El vuelo del f�nix 5 (By: Zek)
Dedicada a alguien me muy especial del que solo puedo decir
que es la persona m�s maravillosa del mundo.
Para ti Santi.
Era imposible. Esto no le pod�a estar pasando. Estaba
so�ando. Eso es. Estaba so�ando. Sab�a que todo esto era real. Su propio
hermano. Esto era abominable. Ten�a que parar esto. Aunque Ikki pod�a liberarse.
Ninguna atadura pod�a con esos m�sculos. Vaya cuerpo ten�a. Y esos ojos�
�C�mo? Es imposible. Yo no� �Puede saberse en que
piensas, Shiryu? � Se reprendi� a si mismo, mientras se agachaba para no
perder detalle de nada.
Hab�an arrastrado a su victima hasta una zona del jard�n
alejada de la casa. Los dos conspiradores discut�an en susurros qu� hacer,
mientras re�an y pasaban la lengua por sus labios libidinosamente observando a
un est�tico Ikki. Demasiado confuso como para hacer nada.
La luna estaba creciente en el cielo alumbrando con su
palidez los tres cuerpos. Shun se acerc� a su hermano con tranquilidad. Se
detuvo a pocos cent�metros de �l. Sonri�. �C�mo le llamaba ese cuerpo! Acerc�
sus labios entreabiertos lentamente. Ikki reaccion� sin darse cuenta echando la
cabeza hacia atr�s. No le import� en absoluto, le dar�a un beso como fuera.
Volvi� a intentarlo, pero el f�nix repet�a la jugada. Shun hart�ndose ya de esto
agarr� la cabeza de Ikki con ambas manos y la acerc�. Solo uno besaba, el otro,
confuso, se dejaba hacer. Cuando el joven Andr�meda se alej� un poco pudo ver
que su hermano ten�a los ojos cerrados.
Te ha gustado. Adm�telo. Lo s�. D�jate de tonter�as.
Podemos pasarlo muy bien juntos. T� y Yo. C�mo siempre. Solos, sin nadie
m�s.
Ese no era el trato. No vas a excluirme. Ikki es tan tuyo
como m�o. No vas dejarme de lado tan f�cilmente.
Siguieron discutiendo un rato, a la vez que desataban a Ikki.
Solo para volverlo a atar por medio de las mu�ecas de espaldas a un �rbol.
Ototo �Qu� vas a hacerme? � Dijo rompiendo su silencio �
Hyoga, por favor, su�ltame. No me hag�is nada.
Solo vamos a hacerte feliz. Lo prometemos.
Shun se desnudo delante de su niisan. La luna ba�aba su piel
de porcelana cuando se quitaba la camisa, los zapatos, los pantalones y los
calzoncillos. Se acerc� a su hermano mientras luc�a un espectacular cuerpo
esbelto que hac�a hipnotizar a todos los presentes. Y digo todos porque eran
cuatro. Ikki, Hyoga, Shiryu y Shaka (estos �ltimos miraban sin ser invitados).
Sus suaves manos desgarraron la camisa de una sola vez
dej�ndola echo jirones. Sonri� traviesamente pasando la mano por el moreno torso
del caballero de f�nix. Retorci� un poco un pez�n, al tiempo que acercaba su
lengua al otro. Ikki se mordi� los labios para callar una respuesta a las
caricias, buena o mala. La lengua de Shun fue bajando hasta su ombligo. Fue
bajando con sus manos hasta sus pantalones. Desat� sus pantalones negros y los
baj�. Quit� sus zapatos, calcetines y los pantalones. Observ� en los boxers
apretados un bulto considerable.
Est�s muy bien dotado, Niisan.
Lami� el bulto por encima de la tela. El bulto quer�a crecer,
el chico lo sab�a. Y sac� de su aprieto (arrancando los calzones) a una
espectacular verga, que aun en reposo era considerable. Shun no pudo resistir
por m�s tiempo y se abalanz� como loco a la verga. Lami� la cabeza, el tronco,
pas� sus manos delicadas por unos hermosos huevos. Ikki baj� la vista mirando
incr�dulo como su hermano masturbaba y leng�eteada su bulto, que ya comenzaba a
erectarse.
Hyoga tambi�n se hab�a desnudado, dejando ver un cuerpo menos
bronceado que el del f�nix, pero lo suficiente como para contrastar con su bella
cabellera rubia. Acariciaba su entrepierna, mientras observaba con mucho inter�s
como el mayor aguantaba como pod�a unos gemidos.
Shun alej� su rostro de ese lindo palo y mir� a su hermano.
Se levant� del suelo y bes� con pasi�n apretando su desnudez contra la de Ikki.
Si�ntate.
Contra todo pron�stico el f�nix obedeci�. Se sent� abriendo
las piernas. Shun humedeci� sus dedos en la boca de su hermano (el cual no
parec�a disgustado de cooperar ahora). Unt� la saliva en su agujerito. Sus
mejillas estaban de un rojo carmes�. Sonri� tiernamente.
Niisan voy a entregarte lo m�s preciado que poseo, mi
virginidad, ac�ptala.
Ototo, no lo hagas, no tienes porqu� hacerlo. No soy
quien para aceptarla. Yo�
Shun se acomod� la enhiesta y dura verga en la entrada de su
ano y fue bajando lentamente, casi con miedo, pero no ceder�a.
Te la doy porque eres el amor de mi vida. Ikki, no hay en
el mundo un ser m�s bueno que t�.
Dol�a. Sent�a morir. Paraba. Volv�a a empezar. Parec�a que
nunca terminar�a el dolor. Pero Shun sab�a que en alg�n momento romper�a esa
barrera dentro de su cuerpo y que el placer lo inundar�a.
Ikki gimi� con fuerza. No lo resisti� m�s. Sinti�
estremecerse todo su cuerpo. Su propio hermano le estaba haciendo sentir lo que
nunca crey� volver a sentir. Felicidad.
El gemido de Shun hizo temblar las mism�simas estrellas. El
falo estaba totalmente dentro de �l. Por fin llegaba el placer. Unas l�grimas
asomaron por sus ventanas y pura alegr�a abraz� a niisan gritando a los cuatro
vientos que le quer�a. Ikki ri�. Le bes� e intent� liberarse. Shun comenz� a
cabalgar suavemente acostumbrando a su cuerpo a la presencia del miembro.
Jadeaba cada vez con m�s fuerza. Empez� a moverse m�s intensidad, los jadeos,
gemidos, suspiros de ambos aumentaron, se dec�an cosas sin sentido, suspiraban y
volv�an a besarse con pasi�n. Shun sinti� que su cuerpo se calentaba
sobremanera, sinti� una explosi�n ardiente dentro de �l. Sinti� como empezaba
por su cabeza, como le hizo cosquillas en el cuello, como eriz� los pocos
pelillos de sus brazos, como sus pezones ardieron, como de su pene brot� una
leche que se esparci� por todas partes y c�mo un gran gemido brotaba de su
garganta. Se par� por unos segundos y mir� a su hermano, lo bes� y al ver que
este no hab�a alcanzado el cl�max sigui� frotando la verga con sus entra�as.
Ikki suspir� el nombre de su hermano mientras un escalofr�o daba paso a una
riada de semen que inund� el hoyito de su Ototo.
Ikki apoy� la cabeza en el hombro de Shun y este apoy� todo
su peso sobre su hermano mayor. No dijeron nada. Sencillamente sobraban las
palabras. Ikki Hubiera querido poder abrazar a su hermano y quedarse as� toda
una eternidad.
Shun baj� la mirada entristecido y volvi� la cabeza, pensando
en que tendr�a que compartir su tesoro, su Ikki, su precioso amor.
Hyoga� - No hubo respuesta.
El joven se levant�, aun desfallecido y busc� con la mirada a
Hyoga, pero no hab�a nadie.
Se volvi� a su hermano y despu�s de enviarle su m�s preciosa
sonrisa, le solt�. Las gotas de sudor resplandec�an en la noche. "Es un �ngel"
Pens� el f�nix.
Ikki se levant� de un salto y cogi� en brazos a su Ototo. Lo
alz� como si fuera solo una pluma. Le bes� en los labios dulcemente y le dijo:
Te amo. De todas las maneras posibles que puede amar una
persona a otra.
Mientras tanto Shiryu caminaba decidido con una enorme
erecci�n en los pantalones hacia una habitaci�n la de Seiya. Y con un solo
objetivo. Sexo.
Abri� la puerta de un golpe. Jadeando agitado. Seiya se
levant� de golpe, preparado para pelear contra cualquier peligro. Pero no estaba
preparado para ver a Shiryu con una sonrisa maliciosa en los labios.
�Qu�? � No pudo terminar la frase, los fogosos labios
del drag�n se lo imped�an.
Sexo� Quiero sexo�
En un lugar alejado del jard�n�
Hyoga sinti� una mano en su culo. Otra en su boca y que lo
arrastraban.
Un grandioso monumento a la virilidad se pase� por su raja.
Hyoga se dio la vuelta y ahog� una exclamaci�n de placer al
notar la verga de Shaka entrar en su interior.
En otro lugar lejos de all�, Shaori se entreten�a jugando un
solitario en su ordenador port�til.