centimetros), faltaba que se empiece a quejar y sufrir por el
largo.


El negro se posicion� mejor, estando en cuclillas se puso en
puntas de pie para tomar impulso, se apoy� sobre el culito blanco y gordito de F
y empuj� con os m�sculos de su culo negro, peludo y transpirado con fuerza.


-AHHHHHHHHHHHHHH.AHHHHHHHHHHHHH AYYYYYYYY,
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.AUCHHHHHHHHHHHHHHH. OUCHHHHHHHHHHHHHH. BASTA,
BASTA, SAQUELA JOAO, MI MATRIZ, MI MATRIZ, ME REVIENTA LA MATRIZ, AYYYYYY, ME
DUELLLLEEEEEEEEEEEEEE MUCHOOOOO.


Le hab�a alojado en la concha no menos de � de verga, le
hab�a perforado sin piedad su cuevita peluda acostumbrada a mi peque�o pene de
12 x 3. Esa verga que ella misma hab�a puesto como un fierro con su lenguita
rosada, que hab�a acariciado tan delicadamente con sus diminutas manitos, que
hab�a sopesado y cuyos enormes bolas hab�a acariciado, la estaba destrozando por
dentro, le estaba arruinando su concha, la estaba desgarrando todo por dentro.


Los empujones del negro se hicieron tan fuertes que Flor se
golpeaba la cabeza contra el borde del sof� en el que estaba en cuatro patitas.


Gritaba lloraba, ped�a que basta. El negro le hablaba en
portugu�s y le decia que por puta, y mirona se estaba comiendo ese pedazo de
verga brasilera, que la iba a reventar a pijazos y que no sab�a si la concha le
iba a servir para algo despu�s de esto. Que el no ten�a la culpa de que ella
fuera tan petisa, chiquita y con la concha tan estrecha.


-Otro empujon terrible en el que Flor qued� clavada como una
mariposa en un punz�n y se la meti� toda, le llegaba m�s all� del �tero y la
matr�z, le hund�a tanto la verga que parec�a que la iba a desarmar. Ya la sangre
sal�a de a concha peluda , empapaba sus pendejos y corr�a por la piernas de
Flor.


-ayyyyyyyy, basta, bast, basta, batsa, basta, ME EST�S
ROMPIENDO LATR�Z, ME EST�S MATANDO, ME VOY A MORIR-


-CLAVADA EN MI VERGA TE VAS A MORI, PUTA DE DE MERDA, PUTINHA
GOSTOSA, DE BOCETA CABELUDA, VOY TE A ENGRAVIDAR, PUTA.


El negro le dec�a que la iba a embarazar, que le iba a llenar
la concha peluda de leche.


Ella no entend�a y aparte estaba sufriendo mucho como para
intentar entender, pero en su dolor se acord� de su estado de ovulaci�n y que no
estaba tomando pastillas.


Comenzo a decirle que la saque, que no acabe dentro, que la
pod�a dejar embarazada.


El negro le volvi� a hablar en portugu�s y le dijo algo como
que le iba a hecr un hijo tan negro y grande que no lo iba a poder parir.


Se las hinc� bien adentro, sus blas grandes como pomelos
enormes se tensaron y comenz� a descargarle , a depositarle como � litro de
leche en la peluda vagina que desbordaba por todos lados. Ella no pudo decir m�s
nada, estaba siendo llenada por un negro de 2.15 metros de altura, contra sus
1.50, que la hab�a atravesado con una verga de 34 x 12, y que encima le estaba
vaciando dos huevos de toro en su conchita. Solo grit� fuerte y lastimeramente
al sentir los no menos de 12 chorros leche hirviendo que el negro le deposito en
la vagina.


El negro fue a ducharse y despu�s la dej� en la puerta del
hospital, donde la asistieron y me llamaron al celular. Los m�dicos no sab�an
que decirme.


Le hab�a desgarrado la concha de tal manera que estuvo tres
meses en tratamiento. Y encima qued� pre�ada. El negro hac�a 7 meses que esta en
Bs. As y no hab�a cogido con nadie, ten�a la leche para embarazar a un
regimiento de mujeres. Pero toda se la comi� Flor .


Ella sigue pidiendome perd�n, pero nunca supo quien comenzo
este terrible juego donde quedo con la concha destrozada.


Espero comentarios o relatos similares de maridos enga�ados
en mi mail


UN ABRAZO A TODOS


GUGA



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Relato: Pobre mi mujer Florencia
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