Nos despertamos a las 8 de la tarde. Segu�amos abrazados y
nuestros cuerpos ol�an a sudor, semen y jugos vaginales. Luc�a me dijo:
- Ha sido fabuloso. Hac�a tiempo que no cog�a as� con
alguien, y encima, al principio estaba obligada. Pero me has dejado hecha un
asco �dijo se�alando su entrepierna cubierta por mi leche seca.
- Espera, voy a ver si puedo solucionarlo.
Cog� el tel�fono y llam� a recepci�n para preguntar hasta que
hora ten�an abierta la piscina cubierta. Me dijeron que la piscina no cerraba en
toda la noche excepto de 2 a 4 de la madrugada, tiempo que utilizaban para
limpiarla.
- Ponte el albornoz, solo el albornoz �le dije a Luc�a. Nos
vamos a la piscina.
Nos levantamos, nos pusimos el albornoz y cogimos el ascensor
hasta el s�tano, donde ten�an la piscina. Por los pasillos no hab�a nadie, de
manera que parec�a que el hotel era para nosotros solos. Llegamos a la piscina y
en seguida los dos nos miramos a la cara con una sonrisa de oreja a oreja: hab�a
un jacuzzi.
En seguida nos quitamos los albornoces y no metimos en el
jacuzzi. Era bastante grande, en un cartelito pon�a: CAPACIDAD PARA SEIS
PERSONAS. De manera que Luc�a y yo cab�amos de sobra.
Al principio nos dedicamos simplemente a estirarnos y
relajarnos. En definitiva, a descansar del polvo que hab�amos hecho. La verdad
es que el jacuzzi relajaba much�simo pero creo que a Luc�a tambi�n le provocaba
un poco de excitaci�n porque me dijo sugerentemente:
- Bueno, �me vas a limpiar o tendr� que hacerlo yo sola?
Yo no dije nada y me sent� a su lado. Le di un beso en los
labios mientras con una mano le masajeaba un pecho. Enseguida not� como su pez�n
se pon�a duro. Le bes� el cuello y le dej� un buen chupet�n. Baj� mi mano a su
entrepierna para limpiarla un poco, pero cual fue mi sorpresa al notar que ya
estaba limpia. Adem�s, adivin� porque estaba otra vez cachonda: uno de los
chorros de agua del jacuzzi estaba justo debajo de su co�o. �La muy puta se
estaba excitando con el agua a presi�n!
- No necesitas que te limpie �le dije con una sonrisa en la
boca. Lo que necesitas es otra "cosa".
Mientras le dije esto le acarici� la raja por fuera, con las
yemas de los dedos. Su cuerpo reaccion� r�pidamente: sus caderas empujaron su
entrepierna hacia mi mano. Nunca pens� que le gustara tanto el sexo a mi
profesora de f�sica y menos el sexo conmigo. En las clases siempre me hab�a
tratado muy mal, era muy fr�a y ahora me estaba pidiendo que la hiciera suya
hasta el orgasmo y m�s all�.
Yo quer�a cambiar un poco la din�mica del polvo anterior, as�
que le dije:
- Recuerda que todav�a mando yo y que antes el que te a
masturbado y follado he sido yo. Creo que ahora tendr�a que ser al rev�s.
- De acuerdo, tienes raz�n. No he sido justa contigo pero ya
se como te voy a compensar �me dijo con su voz m�s juguetona.
Me sent� en el jacuzzi y ella se puso de rodillas en frente
de m�. El agua le llegaba al cuello. Me abri� las piernas y empez� a pajearme.
La verdad es que una paja dentro del agua es de lo mejor que le pueden hacer a
un hombre. Mientras me pajeaba, me daba besos por el pecho, el cuello y la cara.
La situaci�n era muy excitante porque en cualquier momento pod�a entrar
cualquier persona y pillarnos.
Cuando not� que mi polla ya estaba muy dura, se meti� debajo
del agua y empez� una mamada. Eso fue lo m�ximo. Una mamada debajo del agua no
tiene nada que ver con una normal. Da much�simo m�s placer y la polla se pone
mucho m�s dura. Se la met�a hasta que mis huevos le tocaban la barbilla y
enroscaba la lengua alrededor de mi capullo. Luc�a no dejaba de demostrar que
era una verdadera experta en chupar pollas.
Cada treinta segundos, ten�a que salir a tomar aire porque
sino se ahogaba. Esos momentos los aprovechaba para seguir bes�ndome y decirme
guarradas al o�do:
- Te gusta �verdad?. Te gusta que yo sea tu puta y tu mi
chulo. Te gusta como la chupo cabr�n.
Esos insultos en vez de enfadarme, lo que hac�an era
excitarme todav�a m�s. La paja y la mamada se estaban convirtiendo en una obra
de arte y yo empezaba a notar que no tardar�a mucho en correrme. Ella tambi�n lo
not�. Se sent� encima m�o con las piernas abiertas, una a cada lado. Cogi� mi
polla y la apunt� a su co�o. Dej� mi capullo en la entrada de su co�o, apoyada
en sus labios y me dijo:
- Prep�rate, vas a tener la mejor penetraci�n de tu vida.
Entonces se la meti� de golpe. Entr� de una tirada gracias a
la lubricaci�n de su co�o y del agua. Casi me desmayo del placer tan grande que
sent�. Ahora no sub�a y bajaba como hab�amos hecho antes, mov�a las caderas en
c�rculos como si bailara alrededor de mi polla. Mientras hac�a eso, mi cara
hab�a quedado a la altura de sus tetas. Ella me apretada la cabeza contra ellas,
es decir, mi cara quedo enterrada entre sus pechos.
Era la mejor cogida de mi vida. Por dentro notaba como con
sus m�sculos vaginales me apretaba cada vez m�s la polla arranc�ndome miles de
gemidos. Era una verdadera maestra del sexo, no solo disfrutaba ella, sino que
mataba de placer a su amante, en este caso yo.
Yo puse mis manos en sus caderas y empec� a moverla de arriba
abajo. Ella entendi� lo que yo quer�a porque se puso a saltar encima de mi
polla. El mete saca era extraordinario. Sus tetas saltaban y me golpeaban la
cara, mientras su co�o se levantaba hasta el capullo y se dejaba caer de golpe.
Cada vez que bajaba, yo soltaba un grito y ella un gemido.
Cada vez nos mov�amos m�s r�pido. Hasta que los dos nos
corrimos casi en el mismo momento. Yo apret� sus caderas hacia abajo al m�ximo
en el momento de mi corrida. La penetraci�n fue muy profunda y mi leche le lleg�
muy adentro. Ella tard� pocos segundos en correrse, de manera que cuando yo la
estaba llenando de leche, ella me apret� la polla con su co�o. Ech� su cabeza
hacia atr�s y estir� su cuello. El placer casi me mata, y creo, que a ella
tambi�n. Fue un orgasmo largo e intenso, de los que no se olvidan.
Ella baj� la cabeza y empezamos a besarnos mientras mi polla
soltaba sus �ltimas gotas de semen. Estuvimos as� un rato, bes�ndonos y
acarici�ndonos, mientras mi polla se iba quedando floja en su interior.
Despu�s de un rato, se levant� y se sac� mi polla totalmente
fl�cida.
- Ahora si que necesito que me limpies �me dijo se�alando su
co�o que en esos momentos iba soltando mi gran corrida.
Yo asent� y met� dos dedos en su co�o. Empec� a sacar mi
propio esperma del co�o de aquella profesora del sexo. Parec�a que no se iba a
acabar nunca. Hab�a soltado litros y litros en su interior. Cuando hube acabado,
ella me dijo:
- Creo que alguien se ha quedado con el dep�sito vac�o.
Nos pusimos los albornoces y subimos a la habitaci�n.
CONTINUAR��