Relato: Liria (10: y Maurice)



Relato: Liria (10: y Maurice)

Liria y Maurice (CAP. XI)


Como dec�a anteriormente, yo ya preparaba mi �ltimo examen
para terminar mi carrera de arquitectura. En la universidad conoc� a un
arquitecto extranjero que hac�a un postgrado, que adem�s nos dio alguna c�tedra
sobre el tema que yo preparaba. Trabamos amistad entre las clases y la
biblioteca.


Tiene veintiocho a�os, como un metro noventa de estatura,
delgado aunque atl�tico, cutis muy moreno, cabello muy enrulado pegado al
cr�neo, imberbe, facciones de adolescente (como todos los del lugar que
proven�a), ojos muy negros, labios muy gruesos, nariz peque�a, cejas peque�as,
una dentadura blanca y envidiable por lo perfecta. Su charla era amena, muy buen
espa�ol, aunque gru��a las eres dobles y todas sus palabras eran fon�ticamente
graves.


Hab�a nacido y crecido en una primitiva aldea, su ni�ez la
pas� entre cuidado de ganado (estando hasta varios d�as fuera de su hogar a sol,
lluvia, fr�o, sin mas abrigo que una piel que le cubr�a muy poco, a la
intemperie y mal comido, algo que lo hizo un resistente atleta) y la escuela de
misioneros. Estos cl�rigos vi�ndolo muy inteligente, le dieron un peque�o
trabajo y le brindaron apoyo para que siguiera estudios hasta llegar a la
universidad. En esta etapa mejor� su trabajo y logr� finalizar sus estudios.


Durante el per�odo de preparaci�n, en mis encuentros con
Liria la interioric� sobre Maurice (este su nombre) y le coment� que adem�s me
resultaba sumamente atractivo.


Mi amiga, en este tiempo hab�a comprado un terreno edificado
en un lugar apartado y tranquilo, de manera de poder librarse del asedio de
clientes y protegidos en algunos momentos de mucha tensi�n por el trabajo.
Estaba en una zona de dep�sitos casi todos abandonados, entre v�as f�rreas y
anchas calles. En la hora de m�s trabajo apenas se ve�a alguno que otro
transporte pesado. Era un almac�n, al extremo mas alejado frente a una explanada
grande como una plaza, de un nivel entre dos de doble altura que �ste. Aqu� la
inactividad era total. Quer�a tener un refugio, por eso me propuso que dijera a
mi amigo si ten�a disposici�n para ser contratado para el trabajo. "El trabajo
es sencillo" dijo "quiero algo parecido a mi piso en Par�s pero que pase
desapercibido y sabes el por qu�"


Vi el almac�n, un antiguo dep�sito que ocupaba todo el solar,
de unos quince por cincuenta metros y cinco de altura, sin ventanas en su
frente, salvo un gran port�n para el paso de camiones cargados, dos grandes
claraboyas sobre el techo lo iluminaban naturalmente. Maurice acept� el trato y
me pidi� participara del proyecto. Durante el tiempo de trabajo fuimos creando
los tres una gran amistad, se despachaba a gusto con mi amiga hablando el
franc�s de su pa�s, sin olvidar su dialecto pues era respetuoso de la tradici�n
de su aldea natal. Yo aprend�a franc�s con ellos para no pasar desapercibida y
poder participar de las pl�ticas. Yo re�a al ver a la barbie que parec�a una
pigmea rubia al lado del gigante moreno, muchas veces brome�bamos sobre ello.


Concluido el trabajo llevamos a nuestra amiga que la hab�amos
dejado fuera en esto para que viera los resultados. La vieja entrada la hab�a
convertido en una esclusa para evitar ver de fuera las modificaciones. El viejo
port�n manten�a sus caracter�stica en aspecto, ahora era autom�tico, detr�s era
una cochera, al cerrarse era necesario abrir una puerta normal, que por una
peque�a vereda empedrada (antiguo piso del local) cubierto por un techo curvo,
conduc�a a la residencia, a los lados un jard�n muy florido. Esto quedaba bajo
la primer gran claraboya permitiendo el solaz a los setos y c�sped.


Al entrar una sala con dos sillones, alfombra y una antigua
sinfonola. A la derecha una cocina con todo lo necesario, cruzando un peque�o
comedor con un ventanal del cual se ve una piscina (un s�tano oculto debajo del
antiguo empedrado del piso) rodeada de macizos de coloridas flores sobre un
manto de verde c�sped. Aqu� la techumbre se hab�a quitado por estar en muy malas
condiciones. Una puerta doble de cristal daba a la habitaci�n m�s importante: el
dormitorio. El tal dormitorio era una habitaci�n en forma de cilindro,
totalmente revestido en madera; al centro de �l la segunda claraboya, m�s
peque�a, con una cortina corredera que dejaba totalmente parejo el bajo techo
falso. Bajo esta luminaria natural: la cama, muy grande de patas que tocaban el
cielorraso y faldones colgando de los tres lados libres de muro, hacia los pies
un sill�n doble, todo rodeado de alfombras sobre un piso de madera. Sim�trica a
la salida del comedorcillo otra puerta doble, vidriada como la anterior,
mostraba el yacuzi elevado, que era visible desde la cama. Desde �sta pod�a
verse un hogar muy grande con dos puertas m�s, iguales a las anteriores a cada
lado, que a su vez daban al jard�n posterior. Sobre el hogar un moderno tv
panor�mico. Una peque�a puerta a izquierda del yacuzi daba al aseo personal,
luego otra al vestidor y desde este al lavadero.


Imaginaba a mi amiga sobre su cama vi�ndose rodeada de los
hombres y mujeres con los cuales tuvo sexo, incluy�ndome, claro...


Nos miramos con mi peque�a y nuestras ideas comenzaron a
balancearse en una conjetura muy com�n en nosotras: sexo.


Ella estaba encantada con la idea que hab�amos llevado a la
realidad. Al final dijo"Mi gran fantas�a esta lograda, faltan los aderezos".
Maurice la observ� con aire de sorpresa por el extra�o comentario, que yo si
capt�. "Este fin de semana tendremos inauguraci�n. Prep�rense, est�n invitados
ambos" dijo.


Lleg� el s�bado a la noche y los tres fuimos a la gran fiesta
que nuestra anfitriona ten�a preparada para estrenar su piso de retiro
espiritual (�Je. Je. Je. Je!)


Como es normal un brindis con champa�a (nos pillamos tres
botellas) mientras platicamos de temas generales, mas sobre las profesiones de
cada uno, en el comedorcillo. Nuestro amigo no estaba acostumbrado a beber
(�Cuando no!. Nuestro hombre, como los otros, no era de ingesta) m�s que un
licor hecho con alguna semilla de cierto fruto de su aldea con muy poco alcohol.
Por eso que tom� y sin darse cuenta el vino lo liber� un poco de su timidez
(�Mejor para nos!) Como aperitivo de la cena principal, abr� un vino muy
corpulento, suave de paladar, que comenzamos a libar prestamente.


A mitad de la segunda botella mi amiga dijo que acostumbraba
a estar ba�ada para la comida, m�s con el ajetreo de traer las vituallas
necesarias para la reuni�n. Por lo tanto lo har�a. En unos minutos la vi pasar
desnuda, detr�s de la puerta de cristal del yacuzi. Sin avergonzarse se meti� en
la burbujeante, espumosa y caliente agua. Desde all� con una sonrisa muy feliz
levantaba su mano en saludo. Nuestro amigo miraba fijo el blanco busto que
emerg�a del agua entre el leve vapor. Lo mir�, mis ojos fueron a donde deb�an y
me percat� que su pantal�n abultaba con gran rapidez. Con un gesto descuidado,
lo distraje de su visi�n, volvi� otra vez la cabeza. Una segunda vez, como sin
intenci�n por errar el brazo, le toque la entrepierna. �Que arma tan imponente!
Pens�.


Sin m�s, algo calientita, dije que har�a igual que mi amiga
para estar mas c�moda luego. Me desnud� en el vestidor y dej� que me viera
caminado lento desnuda e ingresando despacio al yacuzi. Sus ojos estaban muy
grandes con el espect�culo.


"Ven sin miedo. Por lo que has contado en tu aldea se ba�an
en el r�o cristalino todos juntos y desnudos. Esto ser� igual" dijo mi peque�a.
Nuestro amigo m�s distendido se quit� su vestimenta. Cuando se plant� frente a
nosotras lo observamos de abajo a arriba, por supuesto. Vimos a un negro Orfeo,
su piel oscura brillaba, hermoso y masculino. Claro que tambi�n miramos nuestro
trofeo m�s preciado: sus atributos.


Una enorme y morena verga de un codo de larga, di�metro
proporcionado a la longitud (como el brazo de Liria, incluyendo el pu�o, solo
que negro) y dos enormes bolas redondas anunciando que estaban con su carga
completa. Apenas un vello muy crespo y apretado adornaba sus huevos y hasta la
mitad de la deseada pija, la otra mitad desprovista de �l med�a como diecis�is
cent�metros. Un cilindro perfecto con una ojiva nuclear al extremo, muy
brillante, bien delimitada por un estrechamiento. El prepucio se ve�a recogido
en esa hendidura, estaba circuncidado seg�n la creencia tribal.


Vi burbujas en el agua entre las piernas de Liria que
observaba aquella singular belleza, me dijo que se debieron a una contracci�n de
su concha por un orgasmo que no pudo contener. Mis piernas temblaban a cada
acabada de mi gloriosa concha sedienta de ese pedazo de carne viva en ella.


Se introdujo en la tina, dejamos espacio entre ambas,
nuestras miradas segu�an habidas de la colgante verga. Ansi�bamos verla
preparada para la acci�n. Sentado su pubis apenas quedaba unos cent�metros de
bajo de la superficie y sus piernas emerg�an sobre el agua. Emiti� un suspiro de
placer al sentir el agua caliente mojar su cuerpo. Nos dijo que a pesar de haber
planificado yacuzi, nunca hab�a estado inmerso en ellos, su cuerpo solo sab�a
ba�o de lluvia y de la fr�a agua de su r�o.


Cerr� los ojos disfrutando, se adormil� por esa impresi�n de
�xtasis y por los efectos del alcohol. Sus ri�ones acusaron el efecto de la
caliente agua, en su ensue�o su verga comenz� a emerger entre sus piernas. El
negro periscopio con su convexa lente iba saliendo lentamente, comenzando a
mostrar su primitivo poder. Calculo que a tres cuartos de longitud se detuvo,
por que se ve�a algo del vello de su ca�o. Era una impresionante escultura al
falo, como veinte cent�metros de altura y siete de di�metro. Se mov�a
r�tmicamente con la respiraci�n del due�o, alguna vez daba cabezazos r�pidos.
Nuestra ninfoman�a se manifestaba incontenible.


Con mi amiga comenzamos a bromear tratando de volver de su
sopor al Adonis negro. Ya salido de su letargo hablamos de la manifestaci�n
f�sica que miramos, �l sigui� las chanzas diciendo que cuando pasaba esto en su
tribu era motivos de ser ridiculizado por no contenerse. Le dijimos que esa
demostraci�n no era para ser ridiculizada, que no deb�a contenerse, pues era
natural. Le contamos como reaccion�bamos las mujeres en estos casos, que nos
moj�bamos y esas cosillas, que era invisible, pero no por ello no se sintiera.
All� comenzamos a juguetear con �l, d�ndole tranquilidad. Claro que nuestros
inocentes juegos trataban de despertar a la fiera, para que sintiera confianza
tambi�n nos toc�bamos. El hombre pantera se comportaba de manera felina. �Que
rico!


Salimos del yacuzi tom�ndolo de la mano, nos dejamos caer en
la alfombra delante del gran sill�n, nuestros avances siguieron. Por fin nuestro
guerrero comenz� a ser llevado por su naturaleza. Estaba acostado mirando hacia
arriba asediado por nuestras manos que tocaban y acariciaban su cuerpo sin
olvidar sus tributos de macho. El correspond�a igualmente a nosotras. Su verga
comenz� a levarse despacio, ya en este punto est�bamos deseosas de seguir todo
el espect�culo, directamente comenzamos a pajearlo entre risas y jugos
vaginales. Toc�bamos el palo mayor junto con su espectacular base.


La pija crec�a m�s a cada caricia de sus huevos. Sin
incontinencia le lam� la ojiva. En respuesta mostr� todo su magn�fico esplendor.
Con ambas manos con mi barbie apreciamos el enorme di�metro. Ella lami�
suavemente, pregunt� "�Que puede contener esta hermosura en su interior?"
Inmediato me puse a lamer tambi�n, nuestro d�o de lamidas era atroz, nos
bes�bamos en la boca con el enorme glande por medio. Los incesantes ataques
lograron que aquella pija se endureciera m�s a�n. Comenzaron a venirnos un
orgasmo profundo. Bajamos los labios a lo largo de la carne endurecida hasta
besar las grandes bolas que sentimos llenas de un jugo que deseamos probar y no
logr�bamos que saliera. Esto nos enervaba m�s a�n. Nuevo sabroso orgasmo .


Nuestros jugos corr�an por las piernas cual r�os de ardiente
lava, el jugaba con nuestros sexos mojados y calientes con un dedo en ellos.
Disfrutaba nuestros embates mir�ndonos tratando de desquiciar su pija para que
nos diera un disparo en las bocas juntas. Me detuve en mi furia, Liria segu�a
buscando el disparador con sus sensuales chupadas. Puse dos dedos en mi concha,
estir� un poco su cavidad y la situ� sobre la morena verga ensalivada por
nuestros besos. Sent� que su cabeza ten�a un calor febril al tocar los labios de
mi vagina. Descend� haciendo la dilataci�n lenta, saboreando su penetraci�n que
era acompa�ada por un suave dolor, que, combinado con mi exaltaci�n me colmaban
de placer. Sent� alivio cuando su cabeza estuvo adentro, la tensi�n cedi�
indic�ndome que la ten�a hasta la circuncisi�n. En el cuello de su pija envi�
una andanada de jugos. En cuclillas sobre el miraba cuanto quedaba por penetrar
y me exaltaba. Los labios de mi vulva estaban perdidos entre la piel por el
estiramiento, solo ve�a la hendidura empalada por el negro sirio que perdi� el
pabilo dentro de mi. Yo quer�a m�s. Mi amiga sigui� su org�a de lengua en mi
culo. Al sentir un nuevo orgasmo me dej� deslizar para seguir siendo empalada.
La pija se deslizaba por mi interior provoc�ndome un bello �xtasis. Maurice
miraba embelesado el paisaje. No logr�bamos que saliera su n�ctar, aunque eso
era lo mejor, pues quer�amos m�s y m�s...


A poco sent� que hab�a llegado al final de su carrera cuando
mi punto G fue mancillado y en una vor�gine de exaltaci�n comenc� a tener
orgasmos m�ltiples sucesivos, bellos, hermosos e incontenibles. Comenc� a
agitarme sobre la superlativa pija dando incontenibles gritos y gemidos, llegu�
al paroxismo de mi placer. Me agitaba, contra�a, temblaba, luces de mil colores
vagaban ante mis cerrados ojos y mi cuerpo era estremecido por las descargas
el�ctricas de cada orgasmo. Mis desesperados movimientos lograron que crispara
su imponente verga, la sent� vibrar dentro, moverse, crecer y darme un gigante
envi�n de su leche. Al sentirme colmada me mov� con mayor placer, m�s r�pido, el
resbaloso l�quido me permiti� disfrutar las movidas con m�s celeridad. En el
m�ximo de mi excitaci�n me detuve y me dej� caer sobre el falo hasta que no
logr� penetrar m�s. Segu� mis movimientos tratando de que horadara las paredes
de mi �tero, quer�a sentir hasta sus duros huevos dentro de mi. Un nuevo orgasmo
m�ltiple me tir� a tierra acompa�ado de un grito salvaje, estaba agotada, la m�s
bellas de las emociones humanas me hab�a colmado. M�s de veinte minutos de sexo,
lo m�ximo y nuestro amigo segu�a con todas las energ�as.


Mi Liria hab�a sido pasiva espectadora. Aunque se notaba
exaltada por nuestro acto. Cuando vio emerger de mi concha la leche, me chup� y
lami�. Con sus dedos aceit� con el cremoso n�ctar su m�quina para probar su
vigor. Apenas en cuclillas sobre la pija prob� su ardiente cabeza, cerr� los
p�rpados para que la sensaci�n se hiciera m�s profunda. Cuando comenzaron a
estirase los labios �ntimos suspir� con deleite. Tendida yo observaba. Con poco
esfuerzo entr� el ardiente gollete de la botija. Sus m�sculos se contrajeron, su
concha apret� salvajemente la cabeza de la verga, un espasmo el�ctrico recorri�
su cuerpo y en un suspiro acab�. Mientras su interior era hurgado por la dura
carne, miraba la penetraci�n y con sus manos rodeaba la gran tea que se
internaba en su concha. A cada avance otra descarga y un suspiro. Cuando los
vellos del tronco comenzaban a ingresar, Liria lanz� un alarido y se dej�
suspendida del ariete. Varios gritos y gemidos, su punto G fue encontrado,
espasmos de placer desenfrenado la embargaban. Comenz� a jinetear la verga con
depravada delicia, El macho muy caliente la miraba y tocaba. Vi su verga
tensarse como cuerda de ballesta, en dos movimientos descarg� su andanada dentro
de la peque�a. Al sentir la caliente leche inundarla dio un grito de desenfreno
y placer, luego cay� agotada hacia un lado. El macho volte� con ella pues a�n no
hab�a terminado de vaciar su fuente. Con suavidad desclav� a mi amada y antes de
que la pija diera los �ltimos estertores chup� la nata. Su viscosidad era
may�scula, un sabor muy fuerte y un aroma que invad�a mi pituitaria
enardeci�ndome.


Ese pegamento me drogaba. Me puse arrodillada en el sof�
dejando mi sexo expuesto, le induje a una nueva c�pula. Ahora de pie su pija no
hab�a perdido su dureza, a pesar de su tama�o estaba muy erguida. Mi pose era
perfecta, baj� un poco su punta dej�ndola horizontal y me embisti�
en�rgicamente. Demor� la estocada apretando los labios de mi concha untada de su
crema, su roma cabeza dilat� con prontitud la hendidura provoc�ndome un leve
dolor seguido de una maravilloso placer. Al instante mi punto G estaba siendo
estimulado para que yo me hundiera en una profunda serie de orgasmos. La oleada
provoc� en mi inevitables gritos a cada acabada. Apret� mi esf�nter con fuerza,
la presi�n ahog� su pija en un colosal orgasmo que le hizo llenarme de
placentero calor l�cteo. Enardecida me desclav� tomando el �bano con una mano y
dirigi�ndolo hacia mi culo abierto por mi desbocada calentura. Al sentir su
afiebrada cabeza en su entrada recul�, quer�a sentir el ariete negro dentro de
�l. Mi upite sinti� un desgarrante dolor por la introducci�n, afloj� el m�sculo
y entr� hasta que solo los gordos huevos pegaron en mi concha. Un grito de
triunfo del hombre me hizo sentir realizada. Gem� y grit� mientras bombeaba
dentro de mi su gomosa leche. Me qued� quietecita hasta que cesaron los
cabezazos dentro de mi. Lentamente me liber� del empalamiento hasta sacar todo
el caliente cilindro. Mis esf�nteres segu�an dilatados e hinchados por el
salvaje asedio como si a�n la verga estuviera dentro de ellos. La sensaci�n era
soberbia.


Liria viendo que yo me hab�a satisfecho, me imit� poni�ndose
arrodillada junto a mi dejando su sexo libre a la penetraci�n. Su peque�a
estatura hac�a que su sexualidad no quedara a la altura del pene de Maurice, por
lo que este la tom� con amabas manos del vientre lev�ndola hasta que su pija
tante� los labios de su concha. La resbalosa rama del �bano la penetr� con
presteza haci�ndole a ambos gritar de sabroso placer. En su delirio el macho
solt� la cadera de la hembra dej�ndola suspendida entre su verga y el respaldo
del sill�n (record� la tranca donde la colg� Jazm�n) Ella se hamacaba con sus
brazos ejecutando los vaivenes del coito. Esta vez Maurice precipit� su leche
sin aviso, la expulsi�n del torrente estimul� en ella un fenomenal orgasmo,
acompa�ado de un bramido de placer reculando con fuerza hacia la fuente. Extrajo
el garrote y finaliz� la evacuaci�n en el portal del culo de la peque�a. La
ambarina leche brillaba sobre la tersa piel del esf�nter, acto seguido empuj�
dentro la pija. Con un grito de placer acab� en un orgasmo m�ltiple. Su cuerpo
vibraba recorrido por descargas el�ctricas haci�ndola agitarse con espasmos,
gem�a y gritaba, a cada acabada. Solt� el yaciente cuerpo de Liria a mi lado.
Sudaba por la fragorosa batalla. Sonre�a con cara de placer satisfecho.


Nuestro amigo arrodillado frente a nos manten�a su verga
henchida insaciable. Nuestra ninfoman�a segu�a a�n con menos fuerza, pero,
pronta para desafiar al oponente. Comenzamos a pajearlo con dulzura, lamimos y
chupamos su verga con desenfreno; mientras acariciamos su culo altern�ndonos
para pasar nuestras lenguas por el negro aro. Esta nueva experiencia lo
enardeci�, seguimos lamiendo a d�o su verga, a poco esta se estremeci� y una
descarga cay� en nuestras bocas. Al instante otro lanzamiento. Al siguiente
desviamos el geiser a nuestras tetas, le dirigimos las manos para que pintara
nuestros pezones y labios. Otro estremecimiento avis� de otro envi�n que
dirigimos a nuestras caras. Su cuerpo comenz� a contraerse, su pija se endureci�
como acero. De pronto se distendi�, con un grito un largo y continuo chorro ba��
nuestros rostros. Los restantes marcados por cabezazos cada vez menos en�rgicos
marcaban la entrega total.


Agotado se tendi�. Limpiamos de su cuerpo y el nuestro toda
la primitiva leche haci�ndonos un libidinoso banquete de lascivia sorbiendo y
tragando el l�quido primigenio con gula.


Como conquistadoras plantamos la bandera en el terreno
aldeano brav�o y con gloria nos entregamos al merecido descanso. Despu�s del
lonche la lid seguir�a.


Creo que nuestro amigo nunca imagin� el sexo fuera de la
selecci�n natural de Darwin. Tal vez a partir de ahora tenga un nuevo concepto.
�No creen...?




Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .



Número de votos: 0
Media de votos: 0


Relato: Liria (10: y Maurice)
Leida: 20196veces
Tiempo de lectura: 12minuto/s





Participa en la web








Contacto
Categorias
- Amor filial
- Autosatisfacci�n
- Bisexuales
- Confesiones
- Control Mental
- Dominaci�n
- Entrevistas / Info
- Erotismo y Amor
- Fantas�as Er�ticas
- Fetichismo
- Gays
- Grandes Relatos
- Grandes Series
- Hetero: General
- Hetero: Infidelidad
- Hetero: Primera vez
- Intercambios
- Interracial
- L�sbicos
- MicroRelatos
- No Consentido
- Org�as
- Parodias
- Poes�a Er�tica
- Sadomaso
- Sexo Anal
- Sexo con maduras
- Sexo con maduros
- Sexo Oral
- Sexo Virtual
- Textos de risa
- Transexuales
- Trios
- Voyerismo
- Zoofilia


Afiliados



























relatos porno fontanero liguerosmadre y hija pornorelato manoseando a mi madre dormida xxxrelatos pormohistorias eroticas de nenas de 9 gratisme cogiero borracha relatos sexuales/relato43342_Sofia-una-nena-de-6-a%C3%B1os.htmlmi hijita de 9 añitos relatocomiendo coñitosrelato mi madre juega con mi pequeño peneRelato de sexo con mi tíarelatos erticos de familia gratisfolle a una gallina relato nenita relato xxxmi esposa maria relatosrelatos casada y cojida por mi suegrorelatos desvirge a mi hermanitarelato follando con mi hija menororgias de swingersrelatos porno vacacionesrelatos de señoras calientes cojidas por albañiles viejos de mexicorelatos hot con mi hermanita de 12a.ultimos relatos de amor filialrelatos porno incesto contado por padres y hermnos desvirgando hijas y hermanasPenetrada por un perro relato pornomi primo de 9 relatos xxxRelatos sexo. Merida,yucatanla rajita de mi sobrinita pequeñarelatos atrevidosRelatos eroticos duermo con mi hijoRelatos eroticos gratis incesto sobrina de 13 añitos primera vezRelatos gays el affeminadorelatos eroticos con la esposa del dueño de la haciendarelatos xxx me coji ami comadreRelatos mi pequeño hijo me embarazarelato con mi hermanastro gayencontre al sobrino que era todo un putito relato gayobsesion por las tetona de mi tia relato eroticoRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatoZoofilia porno mamadas relatos pornoVecina sexy cachonda relato xxxrelato cojida por enorme pollon gruesorelatos eróticos gay de mi tio y yorelatos er�ticos ayudando a m� primaRelatos porno dragon ballvecinas lesbianashistoria erotica de ninas de 9 gratishistorias porno gratisrelatos porno con mi suegroseñoras pornRelatos xxx con mi hermanoRelatos porno mis hijasfollando com mi madrerelatos de porno primas folladas con fotos chantajesama de casa y el fontanerorelatos gay me violo mi abuelorelato erotico viejo muñequitaHistoria porno le metí los dedos en su conchita a mi vecinita cuando estaba subida en la estalera relato erotico gay vos sos mi hembritaRelatos porno amor filial mis inosentes sobrinas bdlol.ruembarace a mi sobrina relatosrelato mi tia y mi prima me las cojorelato me folle a mi hermanocamaras ocultas eroticasrelatos erotico con mi tio en la piscinaRelatos eroticos gratis el cura se folla auna monjaRelatos eroticos gratis incesto sobrina de 13 añitos primera vezxrelatos la esposa de mi amigo es muy coquetarelatos eroticos medicorelatos eroticos de abuelo desvirgando nietavaya movidas en casa relatos xxxRelatos eróticos hombres que han desvirgado culitos gaysrelatos el y yo en baby dollrelatos porno cuidando a mis sobrinasrelatos eroticos suegra sla introduje en su bocarelato erotico internado para senoritasviuda relatos eroticos