M�s que una aventura
Los primeros calores a los fines de las clases, hac�an bullir
las hormonas de los j�venes del �ltimo a�o de la anterior secundaria, la
profesora de educaci�n f�sica tiene unos cuarenta a�os, su cuerpo gr�cil no
refleja que tiene dos hijos mozos, tampoco que est� separada, uno de los
muchachos (18) Carlos , est� enloquecido con su culo y tetas, fue ese s�bado,
que al verla esperando el colectivo se atrevi� invitarla a que suba al auto para
llevarla, desinhibido un poco ruborizado, la invito a "vivir" a gozar a hacer el
amor, primeramente el estupor de Sonia la dejo sin habla, quiz�s el calor, el
enorme bulto, la necesidad de sexo suplida con masturbaciones o esa qu�mica que
las calenturas funden en una actitud que la raz�n no entiende y el cuerpo
requiere, lo hizo mirarle y decir por fin que si, agregando �d�nde? , como el
auto era el de la madre, le surgi� dudas de llevarlo al motel, se lo dijo a
ella, recibiendo la soluci�n , ir�an a la quinta de su hermano, desocupada hasta
el regreso del exterior , pasaron por su casa, les dejos los comestibles a sus
hijos y una nota que hasta la noche no vendr�a.
Retiro la llave, e inicio la aventura , le sorprendi� que se
tirar� a su costado, no que le tomar� su falo, masajeando con fruici�n, al
llegar a la quinta le dio la llave, guardo el auto dentro del garaje, se
bajaron, el se dio cuenta de su inexperiencia, hecho percibido por ella,
llev�ndolo al dormitorio, lo fue desnudando de a poco, el entendi� el mensaje e
hizo igual , toda un mujer frente a el, lo cohibi� un poco, su cuerpo de Adonis
, no tenia la actitud que el momento requer�a .
Lo sent� y arrodillada sobre una almohada, acaricio con sus
labios ese falo que fue tomando forma de ariete, mamar como hace mucho no hac�a
, movilizo sus flujos, recost�ndolo sobre la cama en cuclillas fue ensartando su
vagina, hasta que apoyo toda sus nalgas sobre sus piernas, recibiendo la primer
acabada de un amante que podr�a ser su hijo.
Recostados un momento, la actitud pasiva y de susto de �l fue
cambiando, las caricias sobre esos senos maduros , pero fuertes , esa cintura
perfecta, lo llevaron r�pidamente a una nueva erecci�n, ella abierta de piernas
lo hizo hacer, est� vez no hizo falta ning�n incentivo estaba a pleno
consustanciado en satisfacer el sexo en ese cuerpo que hermoso, sensual, maduro
lo cautivaba . Al besarla en sus labios encontraba , algo distinto, no era nada
igual que a sus aventuras con las pendejas de su edad, indescriptible la pasi�n
que esos labios, le desataban, minuto a minuto se sent�a pegado, dominado,
quiz�s "enamorado", sus deseos ced�an y sin terminar la primera vez de sexo,
encontraba en la l�gica separaci�n una crisis de dif�cil soluci�n.
Pensativo y ausente por el momento, volvi� en s� ante las
caricias sensuales, que con sus manos y lengua, la profesora le prodigaba en
puntos en su piel, est� vez la mamada lo desarmo y le hizo rogarle que siguieran
con esa relaci�n, su sonrisa no lo calmo, la satisfacci�n de la �ltima cabalgata
a todo vapor, sello la trampa que el mismo hab�a fabricado, estaba dominado por
ella y dispuesto a todo para ser su amante.
Regresaron tarde, la dejo a dos cuadras de su casa, los retos
de su madre por dejarla sin auto y sin aviso donde estaba, hizo que la mirara
detenidamente, su amor era dos a�os m�s vieja que ella, busco tomar todas las
posibilidades y estrategias para dejarla, la primera era tratar de olvidarla, el
martes que la vio, autom�ticamente paro para saludarle, invitarla, ella fr�a,
reci�n cuando se acerco para el beso en la mejilla de despedida, le dio el
mensaje de esperanza, anda a la misma tranquera hoy a la noche.
El tuvo que ir en Remise, indicando unas cuadras antes como
destino, ella ya estaba en la casa, vestida con Jeans juveniles, una remera
ajustada, le hac�an una imagen de una jovencita, abraz�ndolo lo hizo girar a
unos cuadros de sus hijos, de 23 y 19 a�os, que miro escuchando sus palabras.
Juguemos en mentiras de sexo, satisfacciones amorales, no te
enamores nunca de una puta y menos vieja. Las fuertes palabras sonaron en el
o�do provenientes de esa mujer madura , hermosa , que de pedirle cualquier cosa
lo har�a .
Sus ojos sus besos y abrazos, indicaba su entrega a los
deseos de ella en cualquier aventura, en lugar de dejar las cosas en claro,
determinaron que el cre�a en el amor, ante la realidad de la seducci�n ,
desencadenada por una relaci�n que en sus principios era una calentura, lo
transformo en el joven sumiso a cumplir cualquier deseo de esa persona, que en
verdad lo someter�a a su antojo.
En la disposici�n como juguete aprendi� a lamer la vagina,
haciendo con su lengua cosas impensadas d�as atr�s, chupar esas tetas mientras
su amante le hacia recordar que podr�a ser su madre, accediendo a chuparle el
culo y recibir su negativa de penetraci�n , recibir en el suyo los dedos que
penetrados mientras fornicaba , le ense�aban paso a paso la total destrucci�n de
su pruritos.
Hoy espera la llamada para satisfacerla a requerimiento, est�
totalmente dominado y le gusta.