Era la primera semana de vacaciones
de verano, y lo común era que fuéramos a la playa, ya que
vivíamos en la capital y a mis padres era sagrado veranear en el
mar.
En un principio solo iríamos
nosotros tres (ya que soy hijo único) pero mi papá se puso
de acuerdo con mi tío y viajamos las dos familias. Mi tío
tenía dos hijas, de 17 y 18 años que eran preciosas, así
como unas mariposas habían desarrollado sus cuerpos en plenitud,
contando ya con todo lo que una mujer puede desear. Ellas habían
invitado a una compañera de mi prima menor, que parecía adulta.
Alquilamos una casa bastante grande,
que quedaba a 10 minutos de la playa. A mí, la playa no me llama
mucho la atención, además estábamos en un lugar bastante
apartado del pueblo, éramos casi los únicos en un kilómetro.
Mi tía y mi madre decidieron
tomar sol en topless. Mi padre y mi tío se dedicaban a tomar sol
como si fuesen mezcla de hipopótamos y lagartos.
Una mañana mis padres y mis
tíos debían ir al pueblo a buscar alimentos. Decidieron tomarlo
como un paseo así que fueron a pie y llevaron un carrito con ruedas
para las verduras. ( El pueblo estaba a unos 8 kilometros al sur).
Mi prima Angélica, la de
18, fue con ellos. Yo me quede durmiendo, o mejor dicho acostado en la
cama, ya que estaba de vacaciones. Cinco minutos después que se
marcharan, aparecieron en mi cuarto mi prima Sole y su amiga Claudia. Ellas
eran realmente bellas, y se habían desarrollado rápidamente,
incluso parecían tener más edad (como de 22 años).
Yo estaba acostado (duermo sólo
con slip) y Soledad entró al cuarto diciendo; te queremos hacer
una pregunta, pero quiero que seas lo más honesto posible.
Bueno, yo tengo 22 años,
y siempre las hermanas de mis compañeros de colegio se enamoraban
de mí, no soy nada especial, sólo tengo una mirada profunda
que al parecer cautiva a las jovencitas.
Soledad dijo; ¿cuál
de las dos es más bonita? La pregunta me dejó un poco confundido,
y respondí que dependía, que mirándolas así
en camisón la verdad que se veían como niñas ( era
una gran mentira, porque estaban increíbles) es difícil de
decir, pero que de rostro las dos tenían la nota máxima.
Claudia dijo: yo tengo mejor cuerpo
que la Sole, espera que me pondré mi traje de baño. Soledad,
que no quería ser menos fue a cambiarse enseguida.
En ese entonces yo tenía
más circulación sanguínea. De pronto salió
Claudia, la verdad es que tenía un cuerpo fantástico, unos
pechos grandes y firmes, y una cola que te invitaba a tocarla. Mi pene
comenzaba a levantarse cuando apareció Sole. Se había pintado
los ojos y se veía increíble, además su traje de baño
era muy sensual.
Sole contorneando su cuerpo dijo:
¿cuál de las dos es mejor?
¡UF! les dije, está
muy difícil la pregunta. En el conjunto, las dos son muy bellas.
A ver, por qué no se giran y me muestran sus espaldas.
Las dos al unísono se giraron
y mostraron sus culitos. Sole se arrodilló y agachó la cabeza,
levantando más su cola, dejándola de forma perfecta, giró
su cabeza y mirándome me dijo: ¿ No te parece linda?
Su amiga, que estaba contemplándola,
metió su traje de baño entre sus nalgas, casi perdiéndose,
y se agachó, dejando a Soledad en desventaja. En ese minuto mi pene
estaba poniéndose duro.
Responde, ¿quién tiene
mejor trasero? Les dije que era difícil de responder, que eran igual
de suaves y dulces sus culos. Sole se puso de pie y se bajó el traje
de baño (que era de una pieza) dejando libre la parte de arriba.
Mi boca se abría tragado una pelota de tenis, pues me quedé
loco contemplando esos pechos recién formados. ¡¡¡Conque
con esas!!! ( dijo Claudia) imitando a Soledad. Se imaginan, allí
estaba yo frente a dos chichas guapísimas mostrándome las
tetas.
Los ojos verdes de Soledad hacían
juego con su cabello ondulado. Sus blancos y pulcros pechos elevaban mi
alma al paraíso. Era como una fantasía hecha realidad. Claudia,
que era trigueña, tenía unos pezones más pequeños
que Sole, pero sus formas eran más redondeadas. Yo les dije que
si me dejaban tocar sus cuerpos, determinaría con exactitud cuál
era la mejor, (pensé que no aceptarían).
Me parece excelente idea dijo Claudia,
acercándose a mi cama. Soledad se colocó al lado y dijo:
Tócalos simultáneamente, así notarás las diferencias.
Tenía en cada mano un pecho
deseoso de pasión. Sentí los corazones acelerados de las
chicas, y noté cómo mi erección llegaba a un punto
máximo.
En eso estaba cuando sentí
que habrían la puerta de casa, habían llegado mis tíos
y mis padres. Las chicas salieron del cuarto y se metieron en sus camas.
En eso, sentí subir las escaleras, Angélica se metió
en mi cuarto y me dijo: Son las 11:00 ¡¡¡levántate!!!
Yo tenía un pene que parecía que reventaría, y sólo
lo tapaba con las sabanas.
Ella, sin saber lo que hacía,
me destapó, (en un gesto obligándome a levantarme) Noté
su expresión en el rostro cuando se quedó mirando el gran
bulto que escondía mi slip. Pasaron unos segundos en que ella se
quedó contemplándome. Yo sabía que mi Tío cuidaba
demasiado a Angélica, tanto así que ella estudiaba en un
colegio de monjas (con puras chicas) y no había pololeado nunca.
Estoy seguro que el único hombre que conoce es su padre. Él
la tenía bastante reprimida, y creo que eso la hacía sentir
mal.
Yo le dije: Hey, se te van a salir
los ojos.
En eso ella reaccionó y salió
de mi cuarto. Al tiempo que Mi madre grito ¡¡¡Vamos a
almorzar!!!
El almuerzo fue normal. Luego mis
tíos y padres como de costumbre se tumbarían al sol durante
toda la tarde (de las 2 a las 6) Yo, que estaba tan excitado, que dije
que me sentía mal y que me quedaría en casa.
Se habían marchado todos
y decidí tomar una ducha para calmar mi pasión. Fui a mi
cuarto a buscar mi toalla, entré al baño y comencé
a ducharme. El sólo imaginar las tetas de Sole y Claudia hizo que
comenzará a masturbarme.
Estaba en lo mejor, cuando sentí
ruidos dentro de la casa. Mi primera reacción fue pensar que eran
ladrones, así que me puse la toalla y bajé a la entrada.
Mi sorpresa fue ver a Angélica. Me dijo; el pescado me cayó
mal, así que te acompañaré. Su visión me dejó
alucinado, Angélica vestía un pareo que marcaba con detalle
su figura, su largo cabello se perdía en su espalda, y sus ojos
verdes al igual que Sole, hacían que me perdiera en ellos.
Angélica subió y se
recostó en su cuarto. Yo me quedé en toalla sobre la cama,
y trataba de no pensar en chicas, ya que mi pene no daba más. (como
no alcancé a masturbarme, seguía tenso). En eso apareció
Angélica diciendo: ¿puedo pasar? Claro le dije adelante,
en qué puedo ayudarte. De pronto la veo abalanzarse sobre mí
con un llanto en su rostro, yo la abrazo y le pregunto qué pasa.
Ella me dice que su padre es muy aprensivo y que no la deja hacer nada,
que es el hazme reir de su curso, ya que todas habían tenido experiencias
con chicos y ella nada, y que necesitaba ser escuchada.
Yo le dije que se calmará
y que no se preocupará, que cuando saliera del colegio y fuera a
la universidad sería libre de hacer lo que quisiera, y sólo
faltaba un año. A mí no se me pasó por la mente el
hacerle alguna cosa, la miraba como una hermana. Se le pasó un poco
su tristeza y con voz temerosa me dijo: ¿Me podrías enseñar
tu cuerpo?. Le dije sólo si quedaba como nuestro secreto. Ella sin
dudar dijo Si, nuestro secreto.
En ese minuto tenía mi pene
tranquilo, (sin erección). Me quité la toalla y quedé
desnudo. Sus verdes ojos se abrieron al máximo, y miraba como hechizada.
Unos segundos después me dijo: ¿ Qué tenías
allí, en la mañana?
Le respondí riéndome,
era mi pene, lo que pasa es que estaba erecto, y ahora no.
¿Puedo tocarlo?, Claro, y
te darás cuenta de cómo crece.
Lo tocó como toda una inexperta,
eso sí era muy cuidadosa. Agárralo con fuerza. Hey dijo,
es verdad se esta poniendo firme. Espera y verás le dije. Alucinó
al ver crecer mi pene de unos 14 cm en casi 20. De pronto sin querer un
temblor recorrió mi cuerpo. Ella me preguntó si estaba excitado,
a lo cual yo dije: No (pero estaba que explotaba). Ella lo soltó
e instantáneamente se fue al baño, cerrando la puerta. Yo
me levanté y enfrente de la puerta le pregunté ¿qué
pasa? ¿ Hay algo malo? Nada dijo, estoy sólo comprobando
algo. Yo no sabía qué pensar, pero mi mente ya no la miraba
como una hermana. Salió en bata y me dijo algo que me dejó
pasmado. ¿ cómo se puede meter eso tan grande en un lugar
tan pequeño?. ¿Pequeño? le dije. No, lo que pasa es
que hay que preparar el cuerpo para la penetración.
En eso abrió su bata mostrándome
sus partes íntimas, agarró mi pene y lo dispuso frente a
sus labios vaginales.
Esto no me cabe dijo. En realidad
era bastante pequeña su entrada, y se notaba que jamás había
entrado nada por allí. Eran unos 6 cm, de unos labios vaginales
perfectamente sellados. Soltó mi miembro y amarró su bata
y me dijo ¿ Cómo se supone que se prepara mi sexo para recibir
semejante pene?. Yo le dije que le podía explicar todo el proceso,
y que no tendría inconveniente en responder a todas sus dudas.
Ella miró el reloj y dijo:
son las 5:50, explícame mañana. Me dio un beso en la mejilla
y se encerró en su habitación. Pasaron diez minutos cuando
llegó el resto de la familia. Se imaginaran que quede hirviendo.
Esto lo tomaba como un juego, yo el profesor de sexo le daría clases
a mi prima. En eso entraron todos a casa. Las chicas se habían bronceado
deliciosamente. Yo aún mantenía mi erección, así
que entré al baño y acabé en el acto.
Después de comer mis tíos
y mis padres decidieron ir a casa de unos amigos, Angélica se iría
con ellos. Las chicas dijeron que irían al pueblo, así que
yo las llevaría en la camioneta. Mi padre me dijo que no regresarían
antes de las 2:00 de la mañana, y que recogiera a las chicas a las
11:00.
Me despedí de mis padres
y tíos, y subimos a la camioneta para dejar a Sole y Claudia. Vestían
unos pantalones que marcaban todas sus hendiduras, estaba enfermo con sus
pechos, que tapaban con unas camisetas igualmente ajustadas. Las dejé
y me pidieron que por favor las recogiera a las 12. Yo les advertí
que me ponían en un aprieto, pero asentí.
Al ir a buscarlas (a las 12) ellas
esperaban en el lugar señalado y subieron. Sole comenzó a
preguntarme que después de haber tocado sus pechos cuál de
las dos era mas linda, y les dije que en casa lo averiguaríamos,
yo sabía que no llegarían mis padres (y tíos) hasta
las 2, lo cual me daba un par de horas para hacer algo.
Una vez en casa no se hicieron esperar
y sentados en mi cuarto comenzó el certamen de ricura. Claudia se
acercó y me dio un beso, que me puso a 100. Sole, le dijo que eso
no valía. Y con una expresión picara un su rostro me dijo:
A que yo te la pongo más dura. Y diciendo esto levantó su
camiseta, dejando sus tetas al aire. Parecía una competencia de
cuál de las dos me ponía mi miembro más duro. Claudia
sin ser menos, se sacó el pantalón quedando en cuadros. La
situación se escapó de mis manos y me vi con dos chicas acosándome.
Sacaron mi ropa rápidamente,
mientras cada una me decía ¿ te gusto más yo? ¿
yo soy mejor? Yo estaba loco, sin darme cuenta estaba en calzoncillos abrazado
a esos dos cuerpos. En eso Claudia se levanta y dice, esto lo solucionaremos
de la única forma que hay. Yo sabía que Claudia era una chica
muy precoz, y que sabía sin duda cómo era un pene, ya que
había perdido su virginidad a manos de un amigo el verano pasado,
de hecho Sole me comentó que había visto unas porno en su
casa.
La que haga llegar a tu primo, esa
será la mejor. Recuerdo esta frase como mi propio nombre. Seguido
a esto dijo, lo tendremos 5 minutos cada una, y la que lo haga llegar ganará.
Lo que no sabían estas dos, es que en la tarde me corrí cuatro
pajas (me masturbé 4 veces) y seguro que mis testículos estarían
secos.
Soledad dijo ¡¡¡Yo
primero y todo vale!!! Cinco minutos y descontando dijo Claudia. Soledad
se bajó sus calzoncitos, quedando desnuda. Claudia dijo: Eeeh, pero
tú no puedes participar en nada, sólo recibirás, y
debía quedarme como un muñeco de palo. Soledad comenzó
a bailar, se tocaba el cuerpo con sensualidad, mostrándome sus tetas
y abriendo sus nalgas para verle el culo que latía al compás
de mi pulso, se recostó en el suelo y abrió sus piernas,
noté con asombro que era virgen, sacaba su lengua y se tocaba las
tetas, y ponía un rostro de hembra en celo.
Ya, dijo Claudia me toca, pasaron
tus 5 min. Ésta cual profesional se fue directo a mi pene, y como
un animal que depende del alimento, se pegó a mi miembro. Lo masturbaba
mientras lo chupaba... ¡¡¡No vale!!! dijo Soledad,...
¡todo vale dijimos!- respondió Claudia, mientras me lo chupaba,
me miraba y me ponía caliente. A pesar de no tener semen en los
testículos, creo que iba a eyacular pronto. Podía sentir
su lengua como si fuera una víbora, presionaba con sus labios mi
glande, lo sacaba y metía. Yo no podía creer cómo
una chica tan bella podía chupar una verga de esa forma.
¡¡¡YA!!! dijo
Soledad, mi turno sacando a Claudia, y se colgó de mi pene, de manera
más suave. Se notaba que era mucho más inexperta, y le dio
cierta duda el meterselo a la boca, pero terminó por chuparme. Era
increíble el ver cómo esa boquita trataba de engullir todo
mi órgano, arriba y abajo y musitando unos gemidos de placer. En
eso yo miraba a Claudia que tenía sus manos perdidas en su vagina,
masturbándose frente a nosotros.
Ya, dijo Claudia me toca, sacando
a Soledad de encima. Y yo quedé expuesto a toda su bestialidad.
Se colocó a horcajadas y con su mano metió mi pene en su
vagina, dejando sus tetas a mi boca, diciendo soy la mejor , soy la mejor.
Entró sólo dos veces cuando se salió y se colocó
como una verdadera bolita, se arrodilló y agachó juntando
sus pechos con sus rodillas, me dijo ponte detrás, yo tomé
sus caderas y Soledad dijo, acuérdate que tú no puedes participar...
En eso Claudia toma mi pene y se lo introduce en su vagina, yo de pie al
lado de la cama y ella como perrito frente a mí, comenzó
a acomodarse y se movía sólo ella, yo quieto gozando como
nunca en mi vida... Soy la mejor repetía ¿o no? mis labios
estaban tan apretados que no cabía ni una aguja.
Estaba apunto de acabar cuando Sole
dijo Me toca, y cogiéndome por las caderas, me desenchufó
de su amiga y se metió mi pene en su boca, no lo tuvo dos segundos
cuando se la llené de semen, lo escupió al suelo y dijo extasiada
¡Gané! Gané, soy la ¡¡¡MEJOR!!!.
Quedé tendido en el suelo,
y se marcharon al baño, Claudia me dijo, tienes un pene muy dulce,
y Soledad asintió, Sí, dulce y suave. Adiós primito
hasta mañana.
Eran cerca de las dos, limpié
el desorden y ventilé mi habitación, que había quedado
con aroma a sexo, luego dormí como un bebe.
Desperté como a las 11, con
los ruidos de equipaje, por algún motivo mis tíos tenían
que irse, y se llevarían a Sole y Claudia. Lo lamenté, pero
Angélica se quedaría por más días. Me despedí
de todos y vi marcharse el jeep de mi tío, con las chicas, que como
niños agitaban sus manos en señal de adiós.
Esa tarde fuimos los cuatro a la
playa, (mis padres, Angélica y yo) En eso mi padre me dice, vamos
a caminar, mira que tengo que hablar contigo.
Me puse tenso y me llevo a pasear
por la orilla. De qué se trata le pregunté. Mira, esta noche
saldremos con tu madre a un motel, y llegaremos mañana, lo que quiero
es que te quedes en la casa cuidando. Al regresar, mi prima me sonrió
y me dijo que fuéramos a nadar. En el agua me decía, ¿esta
noche me contarás todo, no? Por supuesto de dije.
Una vez en casa, cenamos y mis padres
se despidieron. Oía con alegría el motor de la camioneta
alejarse.
Angélica. sin perder un segundo
me invitó a subir a su cuarto para que yo le contara lo que dejamos
pendiente.
Mira, lo primero que se debe hacer,
es crear el ambiente necesario, así que puse música suave,
y bajé las luces, de manera que pudiéramos estar más
cómodos. Luego el chico debe comenzar a acariciar a la chica, su
cuello, su espalda etc. ¿Por qué no me explicas y me vas
haciendo lo que dices? ¿No te parece mal? dije. No, respondió,
así no tendré dudas. Ella tenía puesta una camiseta
y llevaba una falda.
Le dije, siéntate en ese
sillón y relájate. Lo cual hizo sin demora. Me puse por detrás
y comencé a acariciar sus hombros, que estaban desnudos. Tomé
su cabello y lo dispuse sobre su hombro derecho, comencé a besar
su cuello y a jugar con el lóbulo de su oreja. ¿Te gusta?
-Sí, respondió. En eso mis manos se metieron entre su camiseta
y su piel, tocándole el inicio de sus pechos, que eran redondos,
tersos y suaves, hasta que pude tocar sus pezones, los apretaba suavemente,
y luego le cogí los pechos con la mano completa. La respiración
de mi prima comenzó a acelerarse y hacerse más profunda.
Lentamente comencé a quitársela. Le tomé la cabeza
y le di un beso muy suave, al principio sólo mis labios tocaban
los suyos, luego mi lengua sutilmente comenzaba a tocar sus labios, hasta
que nuestras lenguas jugaron suavemente al inicio, para desesperarse al
final. Mis labios bajaron sobre su cuello y se detuvieron en ese hermoso
par de pechos, los succioné cual niño, con dulzura, con ímpetu,
extasiado. La falda no demoró en salir, quedándose con un
calzoncito que me calentó muchísimo, ya que se apreciaban
sus formas perfectas. Le dije, ponte sobre la mesa que comenzaré
a abrir tu flor. Empecé a besar sus labios vaginales sobre su ropa
interior, con alegría noté cómo la humedad comenzaba
a brotar.
Ella parecía ida, y repetía
un constante sí, lento, que le salía del alma.
Siiiii, dale.
Hay que quitarte ésta que
ya nos estorba, y lentamente se lo retiré. Mi asombro fue mayor
cuando me di cuenta que su olor vaginal era dulce y cálido, era
el olor a vagina más hermoso que había sentido.
Aún estaban sellados sus
labios mayores y le dije: tranquila, te besaré suave, si te duele
algo, dímelo.
Yo estaba sentado en una silla,
lamiéndole sus partes cual gourmet en la mesa, degustando a mi prima
en su totalidad. Mi lengua no demoró en humedecer su zona, y abrir
los labios mayores. Mi prima gemía de gusto, repitiendo; siiiii,
dale. Apareció de pronto su clítoris, el más grande
que había visto, me prendí a él hasta hacerla llegar.
Chupé, succioné, lamí, hasta que mandíbula
no pudo más, llevaba casi 10 minutos en esta tarea, hasta que su
vagina se abrió casi por completo.
Le dije, date la vuelta y te quedas
a lo perrito, tuve que poner una frazada en la mesa para que no se dañaran
sus rodillas. Sus tetas colgaban como frutos, firmes y formados. Separé
sus nalgas y le dije: ahora sabrás lo que es el beso negro. Me propuse
meter mi lengua en aquel pequeño botón, mientras su vagina
se abría más. Y así me la pasé entre su ano
y su vagina por unos 20 minutos. Notaba cómo en su excitación
apretaba y soltaba su esfínter, lo que me ponía cada vez
más caliente. Me detuve y le dije que era hora de conocer al señor
Pene.
Así que la traje de regreso
a la realidad. Yo estaba en pantalón, y me lo saqué en dos
tiempos. Mi pene se asomaba por sobre el slip, el que me saqué de
inmediato. Me bajé el cuerito y quedó mi glande expuesto.
Mi pene se veía monumental, le señalé todas las partes
y me dispuse a enseñarle la manera de preparar el miembro. Ponte
saliva en la palma de tu mano. Con tu otra mano tómalo firme y ahora
con la otra frota la cabeza de mi pene. Ay dios que éxtasis.
Luego le enseñé a
masturbar el pene. Me acordé que en el botiquín había
vaselina para la partidura de labios, así que la traje en un dos
por tres.
Acéitate las manos con esto
y frota firme, de arriba abajo.
Mis ojos se pusieron blancos, hasta
que ella me dijo que quería que la penetrara.
Espera, antes debes meterla en tu
boca, hazlo muy suave, y trata de meter la mayor cantidad de pene dentro.
Me puse de pie y le ofrecí mi pene a la altura de sus labios. Empieza
por meter la cabeza, aprisiona con tus labios, instintivamente me empecé
a mover, con lo cual metía más pene en su garganta.
Eso, acelera el ritmo, y trata de
llegar hasta abajo, eso era mucho pedir, pero hizo lo que pudo. Ya le dije,
vamos siéntate en el borde de la cama, abre tus piernas. Mi pene
se veía descomunal al lado de su vagina abierta, pero yo sabía
que sus labios cederían. Me puse vaselina y se lo coloqué
enfrente de su entrada. Le dije, esto te dolerá al principio, sólo
debes relajarte.
Cerró sus ojos y dijo, estoy
lista. Agarrando mi pene con mi mano comencé a frotar sus labios,
tratando de abrir cada vez más sus interiores, masajeaba su clítoris
con mi pene, Acá voy.
Empecé a presionar, la cabeza
de mi pene se perdía poco a poco, muy lentamente, ella emitía
gemidos entre dolor y placer, con sus manos en mis caderas dirigía
la velocidad de mi entrada, deben haber pasado 5 minutos hasta que se lo
metí todo. En una sola entrada, y otros 5 en sacarlo, muy lentamente.
Notaba cómo sus paredes aprisionaban mi miembro, extendiéndose
hasta darle forma con mi pene.
Así fue como lo saqué
por completo, y le dije, preparada que vamos de nuevo. Sus líquidos
fluían lubricando más su vagina. La segunda entrada fue más
rápida pero igual de suave.
Ahora comenzaré a moverme
le dije, en un suave vaivén, no tardamos muchos minutos en que su
vagina no ofrecía mayor resistencia. E incrementamos la velocidad.
Yo miraba a mi prima cómo se contorneaba de placer, me detuve y
le dije, ya, ahora tú controlaras la penetración.
Me tumbé en el suelo, y le
dije que se montara. Empezó muy suavemente, mientras yo le chupaba
sus pechos y tocaba sus nalgas. Rápidamente adquirió habilidad
y se movía como una diosa. 1,2,1,2 mi pene desaparecía y
aparecía en cuestión de segundos. Y sus tetas saltaban y
ponían sus pezones erectísimos. Llegó cerca de 3 veces.
Sudaba de placer, se mordía sus labios diciendo: siiiii qué
rico. Pasaron cerca de 20 minutos y me dijo que nos detuviéramos,
que no podía más ¿descansemos un poco? Se salió
de mi pene y se tumbó de vientre sobre el suelo, dejando sus nalgas
al cielo. Yo estaba tan caliente que sin decirle nada me tendí sobre
ella, puse mi pene entre sus nalgas hasta encontrar la entrada de su vagina
y empecé a enterrar sobre su cuerpo mi miembro. Ella abrió
un poco sus piernas y aceptó mi arremetida. Yo parecía un
desalmado, le di sin asco, creo que ella se desmayó por el esfuerzo,
pero se quedó inmóvil, dispuesta a mi pasión. Tomé
un cojín y se lo puse bajo su entrepierna, levantando así
su culo. La cogí desde los hombros y la penetraba sin perdón.
Su culo era bellísimo y me gustaba esa posición, creo que
la arrastré un par de metros mientras la arremetía.
Tuve mi primer aviso de llegada,
así que me detuve y esperé bajar mi excitación. Me
senté en el sofá y descansé. Miraba a mi prima que
estaba tirada, como si la hubiera violado, fatigada por el esfuerzo sexual.
Mi pene se calmó y fui donde ella, la levanté y la recosté
en la cama, estaba agotadísima y muy excitada.
Hey, te falta conocer el Semen Me
senté a horcajadas en su vientre y le puse mi pene entre sus tetas,
se las junté aprisionando mi pene. Sus labios no tardaron en unirse
al juego. Le tomé la cabeza y se la apretaba contra mi pene, creo
que luego eran mis manos las que dirigían su labor succionándome
el miembro. Sin mayor aviso le dije - ¡¡¡Traga!!!
A lo que ella respondió bebiendo
todo el contenido, mi primer chorro llegó hasta el final de su lengua,
luego succionó y tragó todo, cuando se sacó mi pene,
estaba limpio y brilloso.
Mi excitación era tal que
mi pene sólo quedó un poco blando. Yo le dije si no quería
probar que la penetrara por el culo. A lo que ella asintió, girándose
y quedando a lo perrito. Ella estaba muerta y me dejó que hiciera
lo que quisiera. Le puse vaselina en su ano, y en la punta de mi pene.
Y empecé a hundirlo. Lo tenía tan cerrado, que pensé
que sería imposible, así que tuve que trabajar con los dedos.
Primero le metí la primera falange del dedo meñique, ella
solo se quejaba, diciendo, me duele un poco. Luego cambié por mi
dedo anular, estuve cerca de 20 minutos trabajando en su ano, hasta que
logré meter el anular y el meñique, pero aún no era
suficiente. Traté de poner mi pene pero me apretaba demasiado, así
que decidí por dejar pendiente esta parte de la lección.
Aprovechando la postura, le encajé mi pene en su vagina, y le di
como loco. En eso ella revivió y comenzó a moverse, yo le
agarraba las tetas y tocaba su clítoris. Agarré sus caderas
y las tomaba con más fuerza. En eso sentí que estallaría
de nuevo, así que saqué mi miembro y llené de semen
sus nalgas. Ella con una mano cogió un poco de semen y se lo metió
en la boca.
La tomé y la llevé
a su cuarto, cogió mi pene ya relajado, lo besó y me dijo
gracias, otro día retomamos lo pendiente. Se giró y durmió.
Yo me fui a mi cuarto y dormí
hasta que oí a mi padre decirme, Levántate que son cerca
de las 12, y hay que almorzar. Mi prima aún dormía y decidió
no levantarse. Mi padre me preguntó qué le pasaba y yo le
dije que al parecer tuvo pesadillas.
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