Relato: Mickey Una tarde estaba aburrido de la rutina de la tv y sal� a la puerta a ver pasar gente. Ven�a un mendigo con una bolsa grande negra semillena al hombro. Al verlo con ropa sucia, cabello desgre�ado y apelmazado, sent� repulsi�n, pero pens� �qu� tal las cosas no fueran como lo veo, sino ba�adito, peinadito, bien vestidito, con olor a frescura?� ser�a a otro precio.
Se acerc� a las bolsas que hab�a sobre el separador de la avenida, era una de los d�as en que pasar�a el carro de la basura, dej� a un lado su talego, abri� una de las bolsas de basura y busc� qu� le podr�a servir. Como est�bamos relativamente cerca le llam�, me vi�, levant� mi mano con un cigarrillo y le pregunt� si quer�a. Respondi� que s�, cogi� la bolsa, se la terci� al hombro y se fue acercando, mientras medit� en lo mucho que detestaba acercarme a un mendigo sucio, pero tambi�n el anhelo de sentir su carne, lo detestaba pero lo ansiaba, deseo-asco.
Tom� el cigarrillo, lo encendi� y aspir�, le pregunt� si era de Ibagu� y dijo era oriundo de Cartagena pero hacia unos meses estaba aqu�, quiso saber si yo viv�a solo, respond� que s�, le interrogu� d�nde resid�a y dijo dorm�a donde lo cogiera la noche. Al pedirle su nombre dijo lo llamaban Mickey, como Mickey Mouse.
No tuve tema para seguir la charla, hasta caer en cuenta somos afines al vicio del tabaco, por lo que pregunt� fuera de cigarrillo qu� m�s met�a, dici�ndome risue�amente, lo que sea� yerba, bazuco, poper, coca, b�xer, gasolina, y me pregunt� si ten�a alguna de esas cosas, le respond� que ahora no, solo era adicto al cigarrillo aunque en otra �poca si hab�a experimentado algo de eso. Al ense�ar su sonrisa mostr� una impecable dentadura que me asombr�, lo felicit� por lucir una persiana en perfecto estado, respondiendo lo que m�s le interesaba en la vida eran sus dientes. Para m� fue una sorpresa, imaginaba los mendigos no se cepillaban.
Le pregunt� si ten�a pareja y dijo que no, que cuando quer�a machacarle el bizcocho a una hembra se consegu�a otra parcera de la calle� empleando su misma palabra le interrogu� si le hab�a machacado la verga a un hombre� solt� una carcajada y dijo, en este rebusque se aprende de todo y volvi� a re�r, mientras con su mano subi� y baj� su miembro.
Me interes� en Mickey, habl� de sexo e instintivamente se mand� la mano al pene, o sea que le gustaba el asunto y eso me entusiasm�, pero estaba en la puerta de mi casa charlando con un vagabundo y mis vecinos no me perdonar�an si lo entraba a mi apartamento.
Me atrev� a decirle que yo no la ten�a muy grande y que si le daba una suma apreciable se dejar�a coger de m�, respondi� con una sonrisa, si no resultaba enga�osa la propuesta, podr�a ser. Le dije no entend� a qu� se refer�a con proponer algo fraudulento, contestando sab�a el caso de quienes dicen la tienen chica y resultan con una porronga de verga, y volvi� a sobarse el miembro. Le o� pero fue un encanto verle sonre�r con su dentadura perfecta.
Entre la puerta y la pared de mi casa hay un buen espacio para no ser vistos a lo largo de la calle, por lo que dije a Mickey se parara junto a m�, qued� cerca de �l y le pregunt� c�mo le parec�a, dirigiendo mi vista a mi propio pene que ya era un atado respetable, me lo mir� diciendo pues no s�, ri�ndose. Tom� su mano y la acerqu� a mi miembro, mientras le dije pruebe. Me agarr� la verga palpando con dos dedos mi algo duro pene, y con varias presiones en el mismo sitio se fue endureciendo m�s.
Not� a medida que �l palpaba la m�a hac�a lo mismo con la suya y me dieron ganas de apretarla, se ve�a buena, pero volv� a sentir repugnancia, su ropa hacia rato no sab�a de una buena lavada. Por ello retir� su mano de mi dureza sexual y le dije si pod�a venir como a las 8 de la noche, digo que s�, le aclar� no tocara mi puerta, yo estar�a pendiente y le abrir�a cuando no viera gente en la calle que me viera. Mickey se fue, entr� a casa y me sent� en mi negra silla predilecta y me masturb� imagin�ndome estar con el chico, mas cuando estaba cerca de la eyaculaci�n prefer� dejarlo para la noche, por si volv�a Mickey.
El resto de tarde me dediqu� a varias cosas, mas lo recordaba, lo deseaba. Me deleitaba lo que pudiera pasar al anochecer. Faltando diez minutos para las 8 fui a la puerta de la calle y no lo vi, no hab�a nadie en la avenida. Cuando al dar las 8:15 no lleg�, cre� deb�a entrarme a casa para no esperar lo que no hab�a he llegar, pero lo vi, no tra�a su fardo, pero estaba dispuesto a ver qu� pasaba. Not� ten�a la misma ropa pero se hab�a ba�ado exhibiendo toda la lozana juventud, salud�, entr�, se sent� en la sala y pidi� le regalara un vaso de agua, le ofrec� agua, caf� y jugo, eligiendo la tercera opci�n.
Se acerc� a los cuadros y me pregunt� c�mo se llamaban esas pinturas, le dije eran �leos. Desde la cocina vi c�mo se masajeaba su verga a trav�s del pantal�n. Al regresar con un vaso de jugo me sent� en el sof� junto a Mickey, ahora aseadito me entusiasm� m�s, le dije me mostrara lo que ten�a, se ri� y dijo pero que af�n, y con la otra mano sigui� palp�ndose el trozo de verga que supuse inmensa.
Me acerqu� y empec� a tocar su nabo sobre el pantal�n, estaba semiduro, le dije usted como que me gana en verga seg�n lo que toco, se ri� de nuevo y dijo eso aun no lo sabemos, esperemos. Del pene sub� al pecho y toqu� con la palma abierta, volv� a bajar hasta su miembro, le pregunt� si quer�a saber qu� se iba a comer, dijo que si, exprese mire a ver qu� encuentra y con sus manos desabroch� y abri� mi pantal�n, baj� el b�xer, sac� mi pene y manifest� el que me gan� fue usted, no es tan larga pero qu� gruesa es y se puso a pajearme con suavidad, lo miraba con demasiada intensidad.
Yo solo tocaba por fuera del pantal�n su presa inmensa que poco a poco fue creciendo, solt� sus botones y saqu� una gorda morcilla, ambos nos masturbamos largamente, pregunt� si le pod�a besar, se ri� y dijo que eso si no, me acerqu� y le acarici� largamente su oreja lo que hizo girar suavemente su cabeza, no retir� mi boca pero cuando lam� con mi lengua su orificio �orejal� sus movimientos corporales se intensificaron. Me acerqu� a su barbilla y la fui besando suavemente, mientras con mi mano empleaba uno u otro ritmo de velocidad al masturbarle.
Me par� y lo invit� a mi dormitorio, le pregunt� si nos pod�amos desnudar y dijo que s�, me desvest� antes que Mickey y me ubiqu� por detr�s apret�ndole las ricas nalgas con mi erecta verga, y para mi sorpresa sigui� quit�ndose el resto de ropa a medida que movi� su nalgatorio provocativamente, luego se despoj� de ellas y sigui� su ritmo, le toqu� el bulto y lo ten�a a mil y segu� masturb�ndolo. Estuve encantado de encontrar a alguien que gozaba de tener mi verga rozando en la puerta de su culo.
Mickey se dio vuelta, tom� mi cabeza y la baj� hacia su miembro duro, me arrodill� y empec� a mam�rselo, estaba ansioso, gozaba de mis chupadas, pues aprend� no es solo meterlo y sacarlo, hay que saborear cada pedazo de carne que se degusta y a una verga le hago mil cosas con mi lengua y dientes, todas para hacer sentir al hombre que lo est� gozando.
Le dije se acostara en la cama y me ubiqu� boca abajo sobre �l para un 69, se lo mam� con ganas pero �l solo me masturb�, tom� mi verga y la puse en su boca, no la abri� pero si la roz� largamente con mi glande con movimientos de sus labios, haci�ndome sentir mucho placer con tan poca acci�n, luego lo hizo con su lengua y lami�, lami� y lami� mi sensible cabeza de verga hasta despacito, despacito, se la comi� toda, no se content� con la mitad, era metisaque de cabeza a ra�z, mientras mi pulgar se adentr� en las profundidades de su recto insaciable.
Era la primera vez que un hombre era tan feliz mientras mi pulgar hurgaba por todos los recovecos de su recto, solo que un molesto bollo consistente, listo para expulsar analmente, imped�a se hiciera con agrado, estaba masajeando el duro excremento, sent� disgusto, pero Mickey era solo pasi�n, me mamaba con placer, sub�a y bajaba su cadera cadenciosa y viciosa, que opt� por no ir con mi dedo por el centro del ahuecado para no tocar el bollo, solo por las paredes rectales y sab�a en alg�n lado estaba el punto g por lo que palpaba a uno u otro lado pero cualquier lugar era deleite para Mickey.
Mi ocasional amigo era un deleite, hasta sentir en mi boca varias descargas de semen acompa�adas de sensuales movimientos del esf�nter, era gloria para mi lo que sent�an mi boca y mi pulgar. Empuj� desde el ano hasta el glande para expulsar cualquier residuo de semen y mi lengua limpi� todo.
Acost� a Mickey a un lado, levant� su pierna y acomod� mi verga en el lubricado orificio anal. Hice largos masajes verga-ano que el movimiento nalgal de Mickey acept� hasta que empuj� comi�ndose mi glande, se estremeci�, par� el ir y venir de su trasero mientras se habitu� un poco y luego sigui� comiendo y sacando mi imparable verga.
No imagin� un desconocido llegara a gustar tanto de mis investidas en aras del placer, as� como con mi dedo hurgu� por un lado y otro de su pervertido tubo anal, lo hizo mi verga a un lado y otro y ocasion� mayores movimientos de aprobaci�n de sus movimientos circulares del culo, a la vez le fui masturbando y estaba igual de duro a la primera pajeada bucal.
Le pregunt� si mi pedacito le hac�a feliz y respondi� con un shshshsh como voz y con un pulgar tap� su boca, mientras sigui� comi�ndose lo que le gustaba. Finalmente eyacul� y masturb� fuertemente a Mickey quien a la vez se corri� en mi mano, restregu� todo su semen en su falo y mi verga segu�a toda dentro de su culo. Descansamos sin sacarlo.
Luego de asearnos y de vestirnos me pregunt� si le prestaba el pc para internet, le dije que s�, lo encend�, abr� una carpeta de m�sica variada y lo invit� a �l. Me asombr� era un duro en cacharros de internet, me acerqu� y vi estaba en badoo chateando con dos mujeres, vi mas cerca y eran maduras, le pregunt� si le gustaba esa clase de mujeres y dijo que s�, eran las que les gustaba todo, sin remilgos, cuando se encontraba para haza�as sexuales con alguna de ellas Mickey se presentaba con las mejores galas.
No lo puse en duda, ten�a presencia. Le pregunt� cu�ndo lo volv�a a ver y dijo no sab�a pero otro d�a ser�a. Quise saber cu�nto le deb�a y dijo lo que le quisiera dar, eso s�, tuviera en cuenta que fue con todos los servicios, soltando una carcajada. Saqu� la billetera y le di veinte mil pesos, pregunt� si estaba bien y acept�. Me desped� con un largo beso en el que Mickey mostr� todo lo que se pod�a gozar.
Me hizo feliz el mendigo, qued� encantado con lo que son capaces de hacer.
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .
Número de votos: 12
Media de votos: 7.83
Relato: Mickey
Leida: 3155veces
Tiempo de lectura: 12minuto/s
|