Fue un a�o malo para los campesinos, las sequ�as continuas
les hab�an arrebatado sus cultivos y dinero. El rey no ve�a esto como un
problema para el, ya que de todas formas recaudar�a igualmente sus impuestos,
que serian pagados con dinero o alimentos y ese a�o para los que no ten�an
dinero tomar�an como paga a una hija mujer y en el caso que no la tuviera a un
var�n.

Los recaudadores de impuestos salieron a cobrar como todos
los a�os pero esta ves acompa�ados de muchos soldados ya que sab�an que tendr�an
resistencia.

Los recaudadores saqueaban literalmente las casas de los
campesinos, sacando sus reservas de dinero o de alimento y en el ultimo de los
casos eligiendo a las mujeres mas bellas. Los campesinos no pod�an hacer nada ya
que su fidelidad al rey se lo imped�a y en el caso de resistirse serian
ejecutados en el momento. Las mujeres eran todas subidas juntas en una gran
carreta, todas estaban vestidas con ropas sucias pero eran muy atractivas y los
varones eran atados y trasportados a pie a fuerza de latigazos por todo el
camino.

Los recaudadores de impuestos en pocos d�as le entregaron al
rey como 25 mujeres y 10 hombres, el decidi� dejar 10 mujeres para esclavas
personales de el y el resto se las entregar�a a su hijo mayor Enrique, los
varones serian utilizados para trabajos forzosos en el reino.

Enrique era un muchacho t�mido y muy pervertido, su
perversi�n se originaba por que era impotente sexual y se dedicaba a fabricar en
un s�tano, aparatos de tortura sexuales. El Rey sabia bien de las perversiones
del hijo y para que este dejara de utilizar a sus sirvientas con sus aparatos de
torturas opto por conseguirle las esclavas.

El muchacho no perdi� tiempo, encerr� a sus esclavas nuevas
en una serie de celdas, que tenia en el s�tano junto a sus inventos, y les
ordeno que se desnudaran completamente. Una por una, ayudado por dos soldados,
ir�a sometiendo a las mas terribles atrocidades para saciar su sed de sexo y
perversi�n.

Comenz� con una rubia virginal que lloraba continuamente, se
llamaba Anastasia, y tenia un cuerpo muy delgado pero bien formado, esta era una
de las hijas de uno de los campesinos que mas dinero tenia antiguamente, ella
fue criada casi como una princesa, pero su padre hab�a fallecido hace dos a�o y
tras de eso vino la sequ�a, su madre no pudo manejar los campos y enseguida
cayeron en la quiebra.

Enrique tenia tantos aparatos como mujeres, pero decidi� que
no torturar�a por el momento a todas juntas a la vez y dejar que las otras
observar�n desde sus celdas para que invadiera mas el horror entre ellas.

Anastasia fue puesta en una tabla donde sus brazos eran
atados juntos sobre su cabeza y sus piernas individualmente en cada punta. La
maquina tenia una manivela que permit�a abrir las piernas de la esclava a mas de
180 grados dejando muy expuestas todas sus partes. Enrique poco a poco fue
girando la manivela y a�n sin dolor las piernas de Anastasia ced�an, hasta que
sus piernas empezaron a sentir el dolor de los m�sculos tensionados, ya que no
era una chica muy el�stica y comenz� a provocarle peque�os gritos de dolor.

El torturador le dec�a que no gritase que eso no iba a doler
que solo era el comienzo, y esa maquina solo serbia para dilatar bien sus
piernas para dejar el camino mas f�cil pera trabajar con sus partes. Anastasia
que era virgen comenz� a llorar por el solo echo de pensar en lo que podr�a
suceder. Enrique sigui� hasta que el dolor de su esclava comenzaba a ser
insoportable, el sabia que ese dolor era temporario y que pronto su cuerpo se
acostumbrar�a a el, adem�s el no quer�a confundir de dolores al torturado el
sabia que lo que vendr�a era a�n mejor.

Enrique asomo una maquina mas al juego, esta en la punta
tenia sobresalido una forma de pen� que comenzaba con un ancho de 3 cm,
terminando con 20 cm y un largo total de 40 cm, era imposible pensar que eso
fuera penetrado a alguien. Venia acompa�ado de una soga que sal�a de la parte
trasera y pasaba por una polea por la parte superior, al tirar de la soga el
pen� se met�a para adentro pero si se soltaba o aflojaba la soga este sal�a para
afuera empujado por un gran resorte.

Tirando del m�ximo de la soga para que el pene se ocultara,
Enrique acomodo bien el aparato en la entrada de la vajina virgen de su esclava
y tomo la soga y se la dio a Anastasia para que la sujetara bien fuerte. A ella
no le costaba mucho mantener la soga tensa en esa posici�n ya que tenia a su ves
la manos atadas en la mesa de tortura. Pero esto no iba a durar mucho ya que
Enrique puso una vela con una llama tenue que ir�a de a poco quemando la soga
que sujetaba sus manos. Al suceder esto Anastasia tendr�a que mantener su cuerpo
igualmente recostado sino al ceder, le dejar�a el camino libre al miembro
moustroso de la maquina torturadora.

Enrique se sent� junto a sus compa�eros y comenzaron a
observar la escena, las mujeres de las celdas dec�an palabras de aliento para
Anastasia. Ella entre gritos y desesperaci�n rogaba para que esa soga nunca se
quemase. Sus ruegos fueron en vano y la soga pronto cedi�, dej�ndole libre las
manos. Ahora ella hacia toda la fuerza posible con su cuerpo y brazos para
impedir que el pen� artificial se haga camino dentro de ella.

El tiempo pasaba y las fuerzas de anastasia se agotaban,
enrique disfrutaba como nunca y observaba como sus aparatos funcionaban a la
perfecci�n , el resorte que empujaba el miembro era muy fuerte y Anastasia no
soportaba tanta fuerza, poco a poco fueron sus brazos separ�ndose de la mesa y
el miembro saliendo de su escondite. Ya sus fuerzas comenzaba a flaquear
totalmente y la penetraci�n era inevitable.

Enrique se posiciono en un mejor �ngulo para observar como su
invento se iba apoderando de esa vagina virginal. Anastasia iba cediendo muy de
a poco y cada vez que sus brazos se levantaban mas iba sintiendo como el miembro
presionaba su vagina hasta que en un segundo se hizo camino hacia adentro, ya
estaba siendo penetrada y solo ella pod�a impedirlo, pero ya no tenia fuerza
para eso, as� que decidi� solo ceder muy de a poco para que el dolor no se
brusco. El pen� artificial se fue tomando camino dentro de ella, ella nunca
hab�a sentido esta sensaci�n y comenz� a gustarle, el problema era que el
miembro cada vez que avanzaba se iba poniendo mas y mas ancho y eso le estaba
provocando de a poco dolores intensos en lo ancho de su vagina.

Ya no soportaba mas el dolor de brazos y pens� por un momento
en soltar la soga, pero ella fue advertida que si hacia eso el miembro seria
disparado para adentro por la fuerza del resorte y reventar�a todos sus �rganos.

Gran parte del miembro hab�a entrado y Anastasia segu�a
luchando sus gritos comenzaron a ser desesperantes, las otras esclavas aclamaban
por su liberaci�n, era todo una mezcla de llantos y gritos de horror, la vagina
de la virgen Anastasia cobraba dimensiones nunca antes calculadas, el miembro
segu�a avanzando cada vez mas y ya tenia un ancho de mas o menos 15 cm, la
profundidad se perd�a dentro de su virginal cuerpo. Entre los gritos de terror
se distingu�an los fuertes insultos, de una de las esclavas, para con el hijo
del Rey, este cansado de tanto griter�o les exigi� que se callaran, algunas les
hicieron caso menos la mas rebelde que lo segu�a insultando sin para.

El grito -les advert� ya estoy cansado y principalmente de
ti- se�alando a la rebelde, sin decir una sola palabra mas los guardias abrieron
la celda para sacarla y tom�ndola de los brazos la dejaron a disposici�n del
pr�ncipe, que advirti�, - ahora ella servir� de ejemplo para que ustedes me
respeten.

Se�alo una nueva mesa de tortura y fue encadenada de pies y
manos. Mientras Anastasia luchaba por no ser literalmente partida en dos por
semejante instrumento, el pr�ncipe comenzaba los preparativos para su nueva y
mortal tortura.

Continua...

By: ALEXXX

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