Relato: Un amor dificil





Relato: Un amor dificil

UN AMOR DIF�CIL



C�mo una chica trans, con mucho amor y paciencia
consigue finalmente conquistar al amor de su vida.






Mi nombre es Greta, soy una chica trans de 32 a�os. Me ganaba
la vida trabajando en un sal�n de belleza. Desde hace siete a�os vivo con mi
pareja. Esa es la experiencia que deseo compartir con ustedes, tal vez pueda
servir de ayuda para una chica que pueda estar en una situaci�n parecida.



Todo comenz�, nunca lo olvidar�, un d�a martes 7 de agosto de
1997. Ya hac�a ocho a�os que hab�a asumido mi necesidad de vivir como una chica.
Debo confesar que durante un tiempo, casi dos a�os, ejerc� la prostituci�n, lo
cual me permiti� vivir de manera relativamente c�moda. Al contrario de otras
chicas, nunca vi la prostituci�n como algo definitivo. Con esfuerzo logr�
ahorrar lo suficiente para costearme un curso de belleza y cosmetolog�a. Fueron
a�os de intensos sacrificios, pero logr� finalmente obtener mi cart�n. Trabajaba
en un sal�n de belleza para gente gay y chicas travestis. Pose�a una clientela
fiel y constante, adem�s me llevaba muy bien con la due�a, tanto que ten�a
pensado dejarme a cargo del local.



Bueno, pero vamos al punto. Aquel d�a, faltando como unas dos
horas para cerrar, en ese momento me encontraba sola, lleg� un cliente que
romp�a los esquemas de nuestros habit�es. A claras vistas no era travesti ni
menos gay, no ten�a nada de afeminado. Su rostro era muy varonil, una barba
incipiente que le daba un aspecto descuidado y muy casual adem�s de interesante.
Vest�a totalmente de negro, cuerpo atl�tico y el cabello bastante largo, casi
hasta los hombros. Usaba un abrigo de cuero, negro, parecido al de Matrix.
Quiz�s esa era la idea que deseaba dar. Yo vest�a un jeans muy ce�ido y una
polera color rosa.


Encima mi delantal de trabajo. Debo decirles que mi rostro es
bastante femenino y fr�gil, lo cual hace que tenga bastante �xito entre los
hombres. Adem�s hac�a un tratamiento de hormonas para suavizar a�n m�s mis
rasgos. Pr�cticamente no tengo vellos en mi cuerpo, excepto en la zona p�bica.
-"Necesito que me recortes y me emparejes el cabello" - me dijo. -"Pero pobre de
ti si me lo dejas demasiado corto" - y sonri� ligeramente. Yo lo miraba
disimuladamente. Era un bello ejemplar de hombre. Se ve�a seguro de s� mismo. Al
parecer era de los que acostumbraban a dar �rdenes y ser obedecidos a la
brevedad. Una extra�a atracci�n emanaba de su ser. Sin hacer o decir nada me
atra�a como a la polilla la luz.



Con mucho cuidado fui recort�ndole el cabello. Lo ten�a
suave, brillante y muy sedoso. -"No lo hab�a visto antes por aqu�" - le dije
tratando de iniciar una conversaci�n. Qued� callado un momento y luego me dijo:
-"Habitualmente no ando por aqu�... pero..." y mir�ndome fijamente por el
espejo, agreg�: -"...creo que ahora comenbzar� a hacerlo, Hay mujeres muy
hermosas por aqu�..." - la peineta se me fue de las manos. El tipo me pon�a muy
pero muy nerviosa. Una vez que termin�, esper� su aprobaci�n. Me dijo que estaba
satisfecho. Se puso de pie, era bastante alto. Se coloc� el abrigo y me pregunt�
cu�nto deb�a. Sac� un billete que cubr�a sobradamente el importe. -"Le dar� su
cambio" - dije. �l me tom� la mano dici�ndome: -"No preciosa. Gu�rdalo para ti"
- y sin soltarme la mano me pregunt�: -"�Cu�l es tu nombre?" - "Gr...Gr...
Greta" - balbuc�e. -"Lindo nombre" coment�. -"Pronto sabr�s de m�". Me solt� la
mano y se fue r�pidamente.


Me dej� impresionada por largo tiempo. No me lo pod�a
quitar de la cabeza. Orden� un poco el local, ya caso era hora de cerrrar. Lleg�
Berta, la due�a. Hicimos caja y luego cerramos. Tom� el bus hacia mi
departamento que no quedaba demasiado lejos. Me quit� la ropa y me puse algo
c�modo, tambi�n prepar� algo r�pido para comer. Su figura segu�a clavada en mi
mente y ni siquiera hab�a sido capaz de preguntarle su nombre. Pasaron los d�as
y no hubo se�as de �l. Un d�a viernes, iba saliendo de la galer�a donde est�
ubicado el sal�n, camino a tomar el bus. Sobresaltada siento que me toman de un
brazo. Me doy vuelta dispuesta ya a gritar cuando lo veo. Era �l. �Casi me
derrito! -"�Te acuerdas de m�, preciosa?" - me dijo sonriendo y quit�ndose las
gafas para el sol. Segu�a vestido de negro, pero sin el abrigo. -"Ssssss�iiii...
s�iiii... te recuerdo." - le dije nerviosamente. -"�Ven! �Ven!" - me dijo. Me
tom� la mano sin preguntarme nada. Ni siquiera se me ocurri� negarme o
preguntarle a d�nde �bamos. Caminamos algunas cuadras y entramos a un hotel
discreto.


Las habitaciones eran sobrias pero acogedoras. -"Bueno, estamos solos"
- me dijo. Yo lo mir� y le contest�: -"Agradezco tu gentileza por preguntarme si
deseaba venir". Sonri� y me dijo: -"Tuviste tiempo de sobra para negarte, pero
que yo recuerde... ni siquiera preguntaste a d�nde te tra�a. As� que para qu� te
vienes a hacer la santa ahora. Sabes perfectamente que res una zorrita. �Crees
que no conozco a las hembras como t�? �Te mueres de ganas por sentir mi pija
dentro de ti! Y eso es justamente lo que no te har�". -Era como si leyera mi
mente. Al escucharlo qued� at�nita. Su avasalladora personalidad me envolv�a y
anulaba mi voluntad. Ten�a raz�n en todo lo que me hab�a dicho. Como si no
tuviera secretos para �l. Sin decir nada comenz� a desnudarse. Primero dej� todo
su torso al desnudo. Su cuerpo era totalmente fibroso, sus m�sculos muy bien
marcados.


Ni un solo vello. En el brazo derecho ten�a un �guila tatuada y en el
izquierdo una serpiente. Se acerc� a m�. Yo estaba como tonta media aturdida,
parec�a mentira que esto me estuviera pasando. Puso sus manos en mis hombros y
me hizo retroceder hasta la cama, donde me hizo sentar. Luego se apart� un poco
y comenz� a quitarse el jeans negro deteni�ndose justo cuando comenzaba a
ponerse interesante mientras me dec�a: -"Mira zorrita, tengo lo que a ti te
gusta, s� que lo has estado deseando desde que me viste. �Tengo raz�n o no?" -
Obviamente que ten�a raz�n. M�s de alguna vez me hab� masturbado pensando en que
me culeaba, pero por orgullo me negaba a contestarle. Volvi� a repetirme la
pregunta, dos, tres veces m�s y yo s�lo atinaba a mirarlo, esperando que
terminara de quitarse el jeans de una vez. Se me acerc� y sin que alcanzara a
decir nada me propin� una bofetada que me hizo dar vuelta el rostro. -"�Cuando
te haga una pregunta me contestas! �Entendiste, puta?" -Me llev� una mano al
rostro. La mejilla me ard�a como los mil demonios sin embargo no sent�a rencor
alguno. M�s bien me hab�a gustado. Estaba viviendo una experiencia totalmente
distinta, me estaba doblegando y me agradaba much�simo. Al parecer estaba frente
a un hombre que sab�a llevar muy bien puestos los pantalones. Segu� sin
contestar y la segunda bofetada no se hizo esperar.


Mis ojos brillaron a causa
del dolor. All� estaba �l, grande, poderoso, dominante, sin perder la calma. Su
jeans desabrochado dejaba entrever un poco la unga negra que llevaba.
-"�Entendiste ahora?" Asent� con la cabeza. Estaba algo llorosa. -"S�. S�. Lo
deseo" - le dije y agregu�: -"Desde que te vi me has dejado intranquila. Quiero
ser tuya, quiero sentirte dentro de m� quiero saber qu� se siente ser tu
mujer." Sonri� satisfecho y dijo: -"Eso est� mejor. Mucho mejor. Veo que nos
vamos entendiendo, zorrita". Comenz� a bajar su jeans hasta que se lo quit� por
completo. Jam�s hab�a visto un cuerpo masculino tan exquisitamente armonioso.
Era como un dios griego. La zunga apenas conten�a a su miembro que a estas
alturas estaba totalmente erecto. Se acerc� a m�. La cara me ard�a una
barbaridad.


Se acerc� hasta dejar su sexo casi a la altura de mi rostro. -"Mira,
puta, lo que hay adentro es para ti. Solo para ti. �Sabes lo que es?" -Yo hab�a
aprendido muy bien la lecci�n y contest� de inmediato. -"S�. Lo s�. Tu miembro"
- le dije. -"�Exacto! �Y para qui�n es?" - pregunt�. -"Es para m�"- La tercera
bofetada lleg� como un rayo. -"�Qu� te has cre�do, grand�sima puta?" y luego
sigui�: "Jam�s ser� para ti. �No te lo mereces!" Acto seguido me tom� de un
brazo y me ch� de la habitaci�n. -"��ndate, perra, �ndate!" me dijo. Yo no sab�a
qu� hacer o qu� decir. Sal� humillada a la calle. Lo �nico que deseaba era
llegar lo m�s pronto posible a mi casa y echarme alguna crema en la cara y
llorar hasta que me diera hipo para poder desahogarme.



Los d�as siguieron pasando y no me pod�a olvidar de aquel
episodio. Estaba totalmente inquieta y ansiosa. Su hermoso cuerpo no desaparec�a
de mi mente. �C�mo ser� su miembro? Seguro que portentoso. Lo deseaba, lo
deseaba como a nada en la vida. Como una semana despu�s, iba llegando a la
entrada del edificio donde quedaba mi departamento. Escucho una voz: -"�Greta!"
� era �l. Mi coraz�n dio un vuelco, parec�a que un rayo me hubiese traspasado de
lado a lado.. Se acerc� a m� dici�ndome: -"�C�mo est�s tesoro?" � Y}o lo ir� y
le dije: -"Bien. La cara ya no me duele". �l sonri� y con una desfachatez �nica
me dijo:-"�Qu� bueno! Pero no ir�s a negar que te lo buscaste!" � No le repliqu�
nada. Una vez m�s ten�a raz�n. Me tom� de una mano dici�ndome: -"No vamos a
quedarnos toda la noche aqu�. Quiero conocer tu departamento." Obedec� como
corderita. Entramos, lo examin� todo con mucha atenci�n, para luego decirme:
-"No est� mal. Se ve muy femenino. Algo b�sico, pero bien. Se refleja bastante
tu lado femenino. Te he estado esperando desde hace mucho rato. Prep�rame un
caf�." � "Prep�rame un caf�" � as� lo dijo, claramente, como si fuera su
sirvienta y no admitiendo ninguna r�plica. Fui a la cocina y pacientemente
comenc� a prepar�rselo. Se lo llev�. Lo sabore�. �"�Malo, malo, malo! �Est� muy
simple y muy azucarado! �Hazme otro!".


Mi indignaci�n estaba llegando a su
l�mite. �Qu� se habr�a cre�do? Pero nada dije. Bot� el caf�, lav� la taza y le
hice otro. Se lo llev�. Despu�s de haberle dado un sorbo, dijo: -"Bastante
mejor. Se ve que aprendes r�pido". Me sent� en un sill�n frente a �l. Yo llevaba
una mini, que aunque no era muy corta, al sentarme resultaba algo provocativa.
Sac� un cigarrillo, ni siquiera tuvo la gentileza de ofrecerme uno. Luego me
dijo: -"Dame fuego".


Me levant� fui a la cocina y le extend� la mano para
pasarle los f�sforos. No dijo ni hizo nada. Me ten�a con la mano estirada y
mir�ndome profundamente, esas miradas penetrantes, como si te estuvieran leyendo
el alma. Sent� que un estremecimiento me recorr�a todo el cuerpo. �"Te dije que
me dieras fuego, no que me trajeras f�sforos". Su voz fue como una cuchillada
que rasgaba el aire. �"Parece que est�s convencido que soy tu sirvienta" � le
dije con rabia, no pude reprimirme.


Me qued� mirando. �"Te lo dir� por �ltima
vez. Dame fuego" Entonces le dije: -"�Y si no lo hago?". Su voz tron�
desafiante. �"Si no lo haces, no te voler�n a quedar ganas de desobedecerme".
Entend� perfectamente el mensaje. Saqu� un f�sforo lo encend� y lo acerqu� a su
cigarrillo. Volv� a sentarme frente a �l. Me miraba las piernas sin ning�n
disimulo. �"Tienes un par de piernas muy hermosas" � coment� y haciendo un gesto
con la mano agreg� �" Sep�ralas un poco para verte mejor". Casi demanera
autom�tica mis piernas comenzaron a separarse, cuando ya no pod�a m�s me detuve.
�"Mmmm, s� est�s muy rica, como para darte una buena enculada". Me hac�a sentir
como si fuera una vaca de exposici�n. Pero no pod�a evitar sentir una atracci�n
misteriosa por �l, a la vez que me atemorizaba y me seduc�a a su antojo. Mir� su
reloj y dijo que ya deb�a irse. Ni siquiera se despidi�. Me qued� como una
est�pida esperfando lo que nunca pasaba. Al parecer me quer�a volver loca de
deseo. Qud� sentada, volv� a abrir mis piernas, mi mano se desliz� por debajo de
la tanga y me masturbe con rabia inusitada, pero eso ya no me bastaba,
necesitaba de algo m�s y s�lo ese maldito pod�a d�rmelo.


Mi vida se estaba
transformando en una verdadera locura.Deseaba a este hombre como a nada en el
mundo. So�aba con sentir su miembro penetr�ndome, sentir su sabor en mi boca.
Estaba dispuesta a cualquier cosa por ello. Me acost� bastante desconsolada, el
sue�o comenz� a hacer presa de m� de a poco. No s� cu�nto rato habr� dormido, el
timbre del tel�fono me despert� sobresaltada. Me asust� bastante, ya que una
llamada a esa hora, generalmente no es para nada bueno. Levant� el fono y
contest�. �"Hola" � dije. Una voz muy sensual me contest�. �"Hola zorrita. �No
tienes fr�o tan solita en esa casa?" � reconoc� la voz de inmediato. �Era �l!
Con mi voz algo adormilada le dije: -"No he sentido fr�o, gracias por tu
preocupaci�n".


Inmediatamente replic�: -"Tal vez no tengas fr�o, pero seguro que
la ansiedad y el deseo perturban tu tranquilidad. Deseo hacerte m�a, arrancarte
gritos de placer. �Te desagrada eso?". Me mantuve en silencio sin decir nada. El
sigui�: -"�Te gustar�a que te fuera a ver y as� saciar tus instintos de hembra?
Basta que me digas una sola palabra y all� estar� para hacerte sentir la mujer
m�s feliz del mundo..." �Deseaba tanto estar con �l que le dije: -""S�...s�.
�Ven que te estar� esperando." �"O.K. � contest�- quiero que est� muy hermosa
para m�. Muy seductora. Estar� all� en unos cuarenta minutos". No alcanc� a
despedirme porque cort� de inmediato. Me apresur� para arreglarme un poco.
Quer�a estar lo m�s hermosa posible para cuando llegara. Me quit� el camis�n que
llevaba puesto, igual cosa con la tanga y saqu� del closet un neglill� muy
coqueto color rosa. Un poco de perfume y a esperar. Los minutos pasaban y
pasaban pero nadie tocaba el timbre. Esper� hasta las cuatro y media de la
madrugada. No me pod�a entir m�s humillada y tan terriblemente caliente a a
lavez. Si esto se dilataba m�s, seguramente iba a terminar loca. Era algo tan
fuerte que realmente no sab�a cu�l era la mejor manera de poder entrentar esta
situaci�n. Antes de dormirme tuve que masturbarme de nuevo pensando en �l.



El viernes me estaba esperando a la salida del sal�n. Se
acerc� con su aire de autosuficiencia, me tom� de la mano y s�lo me dijo:
-"Vamos". Caminamos unas cuadras. Sac� unas llaves de su bolsillo y apunt� hacia
un hermoso auto deportivo de color negro. La alarma se desactiv�. Se subi� al
auto y con una se�a me indic� que hiciera lo mismo. De m�s est� decir que tanta
galanter�a me ten�a confusa. Me trataba como si fuera cualquier cosa. Sub� al
auto. Conduc�a muy r�pido, se notaba que le gustaba la velocidad. R�pidamente
nos est�bamos alejando del centro de la ciudad, le pregunt� a d�nde nos
dirig�amos. Secamente me contest� que a su casa.


Despu�s de una hora de viaje
llegamos. Era un edificio de departamentos muy exclusivo. Estacion� el auto y
tomamos el ascensor. Viv�a en el �ltimo piso, mejor dicho era un penthouse.
�Todo el piso le pertenec�a! Realmente no tengo palabras para poder describirlo.
Era todo de un lijo que jam�s habr�a podido siquiera imaginar. �"�Si�ntate!" �
me dijo se�alando un sill�n que se ve�a muy c�modo. Una vez que estuve
instalada, comenz� a desnudarse frente a m�. Se dej� solo la zunga. Su paquete s
ve�a muy tentador.Comenz� a moverse voluptuosamente como si estuviera cogiendo a
alguien. Se llevaba las manos a su sexo y comenzaba a sob�rselo mientras me
dec�a: -"Mira, puta. �Te gusta? Imag�natelo dentro de ti, llen�ndote el culo de
semen..." y se lo segu�a acariciendo de una manera que me pon�a los pelos de
punta. �"�D�melo! �D�melo!" � le dijo con toda mi ansiedad. �"�Me quieres matar
del deseo? �Por favor, papito! �D�melo! �Quiero sentirlo! �Es que no ves c�mo me
tienes?". �El se re�a y segu�a calent�ndome. �"�Y qu� has hecho para que te lo
d�?" dijo mientras se acercaba a mi rostro pero no dejaba que ni siquiera o
alcanzara a rozar. �"S�lo te dejar� verlo, puta.


Que lo veas para que tu deseo
sea m�s intenso. Si quieres tenerlo deber�s hacer muchas cosas antes". Comenz� a
bajarse la zunga, qued� completamente desnudo ante mi vista. Si hasta ese
momento me ten�a subyugada, con eso me dej� totalmente enloquecida. Ni siquiera
en las revista hab�a visto un cuerpo masculino tan hermoso como el suyo. Sus
piernas largas y firmes, musculosas como todo el resto de su cuerpo, pero en el
punto justo, sin exageraciones. No como esos tipos que se desarrollan hasta casi
quedar deformes. Y su sexo... �Ayyyyy!. Su sexo era extraordinariamente hermoso.
Muy buen porte, calcul� que por lo menos arriba de veinte cent�metros, bastante
grueso y recto como una vara. al final de su tallo, dos hermosas pelotas que se
notaban cargadas de semen. Adivin� el deseo en mi rostro. La tom� en sus manos y
comenz� a blandirla como si fuese una espada. �"�Te gusta?" � me dec�a. Yo le
contestaba afirmativamente con la cabeza. No pude evitarlo. Me ech� hacia atr�s
en el sill�n, separ� mis piernas y comenc� a acariciar mi pija masturb�ndome
mientras lo miraba. De esa manera pude apaciguar un poco mi furor. El tambi�n
comenz� a masturbarse, era espl�ndido ver c�mo su mano frotaba ese portento
masculino.



Me vine muy r�pidamente, pero eso no era problema para seguir
disfrutando de la hermosa vista que ten�a frente a m�. Cuando sent� que
suspiraba profundamente, me di cuenta que estaba acabando. Se acerc� con su mano
derecha doblada. Me percat� que en ella estaba depositado su semen. La acerc� a
mi rostro y con una voz muy dominante me dijo: -"�Bebe!". Con mis dos manos tom�
la suya y me la acerqu� a la boca y cual una gatita comenc� a lamer el semen
hasta que no qued� ni una sola gota. No era la primera vez que probaba el semen
de un hombre, debo reconocerlo, pero �ste marcaba la diferencia en sabor, en
textura en viscosidad. Estaba exquisito. Podr�a haber bebido litros sin
cansarme. Cuando termin�, sin siquiera pensarlo, me arroj� de rodillas frente a
�l.


Mi idea era limpiarle el pene de los restos de semen que pudiera quedarle.
Me mor�a de ganas por hacerlo, sentirlo en mi boca. �"�Qu� haces, puta?" � me
grit� indignado, d�ndome un terible empuj�n que me hizo estrellar contra el
sill�n en el cual hab�a estado sentada. No me esperaba esa reacco�n. Asustada le
dije: -"Yo s�lo que... que... quer�a..." No alcanc� a terminar cuando una fer�z
cachetada me hizo voltear el rostro casi completamente. Ve�a estrellitas por
todas partes. �"�Las putas no deben querer nada!" Me dijo. �"�Andate de aqu�!
�No quiero verte!" y me arroj� un billete de cincuenta d�lares para que me
fuera. EWstaba muy lejos de mi casa as� que no me qued� m�s remedio que tomar el
billete. Sal� llorando como una Magdalena. En parte por el dolor y otra por la
humillaci�n de que hab�a sido objeto.



Pens� much�simo en todo lo sucedido. Me hice el prop�sito que
esto no pod�a continuar. As� que me hac�a la fuerte y lo mandar�a al mism�simo
demonio. Total, ser�a �l quien se lo perd�a. Pasaron deos semanas desde aquel
triste episodio, semanas durante las cuales no dio la m�s m�nima se�al de vida.
Eso era lo que m�s rabia me daba ya que ni siquiera me daba la oportunidad de
vengarme. Vanamente esperaba cada noche que me llamara, pero nada. As� pas� todo
un mes. Ya estaba comenzando a hacerlo desaparecer de mi vida. Un d�a viernes
como a eso de la medianoche son� el timbre. Algo asustada pregunt� desde dentro
qui�n era. �"�Abreme!" dijo la voz desde fuera. Lo reconoc� de inmediato. Era
�l. Pero esta vez ten�a yo la sart�n por el mango. Si decid�a no abrirle no
pod�a hacer nada. �"�Te dije que abrieras, puta!" dijo caso gritando. No me
pregunten por qu�, ya que no tengo explicaci�n. D�cilmente abr� la puerta. Me
mir� fijamente de pies a cabeza y dijo: -"Est�s m�s rica que nunca!". Muy brava
le contest�: -"�Y de qu� me sirve si no te atreves a cogerme?". Yo no aprend�a
nunca. Al o�r su respuesta su cara se desfigur� por la ira. Con su mano poderosa
me tom� del ment�n apret�ndome fuertemente, casi haci�ndome da�o y luego muy
cerca de mi rostro dijo: "Aqu� el que manda soy yo. T� s�lo eres una puta
obediente. �Est� claro?". �Temerosa, asent� con la cabeza.


Me abraz� y comenz� a
hablarme al o�do. �"Hace una semana que no me ba�o, puta. Huelo a hombre, a
macho, tu hombre, tu macho". Me lo dec�a de una manera que, debo confesarlo,, se
me llegaban a cortar los el�sticos de la tanga. El pod�a sentir perfectamente ql
poder que ejerc�a sobre m�. Me segu�a susurrando: -"Mi sexo huele a hombre, ese
aroma que te gusta y enloquece. �Te gustar�a sentirlo?" �Yo toda tr�mula ya me
hab�a olvidado de todas las promesas de olvidarlo y titritando como tonta le
respond� que s�. �"Entonces te dejar� un regalo, mi putita, para que �pienses en
m�: mi esencia." � dijo. Yo no sab�a bien de qu� estaba hablando. Me solt� y se
dirigi� al ba�o, a los pocos minutos sali� y me dio una bolsita con algo
adentro. Antes que alcanzara a decir algo se march� tan r�pidamente como hab�a
llegado. Curiosa abr� la bolsita, alli estaba su zunga, era negra y diminuta. La
tom� y la llev� a mi rostro. Estaba impregnada a su sexo. Me supo delicioso y lo
apretuj� fuertemente contra mi rostro. Eso al menos era mejor que nada. Algunas
l�grimas brotaron de mis ojos y termin� inevitablemente masturb�ndome, pero esta
vez con el consolador que guardaba en mi mesa de luz.



Mi nivel de trastorno lleg� a tanto que la zunga la andaba
trayendo en mi cartera y a ratos la ol�a, la besaba y pensaba en �l. Lo ,�s
curioso era que ni sab�a su nombre. A pesar que nuestro grado de intimidad no
era mucho, parec�a conocer todo respecto a m�. Eso me ten�a muy intrigada. Esta
vez su ausencia dur� como dos meses. Estaba atendiendo a una cliente, cuando mi
celular comenz� a sonar con el timbre caracter�stico de haber recibido un
mensaje de texto. Apenas pude lo abr� y le�: -"Te espero a las 19:00 Hrs. En la
catorce con los Alamos".


Eso era todo. La direcci�n no quedaba lejos de donde
trabajaba. Unas tres o cuatro cuadras. Ped� permiso para salir antes. Por suerte
no me pusieron problemas. Me par� en la esquina. Me record� los tiempos que
hab�a trabajado de puta. Muchos automovilista me miraban fijamente, con esa
mirada que tienen los hombres cuando desean tirarse a una chica. Me desnudaban
con la mirada. Mir� el reloj. Ya hab�a pasado una hora . Cualquier persona con
un poco de sentido com�n habr�a esperado bastante menos. Sab�a que deb�a irme,
pero algo me deten�a, imped�a que me fuera. �Tanto era el deseo de verlo! Segu�
parada en esa esquia, una hora y media, dos horas. �Qu� me hab�a dado este
hombre para tenerme as�? Me ten�a sorbido el seso. Al poco rato de haberse
cumplido las dos horas, un peque�o, un ni�o vago me entrega un papel doblado y
sin decir nada se fue. Lo desdobl�, hab�a un peque�o mensaje: -"Puta, entra al
bar que est� en la esquina frente a ti".


Una vez m�s mi indignaci�n fue grande.
Por lo menos pod�a haberme avisado en persona. Me encamin� al bar. All� estaba
en una mesa frente a la ventana. Lo primero que que le dije fue: -"Te felicito
por tu puntualidad. �Mira la hora en que se te ocurre llegar!" � Me mir� conuna
fr�a indiferencia y me contest�: -"�Y qui�n diablos te dijo que llegu� reci�n?
Sus palabras fueron como un duchazo de agua fr�a. De solo pemsar lo que me
estaba imaginando me invadi� un deseo terrible de matarlo, de asesinarlo,
ara�arlo entero. Hacerle pedazos la cara con mis u�as. �"�Me est�s queriendo
decir que me tuviste todo este rato esper�ndote y t� estabas aqu�?" � Con toda
desfachatez me dijo: "Exactamente". Mi rostro se puso rojo al grado m�ximo.
�"Pues bien, se�or, para que vaya sabiendo. Lo que sea esta extra�a relaci�n que
tenemos se acab� de inmediato. As� que por favor te vas olvidando de que
existo." R�pidamente me tom� de una mu�eca y me la iba apretando cada vez m�s
fuerte y sin que pareciera hacer el m�s m�nimo esfuerzo. Muy suavemente, pero
con firmeza me dijo: -"�Si�ntate!". �Como no pod�a zafarme no me qued� m�s
remedio que obedecer. Casi sollozante y en tono de s�plica le dije: -"�Por qu�
me haces esto?" � Ni siquiera tom� en cuenta mi pregunta. �"Ma�ana te quiero en
esta esquina de nuevo, pero que te veas lo m�s puta posible".


A continuaci�n se
puso de pie y se march�. Me mord� los labios de rabia. Por supuesto que no le
iba a hacer caso. Llegu� a mi casa, me quit� la ropa y me acost�. No quer�a
saber nada del mundo. Cuando son� el despertador, hice el adem�n de levantarme,
pero una idea se apoder� de mi mente y no me la pude quitar. Decid� llmar al
trabajo para hacerme pasar por enferma. Deseaba tener tiempo y calma para tener
el mejor aspecto de puta que pudiera lograr. Si el desgraciado quer�a a una
puta, pues bien le dar�a la mejor puta posible. Escog� una falda muy corta y
apretad�sima, de tela muy delgada de un rojo furioso.. La tanga m�s peque�a que
ten� del mismo color de la falda. Un top miy breve al tono. Botas con grandes
tacos tipo bucanero.


Mi maquillaje no arrojaba duda alguna acerca de lo que
deseaba aparentar.. Adem�s una peluca rojiza de cabello muy abundante.
Inadvertida al menos no iba a pasar. Si quer�a jugar duro eso le iba a dar.
Cuando faltaba poco para la hora, llam� un radiotaxi. El pobre tipo casi qued�
sin ojos. No s� c�mo no tuvimos un accidente ya que no quitaba la vista del
retrovisor para mirarme las piernas. Poco antes de bajar me acomod� un poco las
tetas, llevaba un sujetador que las juntaba y hac�a ver m�s exhuberantes. Pagu�
el importe de la carrera, me baj� y tom� mi ubicaci�n en la esquina.


Dem�s est�
decir que provoqu� una verdadera locura. Los tipos de que pasaban me dec�an de
todo y los m�s t�midos disminu�an su marcha y me com�an con los ojos. Como a la
hora despu�s, lleg� en su auto. Se detuvo a mi lado. Se qued� mir�ndome por un
rato hasta que dio su aprobaci�n y me hizo una se�a para que subiera. �"Debo
confesar que no he vista a una puta m�s exquisita que t�" � me dijo. Sonre� y le
contest�: -"Bueno... es lo que deseabas �o no?" � "S�-contest�- es lo que
deseaba y m�s" � No le pregunt� a d�nde �bamos porque lo m�s probable es que no
me iba a contestar. De printo rompi� el silencio pregunt�ndome: -"�Sabes lo que
es un bukkaki?" � Jam�s en mi vida hab�a o�do esa palabra. �"No tengo idea. �Qu�
es?" � le pregnt� intrigada. Secamente me respondi�. �"Lo sabr�s cuando
lleguemos". Qued� totalmente intrigada. Obviamente no �bamos a su departamento
ya que �bamos por otra parte. Dio tantas vueltas que ya ni sab�a por d�nde
and�bamos. De pronto hizo un viraje brusco y se introdujo en un condominio que
no era tan elegante como su departamento, pero no estaba nada de mal. Estacion�
el auto y me dijo que bajara. Entramos al ascensor. Apret� el bot�n del tercer
piso. Mientras tanto sac� unas llaves de su bolsillo. Eran las del departamento,
entramos y para asombro m�o hab�an cinco hombres j�venes, bebiendo y riendo.
Cuando me vieron y por la forma de hacerlo, debo decir que el temor hizo presa
de m�. �"�Hola muchachos! � dijo salud�ndolos - �Ven que cumpl� mi palabra?
�Aqu� est� la puta!". Los muchachos aplaudieron y festejaron las palabras de mi
extra�o acompa�ante cuyo nombre yo segu�a sin saber. �"No perdamos tiempo" �
dijo. Me hizo sacar la chaquetita que me cubr�a y me hizo poner de rodillas en
medio de la sala. Los chicos me rodearon. Estaba totalmente prisionera entre
ellos. Casi al mismo tiempo comenzaron a bajarse los pantalones. La escena
parec�a incre�ble. Las pijas me rodeaban por todos lados. Eran de muy diversos
tipos, pero sin duda la que se llevaba las palmas era la de i querido amigo.
�"�Qu�date tranquila y no te muevas � me dijo en forma autoritaria como era su
costumbre - �Te daremos un ba�o de semen!" � de inmediato comprend� que eso
erale bukkaki.


Comenzaron los seis mastodontes a masturbarse, pod�a apreciar
como sus pijas se iban humedeciendo producto de la excitaci�n. Muy hip�crita
ser�a si dijera que la situaci�n me disgustaba. Pensaba en lo dichosa que deb�a
estar. Hay mujeres que llevab tanti tiempo si ver una sola y yo ten�a all� a mis
disposici�n nada menos que seis. No habr�a pasado unos diez minutos, como si se
hubieran puesto de acuerdo, acabaron casi al mismo tiempo. Parece que se hab�an
estado preparando para algo as�, ya que la cantidad de semen que les emanaba era
bastante considerable. Qued� con el rostro y el cabello hecho una miseria,
completamente inundado de semen. Me costaba parpadear debido a la gran cantidad
de maretia viscosa, se me pegoteaban. Con la lengua recog�a un poco y lo
saboreaba. Sent�a c�mo, lentamente parte de �l se escurria por mi cuello. Ni
hablas de mi ropa. Hab�a semen hasta por las partes m�s inimaginables. Mi
querido amigo, antes de comenzar me hab�a advertido que no deb�a limpiarme el
rostro. Imaginaba que deb�a estar muy bella con esa crema facial que me hab�an
prodigado. Lo poco que pod�a recoger con mi lengua lo disfrut� mucho como es
debido. As� de rodillas estaba rodeada por estos machos que ya no pod�an
arrojarme m�s leche. El chorro de mi estimado amigo fue el m�s impresionante ya
que estaba justamente frente a mi rostro, de m�s estaba decirlo que se hab�a
reservado para s� la mejor ubicaci�n. Cuando ya vio que el asunto hab�a
terminado se dirigi� a los muchachos dici�ndoles: -"Bien chicos. Eso es todo.


Despu�s arreglamos. Ahora se pueden ir." Se arreg�aron las ropa r�pidamente y se
marcharon. All� qued�, arrodillada en medio de la sala sintiendo como el semen
se resecaba en mi cabello y rostro sinti�ndolo algo tirante. Curiosa me
preguntaba si me tendr�a alguna otra sorpresa. Una vez que cerr� la puerta, se
hab�a puesto una zunga blanca que se notaba humedecida en la parte de su sexo.
Tom� asiento y se qued� mir�ndome. �"�Te gust� la sorpresa?" � me dijo. Asent�
t�midamente. �"Imaginaba que te gustar�a. No puedes disimular lo puta que eres.
Eso es lo que me gusta de ti.". Yo lo escuchaba atentamente. Se ve�a tan hermoso
sentado con las piernas abiertas dejando entrever su bulto. El desgraciado sab�a
muy bien c�mo calentarme. Sab�a cu�nto lo deseaba y que estaba dispuesta a
asumir el precio que fuera. Ya no me importaba nada. S�lo ten�a en mente el
deseo de ser cogida por �l. �"Mi nombre es Iv�n" � dijo. Eso fuen como si un
rayo me hibiese partido en dos. �Al fin se dignaba a darme su nombre! Eso era un
claro avance. �"Lev�ntate y ac�rcate" me dijo con su tono tan caracter�stico. Me
acerqu� lentamente. �"Te ves muy hermosa con esa crema facial" coment�. Me
sonre� y me seg� acercando m�s a �l. Se inorpor� un poco y con su mano me tom�
por la nuca. �"Tienes una piel muy suave y una piernas muy hermosas""- dijo
mientras me acariciaba. Yo estaba totalmente dichosa. Era delicioso sentir c�mo
esas manos recorr�an mi cuerpo de una manera que me enloquec�a. Se psaron por
unos momentos en mi trasero. Me sobaba las nalgas como nunca lo hab�an hecho
antes. �"Tu trasero es precioso � me dec�a � me muero por sentir su aroma, la
tibieza de tu intimidad" y diciendo esto su mano derecha se introdujo por debajo
de mi tanga.


Con la otra separ� mis gl�teos. Estaba clar�sima la intenci�n.
Buscaba mi ano. Cuando lo encontr� comenz� a acariciarlo suavemente con la yema
del dedo. El placer se apoder� de m�. Luego me baj� la tanga dej�ndola a la
altura de mis rodillas. Me acerqu� un poco m�s y apoy� mis manos en sus hombros.
Separ� las piernas tanto como me lo permiti� la tanga a fuin de facilitarle la
tarea. Su mano volvi� a mi trasero y sent� como su dedo comenzaba a penetrarme.
Se me escap� un quejido. Sonri�. �"�Te gusta, putita?" � me pregunt�.
�"Ssssiiii... me gusta mucho. �Mmmmmmmmmm! �Ricoooo!" � le dec�a entre jadeo y
jadeo que me arrancaba. Cuando lo introdujo completo comenz� a hacerlo vibrar
muy r�pido. Me produjo un placer indescriptible, yo estaba como una verdadera
loca. Cuando sent�a que me tan�a al borde del paroxismo se deten�a o disminuia
la intensidad. Eso me provocaba una ansiedad casi insoportable. Le gritaba, lo
insultaba, le rogaba para que no se detuviera. Ansiaba llegar al orgasmo, pero
me lo ten�a prohibido. Cuando me desesperaba mucho, con la mano izquierda me
daba unas fuerte nalgadas, pero eso en vez de tranquilizarme me calentaba
much�simo m�s. S�lo consegu�a enerdecerme m�s. En un momento se descuid� y ya
estaba a punto de ver el cielo, se detuvo bruscamente, dejando su dedo quieto
dentro de mi culo.


Mi desesperaci�n y fristraci�n fue tan grande que no s� de
d�nde saqu� el valor para darle una violenta bofetada. Se la d� con toda mi
alma. Qued� estupefacta cuando tom� conciencia de lo que hab�a hecho. Esperaba
lo peor. Me mir�, se sonri� y me dijo: -"Creo que me lo merec�". Sac� su dedo de
mi culo y asegur�ndose que lo ve�a se lo llev� a la boca para saborearlo. Me
sent� tan de �l cuando lo hizo. �"�Mmmm, eres de primera, chiquita, el mejor
culo que he saboreado en mi vida". De la rabia pas� inmediatamente a la ternura.
Mir�ndolo a los ojos le dije: -"Perd�name, mi amor, lo hice sin pensar" .
Quit�ndose el dedo de la boca me respondi�: -"No te preocupes, chiquita. Me
agrad� lo qie hiciste, en caso contrario no estar�a tan tranquila.


No hay nada
mejor que una hembra con temperamento � luego agreg� � ya que te mueres por
venirte te dar� la oportunidad de hacerlo" Me subi� la tanga y me hizo sentarme
en el piso muy cerca y frente a �l. Se ech� hacia atr�s en el sill�n, apoy�ndose
en el respaldo. Acarici� su sexo sobre la zunga. �"Mira- me dijo � este paquete
ser� tuyo, pero s�lo cuando considere que lo mereces...�lo deseas?" � Sin
dudarlo siquiera le dije que s� y agregu�: -"M�s que a mi vida!"- -"Me alegra
mucho lo que dices � contest� � pero pata poder ganarte ese placer tendr�s que
ser muy obediente" � Mi respuesta sali� del alma. �"Har� lo que t� digas". Se
levant�. Era hermoso verlo con la zunga que a duras penas le tapaba el sexo. Su
piel brillante, perfecta. �C�mo deseaba a este hombre! Desapareci� de la sala
por unos momentos. Cuando volvi� tra�a en su mano un peque�o piso. Lo dej� muy
cerca del sill�n dende hab�a estado sentado. Luego se dirigi� hacia un mueble
que estaba adosado a la pared, abri� una peque�a puerta y sac� un vibrador. Su
aspecto era muy real. Tendr�a unos 18 cent�metros por unos cinco de ancho,
recto. Hasta las venas se le notaban. En la base una ventosa, con la cual la
peg� a la superficie del pisito. �"Quiero que te la comas entera"- me dijo. Tom�
asiento en el sill�n, se ech� hacia atr�s y con las manos comenz� a acariciarse
el sexo de una forma extremadamente sensual. Con su rosatro me dec�a tantas
cosas. Podr�a haber pasado una eternidad observ�ndolo y ador�ndolo. Me puse
frente a �l, sent�a mi piel tirante y reseca a causa del semen. Me quit� las
botas para est� m�s c�moda. Luego segu� con el resto hasta quedar completamente
desnuda. Mi pija estaba erecta, pero era una minucia comparada con la de Iv�n.
La m�a no pasaba de unos 10 cent�metros.


Cuando me la vio dijo: -"Es peque�ita.
Otro m�rito para desearte." � Comenc� a bailar y a moverme como una bataclana de
cabaret barato.Mis manos jugaban con mis pezones pellizc�ndolos suavemente,
luego me ubiqu� delante del piso. El consolador me esperaba. Estaba brillante y
h�medo. All� me di cuenta que hab�a tenido la gentileza de lubricarlo con
bastante genorosidad. Ese detalle aument� m�s mi pasi�n por �l. Puse mi mejor
cara de puta caliente y comenc� a agacharme lentamente, apoy� mis manos en las
rodillas y me prepar� para empalarme. Mi culo roz� la punta del vibrador, me
concentr� al m�ximo para relajarme y disminuir la natural resistencia a ese
magn�fico objeto. Hice las manos hacia atr�sa, tomando mis nalgas y separ�ndolas
lo m�s que pude. Afortunadamente, aunque su tama�o no dejaba de ser
considerable, me habian penetrado con miembros m�s grandes que ese. Aument� la
fuerza. Me mord� el labio inferior sin quitar la vista de mi hombre que segu�a
acariciando su sexo. Imaginaba lo hermoso que ser�a si fuera yo quien se lo
estuviera acariciando. Cuando sent� que la punta del vibrador habia penetrado
exhal� un hondo suspiro. �"Mi amor � le dije- ya est� entrando en m�. �Que
hermoso ser�a si fueras t�!" �Me mir� de una manera que me hac�a sentir menos
que nada y me dijo: -"Cuando sea yo, no estar�s tan tranquila, porque te volver�
loca de placer." Segu�a comi�ndome el cosolador, se iba acomodando muy bien a mi
culo. Era suave pero firme. Me demor� unos cinco minutos en completar la faena
hasta quedar completamente sentada en el piso. Nadie se podr�a haber dado cuenta
que estaba todo dentro de m�.


Cerr� por un momento mis ojos para sentir mejor
ese placer tan �nico que solamente puede brindar la penetraci�n. Fue en ese
momento que le dije a Iv�n: "Ya mi amor, m�rame, est� todo dentro de m�".
�Sonri� y me dijo: -"Esa es mi chica. Por ser tan buena te dar� un premio."
Meti� su mano debajo de la zunga y sac� su miembro. Ante su presencia los ojos
casi se me salieron. Era para perder la cabeza por algo as�. Lo tom� desde su
base, dej�ndolo parado ante mi vista. Su cabeza era grande, roja, brillante.
Parec�a la cabeza de un soldado con casco. Por la ranura posterior, que era lo
que estaba frente a m�, se notaba el frenillo de un prepucio recogido, como una
espada desenvainada lista para asestar su golpe mortal. Su cuerpo, un poco, no
demasiado, m�s angosto que su cabeza, en forma pareja, recto y duro como el
acero. Una vena ancha, centrada justo en la mitad lo recorr�a entero y numerosas
otras, m�s peque�as desparram�ndose en diversas direcciones hasta llegar a su
nacimiento, dos hermosas bolas de un tono un poco m�s oscuro. Se ve�an grandes,
repletas de semen que yo deseaba con toda mi alma. Me daba rabia porque dilataba
tanto el momento para hacerme suya, pero no me quedaba m�s remedio que ser
paciente. Con soo verlo me estremezco entera y la hembra que hay en m� se
enfurece. Quiero todo ese placer que me puede brindar.


Deseo ser hembra, su
hembra, que me haga suya, que me inunde con su semen y recorra todo mi cuerpo.
�Como deseo pertenecerle! Sentirlo dentro de m�, esperando aquel momento sublime
en que sea la causante de llevarlo al cielo. Que me apriete fuerte contra su
cuerpo en ese deseo inmenso de convertirnos en un solo ser, que est�
completamente dentro de m�. Que su semilla abrace mis entra�as, que me arranque
chillidos de placer hasta hacerme morir por unos instantes.



All�, erguido y orgulloso como una torre frente a m�, tan
cerca y tan lejos a la vez, bland�a su sexo despertando m�s y m�s mi apretito
voraz, pero no me dejaba acercarme y menos tocarlo. Se lo comenz� a frotar
suavemente con la mano recorriendo maravillosamente eres tronco formidable.
Entretanto yo sub�a y bajaba sobre el falo artificial. No se pod�a negar que
ten�a una adherencia excepcional. Se deslizaba dentro de m� con mucha facilidad
y las protuberancias que ten�a me excitaban al m�ximo cuando se mov�a.


Iv�n me
miraba y dec�a: -"As� chiquita, as�. C�metelo todo, enterito. Imagina que es el
m�o." Y me lo mostraba. Not� su punta brillante, producto del l�quido preseminal
que comenzaba a brotar. Pas� mi lengua por los labios, deseando probar su sabor.
Despu�s de un rato en que estaba fren�tica subiendo y bajando mientras me
masturbaba y miraba a Iv�n, me pidi� que me quedara tranquila y me acercara lo
m�s posible a �l. Entonces pas� mi mano por detr�s y con mucha dificultad pude
despegar el consolador del pisito. Su ventosa era muy firme. Me asegure que
quedara metido hasta el m�ximo ya que no deseaba por ning�n motivo perderme de
esa emoci�n extra. Me ubiqu� de rodillas entre sus piernas, pero antes me
advirti�: -" Greta, al menor intento de tocarme te muelo a patadas. S�lo quiero
que mires, observes y me desees de tal manera que tu excitaci�n sea tal que te
vengas sin que te toque. �Est� claro?" � asent� con un gesto de cabeza. Me
acerqu� lo m�s que pude. Grande era la tentaci�n de abalanzarme sobre �l, pero
ten�a la plena seguridad que hablaba en serio y que cumplir�a su palabra.
Despu�s de un rato agreg�: -"...pero si te portas bien, si eres una buena chica,
te dar� un premio".


Comenz� a masturbarse, ve�a c�mo su mano se des�izaba
rideando todo su tronco. Era un espect�culo maravilloso. Me sent�a feliz de ser
la causante de todo. Pod�a apreciar claramente como el l�quido preseminal era
cada vez m�s generoso y se chorreaba por su pija para luego untar todo su pu�o
cerrado alrededor de �l, tranform�ndose en una espumita, como si fuera
jaboncillo. Yo no ten�a mente para otra cosa. Me excitaba tanto el esp�ctaculo
que me dejaba llevar por mis emociones. Sent� de pronto que mi ano se comenzaba
a contraer apretando fuertemente el consolador, era algo que me suced�a de forma
sintom�tica, superior a m� y que no pod�a evitar. Un calorcito muy agradable
comenz� a recorrer mi cuerpo, una puntada, una luz cegadora que no me dejaba
pensar en otra cosa y all� comprend� que estaba por venirme. Si me lo hubiesen
contado no lo habr�a cre�do. Fue un orgasmo incre�ble, producido s�lo por la
estimulaci�n visual. Di un alarido infrahumano y sent�a c�mo mi semen sal�a con
toda fuerza para caer sobre una pierna de Iv�n. Todav�a no me recuperaba del
todo cuando comienzo a sentir los jadeos de Iv�n. Me prepar� para el momento.


Observ� que apret� fuertemente su miembro para evitar que el semen saliera
disparado. Sus quejidos eran callados, hacia adentro, pero se notaba que de un
placer intenso. Lleg� a retorcerse en el sill�n. Esper� unos momentos para
calmarse, pero sin soltar su miembro, cuya cabeza estaba cubierta por el
prepucio. Lo admirable era que, a pesar de todo, su miembro no perdia la dureza
y consistencia. �"Has sido una buena chica, obediente � me dijo � por lo tanto
te dar� tu premio." Se acomod�, dej� su pene en l�nea recta. Quit� sus dedos del
prepucio. �Qu� maravilla! Se asemejaba a un volc�n en erupci�n, s�lo que en este
caso era una lava blanca que comenzaba a desbordarse por todos lados como si
fuera una fuente sin fin. El l�quido viscoso se deslizaba lentamente por los
bordes. Yo no me atrev�a a hacer nada, pero mor�a por probarlo, por beberlo y
sentir su sabor salado en mi boca. Entonces dijo las palabras que tanto esperaba
o�r:-" B�belo, antes que se pierda". No me hice rogar dos veces y plena de
lujuria y calentura comenc� a dar lenguetazos por los bordes, de abajo hacia
arriba para que no se perdiera nada. Lo saboreaba con verdadero deleite, casi
religiosamente. No pod�a menos que pensar en lo maravilloso que son los hombres,
due�os de nuestro placer. Nos dominan, nos subyugan, la mayor�a de las veces nos
hacen sufrir, pero es tanto el placer que nos regalan. No existe nada que pueda
reemplazarlos, sentir su ternura dentro de su virilidad, en esos momentos
m�gicos en que se entregan por entero a nosotras y que s�lo ah�, en ese momento,
podemos decir con toda certeza que nos pertenecen totalmente aunque sea por unos
pocos segundos.



Cuando termin� mi labor de limpieza, reprim� cualquier otro
intento de pasi�n para no enojarlo. Ya me hab�a hecho la idea que �nicamente
pod�a hacer lo que �l me permitiera, por eso lo hac�a con mucha intensidad de la
que pod�a ser capaz. Su pene segu�a erecto, yo estaba sorprendida por su r�pida
capacidad de recuperaci�n. Me sonri�. �"Cada vez estoy m�s seguro que eres la
hembra que necesito tener a mi lado." -No pod�a haberme dicho nada mejor. Con
eso pod�a soportar y aguantar cualquier exceso que deseara de m�. Ya me ten�a
comiendo en sus manos. Lo llevaba tatuado en mi piel. Me mor�a por ser su
hembra.


Sab�a que con un hombre as� pod�a sentirme totalmente plena. Tener la
vida que siempre hab�a so�ado. Me tendi� la mano, acarici� mi rostro y dijo:
-"Te ves muy hermosa as�". Sin decir m�s se ued� mir�ndome fijamente. Me
traspasaba con la fuerza de su mirada. Sent�a que cada c�lula de mi cuerpo se
derret�a como mantequilla al calor. En su mirada se reflejaba todo, no era
necesario que recurriera a las palabras. Sab�a perfectamente el poder que
ejerc�a sobre m� y no dudaba ni un instante en que lo usar�a al m�ximo. Sali� de
improviso del momento de ternura que me estaba demostrando, para volver a ser
como antes. Fue entonces cuando escuch� lo que dijo que sonaron como un latigzo
a mis o�dos, fue como si una aplanadora me hubiese pasado por encima. �"Quiero
que seas mi mujer. Eso si est�s dispuesta." Esperaba cualquier cosa menos una
maravilla como esa. Lo mir� con mis ojos brillantes por la emoci�n. �"�Lo est�s
diciendo en serio? � respond� - �o es otro de tus caprichos?". Me mir�, pens�
que me iba a golpear por la osad�a de mi pregunta y apret� las mand�bulas
esperando el golpe. Nada de eso sucedi�. �"Te lo digo muy en serio. Pero te
advierto que ser mi mujer no te ser� nada f�cil..." No pod�a dejar pasar esta
oportunidad, entonces le contest�: -"No me importa en lo absoluto cu�n dif�cil
pueda ser. Si hay algo que deseo en este mundo es precisamente ser tu mujer.


De
a poco voy aprendiendo a conocerte y cada segundo que pasa te amo m�s..."
�Sonri� para decirme: -"Bueno, recuerda que te lo advert�. Debes estar dispuesta
a todo. Soy muy exigente. Tengo el convencimiento que eres lo que tanto he
buscado, pero no quiero equivocarme. Debo asegurarme. Si lo consigues te har� la
hembra m�s feliz del mundo. Eso te lo aseguro." Sin salir todav�a de mi asombro
le respond�:-"Ya ver�s que estar� a la altura de lo que quieres y necesitas, eso
tambi�n te lo puedo asegurar." �"O.K." � me dijo. Se levant�, abri� el caj�n de
un mueble, de all� extrajo un peque�o cofrecito. Lo abri�. Me ten�a
terriblemente intrigada. De all� sac� un hermoso anillo de platino con peque�as
guarniciones de oro, muy delicado y deliciosamente femenino. Por la parte de
adentrp ten�a una inscripci�n: -"Iv�n y Greta, siempre". Era la segunda vez en
el d�a que me dejaba turulata. Inclusive hab�a tenido la osad�a de adelantarse a
los hechos. �"Este ser� el s�mbolo de nuestra uni�n. No imaginas cu�nto deseo
encontrar en ti la mujer que busco y necesito. Lo que estoy haciendo ahora no lo
har�a con cualquier mujer, s�lo con alguien muy especial. Eres la primera con la
cual hago un compromiso de esta �ndole". �Cada palabra que dec�a era como si me
diera un garrotazo. Nuestra relaci�n, al parecer, estaba echando algunas ra�ces.


Iv�n pod�a ser todo lo que quisieran, pero en esto me inspiraba mucha seguridad,
que no iba a jugar conmigo ni menos burlarse de mi condici�n. Entend�a tambi�n
que era un hombre desprovisto de prejuicios est�pidos. Si ten�a la surte de
llegar a ser su mujer no me tendr�a escondida. Me llevar�a con �l a todas
partes, juntos, orgulloso de su pareja. Todo esto me animaba bastante. Era la
oportunidad de mi vida para realizarme definitivamente como mujer. Tom� mi mano
y me coloc� el anilllo. No entiendo c�mo, pero calz� de manera justa en mi dedo.
�"Espero que no te lo quites nunca" � me dijo En su voz present� como cierto
temor al fracaso, de a poco el ogro estaba mostrando sus debilidades. Yo me
encargar�a que fuera totalmente m�o. �"Amor � dije � no tengo nada en este
momento para darte, pero quiero que sepas que te correspondo plenamente y mi
amor te pertenece por entero". Sin pensarlo me abalanc� sobre �l, ya no me
importaba si se enojaba o no. Me aferr� a su cuello y mi boca busc� la suya
desesperadamente. Acept� la invitaci�n de mis labios. Los entreabri� y mi lengua
se introdujo entre ellos. Cuando ambas se encontraron, fue maravilloso sentir el
roce de ellas, la humedad de ambas.


Luego presion� la m�a contra sus labios y
comenz� a succionarla suavemente. Besaba como los dioses y sin darme cuenta de
besadora me convert� en besada. Estaba en la gloria, pero ignoraba todo lo que
me iba a tocar sufrir. Cuando nuestras bocas se separaron me dijo:-"Arr�glate
que te llevar� a tu casa". Me decepcion� bastante, ya que me hab�a imaginado la
luna de miel. Mi mente hab�a albergado la idea de pasar la noche con �l.. Pero
bueno, ya las cosas estaban mucho mejor que antes. Le dije que deseaba ir al
ba�o para asearme un poco, quitarme el semen de mi rostro. Su respuesta fue
contundente. Por ning�n motivo. Deseaba que me fuera as�, como estaba. Me tom�
de la mano y salimos en direcci�n al auto. Algunas personas con las cuales nos
cruzamos nos miraban con curiosidad que no se preocupaban de disimular. De m�s
est� decir que el centro de atenci�n era yo, con la fachita que andaba y adem�s
con un aspecto de puta que no dejaba duda alguna. A Iv�n parec�a no importarle,
m�s a�n, creo que lo gozaba intensamente. Nos subimos al auto y me llev� a mi
departamento. Antes que me bajara dijo: -"Greta, tengo mucho trabajo. No s�
cu�ndo podr� verte, pero te aseguro que muy luiego tendr�s noticias m�as". Me
tom� de la mano y casi amenaz�ndome, agreg�: -"�No te olvides que me
perteneces!.- Le dije que no se preocupara. Me baj� y lo perd� de vista.


Los d�as se iban sucediendo y no ten�a ninguna noticia, eso
hac�a que la angustia me consumiera. Si no hubiera sido por el anillo que
adornaba mi mano, hubiese cre�do que todo fue un sue�o. Mi primer y �ltimo
pensamiento del d�a era para �l. Me vest�a pensando si le gustar�a verme as� y
me desvest�a pensando que estaba all� contempl�ndome. �Se acordaba de m�? �Le
hac�a tanta falta como �l a m�? Esperaba que s�. Pasaron quince d�as. �Toda una
eternidad! Un d�a, hab�a llegado hace poco del trabajo y llaman a la puerta.


Me
sorprend�, pues no esperaba a nadie. Mir� por el ojo m�gico. Era un chico y a
juzgar por el uniforme de alg�n servicio de entrega. Abr�, me traia un hermoso
ramo de flores con un sobre pegado en el celof�n en que estaban envueltas. Le di
una propina al muchacho, coloqu� las flores en un jarr�n con agua, las ol�. �Una
fragancia exqusita! Luego abr� el sobre, saqu� la nota que hab�a en �l. Era de
Iv�n y dec�a: -"Mi amor, esperp que las flores logren aliviar al menos en parte
el dolor de no vernos. Has estado cada segundo y cada momento en mi coraz�n. Te
espero esta noche. Te enviar� un taxi a las 22:00 horas. Te espero. Un beso.
Iv�n.".



Mir� la hora. Me arregl� r�pidamente ya que el taxi llegar�a
en cualquier momento. Me condujo a la casa de Iv�n, la primera. El penthouse.
Despu�s me enterar�a que ten�a numerosas propiedades. Me recibi� en la puerta.
Como siempre estaba magn�fico, vestido todo de negro. Me abraz� y me dio un beso
en los labios. Toma�ndome del hombro y haci�ndome pasar me dijo: -" Te tengo una
peque�a sorpresa". Tom� asiento y me ofreci� un trago que no s� de qu� estar�a
compuesto pero era exquisito. Me hizo ponerme de pie y para sorpresa m�a comenz�
a besarme y acariciarme desesperadamente. �"�Me has hecho tanta falta!" me dec�a
mientras me desnudaba con inusitada pasi�n hasta dejarme solo con la tanga. Me
tom� de la mano y me hizo bajar por una escalera, muy disimulada y que no hab�a
visto en mi visita anterior. Bajamos hasta llegar a una sala muy amplia, el
clima era agradable. Mir� a mi alrededor y vi una serie de elementos, algunos de
los cuales ya conoc�a y otros no ten�a idea de cual pudiera ser su utilidad.
�Esa era la sorpresa! Me tra�a a su sala de sadomasoquismo. �"�Te gusta?" � me
dijo.


Asent� con la cabeza, m�s que nada por cortes�a. Mis aproximaciones al
sadomasoquismo eran pr�cticamente nulos. M�s todav�a, la vista de esos atefactos
me atemorizaban bastante. Me llev� a una parte de la habitaci�n, ,e tom� una
mano, la alz� y cerr� un grillete en mi mu�eca y luego hizo lo mismo con la
otra. Se le ve�a feliz haciendo todo esto. Luego coloc� dos grilletes en mis
pies los cuales estaban unidos por una barra. Esto dejaba mis piernas levemente
separadas. Se hizo a un lado y tirando de unas especies de poleas, comenz� a
dejar tirantes las cadenas de mis manos. Mis brazos quedaban estirados hasta el
m�ximo lo cual me produc�a un peque�o dolor. Luego se arrodill� y comenz� a
girar la vara horizontal que un�a a los grilletes de mis pies. A medida que la
iba girando se alargaba separando m�s y m�s mis piernas. Lleg� un momento en que
no soport� m�s, estaban separadas hasta lo imposible. S�lo alli se detuvo. Se
acerc� y me cubri� los ojos con una venda el�stica negra, no pod�a ver
absolutamente nada. Luego silencio.


No pod�a saber si la luz estaba encendida o
apagada. Si estaba sola o no. Por otra parte mis brazos alzados comenzaban e
entumecerse y el dolor de mis ingles se hac�a m�s fuerte debido a la desmedida
separaci�n de mis piernas. No podr�a decir cu�nto rato estuve as�, pero de
pronto sent� algo que removi� todo mi cuerpo, grit� desgarrando el silencio que
hab�a. Todos mis miembros se contrajeron lo cual me provoc� un fuerte dolor al
tenerlos tan elongados. Qued� tiritando completamente. Hab�a sido Iv�n quien me
hab�a arrojado un balde de agua fr�a, muy fr�a. All� estaba yo hipando y
tiritando como producto de la reacci�n ante el agua. Se acerc� a m� por detr�s y
me dijo al o�do: -"�Qu� te pareci�, chiquita?" � Nada contest�, porque no pod�a
ni hablar. Luego agreg�: -"Bienvenida al mundo del sadomasoquismo"- luego
silencio absoluto. La temperatura de mi cuerpo estaba volviendo a la normalidad.
Lo inc�modo de mi posici�n se hac�a cada vez m�s insoportable, me manten�a en
pie �nicamente por las cadenas que me ten�an casi en vilo.



Nuevamente no s� cu�nto rato pas�. Sent� pasos. Era Iv�n. Me
quit� la vensa de los ojos y all� estaba, hermoso y viril como nunca. Una zunga
tan peque�a que apenas pod�a contener su enorme falo. En las manos ten�a un
objeto que, al verlo, supe de inmediato para qu� serv�a. Era un mango negro y
que terminaba en una serie de tiritas del mismo color, de cuero. Se ubic� detr�s
de m� y sent� en mis nalgas el poder de ese instrumento. Produc�a entre una
combinaci�n de dolor, molestia , escozor y placer. Ya se estaba iniciando la
sesi�n de flagelo. Los golpes se comenzaron a suceder uno tras otro. Luego se
vino por delante de m� y castigaba mis pechos para terminar finalmente en mi
polla. Curiosamente, esta se puso erecta al sentir el primer castigo y se
mantuvo as� durante toda la sesi�n. Iv�n estaba comenzando a despertar todos mis
malos instintos. El dolor pod�a ser fuente del placer. Eso y no otra cosa era lo
que me estaba ense�ando.


Lo otro que me hizo descubrir es que me encantaba ser
humillada y dominada. Eso me daba la ventaja de hacer lo que quisiera sin sentir
remordimiento alguno ya que lo hac�a por "obligaci�n". Cuando consider� que el
castigo era suficiente, baj� un poco la cadena que sosten�a mis brazos en alto.
No me hab�a percatado que en la parte superior del techo hab�a todo un ingenioso
sistema de poleas, roldanas y otras cosas que desconoc�a, pero que imaginaba
facilitaban todos lo caprichos que se le ocurrieran a Iv�n. �"Te has portado muy
mal este �ltimo tiempo, as� que tendr� que disciplinarte" � r�pidamente entend�
el juego y se lo segu�. �"�Papito lindo! � le contest�- te prometo que de ahora
en adelante ser� buenita. Perd�name, cielito". �se not� de inmediato que mi
reacci�n le agrad�. �"Lo siento, chiquita, pero es por tu bien. Ver� que despu�s
me lo agradecer�s". �"�Noooo! �Te lo imploro! �S�lo por esta vez! �Har� lo que
t� digas, pap�!" le gritaba, le rogaba. �l se manten�a inflexible. Se ubic�
detr�s de m�, me baj� el calz�n hasta dejarlo a media pierna. �"�Prep�rate,
zorra! �Ahora ver�s lo que es bueno!" dijo y me dio el primer palmetazo. Sent�
mi trasero arder. Me mord�a los labios del dolor. Dos... tres... cuatro...diez
palmetazos. Comenc� a gritar como loca pidiendo perd�n. Las l�grimas me
comenzaban a brotar. Sent�a mi trasero al rojo vivo, pero me gustaba, no lo
pod�a negar. As� me dio quince palmetazos, mi pobre culo estaba sanguinolento
pero excitada como nunca antes. Despu�s de haberle prometido por todos los
santos que nunca m�s me volver�a a portar mal, me solt� los grilletes de las
manos y los pies. Me sob� las mu�ecas y los tobillos. Estaba molida y ni hablar
de mi culo, me lo vi por un espejo, estaba en carne viva. No quer�a pensar
siquiera en sentarme. �"Ven aqu�" � me dijo Iv�n.


Obedec�. Me hizo subir a una
especie de caballete, en cuatro patas como una perra. Me tom� las manos y volvi�
a engrillarme, luego los pies. En cuatro patas con las piernas separadas. De un
caj�n sac� un vibrador y me lo mostr�. �"Te lo comer�s enterito" � sentenci�.
Por mi posici�n era una presa f�cil. Se acerc�, bes� mis gl�teos sangientos,
bebiendo con su lengua las gotas de sangre, gozando de su sabor como un ni�o
goloso. �"Mi pobre ni�a � dec�a � miren nada m�s c�mo me la dejaron" � yo nada
le dec�a, pero se quejaba y ronroneba como un gatito. �"�Qui�n le hizo esto mi
amor?" � me pregunt�. �"T�" � le contest�. �"Mmmmmm �se puede saber por qu�?"-
Entonces de la manera m�s mimosa posible le dije: -"Me castigaste, porque soy
malita". �"Qu� bueno que lo reconozcas mi amor" . Y a continuaci�n, de manera
muy delicada me separ� las nalgas con sus manos, pero de todas maneras no pude
evitar un grito de dolor. Acerc� su rostro y se hundi� en medio de mi trasero y
sent� su maravillosa lengua buscando ansiosamente mi anillo del placer.


Lo hac�a
de una manera que me enloquec�a. Primero pasaba la punta de su lengua por las
orillas de mi ano, lo cual me proporcionaba una especie de cosquilleo tan
deleitosos que me hac�a pedir a gritos la penetraci�n. Es incre�ble lo caliente
que se puede poner una hembra cuando su macho sabe c�mo encenderla. Cuando el
instrumentista es virtuoso, es capaz de sacar las m�s dulces de las melod�as �y
vaya si no me daba cuenta! Nunca antes un hombre me hab�a tratado de esa manera
y menos enloquecerme hasta lo imposible. Dejaba la vara muy alta, de eso estaba
totalmente convencida, as� que no escatimar�a esfuerzos por ganarme su afecto.
Yo tambi�n quer�a dejar la vara muy alta, que fuera incapaz de encontrar a
alguien que le diera lo que yo le daba.


Ten�a que lograr que me deseara lo m�s
intensamente posible, hacerle realidad todos sus deseos y caprichos m�s all� de
cualquier l�mite. Cuando dio por terminada la acci�n con su lengua comenz� a
lubricarme con un gel. Para m� eso era un gran avance. Ten�a algunas
contemplaciones conmigo. Unt� mi ano con mucha delicadeza por los bordes e
internamente llev�ndome a la gloria. Se dio cuenta de lo que me suced�a y
comenz� a estimularme m�s, pero cuidando que no llegara al orgasmo. Yo no sab�a
c�mo hacer para venirme, la desesperaci�n me embargaba y por m�s que rogaba no
pod�a obtener su atenci�n. Tom� el consolador que lubric� convenientemente,
despu�s me dar�a cuenta que no era cualquier consolador. Era el�ctrico, no a
bater�a y aparte de vibrar combinaba con ciertos movimientos circulares cuya
rapidez e intensidad se pod�an graduar. Comenz� a introducirlo, no le fue
dif�cil debido al estado de excitaci�n en que me encontraba.


Cuando lleg� hasta
el tope lo dej� al m�ximo de su intensidad. El sentir esa cosa dentro de m�,
movi�ndose, me asust� al principio, pero cuando me fui acostumbrando le encontr�
el gustito. Me manten�a en una situaci�n de constante placer. Iv�n se acomod� en
una especie de banqueta roja, en la cual se acost�, quedando su sexo bajo mi
vista. Comenz� a acariciar su pija soberbia, incit�ndome, provoc�ndome,
haci�ndome desearlo cada vez m�s. Se mov�a sensualmente y me hablaba y se
quejaba. Hac�a el intento de bajarse la zunga y luego se arrepent�a, dej�ndome
con las ganas de ver su pija.


El consolador hac�a lo suyo, sent�a que mi ano ya
no me obedec�a, no pod�a dominar sus espasmos y luego de un rato, sin poder
evitarlo tuve mi primer orgasmo. El chorro de semen cay� sobre la zunga negra de
Iv�n, quedando como un lunar blanco. Iv�n pas� su dedo por �l, tratando de
recoger lo m�s posible y se lo llev� a la boca. Despu�s me premi� sacando su
pija y masturb�ndose delante de m� hasta que se vino, puso especial cuidado en
que el semen quedara depositado en la palma de su mano, se incorpor� y me la
acerc� para que lo lamiera. Y as� como una gatita beb� de su leche fresca y
tibia. Sin decirme nada desapareci� de la habitaci�n y apag� la luz. All� qued�,
sola, en cuatro patas encadenada con un vibrador metido en el culo que me
enloquec�a. Un pene el�ctrico que no conoc�a el cansancio. En esa soledad y
oscuridad qued�.


No podr�a decir cu�nto tiempo porque perd� la noci�n tanto del
tiempo como de los orgasmo que tuve. El cansancio y el agotamiento estaban
haciendo presa de m�, cuando sent� que regresaba y que las luces se prend�an. Ea
Iv�n. Desconect� el vibrador y me lo qit�. Cost� un poco, ya que con el tiempo
el lubricante se hab�a secado y al tratar de sacarlo se formaba un vac�o que
imped�a que se deslizara libremente y me causaba un dolor inmenso. As� que
tuvimos que hacer un esfuerezo mancomunado. Mientras �l hac�a fuerza para
retirarlo yo le ayudaba pujando lo m�s posible, como si estuviera pariendo.
Finalmente sali� y la sensacion de vac�o que me qued� era horrible, como si me
hubieran sacado todo lo de adentro.


Sent�a mi culo como si fuera un enorme
t�nel. Me solt� las manos y los pies. Todo mi cuerpo estaba adolorido. �No val�a
un peso! �"�Qu� hora es?" le pregunt� �"Las diez de la ma�ana"- conte

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Relato: Un amor dificil
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