Los pies de Daniela
Esta es una historia 100 x 100 real que me ocurri� este
verano y que me apetece compartir con vosotros.
El nombre que usar� para esta historia es Carmen. Tengo 32
a�os y como digo en el t�tulo soy fetichista del pie y adem�s lesbiana
consumada. Creo que soy muy sexy y los hombres me miran por la calle (yo paso de
ellos, pero me da morbo). Siempre estoy a la espera de alguna mirada de alguna
mujer y tengo necesidad de relaciones sexuales constantes y si puede ser para
dar rienda suelta a mi pasi�n secreta, los pies. Est� claro que no tengo muchas
ocasiones, as� que aprovecho las que me salen al paso.
Bueno, esta historia que me paso de verdad el mes de
septiembre pasado ocurri� en unos grandes almacenes muy conocidos. Yo hab�a ido
de compras, como mucha gente, pensando ya en el oto�o que ven�a. Hac�a mucho
calor, pues como recordareis este verano ha sido muy caluroso, por lo que todas
�bamos bastante escasas de ropa. Era mediod�a y no hab�a mucha gente de compras
as� estaba bastante c�moda y fresquita. En uno de mis m�ltiples paseos (ya
sab�is que a las mujeres nos gusta ir de compras sobre todo a mirar) me sub� en
el ascensor. Estaba sola y cuando iban a cerrarse las puertas entr� una pareja.
Yo pens� que eran matrimonio, aunque luego me fij� un poco m�s y parec�an m�s
compa�eros de trabajo. Yo, naturalmente, me fij� en ella. Era una mujer de mi
edad, m�s o menos. Vest�a una faldita roja muy corta muy ce�ida que le hac�an
supersexy y una camiseta con alg�n tonto dibujo. La verdad es que estaba muy
buena y me alegr� de que entrara en �mi� ascensor. Como es l�gico, me fij� en
sus pies. Eran preciosos, muy cuidados dentro de unas sandalias que permit�an
que se les vieran en todo su esplendor. Me gust� comprobar que llevaban algunas
horas dentro de esas sandalias lo que seguramente les dar�a un morboso olorcito.
Cuando levant� la vista me encontr� con su mirada. Me turb�
un poco porque estaba claro que se hab�a dado cuenta de que la estaba mirando
los pies. Cuando nos est�bamos mirando y empezaba a preguntarme interesada por
que no apartaba la mirada, entr� en el ascensor un matrimonio joven con un
cochecito de ni�o. Hab�a sitio de sobra por lo que todos nos movimos un poco,
pero realmente no hac�a falta. Sin embargo ella se apart� de donde se
encontraba, enfrente de m�, y se vino a mi lado.
A ver si consigo explicar bien como est�bamos; yo me
encontraba en una esquina, al fondo del ascensor, con la espalda apoyada en una
de las paredes y con la mano sobre una peque�a barandilla que hab�a en la pared
del fondo. Cuando entr� la pareja del cochecito todos nos quedamos en la misma
posici�n pr�cticamente, excepto esta mujer que vino junto a m� y se apoy� contra
la pared del fondo y muy cerca de la esquina donde yo estaba. De esta forma, su
cuerpo qued� literalmente pegado al m�o y su culo contra la mano que yo ten�a en
la barandilla.
Aquel movimiento constitu�a una clara provocaci�n y yo
pensaba aprovecharla naturalmente. Yo me qued� como una estatua y esper� a ver
si era un descuido de ella o lo hac�a aposta. Tambi�n quer�a saber si el hombre
era su marido o que.
Sin dudar m�s, sabiendo que pronto se abrir�an las puertas
del ascensor y probablemente se fuera aquella oportunidad, apret� mi pierna
contra la suya a la vez que apretaba mi mano aprisionada contra su culo, que por
cierto estaba bien duro. Como respuesta ella se peg� m�s a m�. Yo pas� a
acariciarle directamente el culo y pude notar claramente sus braguitas.
Naturalmente yo empec� mojarme inmediatamente y esperaba que a ella le pasara lo
mismo.
Llegamos dos plantas m�s arriba y las puertas se abrieron.
Era la planta a la que iba pero yo no pensaba moverme hasta saber que pasaba
all�. La pareja del cochecito se baj� y el hombre que acompa�aba a aquella mujer
se qued� esperando a que ella saliera. Ella no se movi� y dijo:
�Manolo, ve yendo tu que se me ha olvidado comprar una cosa.
Ahora te veo�. La verdad es que ment�a muy bien. L�gicamente se hab�a separado
de m� y empujaba al hombre para que se fuera. Estaba claro que no eran pareja y
si que compa�eros o amigos. Yo rec� para que aquel tipo se largara y despu�s de
alg�n titubeo y otra insistencia de aquella mujer, se fue.
Cuando se cerr� la puerta del ascensor nos quedamos solas.
Ella apret� el bot�n del �ltimo piso, se dio la vuelta y me mir� sonriendo.
�Hola�, dijo. Y se acerc� a mi hasta quedar muy, muy juntas.
�Hola�, la respond� yo y pasando mis manos por detr�s de ella
la apret� contra mi la bes� directamente en los labios. Se ve que yo no era la
�nica que estaba caliente aquella ma�ana porque ella respondi� fogosamente a
aquel beso y empez� a jugar con su lengua dentro de mi boca. Tanto sus manos
como las m�as hab�a ido a para al culo de la otra y r�pidamente est�bamos
sob�ndonos ambos traseros.
�Me encantas�, la dije yo separ�ndome un poco de ella.
�Y tu a mi, zorrilla�, me dijo ella, como si nos conoci�ramos
de toda la vida. Me alegr� comprobar que era una mujer que no perd�a el tiempo.
��Como te llamas?�, la pregunt�.
�Daniela�, me dijo. Yo le dije mi nombre mientras lleg�bamos
al �ltimo piso. Se abri� la puerta y no hab�a nadie. Dudamos un momento y ella
me cogi� de la mano con decisi�n y me dijo:
�Vamos a alg�n sitio�.
Yo no sab�a a donde ir, pero no ten�a mucho tiempo y ten�a
que volver a trabajar. Me llevaba de la mano a toda prisa. Se par� delante de un
dependiente y le pregunt� por los servicios. A mi me dio un vuelco al coraz�n.
Aquella mujer quer�a sexo all� mismo e instant�neamente. Yo no estaba muy
acostumbrada a esto, pero me produjo un morbo incre�ble la situaci�n. Sigui�
tirando de m� y llegamos a la puerta de los servicios. Entramos y, menos mal, no
hab�a nadie. Daniela empuj� una de las puertas de un water y entr� llev�ndome de
la mano. Quedamos las dos dentro cerr� con llave. Me solt� y se qued� de frente
a m�.
�Desde que entr� en el ascensor me dieron ganas de comerte el
co�o�. Me dijo y a mi me encant�. Soy de las personas que me gusta que me hablen
directamente y lo mas morboso posible, as� que yo la cog� de las manos y le
dije:
�Y yo Daniela, nada m�s verte he empezado a mojarme�. Y
r�pidamente continuamos el beso que empezamos en el ascensor y, ahora sin traba
ninguna, empezamos a sobarnos todo el cuerpo.
�Si, si, zorra, si, que estoy m�s caliente que una estufa. Te
voy a dejar el chocho seco�. Cada vez me gustaba m�s aquella mujer, caliente
como ella sola.
Casi a la vez empezamos a quitarnos la ropa la una a la otra.
La m�a era muy f�cil. Yo lleva un vestido de seda corto y un peque�o tanguita.
Ni ella ni yo llev�bamos sujetador as� que r�pidamente est�bamos desnudas con la
ropa en el suelo. La verdad es que era impresionante. Carne dura como una roca,
las tetas muy firmes y el co�ito depilado. No parec�a la edad que ten�a, si no
m�s bien una adolescente bien alimentada. Yo me la qued� mirando impresionada.
��Te gusto?�, me pregunt�. Yo hice un gesto afirmativo.
�Joder, Daniela, eres un bollito que puede volver loca a
cualquiera�
�Pues aprovecha para com�rtelo�, me dijo riendo. �Tu tambi�n
est�s muy buena�, a�adi�.
A todo esto, no par�bamos de sobarnos y ya est�bamos las dos
chorreando.
�Las sandalias no me las quito�, me dijo gui��ndome un ojo y
sonriendo.
�No. Espera�, la dije yo devolvi�ndole la sonrisa. Daniela se
sent� sobre la tapa de la taza del water.
�Ya he visto como me mirabas los pies, guarrilla. �Qu� pasa
que te gustan?�, me pregunt�.
�Los tuyos me encantan�, la respond�.
��Quieres olerlos?�, me pregunt�. Nuevamente me encant� su
l�nea directa de decir las cosas.
�Claro, trae a ac�, la dije y ella extendi� su pierna
derecha hacia m�. Yo cog� su pie y lo admir�, era muy bonito y efectivamente
estaba muy cuidado. Acerqu� su pie a mi nariz y aspir� profundamente. Un leve
aroma (si alguien le gusta este tema ya sabr� de lo que hablo) me vino y lo
disfrut� mientras un chorro de flujo se abr�a paso en mi co�o.
�Te gusta como huele, cerdita�, me pregunto.
�Me encanta y me pone muy caliente�, la respond�. Ella me
llev� la mano al co�o y pas� varios dedos por dentro de mi raja.
�Ya lo veo, guarra. Como te pones. Ch�palos, si quieres�, me
dijo.
Yo segu� disfrutando de su olor un rato, alternando ambos
pies, y despu�s empec� a chupar sus dedos. La quit� las sandalias y pude as�
disfrutar totalmente de su olor abriendo bien sus dedos. Estaba a cien.
�Me est�s poniendo muy cachonda, cerda�, me dijo Daniela.
Como respuesta yo puse un pie sobre la tapa de la taza del
water, a su lado, de forma que ella qued� frente a mi co�o abierto. As� la
invitaba a que me lo comiera. Ella no lo dud� y lanz� a mi co�o abierto. Meti�
su lengua entre mis labios y empez� a lamer mi cl�toris con gran maestr�a.
�Si, puta, si, si, come, come�, la dec�a yo que empezaba a
estar fuera de mi. Por suerte no entraba nadie en los servicios. Mientras yo
chupaba sus pies fren�ticamente y los lam�a por todos los rincones. Yo empezaba
a tener s�ntomas de un primer orgasmo.
�Sigue�.., zorra, sigue��, l�memelo todo, m�teme la lengua
bien dentro, tr�gate todo mi flujo, guarra�.siiiiiii, cerda,
siiiiiiiiiiiiiiii���������ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh�����������..�. Me corr�
con gran estremecimiento mientras apretaba su pie contra mi pecho.
Cuando acab�, nos quedamos mirando y nos entr� la risa porque
la postura que ten�amos era de contorsionistas de circo. Yo deje su pie y la
bes� con ternura en la boca a la vez que empezaba a sobar su co�o.
�Ven, preciosa, que voy a hacer que te corras en mi boca�, la
dije invit�ndola a cambiar de posici�n. Ella se qued� quieta y me dijo:
�Antes quiero que me mees�.
Yo lo hab�a hecho a veces y no me importaba. Me gustaba, pero
pens� que all� nos �bamos a ensuciar mucho. Por eso pregunt�:
��Aqu�?�
�Ven�, me dijo ella mientras abr�a la tapa y me pon�a encima.
�M�ame en las manos�, sigui�.
Yo me puse sobre la taza, levantada esperando que ella
pusiera las manos debajo. As� lo hizo y me dijo:
�Venga, putilla, �chame una buena meadilla�, dijo sonriendo.
Tard� un poco pero al final solt� un buen chorro sobre sus
manos que puso en forma de cuenco para recoger todo lo que pod�a.
�As�, putilla, as�. �chame ese pis calentito que me
guardabas�, exclamo como si atesorara entre sus manos el mejor regalo. Cuando
acab�, todo mi pis se hab�a derramado hacia el interior de la taza pero quedaba
una buena cantidad entre sus manos. Ella sin dudarlo se llev� las manos a su
boca y bebi� el l�quido amarillo como si fuera una cerveza fresca. Cuando acab�
ech� su cabeza hac�a atr�s.
�Ahhhhh����.mmmmmmmmmmmm��.sab�a que tu ibas a tener una
meada bien rica�, dijo m�s para si misma que para mi. Yo ve�a como restos de pis
le ca�an por la comisura de los labios y sin saber porque quise besarla. As� lo
hice y por primera vez probaba mi propio pis. No me desagrad� en absoluto porque
ya estaba otra vez muy caliente y me encantaba besar a aquella mujer. Volvimos a
sobarnos ambos co�os y yo m agach� para llevar mi lengua a aquel precioso
chochito que ten�a enfrente de mi cara.
�Mmmmmmmmmmm��.eso es, zorrita, eso es���..ch�pame bien�,
dec�a mientras lanzaba su cabeza hacia atr�s.
Yo me di un buen fest�n mientras me tocaba a mi misma, casi a
punto de correrme de nuevo. Yo notaba que a ella le quedaba tambi�n muy poco.
�Mmmmmmmmmmmm����.sigue, cerda, sigue, no pares nunca,
SIGUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE ��������� ..AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH �����������..�.
Dijo chillando como una loca. Yo estaba segura de que no hab�a nadie, pero me
hubiera dado igual porque a la vez que ella gritaba yo me corr�a de nuevo.
Nos quedamos las dos muy quitas y recostada la una sobre la
otra.
�Daniela, ha sido incre�ble�, la dije.
�Y que lo digas�, me respondi� mientras me daba un cari�oso
beso. �Joder, tengo que irme�. De pronto le entro la prisa y a mi y tambi�n.
Antes nos despedimos y nos dimos nuestro tel�fono.
Ya hemos hablado despu�s de este encuentro pero todav�a no
hemos podido repetir. Espero que sea pronto.
Creo que me he enamorado.
Besos. Carmen.