Relato: Esposa de cornudo consentido
Historia de esposa de un cornudo.
1 parte.
Marcela y F�lix
Hola Amigos, soy esposa de CORNUDO, me inicie, casi que por llevarle la idea a mi esposo, despu�s de casi 8 a�os de casada, en un principio, fuimos SW, y despu�s de varios encuentros, a decir verdad no muchos, un d�a me encontr� con un exnovio, el cual siempre me hab�a tenido gana y me hab�a defraudado, entonces m�s que por venganza, que por gusto, decid� tir�rmelo, pues yo estando felizmente casada y con la venia de mi cornudo era la mejor opci�n, hacerle creer a este que todav�a exist�a un sentimiento que me atra�a hacia a �l y fui planeando todo, hasta que se lleg� el d�a del gran encuentro, salimos a comer en un sitio de la ciudad, y luego de conversar y conversar, se decidi� a darme un beso el cual yo respond� con frenes� y lo deje convencido de que me encantar�a disfrutarlo m�s �ntimamente, luego de algunos d�as de llamadas concretamos nuestro primer encuentro en un motel de la ciudad, el me recogi�, habi�ndome antes puesto muy bella con la ayuda de mi esposo quien escogi� la ropa que deb�a llevar puesta, algo nerviosa y con la expectativa de como resultar�an las cosas. Sal� de mi casa muy atractiva, perfumada y con una copa de vino en la cabeza, pues no era f�cil tener un encuentro sin la presencia de mi esposo, una vez all�, no paso mucho tiempo para que empez�ramos a besarnos y el sin compasi�n fue desnud�ndome, pues despu�s de tantos a�os, aun se le ve�a que guardaba el deseo por m�, m�s a�n cuando nunca hab�a podido poseerme pues de besos y alguna pasadita por la pierna nunca paso a m�s cuando era mi novio , as� que ese d�a en el motel, tuvimos un encuentro m�s bien r�pido, pero fruct�fero, para la tarea que nos hab�amos propuesto con mi esposo, en ese momento m�s que el deseo, era la picard�a de la tarea hecha, disimuladamente hice que me ba�aba, despu�s de haber recibido su derramada dentro de m�, y la guardaba muy bien pues es el primer regalito que le entregar�a a mi esposo cornudo; luego de un buen rato, mi deseo era llegar pronto donde mi esposo para poder compartir con �l la experiencia que acababa de tener. Sin m�s nos despedimos, sabiendo de antemano que habr�a m�s encuentros, los cuales yo empezar�a a disfrutar a medida que se iban dando, siempre con la complicidad de mi esposo, el cual siempre me ha recibido deseoso, de embriagarse con la leche del otro, que a�n cree que me he convertido en su amante, sin saber que est� siendo utilizado, para beneficio de aumentar el deseo y la pasi�n que siento por mi esposo, con el que recreamos nuestra intimidad y cada d�a es m�s fogosa, gracias al iluso de mi ex, que a�n cree que muero por sus encantos y lo �nico que estoy haciendo es orde��ndolo, para darle a mi amado esposo el mejor regalo que se merece, por permitirme disfrutar de la libertad que no todas las mujeres tienen la posibilidad de disfrutar, por no tener un esposo complaciente y cornudo como el m�o.
Seguir� compartiendo con ustedes, para ser el morbo de unos y la envidia de otros. Reciban un beso.
Historia de esposa de un cornudo.
2 parte.
Marcela y F�lix
Como les hab�a prometido, continuando recre�ndolos con mis historias, aquel EX que les cont�, me busca frecuentemente, y los encuentros los hacemos en mi casa o en la de �l, les aclaro que el tambi�n ya es casado, no s� qu� tan feliz sea en su intimidad, pero por lo que deja ver creo que le hace falta fogosidad. Uno de los d�as que lo hemos hecho en su casa, me recibi�, con una copa de vino, que luego se triplico, hasta sentirnos un poco alegres, no mareados, porque nadie se emborracha con tres vinos en la cabeza, pero si sirven para calentar tanto el ambiente, como la piel y el cuerpo, cuando menos pensamos, est�bamos bes�ndonos apasionadamente, y mientras sub�amos las escaleras fuimos dejando la ropa regada por ella, cuando llegamos a su habitaci�n y sabiendo que ser�a pose�da en la cama de aquella que me hab�a hecho derramar alguna que otra lagrimilla, me sent� triunfadora, pues era otra venganza hacia ella, la que me hab�a en otra �poca robado a mi novio antes de casarse conmigo, pues crey�ndolo fiel, su esposo me estaba cogiendo sobre el lecho que ella utilizaba para descansar y darle algo de placer que no era suficiente, pues si lo fuera �l no me buscar�a. Sentados frente a frente sobre la cama, entrecruzadas las piernas y entreg�ndonos en un beso profundo, las caricias cada vez m�s sentidas hac�an parte del placer que poco a poco iba inundando la habitaci�n de deseo, al sentir su miembro endurecido y mirando hacia lo alto, solo quer�a ser pose�da, pero �l quer�a acariciar mis labios y sentir el pozo en que se hab�a convertido mi vagina, solo dec�a, mira la delicia como estas de mojada, mientras tiernamente con su boca mis senos se com�a, al sentirme devorada tanto por sus manos como por su boca, casi que le suplique que me penetrara y al sentir su miembro que aunque no es tan largo si es grueso y llena mi peque�a vagina, empezamos en un vaiv�n de movimientos y m�s besos, que nos llenaron de �xtasis y nos dieron el disfrute, para una vez m�s obtener la tan valiosa y esperada leche que atesorar�a como el mejor premio, el cual guardar�a, con fuerza en mi interior para no dejar derramar ni una gota y hacer la entrega a mi amado cornudo, que con ansias me esperaba, para tomar y saborear en forma directa, con su boca el elixir bien ganado por haberme convertido en su puta.
Despu�s de un receso y habiendo logrado el objetivo, nos vestimos, para marcharnos y cenar algo antes de que el en su autom�vil, muy amablemente me regresara a mi residencia, sin antes hacerle prometer, que volver�amos a encontrarnos.
Al llegar a casa, me esperaba en nuestro lecho matrimonial mi hombre, lleno de placer con su miembro mirando erecto como nunca, el cual salude con un apasionado beso y al cual le dije, ha llegado tu puta, con el manjar que m�s deseas, hu�lelo, succi�nalo, disfr�talo y embri�gate , pues yo ya lo hice con los vinos, que me ha servido el ingenuo de mi ex, que quedo convencido una vez m�s que fui el objeto de su placer y resulta que al contrario una vez m�s, lo utilice para hacer m�s candente , apasionado, e inimaginable el encuentro con mi amado esposo, el cual no se cansa de saborear y disfrutar al m�ximo cada gota que en cada uno de mis encuentros obtengo para el como el premio mayor .
As� pues amigos una vez m�s los dejo con un beso mientras, les regalo otra de mis maravillosas historias.
Hasta pronto.
Me pueden escribir a