Cuando abr� la puerta y vi la pistola apuntandome no ofreci
ninguna resistencia, lo mismo que mi mujer que llego 20 minutos mas tarde,
fuimos atados y amordazados. Nos puso a cada uno en un sill�n, boca abajo
apoyados en el respaldo, con las piernas abiertas atadas a cada una de las patas
y los brazos atados a los apoyabrazos. Despu�s de inmovilizarnos se dedico a
registrar la casa, un chalet en las afueras, bastante tranquilo por lo que no
tuvo ning�n reparo en hacer ruido y revolverlo todo.
No encontr� nada de valor as� que despu�s de insultarnos, nos
dijo que lo �bamos a sentir, note como se puso detr�s de mi y empez� a utilizar
unas tijeras para desprenderse de mi pantal�n, cuando estuvo hecho trizas hizo
lo propio con mis slips, as� que me tem� lo peor, y no tardo en confirm�rmelo,
ya que note como su pene se aprestaba a invadir mi culo. El dolor fue
indescriptible, y cuando logro ensartarme completamente sus movimientos fueron
violentos, golpes secos que iban acompa�ados con fuertes palmadas en mis
gl�teos. De repente ceso, saco su miembro de mis entra�as y me dijo:
- ahora cabron vas a ver como destrozo a tu mujercita, veras
como grita de gusto capullo.
Pese a mi postura pude ver como se pon�a detr�s de ella, mi
mujer intentaba desatarse y evitar aquello pero aquel cabron nos hab�a
inmovilizado de tal forma que nuestros movimientos eran in�tiles, y solo
provocaban su risa.
- que pasa zorrita, �que el cornudo de tu marido no te da por
el culo? pues te voy a dar lecciones practicas puta.
vi como le levantaba la falda y sus bragas eran arrancadas a
tirones, eso si, me las puso en el asiento del sill�n para que las viera de
cerca. Desapareci� del comedor y al cabo de un rato apareci� con una serie de
utensilios.
- mira cabron, con esta pala voy a ponerla el culo como un
tomate, con este cable voy a azotarla y estos pepinos acabaran en su culo y su
co�o, pero antes lo probaras tu.
No tuco compasi�n, me pego palazos en el culo hasta que se
canso y empez� a azotarme la espalda salvajemente, y acabo empotr�ndome
salvajemente un pepino en mi maltrecho ano.
- sabes cornudo, me ha excitado tanto el azotarte, que le voy
a dar a tu mujercita, me la voy a follar hasta que le salga la leche por las
orejas.
Sin m�s pre�mbulo se situ� detr�s de ella y de un empuj�n le
traspaso el co�o, sus movimientos secos y fuertes iban acompa�ados de los
insultos m�s bajos.
- ves perra, esto es un polvo y no lo que te da el maricon de
tu marido. Adem�s puta, veras como disfrutas cuando tengas dentro de tu culo mi
tranca.
Y dicho esto la ensarto salvajemente por el culo, los
quejidos de mi mujer eran desgarradores, aun amortiguados por la mordaza, el
ritmo de aquel cabron no se detuvo.
- Ahora cabrona vas a recibir en tu co�o la corrida de tu
vida
Y ensartada de nuevo por el co�o, se corri� dentro de ella,
entre gritos de placer.
- adem�s puta, como estas boca abajo no se te va a salir ni
una gota, as� que dentro de unos nueve mesecitos vas a disponer de un juguetito
m�o, Jana. Pero tranquila, que si con esta descarga no has tenido suficiente
ahora mismo te doy m�s.
Se la follo dos veces mas por el culo corri�ndose en su co�o,
dejando su culo y su espalda destrozados por los azotes.
Cuando acabo, inserto salvajemente sendos pepino en su co�o y
su culo provocando que se desmayara despu�s de vestirse se acerco a m� y me
solt� las manos.
- bueno cabron te la he dejado bien llenita, no te quejaras.
Cuando se hubo largado me separe del sill�n y ca� a suelo ya
que estaba atado por los pies. Cuando estaba desat�ndome los tobillos vi el
respaldo del sill�n totalmente empapado de las cuatro corridas que hab�a tenido.
Libere a mi mujer y despu�s de librarle de los pepinos la
acost� en la cama, tumb�ndome junto a ella mientras la erecci�n de mi polla
delataba mi placer, el hacer realidad esa fantas�a, ver como mi mujer era
pose�da salvajemente en mi presencia, me hab�a hecho corredme casi sin tocarme
la polla. All�, en la cama consume mi quinta corrida junto al culo de mi mujer,
constatando que el dinero invertido en aquello hab�a sido bien empleado.