Relato: La herencia de pap�



Relato: La herencia de pap�


Cuando muri� mi padre yo ten�a 16 a�os y me hicieron regresar
apresuradamente del colegio extranjero donde hab�a estado estudiando interno
desde los 8 a�os de edad. No conoc�a apenas a mi familia y odiaba a mi padre por
haberme tenido siempre alejado de casa, mientras que mi hermana ten�a un
tratamiento diferente y viv�a con la familia, compuesta, adem�s de por mis
padres y mi hermana, por mi abuela, madre de mi padre, viuda desde hac�a muchos
a�os.



Nada m�s llegar a la extensa hacienda, sin apenas darme
tiempo m�s que para asearme y tomar un ligero refrigerio, el abogado de la
familia nos reuni� para la lectura del testamento.



Me qued� asombrado, pues mi padre me declaraba heredero
universal de todos sus bienes, sin dejar ni un maldito c�ntimo al resto de la
familia aunque reconociendo su derecho a la parte leg�tima y rog�ndoles que la
cediesen a mi persona.



Yo las mir� asustado porque cre� que aquellas mujeres
manifestar�an su indignaci�n e impugnar�an tan injusto testamento, pero ellas no
dijeron ni palabra, aceptando el escrito con toda naturalidad y firmando en el
acto la renuncia a sus derechos en mi favor.



No lo pod�a creer, siempre en la idea de que mi padre me
odiaba y por eso me mantuvo alejado de la familia.



Despu�s de le�do el testamento, el abogado dijo que hab�a un
anexo de �ltimas voluntades que no hab�a sido registrado por ser contrario a la
legalidad. Cuando lo hubo le�do, yo cre�a que estaba en un trance.



En el anexo se dec�a que mi abuela, mi madre, mi hermana y la
hermana de �l eran sus esclavas y me ped�a que me hiciese cargo de ellas.



El abogado hubo de explicarme tres veces la situaci�n antes
de convencerme de ella: Las cuatro mujeres de mi familia se hab�an convertido en
mis esclavas por herencia de mi propio padre.



A mis 16 a�os aquella responsabilidad era desconcertante y no
estaba dispuesto a asumirla.



Ni tan siquiera me sent�a preparado para hacerme cargo de la
hacienda y los negocios. Yo le dije al abogado que para qu� quer�a a aquellas
mujeres como esclavas si en la hacienda hab�a suficiente cantidad de peones
trabajando con su sueldo.



Que si ellas quer�an trabajar que lo hiciesen, pero sin ser
esclavas. Que yo les dar�a las tres cuartas partes de la herencia sin ning�n
problema. A fin de cuentas ten�an 60, 42 y 20 a�os y eran mayorcitas para
ejercer su libertad.



El abogado me dijo que no lo entend�a.



- Quiz� si le presento a sus esclavas de otra forma lo
entienda usted, me dijo.



Les hizo un gesto y las tres, ya que la cuarta no estaba, se
despojaron de los vestidos holgados y largos que ya me hab�an extra�ado y
quedaron desnudas ante mi con la mirada baja.



- No son esclavas de trabajo, son esclavas sexuales. Puede
usted utilizar su cuerpo sin casi ning�n l�mite para que le proporcionen placer
de la forma que desee. Yo soy el depositario de sus contratos de esclavitud.



- No lo puedo creer. �Abuela, mam� !, no me gusta esta broma.



- Se�or, no es una broma en manera alguna. Aqu� tiene usted
sus contratos.



- Me est� usted diciendo que mi padre ten�a .... trato sexual
con su madre y su hija, adem�s de con su esposa. �Me est� diciendo que mi madre
consent�a eso?. � Me est� asegurando que tengo una familia de pervertidos?



- Se�or lo puede usted calificar como quiera, es muy libre,
pero recuerdo al se�or que es muy joven y no ha conocido algunas de las cosas
placenteras que existen en la vida. Por otro lado sus familiares del sexo
femenino se encuentran sumamente orgullosas y acomodadas a la situaci�n, lo cual
significa que no es tan perversa como usted la aprecia. Subvertir la feliz vida
y situaci�n de sus familiares puede ser m�s cruel que lo que estima es la
esclavitud sexual.



Pregunte a sus amadas se�oras si est�n de alguna manera
disconformes con su estado. (ellas estaban haciendo gestos negativos con la
cabeza baja)



- Ppp eee ro qu� voy a hacer yo con ellas?. Yo no soy mi
padre ni se lo que el hac�a.



- Pues se�or es sencillo, �selas para su placer seg�n le
plazca. No tiene usted l�mite salvo causarles la muerte, mutilaci�n o da�o
f�sico irreversible.



Ver�, le voy a hacer una demostraci�n si me lo permite,
abusando de la presunci�n de que me permitir� usted usarlas de cuando en cuando
al igual que me permit�a mi amigo, su finado padre.



Tom� a la abuela y a mi hermana de las manos y dijo:



- Acomp��enme. Le seguimos mam� y yo de camino a las
escaleras del s�tano conduci�ndonos a una dependencia que yo no conoc�a ya que
pr�cticamente no hab�a vivido all�.



Una enorme sala con suelo de granito pulido y paredes de
ladrillo estaba amueblada con extra�as mesas, sillas, camillas, potros, cepos,
largueros, postes y pilares, espalderas y argollas en las paredes, vitrinas y
armarios de puertas de vidrio, dos fregaderos, dos ba�eras yacuzzi, tres
asientos de retrete sin intencionalidad de ocultar el pretendido uso ... , en
fin, un maremagnum de objetos cuya utilidad no se me alcanzaba.



El abogado le dijo a la abuela: Ponte en posici�n PUTA UNO, y
�sta se tumb� boca arriba sobre una de las mesas tom�ndose los tobillos con las
manos tirando de ellos hacia su cuello y abriendo sus ajamonados muslos.



Entretanto el hombre orden� a mi hermana colocar una silla
ante las expuestas intimidades de mi abuela y se sent� en ella desabrochando la
bragueta de su pantal�n y sacando su pene.



- PUTA CUATRO, dijo, cumple mis deseos que ya conoces. Mi
hermana se dirigi� a un armario y regres� con una fina ca�a de bamb� y un pote
cuyo contenido se extendi� por el esf�nter anal.



Seguidamente se asent� sobre la polla del abogado hasta que
la aloj� enterita en su intestino sin esfuerzo ninguno y con la mayor
naturalidad; comenz� a subir y bajar hasta que el hombre le indic� que estaba
bien acomodado.



Entonces la ni�a, sin dejar su vaiv�n sobre la polla comenz�
a golpear con la ca�a la vulva de la abuela.



Pasado un rato me dijo el leguleyo:



- �Ve usted?. A mi me gusta follar mientras observo el
sufrimiento que mi partenaire inflige a una zorra.



A usted puede que le resulte m�s agradable torturar
personalmente a la zorra y despu�s que tenga su co�o al rojo vivo foll�rselo con
su polla o con uno de los instrumentos que hay por aqu�.



Qu� quiere que le diga, como dice un refr�n, sobre gustos no
hay nada escrito. La obtenci�n de placer con cuatro esclavas como las suyas
presenta infinitas combinaciones si se tiene en cuenta adem�s el dinero y
posesiones que ha heredado. � Comprende ya para que sirve su herencia adicional
?.



En todo caso, si no le satisfacen las perspectivas yo le
puedo informar sobre sitios donde podr� usted vender a las cuatro buenas zorras
que le han tocado en suerte.



Yo, en su lugar, me las quedar�a porque no conoce la calidad
que tienen. Espere a utilizarlas un tiempo y despu�s decida.



Durante el discurso y la actuaci�n siguiente que termin�
cuando anunci� que se hab�a corrido en el culo de mi hermana y ella y la abuela
se apresuraron a limpiarle el pene, tuve tiempo de percibir algunos detalles que
inicialmente, con el desconcierto y el nerviosismo no hab�a captado:



Las tres mujeres mostraban iguales y descomunales argollas,
que me parecieron de acero, perforando los pezones y en un sitio, para mi
imposible de identificar con seguridad por mi inexperiencia, en la parte alta de
la vulva que supuse, por mis clases de anatom�a en el colegio, que ser�a el
cl�toris o algo cercano a �l.



Las tres exhib�an el cuerpo tostado por el sol sin marcas de
ropa, por lo que deduje que tomaban mucho el sol o siempre andaban desnudas al
exterior, lo que me parec�a m�s probable a la vista de las circunstancias.



Encima y centrado sobre el gran anillo del, supon�a, cl�toris
mostraban el mismo tatuaje las tres, que era una reproducci�n en color del
anagrama de la finca con el que se marcaba a la ganader�a.



Eso me qued� confirmado al observar la parte superior de la
nalga izquierda de mam�, situada de espaldas delante de mi, donde la misma marca
estaba implantada a hierro al rojo, como a las vacas, bajo un art�stico r�tulo
que dec�a ESCLAVA DOS".



Las tres tambi�n portaban collar y pulseras de acero forradas
internamente de alg�n tejido de acolchado. Singularizando a mam� sobre mi
hermana y la abuela, aquella portaba un ancho cintur�n met�lico que estrechaba
su talle dotando su figura de un atractivo contraste entre las caderas y el
torso.



El abogadillo interrumpi� mi examen visual de las mujeres
diciendo, mientras sentaba a mi hermana y mi abuela sobre sus rodillas y
estrujaba violentamente sus pechos y retorc�a los anillos de sus pezones:



- � Y bien chaval .. disculpe, se�or, no quiere probar ahora
a alguna de sus zorras esclavas?.



Veo que su pantal�n est� muy levantado.



Aquello me cogi� de improviso y comprob� que, efectivamente
estaba con la polla bien erguida. Me puse colorado de verg�enza por tener una
erecci�n mientras hac�an aquellas cosas a mi abuela y hermana y tartamude� una
respuesta poco acertada como se ver�:



- Ehh ... es .. yy.. es que yo .... tengo ... tengo solo 16
a�os y ... yyo no oo.. Quiero decir yo .. a�n no .. Er .. estando interno en un
colegio no es f cil ... hacer ... ir ..



- Ya, que es usted virgen.



- Ssss .. i



- Pues hoy tiene la espl�ndida oportunidad de seleccionar
cual de tres soberbias mujeres le despoja de esa cualidad.



Poca gente disfruta de esa suerte y m�s seleccionando entre
hembras de la propia ... bueeno ..., dejamos el comentario habida cuenta de su
escasa experiencia.



- � A ver putas !, qui�n desvirga al chaval?. Os doy la
oportunidad de decidir, cosa que no pod�is hacer casi nunca.



Las tres mujeres se juntaron y en voz baja discutieron sin,
al parecer, ponerse de acuerdo y fueron a pedir el arbitraje del leguleyo.



- Se�or cliente, las zorras esclavas tienen un conflicto: Su
esclava n�mero DOS, que fue quien le pari�, dice que los j�venes machos pierden
su virginidad ordinariamente con hembras coet�neas y que la m�s aproximada es la
esclava n�mero CUATRO, que es hermana suya. �sta aduce, con buena l�gica en
derecho, que la educaci�n sexual es responsabilidad de los progenitores y que de
ellos solamente queda un ejemplar que es la n�mero DOS, que en todo caso y en
ausencia de tal educaci�n, suele utilizarse el recurso de enviarlo a ir de putas
viejas que son asequibles a su poder adquisitivo y que aqu�, para vieja, la
n�mero UNO, su abuela.



La esclava n�mero UNO, que es madre de la DOS, coincide
parcialmente con el criterio de la CUATRO en que debe ser la DOS quien le
desvirgue por raz�n de responsabilidad en la educaci�n sexual de los hijos, que
es prevalente ante la costumbre de desvirgarlos con putas viejas, que es
costumbre antigua y de escasa moral.



� Qu� decide usted ?. Tiene la �ltima palabra y es
inapelable.



Estaba absolutamente confuso, avergonzado, descolocado, y
odiaba a mi difunto padre por engendrarme en una puta y dejarme aquel l�o.



Como el instinto maternal, por muy degradado que se
encuentre, siempre, dicen, se manifiesta, mam� debi� advertir mi dilema y tom�
la iniciativa.



Se arrodill� ante mi, me descorri� la cremallera de la
bragueta, saco mi erecta polla, la acarici� un rato con sus -tarde me estaba
fijando pese a ser un fetichista de las manos femeninas - cuidadas, suaves,
hermosas y expertas manos y a continuaci�n la bes� y lami� un buen rato y por
fin la engull� en toda su extensi�n dentro de su boca, adquiri� un ritmo de
chupada en el que notaba como mi glande sobrepasaba su garganta y entraba en el
es�fago cuando profundizaba.



Mientras mamaba, con una mano me proporcionaba un relajante
masaje en los test�culos y con la otra introduc�a un dedo en mi tambi�n virgen
ano.



Habida cuenta de mi inexistente experiencia sexual no debe
extra�ar a los lectores que me encontrase dispuesto a vaciar mis huevos en
cuesti�n de un minuto.



Pero la intuici�n de mam�, fuere por instinto materno o
experiencia de furcia, hizo que extrajese mi miembro de la boca y me dijese:



- Amo, � d�nde quieres vaciar tu esperma: en mi boca, en mi
ano, en mi vagina o en otro sitio que desees ?. Mi cuerpo est� a tu plena
disposici�n.



En ese momento intervino el pu�etero abogado y dijo:



- No he querido cortar el orgasmo al se�or, pero ya que lo ha
hecho esa puta que lo pari� querr�a significarle que la zorra ha tomado la
decisi�n de desvirgarle sin ninguna consideraci�n a los criterios del se�or, eso
hace que, en derecho, sea acreedora de un castigo de car�cter duro, ya que los
de car�cter leve se imponen a capricho del amo sin necesidad de falta de la
esclava, los duros por falta y los muy duros por falta reiterada.


-


Oiga, �se podr�a callar y dejarme pensar y decidir sin sus
interferencias?.



- Bien, no se preocupe. Yo me voy a ocupar de la esclava UNO,
que es la m�s vieja y no supongo le interese de momento y le dejo aqu� a la
CUATRO para que la trabaje junto con la DOS si le parece suficientemente
apetecible.



Personalmente siempre me gusta usar cuerpo de madre e hija.
Claro que, �tonto de mi! En este caso, atendiendo a las peculiares
circunstancias quiz� prefiera usar a la UNO y la DOS al mismo tiempo.



Si se empe�a tambi�n puede hacerlo con la UNO, DOS y CUATRO
al mismo tiempo, pero pienso que es extremado para un principiante.



- Por cierto � D�nde est� TRES ?



- Creo que se lo dije antes pero quiz� no me prest� atenci�n.
La TRES hoy debe atender a algunos de los peones de la finca, a dos perros y a
un caballo inquieto.



Mi verga segu�a erecta y por supuesto mi m�s perentorio
inter�s se encontraba en vaciar mis test�culos, as� que volv� a desentenderme de
la conversaci�n del letrado y me concentr� en el asunto de la elecci�n de
agujero de mam� para la faena.



Usar su vagina me pareci� muy fuerte habida cuenta de mis
prejuicios y adem�s, por mi mente pas� la imagen de mi madre pre�ada por mi.
Como la boca ya la conoc�a, eleg� el ano en un impulso aventurero.



- El culo mam�, elijo el culo.



Mam� se acerc� a una mesa y apoyando sus voluminosas tetas
sobre ella se abri� el ano para mi. Inmediatamente mi hermana se aplic� a
untarle la entrada con la crema del pote y a mi tambi�n me unt� la polla.



Despu�s, advertida de mi impericia gui� el pene dentro del
acogedor agujero de mam� donde en escasos segundos me vaci� ya que estaba a
reventar.



Las dos mujeres se aplicaron a limpiarme el pene con sus
bocas hasta dejarlo impecable.



Alucinado con la situaci�n y viendo humilladas ante mi a
aquellas dos mujeres de mi familia me empezaron a entrar remordimientos y
sensaci�n de culpa.



No obstante estas impresiones se alejaron cuando advert� lo
que el abogado estaba haciendo con la abuela.



La hab�a colocado con la cintura apoyada en un larguero
cil�ndrico y las mu�ecas enganchadas a la barra de un cepo que ce��a sus
tobillos separ�ndolos de tal manera que pens� que la abuela se iba a desgarrar a
todo lo largo del cuerpo.



As� sujeta, la mujer ofrec�a sus desvalidos agujeros bien
abiertos a lo que se quisiera hacer en o con ellos. El jodido abogado le coloc�
en la boca una mordaza de bola, despu�s pausada y met�dicamente enganch� unas
plomadas a los anillos de sus pezones y cl�toris de tal magnitud que cre� que
los desgarrar�a, dada la deformaci�n que adquirieron.



- Oiga, que va a lesionar a la abuela.



- No se preocupe, est� todo medido.



- Pero le debe hacer mucho da�o.



- Hombre, pues de eso se trata. Contemplando sus
tribulaciones se me levantar� otra vez la polla para sodomizar este gordo y
blanco culo.



Por cierto se�or, conviene que utilice con sus esclavas sus
denominaciones prescindiendo de las alusiones familiares. Ya le he dicho que sus
nombres son UNA, DOS y CUATRO respectivamente.



Mientras me hablaba el hombre hab�a tomado una enorme jeringa
que hab�a cargado de un l�quido de una botella, se la enchuf� a la abuela en su
ano y apretando el �mbolo firme y r�pidamente le introdujo todo el l�quido en
los intestinos, despu�s, diestramente le meti� en el mismo orificio una pelota
vac�a que infl� mediante una pera acoplada por un tubito el�stico.



Me acerque a mirar y pude percatarme de la enorme dilataci�n
del ano de la abuela por donde asomaba una buena parte de la superficie de la
pelota y el tubo de la pera infladora.



- Esta perra va a tener unos espasmos ag�nicos dentro de un
rato que la distraer�n de los azotes que le voy a propinar.



Por cierto se�or, que si no utiliza a las otras bien podr�a
permitir que CUATRO me la mamase mientras flagelo a UNO.



UNO empez� a sudar copiosamente y mostraba una cara con los
ojos queriendo salir de sus �rbitas.



El abogado lo advirti� y, tomando una fusta de caballo de la
pared comenz� descargar golpes sobre sus nalgas. A cada golpe la abuela se
balanceaba y eso hac�a que las plomadas colgadas del cl�toris y los pezones
aumentasen su efecto, as� como que girasen sobre si mismas retorciendo los
ap�ndices.



Acced� con un gesto a que CUATRO -Ya me estaba familiarizando
con esos apelativos- le mamase la polla mientras disfrutaba con los golpes,
aunque cuando se le empin� paso a hacerle lamer su ano.



Se despach� a gusto durante un cuarto de hora y despu�s
liber� a la vieja de la bancada y llev� a las dos esclavas a uno de los
yacuzzis, donde colocando la cara de CUATRO a la altura del culo de UNO,
deshinch� y desaloj� de los intestinos de �sta la pelota brotando un fuerte
chorro que impact� en la cara de CUATRO quien, a una orden del leguleyo, abri�
la boca para recibir la mezcla.



Las orden� asearse y mientras lo hac�an me pidi� permiso para
meter la polla en la boca de mam�, digo DOS, para conservar su erecci�n.



Cuando UNO y CUATRO se presentaron las condujo cerca de una
butaca donde se sent� �l con la polla en ristre, quit� la mordaza de la vieja
pero, dej�ndole las plomadas de los pezones y el cl�toris la hizo introducirse
la polla en la vagina.



A continuaci�n imparti� instrucciones a CUATRO para que,
metiendo la mano por el dilatad�simo ano de UNO le tomase la polla a trav�s de
la membrana que separaba los intestinos de la vagina y le hiciese una paja al
ritmo del mete saca de la vieja.



- UNO, hoy estoy generoso y te permito correrte.



- Gracias se�or, por su benevolencia con esta sucia y
asquerosa puta.



Pareci� una expresi�n m�gica, porque UNO arreci� el ritmo de
la follada gimiendo y gritando como una loca.



Creo que obtuvo dos orgasmos antes de que el abogado se
corriese. Cuando la sac� del viejo chocho, CUATRO la limpi� escrupulosamente.



A mi se me hab�a vuelto a erguir con el espect�culo y requer�
la boca de DOS para aliviarme otra vez, ya que me daba asco la boca de CUATRO
que hab�a limpiado la polla del abogado y todo el cuerpo de UNO despu�s de la
sudada manteniendo el enema y del uso propinado por el tipo aqu�l.



Se les envi� a la ducha las tres mientras el leguleyo se
fumaba un puro y me dec�a:



- Ahora le presentar� al mayordomo y al ama de llaves que son
los que dirigen el orden en la casa.



Ellos le presentar�n a los trabajadores y le informar�n de
los detalles y forma de vida en la hacienda.



Cuando estuvieron duchadas las tres esclavas subimos otra vez
al sal�n donde nos esperaban tres personas.



Una era mi t�a, hermana de mi padre, de unos 35 a�os y que
era una mujer preciosa, era m�s bajita y delgada que las otras orondas mujeres
de la familia aunque con bonitos pechos y resping�n culo.



Presentaba un estado lamentable, toda sucia de semen que
segu�a escurriendo de su ano. Estaba anillada como las dem�s pero adicionalmente
tenia tres pasadores entre los labios mayores de la vagina que imped�an la
penetraci�n por ese conducto.



- Esta es TRES, est� as� porque hoy le tocaba turno de puta
con los peones y adem�s tenia que ser montada por dos perros y un caballo que se
encontraban inquietos.



Tiene la vulva clausurada porque est� en preparativos para
ser pre�ada como hab�a decidido su difunto padre.



El a�o que viene ser�, salvo que usted disponga lo contrario,
CUATRO la que sea pre�ada.



Le presento tambi�n al ama de llaves Dominica y al mayordomo
Pablo.



- Encantado.



Tom� la palabra la mujer, una colosal negra con aspecto
caribe�o que iba ataviada con una diminuta braga de cuero ce�ida por un cintur�n
y con aberturas en los lugares adecuados, unas medias de malla negras con ligas
y un sujetador de solo sujetar sin tapar, para elevar sus m�rbidas tetazas.



En los pezones llevaba gruesos anillos dorados y por el
agujero delantero de las bragas que oprim�a hacia adelante sus jugosos y
abultados labios mayores asomaba otro.



Como complementos exhib�a collar y mu�equeras claveteadas y
un bonito tatuaje a lo ancho de la prieta ri�onada.



Los brillantes obuses que eran sus muslos y sus ajamonados
brazos dejaban entender que dedicaba tiempo al ejercicio.



- Se�or, lo primero es comunicarle que, aunque algunas de las
criadas y yo misma realizamos prestaciones sexuales, contempladas en el contrato
laboral, solamente las esclavas pueden se torturadas y obligadas a mantener
c�pula con los animales.



Para ma�ana hay una fiesta prevista con los amigos y amigas
de la asociaci�n esclavista de su difunto padre para festejar su llegada y
reelegir presidente ya que lo era �l.



Los socios y socias desear�an que usted se hiciese cargo de
la presidencia en honor de su estimado padre.



Como los socios suelen extralimitarse con las esclavas en
esas fiestas, que se celebran en el s�tano, conviene que UNO, DOS, TRES y CUATRO
descansen bien toda la noche y ma�ana.



Por ello, si no tiene inconveniente, esta noche puede
disfrutar de esta su humilde servidora o de alguna otra de las criadas-putas que
tiene a su servicio.



- � Cu ntos son los invitados a esa fiesta ?



- Cinco caballeros y tres damas.



- No son demasiados.



- Bastan para dejar a las esclavas destrozadas, y eso que las
criadas-putas y esta servidora pondremos tambi�n a disposici�n nuestros cuerpos,
pero solo para el folleteo.



Ahora se�or, si es su deseo, dispondr� de las esclavas y m�s
tarde le ba�ar� a usted y despu�s le serviremos la cena.



- �Ba�arme?.



- Siempre lo hac�a con el difunto se�or, pero si tiene otra
preferencia ...



- No, est� bien, me gusta tu cuerpo.



- Gracias se�or, espero no defraudarle. � zorras sumisas, al
cubil !



- Un momento, intervino el abogado. Tengo ganas de orinar y
ya que TRES est� as�..., me lo permite se�or?



Yo no entend� y Dominica me tradujo.



- El se�or letrado desea orinar en la boca de TRES.



Ah, bueno, est� bien, si es la costumbre.



Inmediatamente TRES se arrodill� ante �l, que sacando la
polla dijo:



- DOS, a la limpieza.



Me� con gran desparpajo en la boca de la esclava y mam�, digo
DOS, se encarg� de limpiarle la polla con la lengua antes de enfundarla en la
bragueta.



- Bueno se�or, regreso a mi casa con mis queridos esposa e
hijos que me estar�n esperando despu�s de esta larga jornada.



No olvide su promesa de seguir permitiendo mis ocasionales
expansiones con su ganado como hac�a su respetado y finado progenitor.



No dude en reclamar mis servicios cuando los necesite.



- Adi�s, hasta otro d�a.



Volvi� Dominica despu�s de despachar a las esclavas y me
condujo a mis lujosas habitaciones.



Me desnud� y ella misma se despoj� de las pocas prendas que
llevaba y nos metimos en un yacuzzi para disfrutar de un agradable y relajante
ba�o.



La negra me enjabon� cuidadosa y delicadamente todo el cuerpo
prestando especial atenci�n a mis partes, que sufrieron la l�gica erecci�n.



Sin tener que hacer ninguna indicaci�n comenz� a tratar mi
polla entre sus voluminosas tetas alternando con su mano y su boca.



Poco tard� en correrme copiosamente en esta �ltima trag�ndose
ella todo el producto. Una vez me hubo secado fuimos a la cama, puso un v�deo y
se acost� conmigo diciendome que el v�deo estaba encargado por mi padre, hab�a
muchos m�s por lo que vi, y que era para ilustrarme sobre el trato a las
esclavas.



La cinta hab�a filmado una sesi�n de DOS con dos individuos,
ninguno mi padre, en la sala de torturas.



DOS estaba tumbada en una mesa ginecol�gica, bien sujeta a
ella con ligaduras, las piernas elevadas y abiertos los muslos al m�ximo
mediante una barra separadora de manera que su vulva y su ano permit�an una
c�moda manipulaci�n.



Ten�a la boca taponada con una mordaza hinchable que casi le
desencajaba la mand�bula. Primero vi como le colocaban unas pinzas de presi�n en
los labios mayores y tiraban de ellas lateralmente hasta engancharlas en unas
correas fijadas en sus muslos de forma que quedaba bien visible el abierto
agujero.



Uno de los individuos le coloc� sobre los pechos unas
campanas de vidrio y puso en marcha una maquina de vac�o que comenz� a
deformarlos absorbiendolos dentro de las campanas.



Mientras el otro individuo le puso una irrigaci�n en el ano y
procedi� tambi�n a taponarselo con un enorme consolador que ten�a un
ensanchamiento cerca del final antes de volver a adelgazar bruscamente y
terminar en una placa (Aunque lo he llamado tapaculos, entonces no ten�a ni
remota idea de para que serv�a hasta que lo vi ).



Despu�s acometi� la tarea de introducirle en la vagina un
enorme pene con resaltes que met�a hasta el fondo y sacaba con una endiablada
velocidad.



Aparte de la irritaci�n que deb�an estar infligiendo los
resaltes, la presi�n de bombeo de aquel pene deb�a revolver y acentuar los
efectos del l�quido del enema.



La cara de DOS estaba desencajada y sus ojos desorbitados.
Terminada la maniobra con el enorme pene rugoso, le inyect� en la vagina un
l�quido que, por las l�grimas y las enormes cantidades de mocos que soltaba DOS
deb�a sentar fatal sobre la irritaci�n producida por el pene.



La c�mara hizo un zoom para permitir ver como le introduc�a
un tubo en un agujerillo encima del grande, que deduje h�bilmente que era por
donde meaban las mujeres.



Acto seguido intervino en escena UNO que, con las manos
atadas a la espalda, las tetas amarradas fuertemente en la base y plomadas
estirando cl�toris y pezones, se vio obligada a introducir en su boca el extremo
del tubo que part�a del agujerito de DOS.



La c�mara pase� por el trasero de UNO para mostrar como ten�a
los dos agujeros taponados con un pene de doble cabeza doblado por la mitad para
pasar a un primer plano de las tetas de DOS a quien se la libera de las campanas
de vidrio para mostrar su pechos amoratados y deformes, al igual que sus
pezones, enormemente inflados.



Un rato despu�s los deformados pezones son perforados con
agujas de inyectar y despu�s las tetas golpeadas con una fusta de caballer�a.



En la siguiente escena DOS es liberada de la mesa y llevada a
uno de los yacuzzis por los hombres, que deben sujetarla ya que apenas se
mantiene en pie.



La pobre esclava manifiesta un gran vientre hinchado como el
de una pre�ada, sin duda por el l�quido que porta en sus intestinos.



Es obligada a ponerse a cuatro patas con UNO situada
inmediatamente detr�s a la altura de su ano. Le retiran bruscamente el tap�n
anal y la vieja recibe un tremendo chorro a presi�n en la cara que mantiene la
boca abierta.



Despu�s DOS es duchada con unas mangueras que, por la cara y
movimientos que hace la zorra debe ser agua helada. Por �ltimo se reduce la
presi�n en las mangueras y le introducen una por el ano y otra por la vagina, se
retiran las mangueras, se la vuelven a taponar los dos agujeros y se la obliga a
dar saltos oy�ndose en la cinta sus lamentos ya sin mordaza.



Cuando le retiran los tapones, la c�mara se recrea con un
primer plano de su vaciado.



A continuaci�n se ven desnudas a UNO y CUATRO, tumbadas sobre
una tarima y con sus vulvas enfrentadas. Tienen un consolador de doble extremo
clavado en ambas vaginas y otro en los anos.



Una voz les da la orden de follarse entre si advirtiendo que
la �ltima en conseguir el orgasmo ser� severamente castigada.



Las dos comienzan el vaiven y por los gritos y gemidos que se
oyen, y la forma en que se estrujan las tetas, tironean de los anillos de sus
propios pezones y del cl�toris, parece que disfrutan enormemente.



La escena, sobre todo sus lascivos gemidos, me yerguen la
polla de tal manera que Dominica, que ni un rato ha dejado de acariciar todo mi
cuerpo, decide cortar la pel�cula y follarme.



No existen palabras para contar las cosas que me ense�� el
oscuro, sabio, dulce y m�rbido cuerpo de Dominica. El dominio con el que
controlaba sus orificios apretando y aflojando en los momentos oportunos, y su
conocimiento sobre lo que en cada momento desea un hombre hac�a que follar con
ella tuviera el car�cter de adicci�n narc�tica.



Esa noche complet� mi desvirgado, ya que antes que con ella
todav�a mi polla no hab�a estado en una vagina.



Siguiendo la costumbre de mi progenitor, cada noche usaba a
una de las esclavas, el quinto d�a utilizaba a Dominica y los otros dos
alternaba alguna de las criadas-putas, aunque siempre pod�a haber alguno m�s en
la cama temporalmente para dar variedad.



Sin embargo poco a poco las criadas putas fueron desplazadas
por Dominica, que finalmente acab� en mi cama todos los d�as ayud�ndome con las
esclavas.



Orden� que pre�aran a TRES, como era el deseo de mi padre y
seleccion� a DOS para el pre�ado siguiente, siendo por tanto la pr�xima CUATRO y
as� irian rotando de manera que, si cuadraban los calendarios, siempre hubiese
una barriga o unos pechos con leche en la ganader�a.



Las filmaciones de pap� me dieron la idea de montar una
productora de cine pornogr�fico negocio que funcion� muy bien con mis esclavas
como protagonistas.



Me hice m�s millonario todav�a.



Hace unos a�os, aburrido ya de las esclavas familiares las
vend� a todas en un lote a uno de los socios de la asociaci�n de esclavistas y
me compr� a una madre de 38 a�os y sus dos hijas gemelas de 18, negras como
Dominica.



Ya os contar� como participaron en las filmaciones porno.




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Relato: La herencia de pap�
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