Aprend� de un amigo que con las mujeres no hay que perder el
tiempo y conviene por tanto ir directo. Es cierto que hasta que se adquiere
practica la situaci�n se presenta un tanto embarazosa pero una vez superada esa
etapa los ahorros de tiempo son considerables y el porcentaje de �xitos supera
ampliamente el de fracasos. Conocer a tres o cuatro mujeres en una tarde ofrece
muchas mas posibilidades que tratar solo con una. Con una nos arriesgamos a una
relaci�n aburrida y que llegado el momento no pueda o no quiera, por eso es
preferible no invertir mas tiempo que el necesario si lo que queremos es follar.
As� por ejemplo, debemos abordar a la mujer y ser claro acerca de nuestras
intenciones. Si recibimos una negativa, por muy airada que sea, debemos
interpretarla positivamente ya que ello nos permitir� poner nuestro ojo en otra.
Adem�s, por muy violenta que sea la reacci�n de ella no debemos disculparnos
nunca, al contrario debemos reafirmar que hemos actuado movidos por el deseo y
aceptar que recibimos la negativa como una mala interpretaci�n por su parte. Ya
digo, con este sistema, v�lido para cualquier situaci�n, las posibilidades de
�xito aumentan considerablemente.
Por la forma de enfocar el asunto y hallar desprevenida a la
mujer, la mayor�a de las veces podemos obtener una negativa pero no hay que
olvidar que aunque seamos rechazados inicialmente eso no va a impedir que la
mujer piense tranquilamente despu�s y llegue a reconsiderar su respuesta. Eso lo
veremos en su actitud posterior. Si de entrada dice que no y a partir de ese
momento rechaza cualquier tipo de relaci�n con nosotros hay que olvidarse pero
si pasado unos d�as, al volver a encontrarnos act�a como si nada hubiera pasado,
o se muestra mas simp�tica y agradable, es que esta lista para ser acechada de
nuevo con grandes posibilidades.
Empec� a practicar el procedimiento cuando ten�a 18 a�os y 30
a�os despu�s me sigue funcionando. La primera en caer fue una vecina de
escalera. Era una mujer de cuarenta y tantos a�os casada y con hijos con la que
me cruzaba casi a diario en la escalera o en el ascensor, recuerdo que ol�a muy
bien y era bastante agradable. Supe por mi madre que tenia una buena opini�n de
mi porque le hab�a hablado en alguna ocasi�n de lo formal que era y lo bien
educado que estaba, as� que despu�s de que me hubiera hecho un buen n�mero de
pajas pensando en aquella rubia de grandes tetas, decid� ir a por ella.
Regrese de la escuela antes de lo previsto y anduve
merodeando por los alrededores esperando que regresara como cada d�a de realizar
la compra en el mercado. Mi coraz�n lat�a con tanta fuerza que parec�a como si
quisiera salirme por la boca, me sudaban las manos y ten�a la polla tan encogida
como se puedan imaginar. La vi llegar con el cesto y me hice el encontradizo al
llegar al portal, ella me sonri� y nos saludamos como cada d�a. La not� cansada
no era para menos a juzgar por el cesto tan cargado que llevaba y la distancia
que hab�a hasta el mercado. Su respiraci�n hinchaba aquellos pechos y ella
resoplaba mientras yo la miraba en silencio y pensaba en abandonar. Note un
suave olor a sudor y ya me iba cuando el ascensor son� anunciando su llegada.
Con una sonrisa me agradeci� que me adelantara a abrir la
puerta para que pasara con su cesto. Se agacho para dejarlo en el suelo y me
ofreci� un culo imponente sobre el que a punto estuve de abalanzarme. En lugar
de eso me volv� de espaldas y pulse el bot�n del piso nueve. Ninguno de los dos
viv�amos en aquella altura pero ella no se dio cuenta de la maniobra. Deje que
llegara al piso nueve y al ir a descender ella advirti� el error. Me mir� con
cara de fastidio y en lugar de pedirme una explicaci�n se limit� a decir:
-Vaya, este cacharro ya se ha vuelto a averiar.
Yo no dije nada, no pod�a. Puls� el bot�n correcto y el
ascensor comenz� a bajar. Me arme de valor y apret� el bot�n de parada. Aquel
trasto se detuvo de inmediato. Ella me toco en el hombro y me dijo cuando me
volv�a:
-Que has hecho?, porque lo has parado?
Yo tenia la boca seca y me faltaba el aire, mi cara ard�a
pero ya no hab�a marcha atr�s as� es que trague la sequedad de mi boca y
mir�ndola fijamente me o� decir:
- Se�ora Elvira: es usted una mujer muy atractiva y solo
quer�a decirle que me gustar�a follar con usted.
Comprender�n como debi� quedarse la se�ora al oir esto asi
que no les extra�ar� que les diga que su reacci�n no fue nada buena. Apret� de
nuevo el bot�n de puesta en marcha y mir�ndome con desprecio me solt�:
-Pero bueno degenerado, Guarro, �tu que te has cre�do?. Ya
veras cuando se entere tu madre. Pienso dec�rselo a mi marido y ya te dir� el si
me vas a tratar como si yo fuera una cualquiera.
El ascensor lleg� a su destino. Yo me quede en silencio y
acobardado y ella sal�� del camar�n. Ya se cerraba la puerta cuando consegu�
decir lo suficiente mente alto como para que me oyera:
-Ser� su palabra contra la m�a.
Pasaron varios d�as en los que evit� encontrarme con ella, ni
en casa me dijeron nada y al marido le vi un d�a sin que se dignara mirarme como
hacia siempre. La volv� a ver al cabo de una semana y aunque trate de evitarla,
fue ella la que me llam�:
-Oye Alfredo, me dijo muy secamente, tengo que hablar
contigo.
-S�? Dije yo con una mezcla de temor y asombro.
-Ven por aqu�.
La segu� por el pasillo del vest�bulo hasta llegar a las
escaleras que bajaban al aparcamiento del edificio. En el primer rellano hay una
puerta antifuegos que da paso a otra estancia en las que est�n los cuartos de
contadores y otro que no se usa y que estaba destinado a almacenar los productos
y �tiles de limpieza de la escalera. Abri� con su llave, encendi� la luz y me
hizo pasar. Confieso que sent� miedo. Cerr� el cuarto con llave y se volvi�
hacia mi:
- Se trata de lo del otro d�a, empez�, �te parece bonito lo
que hiciste? �sabes que podr�a haberte denunciado por ello?
Yo miraba al suelo, estaba avergonzado y muy cohibido por la
situaci�n solo se me ocurri� decir:
- Mire se�ora, yo no hice nada, solo le dije lo que sent�a y
ya esta. No veo que haya nada malo en ello.
-Como que no hay nada malo? Esa es la educaci�n que te dan en
tu casa?
Yo ve�a que aquello se complicaba porque el tono de sus
palabras iba en aumento y porque su actitud era bastante agresiva. Yo no sab�a
que hacer as� es que t�midamente le dije:
-De acuerdo, no lo volver� a hacer. Ser� mejor que salgamos.
Ella me mir� sin que la mueca de seriedad cambiara de su
rostro
-Dime una cosa: �te haces muchas pajas pensando en mi?
-s� respond� yo mirando al suelo y con un aire de culpa
-y te sientes bien? �crees que eso que haces esta bien ?
Me encog� de hombros, no sabia ni que hacer ni que decir
- A ver, ens��ame eso , b�jate los pantalones y mu�strame
como te haces una paja conmigo aqu� delante vamos
Yo estaba aturdido. Hice lo que me dec�a como si fuera un
robot. Me baje el pantal�n y el calzoncillo. Mi polla estaba tan encogida que
daba pena mirarla.
-Vaya dijo ella �estas seguro de que eso sirve para algo?
Me sent�a humillado, avergonzado como nunca y deseaba salir
de all� cuanto antes, pero no pod�a hacerlo si ella no abr�a la puerta. Me
planto su mano sobre el paquete y me cogi� los huevos apret�ndolos levemente.
- Calientes si que est�n. �Ya es algo � dijo sin el mas
m�nimo entusiasmo y mientras masajeaba suavemente y notaba, al igual que yo
,como aquello empezaba a crecer.
Fui a poner mi mano sobre uno de sus pechos pero me la retir�
de un manotazo. Ya agarraba mi polla que estaba alcanzando su plenitud.
-que haces? �qui�n te ha dicho que toques?
Empez� a mene�rmela. Ya no pod�a abarcarla toda con su mano.
Ya estaba bien hinchada.
-Esto es lo que tu haces? Pregunt�.
Yo no dije nada, volv� a intentar poner mi mano sobre su
pecho y cuando ella trat� de rechazarme de nuevo, la mov� con rapidez y me
agarr� con fuerza a su co�o por encima del vestido apretando hasta hacer que
quedara inm�vil. Hasta su mano dejo de moverse acompasadamente sobre mi polla,
pero no la solt�. Casi estaba ciego de deseo. Con la otra mano la agarre del
cuello y la atraje hacia mi para besar su boca, trat� de resistirse pero cedi�
enseguida le met� la lengua salvajemente en la boca apretando su nuca. Dej� de
presionar sobre el co�o pero no quite la mano. Ella reanud� el manoseo de mi
polla y yo levante la falda por detr�s y met� la mano entre las bragas y me
agarr� a una nalga primero y luego pase el dedo por toda la raja del culo. Mov�
la mano hacia adentro hasta hallar el pubis peludo y busque afanoso el co�o que
primero agarre para luego intrucir uno de mis dedos y notar una abundante
humedad. Ella se estremeci� y dejo escapar un suspiro. Ya la ten�a. Continu�
moviendo mi dedo en el co�o mientras ella ahora ya no me pajeaba sino que me
acariciaba la polla. Segu�amos bes�ndonos. Saque la mano de donde la ten�a y la
pase por debajo de la blusa hasta llegar al pecho y la introduje por debajo del
sujetador retirando este hacia arriba y soltando aquellas calientes blandas y
grandes tetas. Me agarre a una , pellizque y tir� del pez�n hasta hacerle da�o.
Trato de retirarse y deje de presionar sin soltar la teta.
Se arrodillo y se meti� mi polla en la boca. Agarre su cabeza
y la fui acompa�ando en un ir y venir lento y acompasado hasta que no pude mas y
corr� en su boca llegando notar que me fallaban las piernas. Por la comisura de
sus labios se escapaba un poco de semen. Hice que se levantara y de nuevo bese
su boca y jugu� con su lengua. Ella no me soltaba la polla que poco a poco
perd�a volumen y yo mientras masajeaba el co�o para que no se enfriara. Le baje
las bragas y pude continuar acariciando sin obst�culos su pubis y su culo. Su
vientre se estremec�a y su respiraci�n era cada vez mas agitada. La hice sentar
sobre una vieja lavadora abandonada en el cuarto y acabe de desnudarla de
cintura para arriba. Me puse a lamer sus pechos y a mordisquear sus pezones,
ol�a a colonia fresca. Gem�a levemente. Me incline y abri�ndole las piernas pas�
a lamer su chocho ya inundado mientras ella me sujetaba la cabeza y mi polla
volv�a ya a estar totalmente operativa. Segu�a lamiendo y ella disfrutaba como
una posesa. Tiro de mi cabeza hacia arriba y me llev� hasta su boca para que de
nuevo nuestras lenguas mezclaran sus jugos. Ahora me abrazaba y entre jadeos y
respiraci�n entrecortada o� que me ped�a:
-M�temela, m�temela � por dios � m�temela.
As� lo hice. Sentada sobr� la lavadora y yo en pie, se la
clave y me quede quieto. Ella trato de acometerme pero viendo la incomodidad, se
puso boca abajo sobre la maquina y abriendo las piernas me present� el co�o por
el que me introduje de inmediato. Ahora si que pod�a ir y venir con comodidad.
Me dej� llevar y empec� a empujar adelante y atr�s, adelante y atr�s mientras
ella gem�a de gusto y hasta que nos corrimos sin importarnos el ruido de
nuestros jadeos que nadie pod�a escuchar.
Una vez compuestos, estuvimos un rato mas bes�ndonos y
acarici�ndonos hasta que decidimos salir de all� contentos y satisfechos. No lo
hemos vuelto a hacer. Ahora somos amigos y alguna vez que nos encontramos en el
ascensor intercambiamos alg�n toqueteo y alg�n beso furtivo pero nada mas.