Relato: Primeras experiencias con mi prima

La verdad es que cuando mi prima me telefone� para decirme
que le hab�an dejado una pel�cula de v�deo y pedirme si pod�a pasar esa tarde a
verla en mi casa, pues en la suya no dispon�a a�n de aparato, no me emocion�. Me
llevaba bien con ella, pero ten�a otros planes. B�sicamente aprovechar la
ausencia de mis padres para campar a mis anchas por casa, beber algo del mueble
bar y hacerme una o dos pajas. Lo t�pico en un cr�o de catorce a�os, que era la
edad que yo ten�a entonces. Sin embargo, acab� aceptando la propuesta de Silvia,
que era (y es) el nombre de mi prima.



- La peli es de ciencia ficci�n. Ya ver�s como te gusta � apostill� antes de
colgar.



Por aquel entonces Silvia contaba con diecisiete a�os. No era ni mucho menos
despampanante. No era ni gorda, ni delgada, ni alta, ni baja. Ten�a el pelo
largo y casta�o, usaba gafas. Apenas ten�a pecho, sin embargo su culo era
bastante rotundo. M�s de una vez me hab�a pajeado pensando en �l. Era la �nica
parte de su f�sico que me atra�a.



A la hora convenida, llam� a la puerta. Era verano y ven�a ligerita de ropa.
Apenas un playero blanco con un dibujo de Mickey Mouse, bajo el cual se
trasparentaban sus bragas blancas. Inmediatamente calibr� la posibilidad de que,
si la pel�cula no era entretenida, me podr�a entretener viendo las bragas de mi
prima. Para ello lo mejor era que se acomodara en el sof� en el que seguro
acababa subiendo las piernas.



- Ponte tu en el sof�, que yo estoy cansado de estar todo el d�a estirado. Me
sentar� en el sill�n � desde el sill�n tendr�a las mejores vistas sin duda.



Puse la pel�cula y me sent� en el sill�n. Mi prima se hab�a descalzado y subido
las piernas al sof�, pero de manera que no me dejaba ver sus bragas. La pel�cula
arrancaba en una nave espacial. Parec�a de muy bajo presupuesto. En un momento
dado, la megafon�a de la nave reclamaba a una de las protagonistas para que se
personara en la enfermer�a para la revisi�n m�dica. Mi sorpresa fue may�scula
cuando una vez en la enfermer�a el m�dico la desnudaba y hund�a la cabeza en su
depilado co�o. �Era una pel�cula pornogr�fica! Mi prima me acababa de dejar
fuera de juego. Estaba demasiado alucinado como para decir nada. Finalmente fue
mi prima la que rompi� el silencio. Al tiempo que el m�dico sacaba su
instrumento para que la chica de la pel�cula le diera un repaso con los labios,
Silvia se levant� del sof� y dijo:



- Supongo que no te importa si me quito las bragas.



Y se las baj�, dej�ndolas en el suelo junto a sus zapatillas. Se volvi� a
acomodar en el sof� e inmediatamente meti� su mano entre su piernas y la comenz�
a mover. No pod�a salir de mi asombro. En la tele el m�dico y la astronauta
follaban como locos y en el sof� mi prima se estaba masturbando. Segu�a sin
tener palabras. En un momento dado, mi prima opt� por subirse el playero por
encima de la cintura para poder tocarse m�s c�modamente. Ahora lo ten�a todo a
la vista. Pod�a elegir entre el co�ito depilado que era penetrado en pantalla y
el co�ito peludo que mi prima automasajeaba. Dentro del ba�ador que llevaba
puesto mi polla estaba a mil. Una vez m�s, mi prima rompi� el silencio:



- T�o, no te cortes y hazte una paja, hombre. �O es que no te gusta la peli?



- S�, claro... � acert� a balbucear mientras met�a la mano dentro del ba�ador y
me la empezaba a cascar.



La pel�cula estaba bien. Transcurr�a una nueva escena en la que una morena con
hermosas tetas se tragaba la polla m�s descomunal que jam�s hab�a visto. Pero en
realidad estaba m�s interesado en la masturbaci�n de mi prima que en la propia
pel�cula, por lo que mis ojos se centraban m�s en el sof� que en el televisor.
Excitada seguramente por el tama�o de la herramienta que hab�a en pantalla,
Silvia hab�a acelerado los movimientos de su mano sobre su cl�toris, unos
movimientos que combinaba con fugaces introducciones de dos dedos en su raja.
Sin embargo, aunque parec�a realmente centrada en lograr su orgasmo (el segundo,
si mis c�lculos eran correctos) tambi�n tuvo tiempo para fijarse en lo que yo
hac�a.



- Si en lugar de aprovechar la pel�cula, la paja va a ser a mi salud pod�as
hac�rtela en p�blico.



- �Perd�n? � le pregunt� como haci�ndome el loco, aunque era plenamente
consciente de que se hab�a dado cuenta de lo que m�s me interesaba en aquel
momento y me sent� un poco avergonzado.



- Que igual que t� ves como me trabajo, me gustar�a ver como te trabajas t� � me
contest� � Vamos, que en lugar de meter la mano dentro el ba�ador � hizo una
leve pausa para emitir un peque�o jadeo provocado sin duda por sus movimientos
manuales � pod�as quitarte el ba�ador y pel�rtela tan ricamente.



No me acababa de gustar la idea, pero llegados a ese punto era dif�cil no darle
la raz�n. As� que me levant� y me quit� el ba�ador, quedando mi aparato al
descubierto. A�n no me hab�a vuelto a sentar en el sill�n, cuando entre jadeos
Silvia dijo:



- Corta pero ancha.



Obviamente se refer�a a mi polla. Y hay que reconocer que la descripci�n era
breve pero justa. As� la ten�a (y la tengo), corta pero ancha.



Finalmente, Silvia dio evidentes y sonoras muestras de alcanzar el orgasmo (a la
vez que en la pantalla la descomunal polla llenaba de semen la boca de la
tetuda). Temiendo que mi prima quitara de mi vista su co�o, aceler� el ritmo de
mi paja. Ella se dio cuenta y, como si fuera capaz de leer mi mente, me dijo:



- Tranquilo hombre, que puedes mirarlo tanto rato como quieras � a la vez que
abr�a las piernas al m�ximo.



A pesar de que hice decrecer el ritmo de mi paja, no tard� en correrme. Era
complicado aguantar mucho m�s teniendo all� delante aquel co�o peludo que mi
prima me ense�aba; aunque se hab�a tomado un descanso en su masturbaci�n, en
ning�n momento dej� de abrir sus labios con los dedos para que yo lo viera
mejor. Una parte de mi corrida fue a parar sobre mi pecho, pero otra fue
directamente al suelo.



- Tendr�s que limpiarlo antes de que vuelvan tus padres � ri� Silvia.



Gracias a la pel�cula, la tarde dio para m�s. Me hice una segunda paja excitado
por una morbosa escena l�sbica entre la chica que hab�a pasado el reconocimiento
m�dico y la tetuda de la segunda escena. Y coincidiendo con la org�a de la
escena final, me la pel� por tercera vez, aunque, como pas� en mi primera paja,
en esta ocasi�n estuve m�s pendiente de lo que hac�a mi prima, que iba ya por el
quinto o sexto orgasmo.



Cuando la palabra "Fin" apareci� en la pantalla, mi prima lanz� un suspiro y se
puso en pie, bajando el playero a su posici�n original a la altura de sus
rodillas. Al tiempo que se pon�a las bragas y las zapatillas me coment�:



- Ha estado bien la peli, �no, primo?



- S�. Bastante entretenida � le contest� divertido.



- No olvides limpiar los rastros de la lefa. Bueno, yo me voy ya.



Y as� sin m�s se fue.



El verano acab� y pas� un a�o completo. Vi a mi prima con regularidad, pero no
volvi� a haber nada entre nosotros. Por no haber, no hubo ni tan siquiera
comentario alguno sobre aquella cin�fila tarde. Sin embargo, el verano siguiente
volver�a a unir nuestro destino. Sus padres y los m�os decidieron alquilar una
casa en la costa todo el mes de agosto. Nunca me ha gustado demasiado la playa
por lo que m�s de una ma�ana me quedaba solo en la casa mientras el resto de la
familia (mis padres, mi hermana peque�a, mis t�os y mi prima) se iban a tomar el
sol y ba�arse. Nada m�s irse, aprovechaba para dormir m�s rato. Pon�a el
despertador una hora antes de que volvieran, entonces me levantaba y me duchaba.
Generalmente antes de ducharme me masturbaba aprovechando unas revistas de
mujeres desnudas que me hab�a llevado de casa. Estaba en ello una ma�ana cuando
al otro lado de la puerta escuch� a mi prima:



- Primo, date prisa que vengo todo el camino con unas ganas de mear de a�pa.



Se hab�a adelantado m�s de media hora a la hora de regreso habitual, pero por el
silencio reinante deduje que hab�a vuelto s�lo ella. No estaba dispuesto a dejar
mi paja a la mitad por lo que le dije que sal�a enseguida y segu� con lo m�o. No
se si ella peg� la oreja en la puerta y oy� mi respiraci�n acelerada o
simplemente dedujo lo que yo estaba haciendo. La cuesti�n es que, cuarenta
segundos despu�s, abri� la puerta que no ten�a puesto el cerrojo y me pill� con
las manos en la masa, de rodillas ante la taza sobre la cual ten�a abierta la
revista.



- Ya te vale, t�o. Yo me�ndome y tu casc�ndotela tranquilamente. Anda quita � me
dijo mientras quitaba la revista de la taza y me apartaba de un empuj�n.



Subi� la tapa, se baj� la parte inferior del biquini y se puso a mear delante de
m�. Me fij� que se hab�a recortado los pelos del co�o formando un triangulito
bastante menos frondoso de lo que lo ten�a un a�o antes. Otra vez estaba
petrificado ante ella, con la polla erecta y sin saber que decir. Y de nuevo,
fue ella la que rompi� el silencio:



- Anda, ac�rcate, que ya acabo yo lo que t� has dejado a medias.



Me acerqu� y ella agarr� mi polla y me la empez� a pelar. No tard� ni veinte
segundos en lograr que me corriera en su mano. Con la otra mano, alcanz� el
papel higi�nico. Corto un trozo con el que limpi� su mano y mi polla. Luego,
cort� otro trozo, se levant� y limpi� su co�o de los restos de orina. Mientras
se sub�a el biquini me dijo:



- Si quieres devolverme el favor, p�sate esta noche por mi habitaci�n cuando
todos duerman.



- �El favor?



- Digo yo que si te he hecho una paja, lo m�s cort�s por tu parte ser�a
trabajarme un poco el co�o, �no?



- �Ah! Vale. De acuerdo.



- Pues all� te espero.



Me levant� intentado hacer el menor ruido posible pasada la medianoche y me
deslic� hasta su habitaci�n. Una vez dentro, encendi� la luz de la mesita y me
salud�. Sin duda me estaba esperando, pues estaba semiincorporada en la cama,
con s�lo una camiseta puesta y el co�o al aire. Sac� una linterna del caj�n de
la mesita y volvi� a apagar la luz.



- Supongo que te gustar� ver lo que trabajas, pero mejor con la linterna que no
con la luz encendida, no vaya a levantarse alguien � me explic�, mientras me
daba la linterna.



La coloqu� encendida en los pies de la cama enfocando hac�a su co�o y me dispuse
a empezar.



- �Te masturbo y ya est� o quieres tambi�n que me lo coma? � le pregunt�.



- Menos meterme la polla puedes hacer con �l lo que quieras � contest� mientras
se abr�a totalmente de piernas.



Nunca hab�a hecho lo que me dispon�a a hacer. Pero no se me dio mal, a juzgar
por los espasmos, la respiraci�n acelerada y los t�midos jadeos que arranqu� de
Silvia. Empec� acariciando los recortaditos pelos con mis dedos, para poco a
poco ir abriendo su raja. Le trabaj� el cl�toris con la lengua un buen rato. Me
gust� su sabor. Cuando consider� que estaba lo suficientemente h�meda comenc� a
introducir primero un dedo, luego dos y acab� haci�ndole un �mete-saca� con
cuatro dedos, todos menos el pulgar. Tras casi veinte minutos le ped� que se
diera la vuelta y se tumbara bocabajo. Quer�a sobarle sus rotundas nalgas, ya
dije al principio que la parte de Silvia que m�s me gustaba. Las amas� y estruj�
a conciencia. Luego busque el agujero del culo y se lo trabaje con mi dedo un
rato. Esto la volvi� a excitar, se puso de nuevo bocarriba y me pidi� que
volviera a hacerle el �mete-saca� con los cuatro dedos. En apenas tres minutos,
le arranqu� un �ltimo orgasmo.



Apagu� la linterna y me dispuse a irme. Estuve a punto de decirle que no
encontraba muy justo el hecho de haberle dado casi media hora de placer. Al fin
y al cabo la paja que ella me hab�a hecho apenas hab�a durado veinte segundos.
Pero me call� y volvi� a ser ella la que habl� cuando ya estaba abriendo la
puerta.



- Supongo que ahora vas a casc�rtela como un mono � me dijo en voz baja.



Emit� una leve risa.



- Anda, cierra esa puerta y c�scatela aqu� � encendi� la linterna y me la dio �
Y por si te hace falta inspiraci�n, mira � se incorpor�, se quit� la camiseta y
se volvi� a tumbar.



Puestos a elegir hubiera preferido que se pusiera a cuatro patas y me mostrara
su culazo. Pero, en fin, unas tetas siempre son unas tetas. Aunque Silvia las
ten�a realmente peque�as, como dije al principio. Y tumbada m�s a�n. Sin
embargo, en cuanto enfoque la linterna me fij� bien qued� prendado de sus muy
grandes y duros pezones. Eran tremendamente espectaculares. Me quit� el pantal�n
del pijama y me la empec� a cascar. Me sent� en la cama a su lado y le pregunt�
si pod�a tocar sus pezones.



- Claro, hombre.



- Entonces aguanta t� la linterna por favor.



- La de sacrificios que tiene que hacer una � contest� en broma.



Mi mano izquierda empez� a recorrer su plano pecho, mientras con la derecha
prosegu�a con mi paja. Cuando not� que me corr�a, me indic� que hab�a papel
higi�nico en la mesita.



- Ha sido bastante r�pido. �Te importa que me haga otra? � le pregunt�.



- Por mi no hay problema. Pero una y ya est�, �vale?



- De acuerdo. Pero d�jame hacerlo en otra posici�n. Encima de ti, por favor..



- Vale. Pero no me eches todo el peso.



Alc� la pierna y la pas� por encima de ella, acomod�ndome sobre su est�mago,
pero sin llegar a apoyarme encima de ella. Le ped� que enfocara la linterna a
sus tetas y comenc� a juguetear con sus pezones, magre�ndolos y d�ndoles
pellizcos. Dos o tres minutos despu�s, cuando volv� a tener la polla morcillona,
dej� los jugueteos para mi mano izquierda y me la empec� a pelar con la derecha.
Antes de correrme, le ped� permiso a Silvia para soltar la leche en su pecho.



- Ya no viene de eso � me contest�.



El primer chorre�n de mi semen se desboc� un poco y acab� en su barbilla. El
resto se aposent� junto a sus magn�ficos pezones.



- Anda, m�rchate. Que ya me limpi� yo � me dijo mientras yo me bajaba de la cama
y ella se incorporaba.



Me march�, aunque aquel verano volv� unas cuantas noches m�s. Hicimos
pr�cticamente todo lo imaginable y parte de lo inimaginable, aunque no se la
pude meter. Para eso tuve que esperar dos a�os m�s, cuando tanto ella como yo ya
ten�amos pareja formal. Pero eso ya es otra historia.