�Gracias abuelo! (1)
Mi abuelo es campesino y p�caro, lo que se dice "un viejito
verde", que me ense�� a manejar el tractor cuando yo tenia 15 a�os y me hac�a
sentar en su falda para conducirlo; all� �l aprovechaba para acariciarme las
piernas y hasta a veces lo hac�a con mis senos. Nunca le dije nada porque en el
fondo eso tambi�n me gustaba, hasta me pon�a un short corto para sentir sus
caricias directamente sobre mi piel. Pero, aparte de esos toqueteos o de algunas
otras caricias como al descuido, nunca hab�a osado ir m�s lejos. Esos recuerdos
me persegu�an y excitaban, fue hasta que un d�a decid� que ser�a yo quien lo
empujar�a para ir m�s all� de sus manoseos.
Mam� prepar� todas las cosas y nos fuimos a pasar el primer
d�a del a�o al campo como era nuestra costumbre y, cuando �bamos en el auto por
la ruta, yo iba leyendo un relato de incesto que me excitaba bastante. En
realidad, lo que m�s me excitaba era lo que yo misma me hab�a propuesto y que me
ven�a imaginando desde hac�a un tiempo atr�s. Yo deseaba llegar r�pido al campo
para ver a mi abuelo.
Mi abuelo era cari�oso, pero debo reconocerlo que es un
campesino brusco, hosco y bruto, medio flaco, alto y sus manos enormes parec�an
tenazas, que cuando tend�a la mano te las estrujaba y te dejaba silbando de
dolor. Recuerdo cuando entramos al campo, yo ya estaba exaltada, invadida por la
lujuria de mis pensamientos, ansiosa y totalmente excitada. Mi mam� estacion�
nuestro auto debajo del �rbol y al primero que vimos aparecer fue al abuelo que
sonre�a de vernos llegar. Despu�s aparecieron mi t�o y mi t�a. Baj� del auto
contenta y abrac� con fuerza a mi abuelo que no ve�a desde hac�a dos a�os,
porque yo me hab�a instalado en Espa�a. El respondi� ese abrazo peg�ndome contra
su cuerpo y me cerr� tan fuerte que casi me rompi� las costillas. Pero era esa
brusquedad que tanto extra�aba y me excitaba.
Yo me hab�a propuesto seducirlo desde el primer minuto y as�
comenc� a hacerlo. Nos quedamos todos parados en la puerta de la casa y mi
abuelo dijo que estaba muy linda, y todos estuvieron de acuerdo que mis 27 a�os
me ven�an muy bien, inclusive mi madre asinti� con una sonrisa. Enseguida
preparamos la mesa para el almuerzo porque ya era mediod�a pasado.
Mi abuelo se comportaba como siempre, me miraba con deseos y
yo aprovech� eso para acercarme muchas veces a �l en forma de abrazos, de
palmadas en la espalda y hasta us� una sonrisa seductora que lo desconcertaba un
poco, y como siempre me sent� a su lado. Yo pensaba en ese juego que me hab�a
propuesto con �l y mis ansias aumentaban. Mi deseo sexual crec�a a cada minuto,
con solo imaginarme que iba a provocarlo hasta que �l me deseara
desesperadamente; entonces apoyaba mi pierna contras la suya, otras veces lo
abrazaba refregando mis senos contra su cuerpo.
Cuando terminamos de comer, todos decidieron irse a dormir la
siesta, inclusive mi abuelo. Le ped� que si ve�a que yo dorm�a mucho y mi mam�
ya se hab�a levantado, que fuera a despertarme. El asinti� con la cabeza y se
fue a su dormitorio. Yo ten�a puestos un pantal�n blanco con la cintura baja,
una remera escotada color turquesa y debajo, una malla de ba�o de muchos
colores. Antes de acostarme me saqu� los pantalones y me qued� con la bombacha
de la malla de ba�o y la remera, y as� me fui a dormir.
A las 6 de la tarde �l abri� la puerta del dormitorio y me
mir� desde all� con una sonrisa. Yo me sent� en la cama, lo invit� a pasar y le
hice un lugar al lado m�o para que tambi�n se sentara. Mi abuelo se sent� casi
recostado en la cama y me hizo algunas preguntas, sobre mi viaje a Espa�a
mientras me miraba las piernas y yo le aclar� que lo que ten�a puesto era una
malla. El hablaba y me miraba, y yo mostraba mis piernas completamente porque no
ten�a ninguna s�bana que las cubriera. Pero no se anim� a tocarme, ni siquiera
como lo hab�a hecho muchas veces casi al descuido y cuando dijo "Bueno, vamos a
tomar unos mates", para provocarlo m�s salt� de la cama y delante suyo me puse
el pantal�n. El parec�a un poco sorprendido de mi osad�a, pero me miraba con
deseos que ya no pod�a ocultar y yo disfrutaba de eso, quer�a lograr que �l se
abalanzara contra m� en cualquier momento, sin poder controlarlo y segu� toda la
tarde con ese objetivo.
Despu�s de tomar mates, traje mis fotos de Espa�a para
mostr�rselas. Yo me ubiqu� frente suyo y tirada sobre la mesa, dej�ndole ver
bien mis senos, le iba explicando cada foto. El tiernamente me toc� la cabeza
como lo hacen los abuelos y me dijo que estaba contento que no me hab�a olvidado
de ellos y de que siga yendo a visitarlos cuando iba de vacaciones a la
Argentina.
Luego fuimos al galp�n donde guardaban los tractores y cada
vez que me agachaba o me inclinaba �l pod�a ver mis senos y se lo hac�a cada
cinco minutos. Entonces record� cuando yo era chica y manejaba el tractor: "Eras
un peligro" dijo. Entonces le dije: "Nooo, yo manejaba bien, adem�s fuiste vos
el que me ense�� a manejar!, �te acord�s? yo iba sentada con vos en el asiento.
Al final vos no me ten�as fe". All� �l respondi�: "Si, como que no, mira ahora,
te tomas esos aviones grand�simos y te vas a Europa. �C�mo no te voy a tener
fe!" y re�mos de eso.
De pronto, se�alando mis tetas pregunt� si me las hab�a hecho
reducir, a lo que le dije que no, que estaban como siempre; luego pregunt� si
estaba sola, si no ten�a alg�n "candidato". Tambi�n respond� que no, que deber�a
estar fea porque nadie me miraba desde que hab�a vuelto de viaje. Entonces le
pregunt�: "y vos, que sos mi abuelo �qu� opinas?, �no estoy linda?" y �l solo
atin� a decir : "ojal� yo tuviera 10 como vos" a lo que respond� : "�Ehh, con
una es suficiente!" Despu�s retornamos donde estaba la familia, ya hab�a
transcurrido toda la tarde y mi t�a y mi madre preparaban la cena.
Durante todo el d�a me hab�a sentido excitada y mientras m�s
pensaba en su rudeza, mientras m�s pensaba en sus antiguos manoseos sobre mi
cuerpo, mientras m�s pensaba en lo prohibido de mis ideas incestuosas, m�s
sent�a en mi cuerpo la invasi�n del deseo y de una lujuria libidinosa, que hasta
podr�a haber llegado a tener un orgasmo solo con mis pensamientos de endogam�a.
Pens� que si no pasaba nada con mi abuelo, me ir�a al ba�o a masturbarme, porque
ya no lo soportar�a. Entonces me levant� de la mesa con la excusa de ver el
cielo que estaba todo estrellado. Un minuto m�s tarde mi abuelo me segu�a y yo
comenc� a caminar hacia el parque comentando lo linda que estaba la noche. El
ven�a a mi costado y le propuse que sigui�ramos caminando por el camino que
entra al campo.
Era una noche espl�ndida, con una luna llena que parec�a un
farol y que nos permit�a ver bien por donde camin�bamos. Mi abuelo puso su brazo
sobre mi espalda y yo le tom� la mano como para que no me soltara. El habl� de
lo lindo que ser�a tener una mujer para llevarla abrazada as�, y le respond� que
s�, seguramente, pero no una nieta sino una mujer, y tambi�n nos re�mos de eso.
Luego le pregunt� si le gustar�a tener una mujer en su cama y respondi� que si,
que le gustar�a mucho. As� llegamos hasta la tranquera y ah� nos quedamos
parados frente a frente. Yo hice otra broma, ri�ndome le pregunt�: " � y vos te
lo aguantar�as con tus 75 a�os?" y �l respondi� r�pido: " �Claro!... Yo estoy de
diez" y volvimos a re�r de eso.
De pronto se hizo un silencio entre nosotros, mi abuelo me
hab�a tomado de las manos y me miraba fijo a los ojos. Yo pensaba decirle que
pod�a usar mi cuerpo para cumplir su deseo de tocar una mujer, pero no hizo
falta. El volvi� a hablar del tama�o de mis senos mientras los tocaba sobre mi
remera con sus dos manos.
Esa noche me hab�a vestido de manera de gustarle. Llevaba un
bermudas corto que dejaba ver bien mis piernas y una remera con breteles color
piel adherida al cuerpo, sin corpi�o. La noche estaba fresca y mis pezones se
marcaban a trav�s de la remera. Mi abuelo toc� el contorno de mi cintura varias
veces con sus manos subiendo y bajando, despu�s tomando los breteles de la
remera los dej� caer mientras me preguntaba si hac�a toples; le dije que no,
pero que en Espa�a s� se hac�a toples. Entonces pregunt� "�as�?" y baj� mi
remera dejando mis senos al aire. Yo me qued� callada y dej� que mirara y tocara
mis senos. El los apretaba con sus manos como quien toma dos pomelos, pero no
acariciaba mis pezones como yo hubiera querido. Despu�s me abraz� apoyando mis
senos contra su pecho. Me abraz� tom�ndome por la cintura y all� sent� su sexo
erguido y duro apoyado sobre mi pelvis. Yo respond� ese abrazo con una mano
tom�ndolo por la espalda, sintiendo su respiraci�n cerca de mi o�do. Pero eso no
era suficiente para lo que me hab�a imaginado y poder calmar mi excitaci�n
porque estaba sedienta de placer, y humedec� mis dedos y yo misma me toqu� los
pezones d�ndome peque�os pellizcos. El me pregunt� si pod�a tocarme la vagina y
le respond� que si. Enseguida quiso meter su mano por mi pantal�n, pero como
estaba prendido no pod�a, entonces yo lo desabroch� y �l pudo meter su mano para
tocar mi cola, un poco mi cl�toris y termin� metiendo su dedo en mi vagina con
cuidado, casi como un chico que reci�n tiene su primera relaci�n sexual y est�
temeroso. Mi pantal�n y mi bombacha se cayeron al piso, quedando agarrados entre
mis pies. Yo estaba desnuda, al aire libre, en el medio del camino, mi remera
estaba enrollada en mi est�mago y mis senos tambi�n al aire. Era una sensaci�n
exquisita la que recib�a mi cuerpo en esas condiciones y en ese momento.
El meti� su dedo �spero y casi deformado por la artrosis en
mi vagina como si estuviera penetr�ndome, apenas rozando mi cl�toris. Mi abuelo
dijo que �l estaba como virgen porque hac�a 40 a�os que no hac�a eso con una
mujer y segu�a con su mano torpe y desordenadamente hurgando mi vagina. Entonces
sac� su sexo del pantal�n y dijo: "Mira, mira si no estoy bien todav�a, t�calo"
y me ofreci� su pene para que lo tocara y lo masturbara. All� me sorprend�,
porque esperaba encontrar un sexo flojo y dormido, pero me encontr� con un sexo
joven, erecto, duro, largo y grande, parec�a la pija de un hombre joven.
Entonces lo masturb� mientras �l hac�a los movimientos t�picos de una
penetraci�n. Yo tom� su sexo con toda mi mano y lo sostuve haciendo movimientos
de arriba hacia abajo, pero mi abuelo se mov�a tanto que yo no pod�a hacerlo
bien y eso tampoco terminaba por satisfacerlo.
Me dio vueltas y me puso de espaldas, apoyando su sexo sobre
la raya de mi cola �Qu� sensaci�n hermosa fue eso!... una especie de cosquilleo
sent�a por todo el cuerpo produci�ndome peque�os espasmos; as� toc� un poco mi
panza, acarici� torpemente mis senos y mi vagina, pero estaba preocupado con su
propia excitaci�n y no sab�a tocarme. Yo pens� que as� no tendr�a nunca mi
orgasmo y le expliqu� como tocarme para producirme placer, yo tambi�n pretend�a
disfrutar de ese acto. El quer�a abrirme la cola para penetrarme por la vagina,
y lo dej� jugar con su sexo entre mis nalgas y me apoy� m�s contra �l.
Mi abuelo volvi� a darme vuelta ubic�ndome de frente, siempre
haciendo movimientos como simulando una penetraci�n, y yo lo masturbaba con mis
manos. Despu�s nuevamente me dio vuelta y me pidi� que le permitiera penetrarme,
�l me dec�a: "D�jame mojarlo un poquito y eyaculo, d�jame meterlo un poquito y
lo saco". Entonces me inclin� apoy�ndome sobre la tranquera, levantando mi cola
para que pudiera penetrarme.
Le mostraba mi cola abierta abriendo mis piernas en comp�s.
Mi abuelo desde detr�s m�o quiso penetrarme pero no pod�a hacerlo, su sexo
estaba erecto pero sin consistencia. Yo trat� de ayudarlo con mis manos por
debajo de mis piernas, tambi�n sin �xito. Ante la imposibilidad de que su verga
entrara en mi vagina �l volvi� a meter su dedo bien adentro; luego meti� dos
dedos juntos y eso me excit� enormemente porque sus dedos eran largos y parec�an
lijas de �speros que eran. El mov�a sus dedos entrando y saliendo de mi vagina
con fuerza, como si tuviera rabia por no poder penetrarme con su sexo, all� yo
friccion� mi cl�toris y sent�a que mi orgasmo pod�a venir de un momento a otro.
Yo gem�a de placer y eso excitaba a mi abuelo, tambi�n sent�a su respiraci�n
agitada. Pero el sac� sus dedos repentinamente de mi vagina y quiso volver a
meter su pene sin poder hacerlo de nuevo, entonces abandon� y dijo: "bueno, no
importa, por lo menos te toqu� un poco". Sin embargo yo no quer�a abandonar y me
qued� en esa posici�n pidi�ndole que continuara, entonces �l pregunt�: "�eso te
excita?" y ya sin recado le respond� que s�.
En ese momento no me sent�a ya su nieta, yo era una mujer
sedienta de regocijos que buscaba complacer mis instintos m�s vehementes. Todo
mi cuerpo ped�a una penetraci�n del sexo que �l no pod�a darme y con bronca le
grit�: "�m�teme el dedo en el culo!" y meti� su dedo en mi cola con miedo de
hacerme mal, por eso le volv� a decir " �Todo el dedo, por favor abuelo, todo el
dedo!". .Su dedo entr� seco en mi ano hurgando el interior de mi vientre, apenas
lubricado por mi propia excitaci�n, pero era una sensaci�n deliciosa que yo
misma aumentaba toc�ndome el cl�toris, y en esa conjunci�n de movimientos, yo
sent� que pod�a llegar un orgasmo. Yo ya me imaginaba gritando el placer de la
amazona que triunfaba delante de su rival macho. Pero mi abuelo no quiso seguir
y dijo: "�bueno, basta!" y sac� su dedo de mi cola. Mi placer de nuevo se volaba
y perd�a el orgasmo que estaba naciendo desde el interior de mi cuerpo y me
qued� con bronca, desilusionada, pero no pod�a obligar a mi abuelo a seguir
toc�ndome, era la segunda vez que abandonaba.
Sin embargo, como lo vi todav�a excitado me dio pena. Le
pregunt� si quer�a que lo ayudara a eyacular y, sin esperar su respuesta, baj�
hasta su sexo y lo met� en mi boca para chuparlo, succionando su pene al mismo
tiempo que tocaba sus test�culos con mi mano izquierda y con la derecha lo
masturbaba. Era un pene grande y largo y su glande estaba hinchada, pero a pesar
que lo masturbaba y lo chupaba al mismo tiempo, no lograba endurecerse como para
permitirle una penetraci�n. Continu� hacerlo meti�ndomelo todo en la boca, con
movimientos suaves de adentro hacia afuera, de afuera hacia adentro, hasta que
�l dijo que ya estaba bien. El agarr� su sexo con su mano y se masturb� un poco
solo y dijo: "tendr�a que escupirlo", le respond� "si" creyendo que hablaba de
eyacular, pero �l escupi� entre sus dedos y toc� su sexo, luego lo meti� de
nuevo en su pantal�n y satisfecho dijo: "me lo guardo para esta noche", haciendo
referencia a que se masturbar�a despu�s al acostarse.
Yo me vest� y �l arregl� su pantal�n. Despu�s le dije que no
contara nada a nadie de todo eso, y casi ri�ndome: agregu� "es el favor de una
nieta al abuelo" y �l dijo: "Siii, nunca en mi vida me voy a olvidar de esto".
Cuando regres�bamos a la casa coment� :"Hoy no vas a tener que tomar la
pastilla" a lo que le respond�, "pero yo tomo siempre pastillas". El se
sorprendi� : "�Ah mierda, entonces quiere decir que lo haces a cada rato!". Yo
me tent� de la risa y le expliqu� "No abuelo, las pastillas se toman siempre, lo
hagas o no, es un tratamiento". Entonces el dijo, "No sab�a, pensaba que tomabas
una el d�a que lo hac�as!". Despu�s me pregunt� qu� otras cosas se pod�an hacer,
y le aclar� que yo tampoco sab�a tantas cosas.
Al d�a siguiente, en el momento que estabamos ya por regresar
con mi mam�, me pregunt� si volver�a al campo antes de irme de viaje y le
respond� que no, que ten�a mucho por hacer y que no tendr�a tiempo de volver.
Any ( POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO )