Mi amigo estaba verdaderamente desesperado despu�s de los
acontecimientos de aquella noche. Cuando sali� apuradamente con su mujer de la
casa donde hab�an mantenido relaciones con Fernando y Vero, solo ten�a en mente
averiguar por qu� su esposa hab�a disfrutado tanto con Fernando.

Esta es la descripci�n de los acontecimientos seg�n la
versi�n que mi amigo lleg� a contarme...

***

- Bueno � Dije tratando de disimular mi inquietud mientras
encend�a el motor del auto.

- Me vas a contar o no?

- Qu� quieres saber?; acaso no sabes a que fuimos con
nuestros amigos o es que te has dedicado todo este tiempo a hablar sobre
filosof�a con Ver�nica.

- No...claro pero...bueno como lo pasaste?-

- Creo haberte dado a entender perfectamente que lo pas� bien
y disfrut� el momento; de eso se trataba, no?

-Si ya...pero qu� m�s puedes contarme.- Insist� yo.

-Mira, no creo conveniente que hablemos ahora, de acuerdo? Lo
dejamos para otro momento, estoy cansada y solo espero llegar a casa para dormir
�

El desinter�s de Sandra me dej� m�s intranquilo; trat� de
convencerme que tal vez ten�a raz�n, hab�a sido una noche demasiado cargada de
emociones hasta ahora in�ditas para nosotros. La jornada hab�a culminado con la
experiencia sexual m�s caliente que hayamos vivido y sin embargo hab�amos estado
separados.

Los d�as siguientes transcurrieron sin mayores novedades, nos
dedicamos a nuestros trabajos y cuando nos hall�bamos en casa parec�amos estar
ausentes. Ninguno se atrev�a a mencionar nada respecto de lo sucedido y prefer�
hacer un intento de olvidar todo.

El s�bado est�bamos de buen humor; por la ma�ana fuimos a
jugar al tenis y a la noche vimos una peli en el cine que result� excelente.
Cenamos fuera y de regreso en casa nos bebimos algunas copas para entonarnos. Mi
esposa estaba sensual y bella como de costumbre.

Me acerqu� hacia ella, la tom� de la cintura y comenc� a
besarla mientras mis manos levantaban la falda del vestido buscando las nalgas
suaves y redondas. Baj� sus bragas, me arrodill� delante y dirig� mi lengua
hacia los pliegues de sus tiernos labios vaginales. Ella levant� una pierna para
apoyarla sobre la silla y con sus dedos ayudaba a separar a�n m�s la entrada de
aquella zona exquisita. Sent� los suaves gemidos de mi esposa, el calor h�medo y
perfumado de su excitaci�n llegaba a mi boca; mi lengua hurgaba sin descanso
lamiendo y mordisqueando el cl�toris expuesto.

Ella me tom� el rostro con ambas manos y se agach� hasta
posar sus labios sobre los m�os, lamiendo los restos de su propios jugos tibios.

Se quit� la ropa por completo excepto los zapatos de tac�n.
Qued� parada delante de m� con las piernas ligeramente separadas y las manos
cruzadas en su espalda en actitud sensual y desafiante. Con la mirada la recorr�
de abajo hacia arriba, observando el brillo de su vello p�bico, los pezones
erizados, sus labios tentadores, su piel rosada,... estaba magn�fica.

Me desnud� r�pidamente y fui hacia ella como un pose�do, nos
recostamos sobre el sof� y mientras la besaba ardientemente por todo su cuerpo
le hund� el miembro erecto hasta donde llegaba su recorrido. Qu� placer era
sentir el calor abrasador de su cavidad, sus m�sculos apretando mi pene,
tratando de exprimirlo. Mi esposa se sacud�a y gem�a deliciosa pidiendo m�s ante
cada una de mis embestidas.

De pronto volaron en mi mente las im�genes de mi mujer con
Fernando (habr�a sido as� con �l?); una y otra vez llegaba el recuerdo de sus
manos sobre el culo de mi esposa, desapareciendo tras la puerta del cuarto...
"Espero que lo hayas pasado tan bien como yo", me hab�a dicho ella.

- As� gem�as con Fernando?- Le susurr� al oido mientras
segu�a penetr�ndola.

-Ahh!...- Dejemos eso ahora mi amor � Sigue as�!... Alcanz� a
decir ella en medio de su excitaci�n.

Retir� mi verga de su interior, la tom� por los pelos y la
empuj� hacia la cabeza de mi pene colorada y dura. Su boca se abri� obediente y
comenz� a succionar una y otra vez mientras acariciaba mis test�culos.

-As� mi putita...as�...igual que se lo hac�as a Fernando,
verdad? Ella continuaba su tarea respirando entrecortada. � Te vas a tomar mi
leche!! � Le dije sin dejar de sostenerla por los pelos. El movimiento de mi
esposa se aceler� s�bitamente, su boca chupaba en un vaiv�n fren�tico.

-Ahh...te voy a llenar la boca! � Te gusta?... � Tambi�n te
tragaste la de Fernando, verdad? Insist�a enloquecido. Te tragaste su
lechita?...eh? En ese instante mi esposa asinti� con un movimiento de su cabeza
y mi esperma estall� dentro de ella...

Lejos de haber sido una velada ideal, ella no alcanz� el
orgasmo despu�s de mi intervenci�n, simplemente fue hacia el ba�o y luego se
retir� en silencio al cuarto.

-Lo siento...- le dije arrepentido. � No s� que me
ocurri�...Fue la calentura del momento, ya sabes...

-Est� bien, ya pas� � Mi mujer se ech� a la cama, pero en su
interior sab�a que nada hab�a pasado a�n.

Transcurrieron varios d�as de poca conversaci�n, algo flotaba
en el ambiente que ten�amos que resolver porque no desaparecer�a si no lo
enfrent�bamos. Para peor, un noche cuando llegu� del trabajo Sandra me dijo que
Fernando y Vero hab�an llamado para saber c�mo est�bamos y si quer�amos salir a
cenar con ellos. No solo eso, sino que mi esposa estaba de acuerdo en pasar a
buscarlos.

No pude evitar un rapto de ira. � Ahora entiendo que solo
estabas esperando este momento! Qu� ocurre, acaso no puedes estar sin verlos?-

-Claro, que puedo!, solamente pens� que te agradar�a verlos
nuevamente. Solo nos invitaron a cenar en un restaurante, eso es todo.-

-Pues si no recuerdo mal la �ltima vez nos encontramos en un
bar y luego terminamos la faena entre las s�banas!-

-Me alegro que recuerdes bien!, porque la idea de ir adelante
con todo aquello fue tuya!!- Mi esposa estaba fuera de s� y ambos grit�bamos sin
control.

La discusi�n dur� poco m�s, sal� a la calle a caminar y
pensar un poco c�mo deb�a continuar mi matrimonio. Estaba claro que ten�a una
necesidad que iba m�s all� de una simple curiosidad y decid� encarar la
situaci�n.

Llegu� a casa, mi esposa estaba leyendo. � Tenemos que hablar
ahora...necesito que hablemos ahora � dije casi suplicando.

-Muy bien, me parece la mejor manera de resolver los
problemas �

-Quiero...quiero saber qu� pas� aquella noche, necesito saber
todo. Porque tu decisi�n de ir con Fernando a solas no era parte del juego-.

-Y si no era parte del juego, por qu� lo aceptaste? No digas
nada, yo s� la respuesta, estabas tan caliente con Vero que no pod�as renunciar
a tener sexo con ella a�n cuando tu esposa estuviese con otro hombre!.

-No fue as�! Simplemente que en ese momento estaba confundido
y...

-Confundido!, pues para m� las cosas las hab�as puesto
bastante claras, pero siempre y cuando se respetaran tus condiciones!

-Est� bien...perdona...pero a�n as� ahora eso ya no se puede
remediar y te estoy pidiendo que me cuentes todo en compensaci�n; creo que as�
podremos volver a tener nuestra pareja como antes-.

-Yo no opino de la misma manera, creo que nos har� peor...tal
vez si tratamos de olvidarlo...

-No!...por favor!...Estoy dispuesto a entenderlo, pero dime
toda la verdad.- Ya no sab�a c�mo ped�rselo.

-Est� bien...te contar� todo...solo por que insistes.

Ni bien entramos a su cuarto Fernando me bes� profundamente,
sus manos no dejaban de acariciar mi trasero. Yo estaba a�n algo confundida pero
muy caliente; tengo que reconocer que la sesi�n previa con Vero me hab�a
excitado sobremanera. Nunca pens� que una mujer me pudiese calentar tanto. Hasta
pod�a percibir mi propio aroma fruto del l�quido que emanaba mi vagina. Fernando
entretanto, ten�a una abultada erecci�n y mis manos fueron directamente hacia
all� para apretar aquella herramienta a�n oculta por el pantal�n. Mis manos se
llenaron con ese bulto caliente como una brasa, lo recorr� arriba y abajo
comprobando que ten�a la dureza de una piedra; cuando quise desabrochar el
cintur�n para extraerlo, Fernando me lo impidi�.

-A�n no...- Me dijo, con voz suave y tentadora. � Conf�a en
mi...- Me pidi� que me desnudara por completo. Mientras lo hac�a sent� que me
acariciaba con la mirada. �Eres una belleza y mereces gozar sin l�mites � Dijo
una vez que qued� desnuda ante �l.

Me hizo sentar en una silla con las piernas abiertas y
comenz� a lamerme la vulva metiendo su lengua dentro. Sabiamente llegaba a mis
zonas m�s er�genas cambiando el ritmo; lento, r�pido, dentro, fuera. Mis
palpitaciones se aceleraban cada vez m�s, apenas pod�a aguantar, mis manos se
aferraban a la silla para no retorcerme en espasmos de placer �Siiii...necesito
que me la metas!- Era lo �nico que deseaba en aquel momento. Cuando estaba por
llegar al orgasmo �l se detuvo, se coloc� delante y baj� su pantal�n.

Mir� con lujuria y deseo aquel miembro erecto por completo,
henchido, venoso, grueso. Su glande apuntaba hacia mi como una flecha a punto de
ser disparada. Mis manos se abalanzaron para atraparlo y abr� la boca todo lo
que pude para cubrirlo con ella; comenc� a succionar la dulce miel que me
entregaba.

No s� cu�nto tiempo le dediqu� chupando su pene sin
detenerme, estaba a�n m�s grueso que cuando comenc�, apenas pod�a introducirlo.
Con una mano comenc� a acariciar su culo, firme y atl�tico...entonces �l se
abri� un poco...mis dedos se acercaron a su orificio...no estaba segura de lo
que hac�a pero me resultaba muy excitante. Sin dejar de chuparle el pene le
introduje un dedo en su ano...de inmediato sent� su gemido de aprobaci�n. Era la
primera vez que hac�a algo as�...resultaba maravilloso y caliente.

-Eres fant�stica...te voy a llenar con mi leche...- Al oir lo
que dec�a me excit� mucho m�s, fren�ticamente comenc� a masturbarme y cuando
sent� que su miembro estaba por estallar, aceler� la succi�n de mi boca. Casi de
inmediato me inund� con su esperma caliente que tragu� por completo; mi orgasmo
no se hizo esperar y el pene dentro de mi boca evit� el alarido.

Me bes� tiernamente � Nada mal para ser la primera vez, ahora
recu�state en la cama � Su voz era embriagadora y yo me dejaba llevar. Comenz� a
recorrer mi cuerpo con su boca y para mi asombro en un instante ten�a su miembro
nuevamente duro. Se coloc� el protector y yo abr� mi piernas para recibirlo. Lo
sent� en todo su esplendor, mi vagina se adapt� a �l de inmediato y me penetr�
hasta el fondo, serruch�ndome sin parar.

Yo estaba preparada para un nuevo orgasmo pero de pronto se
detuvo y me hizo girar boca abajo. Extrajo de un caj�n un par de esposas de
metal que delicadamente me cerr� sobre cada mu�eca y amarr� el otro extremo a la
cabecera de la cama. Extra�amente no sent�a miedo sino una tremenda excitaci�n.

Luego pos� sus manos en mis gl�teos y comenz� a dedicarme una
sesi�n de lengua en el ano, que logr� marearme de placer. Sent�a que mi vagina
chorreaba abundante l�quido del interior y llegaba a mis muslos...me estaba
preparando para poseerme por detr�s. Le ped� que no lo hiciera y me dijo que no
har�a nada que yo no deseara y continu� chupando mi trasero. El orificio anal se
dilataba como respuesta a sus caricias, no pod�a evitar una enorme excitaci�n.

En ese momento introdujo un dedo dentro de mi culo; empez� a
moverlo dentro y fuera...instintivamente me arrodill� levantando el trasero;
comenc� a moverme atr�s y adelante para favorecer el recorrido de su dedo en mi
interior que para entonces se deslizaba con facilidad.

Despu�s de un rato Fernando me mostr� el consolador que
utilizar�a para continuar. No dije nada, solo me mord� los labios hasta que
sent� la penetraci�n suave. Haciendo girar despacio el extremo del cilindro fue
meti�ndolo de a poco en el ano; mi cuerpo se estremec�a cada vez m�s, sab�a que
�l no se detendr�a y yo estaba amarrada lo cual me excitaba de manera
indescriptible.

Casi no pod�a hablar, solo emit�a gemidos de placer que
Fernando sab�a interpretar y acompa�aba introduciendo hasta el fondo aquel
instrumento. Gir� mi cabeza hacia atr�s y pude ver el pene de �l, en tremenda
erecci�n, acechando a mi espalda como un animal furioso aguardando su
oportunidad.

No pude resistir m�s...quer�a ser pose�da por detr�s con
aquel miembro...lo deseaba!!. Le ped� que me lo metiera...le rogu� que me la
metiera por el culo.

� Lo que tu digas...- Me dijo morboso.

Mi orificio anal estaba muy dilatado por el trabajo previo,
pero aquel pedazo lo iba a agrandar mucho m�s. Fernando me tom� por la cintura y
acomod� el trasero hacia arriba para facilitar la penetraci�n. Separ� mis nalgas
con ambas manos...yo esperaba ansiosa la perforaci�n y de una arremetida
introdujo toda la cabeza.

Solt� un insulto ante el dolor repentino pero casi de
inmediato el placer super� cualquier otra sensaci�n. De ah� en m�s todo fue
sentir como cent�metro a cent�metro iba metiendo su pene, yo chorreaba las
s�banas con mi calentura, mord�a la almohada, sacud�a la cabeza y gem�a
salvajemente. Luego comenz� a sacudirme, sent�a como su pedazo recorr�a mi ano y
sus test�culos golpeteaban sobre mis gl�teos...lo hab�a metido por completo...me
sent�a m�s morbosa que nunca y no quer�a que se detuviera ni un instante.

Poco m�s pude aguantar...acab� violentamente en medio de
alaridos al mismo tiempo que lo hizo �l...Su pene qued� dentro m�o hasta que
logr� relajarse por completo.

Qued� exhausta, sin aliento, pero hab�a alcanzado el climax y
el placer como nunca antes...

Mi esposa finaliz� con esas �ltimas palabras que me
atravesaron como un pu�al, porque notaba que lo dec�a convencida de si misma.
Apenas pod�a creer lo que me hab�a contado; la manera en que ella se hab�a
entregado a Fernando era demasiado para mi. Me levant� en silencio y sal� a
caminar, a despejar mi mente con aire fresco...

***

Pues bien, este es el final del relato que mi amigo me
confes� hace alg�n tiempo. Su matrimonio jam�s volvi� a ser el mismo porque �l
nunca pudo recuperarse a pesar de los esfuerzos de Sandra. Siempre fantase�
gozar a pleno una noche de sexo pero no estaba preparado para que su esposa
tambi�n lo disfrutase. Tal vez fue un error querer saberlo todo, tal vez fue un
error el encuentro con aquella pareja, lo cierto es que con el tiempo se
separaron.

La extra�a y quisiera volver con ella pero no puede; tiene
una pesadilla que se repite: el tel�fono suena y su esposa le dice que Fernando
quiere invitarlos a tomar algo...

FEDDOR 04-11-02

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