Todo el d�a hab�a estado muy caliente y esa noche ten�a
pensado desquitarme con mi novia, y botar toda mi calentura con ella, sin
embargo ella andaba al parecer en sus d�as, y al no querer hacer nada,
terminamos enoj�ndonos.

Decid� sacarme las ganas con cualquiera mujer que pillara por
ah�, pero nada. Pense en alguna prostituta, cosa que he hecho solo un par de
veces y siempre con tragos encima. Me dirig� al sector donde siempre se paran,
sin embargo por la hora, el fr�o y ser d�a de semana, no hab�a ninguna, solo uno
que otro travest� y aunque hab�a uno que se ve�a bastante bueno, con un culo
Uuuuuu .... pero con ellos.... no, gracias.

D� muchas vueltas y nada de nada. Ya me hab�a resignado a
volver a mi casa, cuando en una esquina, al detenerme en la luz roja, una
viejita con un canasto de pasteles, se me acerca a ofrecerme. Le dije que no y
continu� mi marcha. A pocos metros se encontraba una botiller�a y decid� pasar a
comprar cigarros y una petaca de Wisky , para ahogar mis penas en alcohol.

Me encontraba afuera de la botiller�a, apoyado en mi auto
encendiendo un cigarro, cuando nuevamente la viejita con su canasto, se acerca a
mi a ofrecerme sus pasteles.

Igual me dio un poco de pena que anduviera a esa hora, con el
fr�o que hac�a y aunque no soy muy bueno para los dulces, le compr�. Le pregunt�
por que andaba tan tarde en la calle vendiendo y me dijo que ella ten�a que
juntar cierta cantidad de dinero, como meta diaria y que aun le faltaba. Le
pregunte cuantos le quedaban y me dijo que dos docenas.

Era una viejita de cabellos casi completamente blancos, muy
simp�tica y picarona, de estatura baja, y contextura delgada, vestida con un
delantal blanco y gorro del mismo color. Su edad, ni idea, unos 70 o 75 , quien
sabe.

Ella continu� su camino y yo el m�o. Decid� darme unas
vueltas mas, y me dirig� a otra localidad cerca de mi ciudad por si ten�a mejor
suerte pero nada. Mientras manejaba beb�a de mi petaca de Wisky. Casi a la media
hora, volv�. Ya el alcohol hab�a echo su efecto y estaba tan caliente que nada
me importaba, por lo que decid� pasar a subir a un travest�, que me hiciera una
buena mamada y sacarme las ganas.

Pas� por la misma calle donde se paran las mujeres de la
noche y ya ni los travest�es se encontraban. Ya resignado tomaba rumbo a mi
casa, cuando veo por una calle muy oscura, que en el mismo sentido iba caminando
la viejita con su canasto. Me dio pena y me detuve a su lado, bajando la
ventanilla la llam�, y ella se acerc� a mi auto.

Le pregunte como le hab�a ido con las ventas y me dijo que
muy mal, y que ya se regresaba a su casa. Le pregunt� donde viv�a y si quer�a
que la llevara. Ella me agradeci� y se subi� al auto.

Me coment� que le daba risa que alguien la hubiese visto
subirse a mi auto en esa calle, a esa hora, ya que pensar�an que a su edad ella
estaba trabajando como las "ni�as de la calle".

Nos pusimos a conversar sobre el tema y de la cantidad de
dinero que ganaban estas mujeres. Ella me dijo que si fuera mas joven, tambi�n
lo har�a, total se pasa bien y se gana plata.

Esa afirmaci�n me llev� a otra idea, saciar mis ganas con
ella.

Le pregunt� si realmente pensaba eso o solo lo dec�a de la
boca para afuera. Me dijo que si, que realmente lo pensaba, pero que a su edad,
no cre�a que nadie la tomar�a en cuenta.

Ya a esa hora, caliente y con copete encima, le dije que si
quer�a ir conmigo a alg�n lado a tener sexo y que yo le pagar�a. Ella pensaba
que estaba bromeando, pero cuando se dio cuenta que no era as�, comenz� a pensar
y me dijo que cuanto le pagar�a. Le ofrec� cierta cantidad y luego de pensarlo
un poco, me dijo que s�.

Me desv�e y tome un camino que llevaba a un callej�n oscuro,
alejado de la ciudad. Mientras lleg�bamos le hab�a pasado mi botella, a la que
le dio unos buenos sorbos para que seg�n ella, se le pasara el fr�o. Me coment�
que ten�a 73 a�os, 4 hijas y varios nietos. Ah� se puso un poco latera , pero de
todas formas le segu� la conversaci�n hasta que nos estacionamos, bajo un �rbol.
Puse mis manos sobre sus piernas. Ella me pidi� que le pagara primero, pero le
dije que le pasar�a la mitad y que dependiendo como se portara le pasar�a la
otra mitad. Ella acept�. Mis manos fueron subiendo por debajo de su delantal,
acariciando sus delgadas piernas. Me pregunto que es lo que yo quer�a. Le dije
que siempre me gustaba que me dieran una buena chupada antes de empezar. Me dijo
que bueno.

Me baje los pantalones y mis slip hasta las rodillas. Mi
verga apareci� en medio de la oscuridad, solo alumbrada por la luna, dura e
imponente. La viejita no se decid�a a toc�rmela. Le tome su mano y se la puse
encima. Ella emiti� un sonido de sorpresa. Se notaba que hacia mucho tiempo que
no ten�a una en sus manos, y menos una tan joven y dura como la m�a.

Comenz� a mam�rmela muy suavemente, tan suave, como nadie
antes lo hab�a hecho, su lengua me recorr�a de principio a fin mi verga dura
como palo. La met�a suavemente a su boca y la hac�a rozar con el interior de su
mejilla. La verdad es que la viejita sab�a lo que estaba realizando y me estaba
haciendo gozar, mas de lo que yo hab�a pensado.

No quise ser ego�sta, le hice levantar su cara de entre mis
piernas y le ped� que se sacara sus medias y sus calzones. Ella lo hizo. Luego
le met� mis manos nuevamente por debajo de su delantal blanco, entre sus
delgadas piernas, acarici�ndosela y sintiendo como su piel se erizaba al
contacto de mis dedos, sub� y sub� hasta encontr�ndome con una jugosa vagina,
aunque con muy escasos pelos.

Cuando comenc� a acarici�rsela, la abuela dio un peque�o
gemido de placer. Me dec�a que hace mucho, mucho tiempo que no sent�a el placer
que estaba sintiendo conmigo y que realmente le gustaba. Le tome su mano y se la
puse sobre mi verga y sentados cada uno en su asiento, comenzamos a masturbarnos
mutuamente.

Ella gem�a y me dec�a lo rica que era mi verga , lo rico que
era mi sabor y como se sent�a cuando entraba en su boca.

Ella muy obediente, se subi� su delantal lo mas que pudo,
dej�ndome ver su peque�a vagina, apenas cubierta con algunos pelos blancos. Baj�
el respaldo del siento que ocupaba ella lo mas que se pudo, convirti�ndose en
una peque�a cama. Le abr� sus piernas y le pregunt� si quer�a que le chupara su
cosita. Casi me implor� que se la chupara.

Al igual que ella, muy lentamente, como a ella le gustaba, le
abr� su vagina y con mi lengua la empec� a recorrer de arriba abajo lentamente.
Ella gem�a de placer. Comenc� a lam�rsela lentamente, metiendo de vez en cuando
mi lengua lo mas adentro que me fuese posible.

Era demasiado para ella, quiz�s en cuantos a�os no hab�a
sentido la lengua de un hombre entre sus piernas. Me pidi� que parara, por que
ya no aguantaba mas, mientras se doblaba entera, al contacto de mi lengua, pero
el morbo se hab�a apoderado completamente de m� y en vez de detenerme, aumente
mis movimientos, haci�ndolos mas y mas penetrantes, ella me segu�a pidiendo que
parara y yo mas aumentaba mis movimientos.

Acompa�ado de un largo quejido, pude sentir como aun a esa
edad, brotaban sus jugos a trav�s de su vagina los que fueron a parar
directamente a mi boca, la que los bebi� sin ning�n asco. Ella qued� rendida,
pero a mi aun me faltaba mucho. Le desaboton� completamente su delantal y
sac�ndole sus tres chalecos, y su sost�n ( no se para que ), me encontr� con
unas tetas, muy blandas, mas que ca�das, con unos pezones largos, sin embargo no
las despreci� y comenc� a chupar muy excitado. Se notaba que en sus tiempo esta
viejita hab�a tenido un muy buen par de tetas, que ahora a su edad, se mostraban
fl�cidas, como alargadas.

Me mont� sobre ella, tratando de que mi peso no cayera
completamente sobre su delgado cuerpo. Le chup� las tetas una y mil veces. Debo
reconocer que me gustaba mucho esa textura. Me sub� un poco m�s y con mi verga
comenc� a frotarla por su vagina. Ella me ped�a que se la metiera despacio, ya
que estaba muy cerrada.

Aun con la calentura que ten�a, me aguant� de enterr�rsela
hasta el fondo de una sola metida, y muy lentamente, d�ndole tiempo a su concha
que se acostumbrara al tama�o de mi verga, fui meti�ndola cent�metro a
cent�metro, deteni�ndome cuando ella me lo ped�a, hasta que cuando estuvo metida
casi en su totalidad, sent� como mi vieja compa�era nuevamente disfrutaba mi
verga. Poco a poco, fuimos aumentando nuestros movimientos hasta que despu�s de
un rato, ya entraba sin ninguna dificultad. Algunos sonidos sal�an de su vagina
al contacto de sus jugos, contra mi verga.

La luna hab�a cambiado ya de posici�n y alumbraba m�s aun el
interior del veh�culo. Apoyado en mis brazos, ve�a el rostro de la anciana que
con los ojos cerrados y su boca abierta disfrutaba de sentirse penetrada por un
hombre nuevamente. Esa posici�n me dejaba admirar su cuerpo desnudo en su
totalidad. Pod�a ver como entraba y sal�a mi verga de dentro de su despoblada
vagina.

La hice darse vuelta, ya que la quer�a penetrarla por detr�s,
ella no quer�a. Se me olvidaba que su cuerpo no era tan resistente como las
j�venes de mi edad, sin embargo , accedi� a mis peticiones y d�ndose vuelta,
favorecida por su peque�o tama�o, se puso en cuatro pata sobre el asiento del
acompa�ante. Yo arrodillado en el asiento, le acaricio su muy delgado culo, y
tomando mi verga entre mis manos, la dirijo nuevamente hasta su concha y tambi�n
lentamente comenc� a penetrarla, mientras con mis manos jugaba con sus tetas que
colgaban haci�ndolas parecer mas alargadas aun.

Ella me dijo que acabar� solo yo, ya que ella no era capaz de
volver acabar.

Le dije que no quer�a acabar ah�. Me pregunt� d�nde y yo,
meti�ndole un dedo en su culo, le dije que ac�. Ella me dijo que no, que le
doler�a mucho, pero nuevamente accedi� a mis peticiones.

Le moje con mis dedos y con mucha saliva la entrada de su
culo, meti�ndole un dedo y movi�ndolo de lado a lado para aumentar su
dilataci�n. Verla en esa posici�n me ten�a muy excitado.

Le saque mi verga y se la puse en la entrada de su culo.
Lentamente trat� de penetrarla, pero ella se quejaba que le dol�a mucho. Cuando
al fin logro entrar solo la puntita, ella se corri� y me dijo que no, que le
dol�a mucho. Me pidi� que acabara en su vagina, pero yo le dije que si no era
por ah�, me tendr�a que dar una chupada hasta que terminara en su boca, tal cual
como yo se la hab�a dado.

Ella accedi�. Nuevamente me puse en mi asiento, echando el
respaldo hacia atr�s, con mi verga completamente dura, a la espera de la boca de
la anciana mientras la viejita se acomod� en el suyo. Se quej� que le tiritaban
las piernas, y se tapo un poco antes de meterse entre mis piernas. Me comenz� a
masturbar con su arrugada mano, luego baj� su cabeza y comenz� a chup�rmela con
la misma suavidad de antes.

Estuvo un rato as�, roz�ndola con el interior de su mejilla,
de repente se levantaba por que dec�a que le dol�a la espalda, se estiraba un
poco y volv�a a meterse mi tranca en su boca.

Le ped� que me la chupara un poco mas fuerte y que me la
apretara mas con su mano. Ella muy obediente me hacia caso en todo. Se sacaba mi
verga de su boca, me la masturbaba con su mano un poco, bien fuerte y luego se
la volv�a a meter, chup�ndomela mas fuerte. La viejita me dijo que acabara
luego, por que ya le dol�a mucho la espalda. Yo le dije que ya estaba por
acabar. Ella sigui� con lo suyo, y mientras lo hac�a yo estiraba mi mano y le
acariciaba su ojete, jugando con mis dedos en la entrada de su culo. Le consegu�
meter un dedo y ella comenz� a chuparme mas fuerte.

A trav�s de mis quejidos le di aviso que ya estaba por
acabar, ella quiso sacarla de su boca, pero con mi otra mano la hice mantenerse
en esa posici�n llen�ndole su boca con mi caliente semen.

Se anduvo ahogando un poco, comenzando a toser. Abri� la
puerta para botar el resto de semen que no pudo tragar.

Yo qued� completamente relajado en mi asiento

Ella me dijo que era incre�ble la cantidad de leche que le
hab�a botado, que hacia a�os que no la probaba y que realmente estaba muy
rica.Le dije si quer�a un poco mas, y me dijo que no, que era demasiado para
ella por una noche.

Se bajo del auto para terminar de vestirse. Me dijo, cuando
se subi�, que las piernas le tiritaban y que lo mas probable es que ma�ana
amanecer�a toda adolorida, pero que de todas hab�a estado muy bueno. Le pase su
dinero y un poco m�s, ya que realmente hab�a echo un buen trabajo.

La dej� afuera de su barrio, a su petici�n, ya que seg�n
ella, me pod�an asaltar adentro, aunque anduviera en auto. Nuevamente me dio las
gracias, saco su canasto del asiento de atr�s, y me dijo que si alg�n otro d�a
la pillaba por ah� y si andaba con ganas, que la recogiera y que ni siquiera me
cobrar�a.

Al otro d�a encontr� varios dulces en el asiento de
atr�s..........

Comentarios a
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO ( Ego guion _ 72b)