Soy
una chica bonita, 28 a�os, no tengo mucho busto, pero si estoy nalgona; morena
clara, cabello largo y ondulado; y soy de Guadalajara, M�xico. Hace dos a�os me
sucedi� esta aventura. En ese entonces, ten�a una mala costumbre, pero no pod�a
evitarlo; no ten�a la necesidad para buscarlo pero as� me gustaba.
Dejaba mi coche en un estacionamiento para despu�s regresar
por �l, tomaba el microb�s y esperaba que pasara el m�s lleno. Se preguntar�n
por qu�. No sean curiosos, ahora se los platico. Para m� era excitante, pues no
cab�a ni un alfiler y eso me gustaba; pasaba entre los pasajeros y restregaba
mis nalgas en ellos, despu�s, buscaba a un hombre m�s o menos de mi agrado y me
pon�a de nalgas a �l para excitarlo. El movimiento de las paradas y arrancones
hac�an lo suyo. Mientras yo me humedec�a, me daba cuenta de lo inc�modo o c�modo
que iba �l al sentir mi tremendo trasero, pues ya les dije, estoy muy culona.
Me llam� la atenci�n un hombre com�n y corriente que ya hab�a
visto en varias ocasiones en el microb�s. Lleg� hasta apartarse del lugar en el
que estaba para que yo me acomodara delante de �l para iniciar nuestro ritual.
Yo lo intu�a y deseaba secretamente que un d�a las cosas fueran diferentes.
Desconoc�a d�nde se sub�a �l, pero ten�amos calculada la hora para coincidir. Me
esperaba siempre al final del autob�s, me hac�a el lugar notando casi al momento
de ponerme delante de su erecci�n, la cual frotaba ya sin recato en mi trasero.
Me gustaba tanto sentirlo que me humedec�a y, cuando llegaba a casa, me
masturbaba recordando lo sucedido.
Faltaban unos d�as para la quincena y la mayor�a de la gente
andaba sin dinero. El microb�s iba a reventar. Los pasajeros, de mal humor,
insultaban al conductor por la falta de espacio, y hab�a todo tipo de olores,
desde un agradable olor a madreselva hasta un desagradable sudor penetrante.
Pero no me importaba. Yo quer�a verga. As� que dej� pasar unos d�as y regres� a
mis puter�as. Normalmente me pon�a pantalones muy ajustados, para que mi redondo
culo se notase m�s. Ese d�a tome la decisi�n de jug�rmela, as� que me puse una
blusa con botones enfrente y una falda semicircular corta, un sost�n y una tanga
muy peque�a que se enterraba entre mis nalgas.
Como de costumbre, hice la parada, me sub�, pas� por en medio
del cami�n y sent� alguna que otra mano atrevida en mis nalguitas. Pero yo iba a
por �l. Le encontr� y nos miramos fijamente. Sin decir palabra, sab�amos que ese
era el d�a.
Llegu� hasta �l y me hizo mi lugar. Sonri� maliciosamente al
darse cuenta de mi indumentaria. Se peg� tanto a m� que yo sent�a el z�per de su
bragueta incrustado en mi trasero. Baj� una de sus manos y, con toda libertad,
apret� mi nalga derecha, un toque el�ctrico me invadi�. Yo estaba excitad�sima
por todo el entorno, as� que dej� que hiciera con sus manos lo que quisiera.
Sent�a las palpitaciones de su erecta verga y me daba gusto su atrevimiento,
pues yo ya estaba h�meda y muy excitada. As� que le dije:
Aqu� me bajo-, y ped� mi parada.
Sal� como pude del cami�n y �l detr�s de m�. Hab�a oscurecido
y la parada estaba solitaria. Tom� mi mano y me llev� hasta un callej�n oscuro.
Me sent� nerviosa pero tambi�n muy excitada. Caminamos un poco, volte� varias
veces y me dijo:
Aqu� -
Me recarg� contra la pared, escondi�ndonos un poco detr�s de
un tambo de basura vac�o. Se peg� a m� y me bes� de una manera muy apasionada.
Sus manos recorr�an mi cuerpo de una manera desordenada. Le ped� que se
tranquilizara. No me hizo caso ni me contest�. Desaboton� mi blusa y sac� mis
senos del brasier, los chup�, los mordi�, los masaje� y me los mam� riqu�simo.
Todo ocurr�a muy deprisa. No me daba oportunidad de hacer nada y su locura me
excitaba mucho, adem�s del lugar y el riesgo. Le dec�a que me diera tiempo, pero
�l no razonaba.
Mientras me acariciaba las chiches, subi� mi falda y, de un
tir�n, rompi� mi tanga. Por primera vez me habl�:
�Ahora me vas a cumplir!... Fueron muchos d�as so��ndote,
adem�s quiero que te portes bien, pues en este momento me vas a conocer-
Quise resistirme, pues su tono era fuerte y yo no quer�a
violencia, pero no me daba oportunidad de moverme. Hab�a metido una rodilla
entre mis piernas, sujet�ndome un brazo con una mano, y con la otra me
acariciaba las piernas. Me asust�, pero eso tambi�n me excitaba. �l me sonri�
dici�ndome:
No te asustes, no te voy a lastimar, s�lo te voy a hacer
gozar como nunca-
Con la mano libre se desabroch� y baj� sus pantalones. No
llevaba ropa interior as� que su verga sali� libremente; esta era cabezona y
enorme. La restreg� en m�, dici�ndome:
�Con�cela, porque te va a dar mucho placer y te va exigir
lo mismo!-
Me volvi� a besar y me solt� los brazos. Con sus manos me
alz� por las nalgas y me ensart� sin delicadezas, dej�ndome sin respiraci�n.
Cuando la sent�, perd� toda raz�n, le pas� las piernas por la cintura y me
dispuse a gozar. �l llevaba el ritmo y era extraordinario. Yo estaba confundida,
mi temor pas� a segundo t�rmino y me dediqu� a disfrutar lo que me daba. Todo lo
que estaba pasando no era planeado, pero yo lo hab�a provocado y me enardec�a
saberlo. �l me dec�a muchas cosas al o�do. Al principio no puse atenci�n, pero
despu�s las entend�. Me dec�a:
�Ves, ricura!, te lo dije, no te voy a lastimar, pero
esto es s�lo el principio. �Sabes? Mu�eca, est�s rica y me gusta que seas
cachonda. Lo que me tiene loco es tu trasero y hoy lo voy a disfrutar-
Estaba enfebrecida todo se conjugaba para que tuviera mi
primer orgasmo. �l se contuvo y se recarg� junto conmigo en la pared. Baj� las
piernas, con �l dentro. Alz� su cabeza, me sonri�, se enderez�, me bes� y,
abraz�ndome, me dijo:
A�n no hemos terminado, falta por venir lo mejor-
Lo mir� y le dije que busc�ramos otro lugar. �l dijo:
�No!, no voy a perder el tiempo buscando lugares, pues
estoy ardiendo-
Al mismo tiempo empez� a masturbarme. Met�a sus dedos en mi
vagina y me besaba, dici�ndome:
Ahora me vas a cumplir lo que tanto tiempo me has
ofrecido. Quiero met�rtela en ese tremendo culo que te cargas-
O�rlo me encend�a. Sent� que me mojaba de nuevo, pues
present�a lo que vendr�a y me enloquec�a. Me pregunt�:
�La quieres?-, mientras se sobaba la verga.
Yo asent�, me di la vuelta y recargu� mi cabeza en el fr�o
muro. Sus dedos segu�an introduci�ndose en mi vagina. Yo ten�a las piernas
abiertas, d�ndole f�cil acceso. Sac� un dedo de mi vagina y lo introdujo en mi
ano.
�S�, as�, no sabes c�mo me gusta!-, le dije con voz
entrecortada.
�l sonri� sacando su dedo de mi culo, lo volvi� a meter en mi
vagina, con mi propio n�ctar se embarr� dos dedos y me los meti� en el ano. Yo
mov�a las caderas, incit�ndolo, pues quer�a m�s. �l puso su verga entre mis
nalgas y me dijo:
Es para que le tomes cari�o y confianza-
Me enardec�a sentir su enorme bulto entre mis pompas,
restregando la cabezota de su falo en mis abiertas nalgas, el culo me herv�a,
pues quer�a ser traspasado por esa tremenda verga. Me empin� un poco m�s
ofreci�ndole mi trasero. �l me acariciaba los senos y me dec�a:
As�, mu�eca, esto es lo que me ped�as en el autob�s y lo
vas a tener-. Me tom� de la cintura y me dijo: � Rel�jate chiquita-
Tanta fricci�n me ten�a ansiosa. Hice lo que me dijo y esper�
golosa lo que ven�a. Me pidi� que me separara una nalga para tener mayor acceso
a mi culo, cuando lo hice, sent� la redonda cabeza de su �rgano empujar mi
esf�nter. Empez� a encularme poco a poco, clav�ndomela cada vez m�s. Yo,
restregaba mi trasero para que me entrara m�s verga y a �l le agradaba. De
pronto, me dio una nalgada que me distrajo y me dijo:
Quieta, no quiero venirme sin darme gusto con tu caliente
culo-
Me qued� quieta y �l continu� con su encomienda. Yo sent�a
c�mo iba entrando.
Quiero que simules que te resistes-, me dijo.
As� lo hice, entre los movimientos del juego y las nalgadas,
me entr� por completo toda la verga. Yo estaba que ard�a. �l se qued� quieto y
respir� profundamente. Me enderez� un poco para poner de nuevo una mano en mis
senos y otra en mi vagina, mientras me dec�a:
Present�a que eras una hembra caliente y no me
defraudaste. Sab�a que te gustaba sentir una verga, pues es lo que ped�as en
el cami�n. No sabes cu�ntas ganas ten�a de cogerte as�. Eres caliente,
cachonda, tienes una cuca maravillosa y un culo estupendo. �Ahora s�,
mu�eca, s�lo a gozar!... -
Empez� a moverse a un ritmo suave, er�tico. Su lenguaje, la
oscuridad del callej�n, nuestra lujuria, todo hac�a un conjunto para que yo no
pensara en nada que no fuera ese enorme garrote d�ndome un placer ya conocido,
pero inolvidable. Entraba y sal�a de mi culo con lentitud, imaginaba que estaba
en el microb�s, que �ste frenaba meti�ndomela toda. Sus dedos jugaban con mi
vagina. El placer era inagotable y sent�a una calentura enorme. No quer�a que
terminara.
�Est�s riqu�simo, papito!-, �l sonre�a y me contestaba:
C�metela toda, g�zala todo el tiempo que quieras-
As� estuvimos no s� cu�nto tiempo. De pronto me quit� de la
pared, me empin� e inici� un loco y fren�tico movimiento. Yo parec�a una mu�eca.
Tuvimos un orgasmo fenomenal. Se recarg� en la pared, llev�ndome con �l, a�n
dentro de m� y agarrada por la vagina. Me acariciaba, me abrazaba por la espalda
d�ndome besos en el cuello. Cuando su verga se puso fl�cida, me dio la vuelta y
me abraz�. Ayud� a acomodarme la ropa y se subi� los pantalones.
Lo siento por tu tanga, pero es un recuerdo tuyo que
quiero guardar-
Adem�s me pregunt�:
�Regresar�s al microb�s?-, a lo que le contest�:
Tal vez-
Gabriela
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