Nuestra vida matrimonial por falta de comunicaci�n y de
relaci�n sexual fue un aut�ntico fracaso y cuando acababa de cumplir los treinta
y cinco a�os y dieciseis de casada, obtuve el divorcio y no me sent� sola porque
ten�a a los hijos de mi difunta hermana, que despu�s de seis a�os de
convivencia, me consideraban su propia madre.

Mis sobrinos ya no eran ningunos ni�os, sino dos adultos.
Angel era un muchacho de diecinueve a�os, alto, muy guapo y musculuso ya que era
muy deportista y practicaba el culturismo intensamente, participando en diversas
competiciones regionales con bastante exito. Sin embargo el peque�o Luis ten�a
un retraso mental, que le convert�a en un adolescente de diecisiete a�os bien
parecido, con un cuerpo bien proporcionado, pero con una edad mental de cuatro o
cinco a�os.

Me parece mal definirme como mujer, pero seg�n dicen mis
amigas soy bastante guapa, alta y provista de un cuerpo danone, no en vano me
entreno con asiduidad en un gimnasio, practicando el aerobic y baile espa�ol,
aunque nis senos son demasiado grandes lo que me crea un completo de tetuda,
hasta el punto de que he pedido a dos consultas de cirujanos pl�sticos
presupuesto para reducirme los pechos, a fin de que las miradas masculinas no se
queden fijas siempre m�s en mis tetas, que en mis ojos, que por cierto los tengo
muy bonitos, ya que son negros como el carb�n, concordando perfectamente con mi
melena morena.

Como no ten�a marido, ni amante, pasaba muchas horas en casa
con Luis, al que iba a buscar al autobus cada tarde, ya que se educaba en un
colegio de educaci�n especial. Yo me fijaba que estaba despertando al sexo y que
sin ning�n pudor se acariciaba su miembro viril por encima del pantal�n,
mostrando una erecci�n que sin querer provocaba mis m�s oscuros deseos, dado que
llevaba muchos meses sin mantener una relaci�n sexual satisfactoria, y por lo
tanto ni me acordaba de lo que era un orgasmo.

Observaba tambi�n que mi sobrino se frotaba contra mi cuerpo
siempre que pod�a, me besaba cerca de la boca, y rozaba mis senos sin disimulos,
por lo que yo comenc� a sentirme muy excitada a pesar de que no me atrev�a a
reprenderle, porque en el fondo era una chico grande que no ten�a sentido del
pecado, ni de que no pod�a tocarme a m�, aunque al parecer le gustaba, dado que
era la que hac�a las funciones de su madre.

Pasaraon varios d�as y cada vez estaba m�s pendiente de sus
automanipulaciones onanistas, sin darme cuenta de que con mi pasividad, lo
estaba excitando mas y en el fondo pense, estupida de mi, que ya no pasaria a
mayores y que Luis poco a poco abandonaria sus practicas que me comenzaba a
despertar la libido, hasta el punto de que decid� que debia de ayudarle a
obtener el placer con su cuerpo.

Cierta noche en que emitian una pelicula pornografica en una
televisi�n loca, me quede viendola y como mi sobrino Angel estaba pasando unas
vacaciones con Sonia, su novia, en Salou, no me importo que Luis me acompa�ara y
que se sentara a mi lado en el sofa, ataviado con su pijama corto y sin slip
debajo del pantal�n.

Comenzo la pelicula y como las escenas era muy fuertes y las
protagonistas jadeaban constantemente, formando una musica de fondo muy
excitante, note que mi cuerpo deseaba ser acaricidado por un hombre, que me
hiciera el amor varias veces y mes transportara al superorgasmo que jamas sent�
con mi ex, y que posiblemente jamas tendria ocasi�n de disfrutar. Evidentemente
estaba equivocada.

Mi sobrino Luis comenz� cogiendome con su brazo por encima el
hombro. Yo no le quite la mano. Iba vestida con una batita rosa muy corta,
llevando debajo de ella tan solo una braguita negra demasiado peque�a y escotada
que a duras penas cubr�a mi sexo.

De repente vi con el rabillo del ojo que Luis se hab�a sacado
su pene enorme y muy grueso, que esta erecto al maximo y desafiante, y comenzo a
masturbarse secundando muy pronto esos jadeos de las actrices, sin importarle lo
mas minimo que yo estuviera a su lado y que me encontrara completamente
excitada, hambrienta de sexo y a punto de cometer la mayor locura de mi vida
�D�nde quedaban mi recato y esa vida resignada de mujer insatisfecha?

Poco despu�s �l me solt� los botones de mi bata y mis senos
grandes, gruesos y con los pezones erectos y rosados como fresones en su punto
de madurez se quedaron al aire, sin que yo hiciera algo por guardarlos de nuevo
bajo la protecci�n de esa prenda que �l fue abriendo sin oposici�n hasta que me
quede desnuda de cintura para arriba, cubierta tan solo por mis braguitas de
lenceria parisina, elegantes y que realzaban mi bajo vientre, pero que no eran
obst�culo para que ese animalote metiera sus dedos grandes y largos por las
perneras hasta posar sus yemas en mi grieta vertical, produciendome un placer
que hasta entonces no hab�a experimentado en mi matrimonio.

No s� como sucedi� pero �l apoy� su cabeza en mis tetas y
comenz� a chuparme un pez�n con deleite, haciendo que un escalofri� recorriera
mi espina dorsal produciendome una sensaci�n indescriptible en mi vagina, hasta
que inesperadamente una humeda cascada de flujo me confirmo que estaba
disfrutando de un superorgasmo fabuloso y gratificante.

Su aliento en mis pechos, su lengua humeda, esos mordiscos
suaves en mis pezones, me hicieron vivir el extasis supremo, sentirme la mujer
mas feliz del mundo y olvidandome de que era mi sobrino menor el que me estaba
compensando por una vida matrimonial aburrida y sin alicientes, me abandon� a
mis prejuicios y dej� que el guiase mi mano hasta ese miembro viril empinado y
tentador que sujete con fuerza, recorriendolo en forma acompasada para que el
disfrutase con mis caricias prohibidas por una moral caduca y que sin embargo me
hac�an gozar como una adolescente sin prejuicios.

Le ayude a que me quitase la braguita y me quede totalmente
desnuda mientras que el se despojaba del pijama y me mostraba su cuerpo de
adolescente muy bien dotado virilmente y cuando se arrodill� frente a mi, abr�
las piernas al m�ximo para que hundiera su cabeza en mi sexo y su lengua humeda
y juguetona recorriera toda mi cueva del amor, haciendome temblar, gritar como
loca del gusto que me estaba dando y casi perd� el sentido estimulada por tantas
sensaciones maravillosas, que hasta entonces nunca hab�a gozado.

Luego fui yo la que le hizo echarse boca arriba sobre el sof�
y le bes� desde esa boca agradable y calida, bajando por su cuello, tetillas,
torax cubierto de vello, hasta el ombligo y despues lam� su bajo vientre, su
pubis hasta que el glande enorme, azulado y suave me roz� la nariz y mi lengua
lo embadurn� de saliva. Me d� cuenta de que iba a cometer una acci�n muy impura,
algo reprobable pero el sabor de aquella porra de carne me hizo olvidarme de mis
prejuicios y cerrando los ojos me la tragu� posandola sobre el lecho humedo de
mi lengua, mientras el me sujetaba la cabeza como si temiera que yo pudiera ser
tan tonta de dejar esa golosina.

Hacia muchos a�os que no le hac�a una felaci�n a un hombre.
Para ello ten�a que remontarme a mis dieciseis a�os cuando en el parque y
ocultos por unos parterres, al anochecer Eduardo y yo, hicimos el amor por
primera vez tras unos ardientes pr�logos de mamadas y cunilingus. Segu�
succionando aquella delicia erecta y poco despu�s �l tuvo una eyaculaci�n
abundante que me inund� con su esperma e incapaz de recharzarlo me beb� hasta la
�ltima gota de ese nectar de su intimidad.

Luego sin saber ni como ni cuando me vi acostada sobre el
sofa y el encima de mi. Abri las piernas y le sujete el cuello con mis pies. El
con ternura me penetro con su mastil y me senti ensartada, mientras nos
besabamos en la boca e intercambiabamos los jugos de nuestros placeres
compartidos.

Hicimos el amor varias veces pues Luis era un hombre muy
ardiente y yo me queme como estopa en el fuego de su pasi�n. Nunca me habia
sentido mejor y junto a el pase las mejores horas de mi vida, sintiendome muy
feliz de haber nacido mujer, aunque lamente haber perdido tanto tiempo junto a
Eduardo, mi ex.

As� estuvimos viviendo nuestro romance durante varios meses,
hasta que una tarde de sabado regres� a casa antes de tiempo ni sobrino mayor
Angel y nos encontro follando. Lo vi enfadarse, mascullarse entre dientes y me
senti la mas vil de las mujeres. Luego cuando me duche y vesti, lo encontre en
la cocina bebiendose una cerveza. Quise explicarle que su hermano tenia un
retraso mental que le impedia saber lo que era bueno o malo, licito o ilicito y
el me insulto. Me explic� que hab�a re�ido para siempre con su novia Sonia, que
era una estrecha, y que envidiaba a su hermano porque me tenia a mi, mientras
que el para desahogarse ten�a que irse con una prostituta y gastarse un dinero
que no le sobraba.

No le dije nada, pero le di un beso en la boca que le cogio
desprevenido. Nuestros labios se unieron y tambi�n nuestras lenguas. No le
prometi nada, pero me dije a mi misma que ese muchacho ten�a que encontrar en mi
a esa mujer que fuera capaz de proporcionarle el placer sexual, que su novia ya
no le dar�a. �Y si me convirtiera tambi�n en la amante de mi sobrino mayor?

Le escuche como se iba a pasar la noche con sus amigos. Me
fui al cuarto de ba�o y tras echar el pestillo para que Luis no pudiera entrar,
como sol�a hacer mientras estaba desnuda para disfrutar de mis caricias, estuve
pensando en Angel, que era el prototipo del muchacho guapo y bueno, el hombre
que muchas mujeres querr�an convertirlo en el compa�ero de sus fantas�as
sexuales. Tras la ducha me pein� con cuidado, me maquill� y en vano esper� a que
regresara a casa, logrando calmar a Luis, al que suministre despues de la cena
un buen somn�fero para que se acostara pronto y me dejara el campo libre para
lograr mi segunda conquista incestuosa del d�a.

Me acost� vestida con el camis�n m�s corto y vaporoso que
ten�a. Me qued� dormida y so�� con �l. De repente not� que unos labios besaban
los m�os y me desperte�. Era Angel desnudo como un dios griego, con los musculos
perfectamente dibujados en su cuerpo de atleta. Me fije en sus atributos viriles
que eran mas largos y gruesos que los de su hermano peque�o.

Me sent� en la cama y le cog� su pone para acariciarlo con
mis manos suaves y peque�as, para dibujar los nervios y relieves con mis u�as
largas, pintadas de rouge y bien cuidadas. Inesperadamente se me sali� un pecho
de la tenue coraza del negligee y ese seno gordo, de areolas oscuras y pez�n
granulado y tieso se qued� expuesto a sus caricias, a los besos y succiones que
me dispens� goloso, como un bebe hambriento.

No me di cuenta de nada ya que estaba de nuevo en una nube.
Me sent� desnuda y el se acosto a mi lado. Nos besamos, lamimos e hicimos un
sesenta y nueve increible, en el ambos como dos jovenes amantes nos chupamos y
gozamos a tope saboreando nuestros sexos respectivos. Su miembro largo estuvo a
punto de ahogarme al rozar mi campanilla y su lengua creo que se introdujo hasta
mi nariz, pero seguimos dandonos al maximo placer hasta que nuestros orgasmos
respectivos nos inundaron las bocas de nuestros jugos femeninos y masculinos,
que nos bebimos sedientos de placer y de emociones.

Cuando �l me penetr� y me sent� poseida por ese joven tan
bello, me olvide de quien era y me movi como una lavadora en la fase de
centrifugado, logrando que el se vaciara en mi vagina durante tres o cuatro
veces seguidas, sin pausa para el relax. Despues el unt� mi esfinter de su
saliva y semen y con cari�o me sodomiz�, logrando que descubriera un placer que
nunca imagin� pudiera sentir, dado mi rechazo a todas las insinuaciones que me
hizo mi marido, en los mejores a�os de nuestro matrimonio.

Tres meses despu�s de haber mantenido relaciones con mis dos
sobrinos me quede embarazada ya que siempre pense que era yo la esteril y por lo
tanto la unica culpable de que no hubieramos tenido hijos. Me sent� feliz al ver
que ese maldito machismo de Eduardo, mi ex-marido era impotente. Luego volv� a
la realidad y me di cuenta que desconoc�a quien era el padre de mi futuro bebe.

Para evitar el escandalo vivi una aventura con Mat�as, un
compa�ero de oficina, que es soltro y tiene cuarenta y dos a�os. Como mi nuevo
amante esta loquito por mi, le he convencido para que reconozca la paternidad de
esa criatura que es el fruto de un amor incestuoso que para mi fue un autentica
tabla de salvaci�n fisica y psicologica.

Matias que es un buen hombre y tienes unos ahorrillos y un
piso propio en una zona elegante de Zaragoza, quiere que me case con �l y
posiblemente lo haga, aunque le exigir� que mis dos sobrinos tienen que seguir
viviendo con nosotros, porque yo estoy convencida de que necesito disfrutar con
esos dos jovenes que saben como hacerme la mujer mas feliz del mundo.