La historia que os voy a contar comenz� cuando ten�a 19 a�os.
Hab�a una vecina llamada Marisa, la cual, por aquel entonces contaba con 43 a�os y estaba de lo m�s maciza. Era una mujer morena de cara redonda y que no era ni guapa ni fea pero, eso s�, ten�a unas caderas anchas y sin ser gorda era carnosa pero con la carne dura y con un culo redondo y resping�n. Sus tetas eran grandes y lo poco que la colgaban era del peso que ten�an aquellas perolas.
No s� cu�ntas pajas me habr�a hecho a la salud de su culo y sus tetas pero puedo asegurar que muchas.
Marisa est� casada con C�ndido un personaje bastante limitao (o sea �corto�) al que le gustaba m�s el bar y el vino que las mujeres y en especial atender al pedazo de t�a que ten�a en casa.
Esto supon�a que de vez en cuando aparec�a Eduardo con su coche, si estaban las dos hijas de Marisa en casa esta las mandaba a darse un garbeo y as� ella se quedaba sola en casa con �l.
Yo le preguntaba a Irene, la hija mayor, quien era el tal Eduardo y ellas me dec�an que era un primo de su madre.
Esto cuando eres un cr�o no te da que pensar pero cuando ya tienes una cierta edad y ves que el primo ahora viene cuando las hijas no est�n en casa te mosquea.
No pasaba lo mismo con C�ndido al que ella mandaba al bar y �l se iba tan feliz a tomar unos vinos (despu�s comprob� que le gustaba ser cornudo) .
El d�a al que me refer�a al principio fue en oto�o. Yo hab�a salido de trabajar a las siete de la tarde y estando en la cocina de mi casa merendando vi llegar el coche de Eduardo.
Al cabo de un rato en que ya comenzaba a anochecer vi que se encend�a la luz de la habitaci�n de Marisa.
Movido por la curiosidad le dije a mi madre que me iba a dar una vuelta y lo que hice fue saltar a la huerta de Marisa y subirme al andamio que ten�a colocado, ya que estaban pintando la fachada.
Casi me caigo del andamio al verla en la habitaci�n completamente desnuda con aquel gran culo al aire. Cuando se gir� vi aquel pedazo de tetas y le pude contemplar el monte de venus que m�s bien parec�a la selva negra ya que era muy peludo. El paisano que tambi�n estaba en pelotas estaba meti�ndola mano y se tumbaron en la cama perdi�ndome yo la imagen de lo que suced�a. Lo que s� pude, fue escuchar los jadeos de Marisa.
Al poco rato se levantaron de la cama y yo volv� a tenerlos a la vista.
Ella se apoy� al comod�n ofreci�ndole el culo y el �primo� la enganch� por detr�s bombe�ndola como un animal y ella gritando m�s, si cabe.
Yo entre la imagen los gritos de ella y ver aquel par de tetas como se balanceaban no pude m�s y me tuve que ir a casa a mi habitaci�n a mene�rmela pues ten�a un dolor de huevos que me reventaban.
A los pocos d�as de este suceso me present� en casa de mi vecina con la excusa de preguntar por C�ndido, para que me echara una mano en casa para mover el banco de carpintero de mi abuelo (yo sab�a que trabajaba de tarde en la f�brica y por tanto no lo encontrar�a en casa) y me recibi� Marisa con una bata fina en la que se apreciaba que no llevaba sujetador y los pezones se le marcaban tanto que no pod�a quitar la vista de sus tetas.
Ella por supuesto que se dio cuenta del detalle y en vez de disimularlo se me pon�a m�s provocativa y al sentarse en la silla dej� las piernas ligeramente abiertas sin acabar de ense�arme nada, lo que me ten�a m�s excitado.
Con esta vista yo me estaba empalmando como un burro. Ella tambi�n lo not� y me coment� que me ve�a muy nervioso que si me ocurr�a algo.
Yo casi sin pensarlo la respond�:
Que me hierve la sangre de ver lo buena que estas y todos los d�as me la meneo a cuneta tuya.
Ram�n �no te da verg�enza tener ese descaro conmigo, que puede ser tu madre?
�Y a ti no te da verg�enza joder con tu �primo�?
�C�mo te atreves a decir tal cosa?
Porque te he visto el otro d�a en tu habitaci�n jodiendo y gritando como una perra desde el andamio.
En vista de lo escuchado Marisa cambi� de tono de voz y se puso m�s melosa cont�ndome que su marido C�ndido no la atend�a y que ella necesitaba un hombre que la apagase el fuego que ten�a entre las piernas.
Ves la dureza que t� tienes en el pantal�n (me la agarro con su mano) pues igual necesito yo curar el calor de mi entrepierna.
Despu�s me pregunt� �Te gust� lo que vistes?
Tanto que me la tuve que menear.
Volvi� a tocarme la bragueta y me dijo: As� que te pongo cachondo he cabr�n. Por el bulto que tienes, parece que estas bien armao.
�Qu� fue lo que m�s te gust�?
Tu culo y tus tetas.
�Quieres volver a ver mis tetas? Me pregunto.
Quiero v�rtelo todo.
En ese momento, se abri� la bata en la parte superior y sac� aquel par de tetas al aire al tiempo que habr�a las piernas para que la viera las bragas.
Yo por mi parte me qued� con la boca abierta viendo aquel par de tetas y dos pezones de un marr�n oscuro y que yo cre�a que me estaban mirando.
Ella viendo mi cara se regodeaba y se las cogi� por debajo apunt�ndome a la cara y dici�ndome:
�No te gustar�a chum�rmelas un poco?
Casi sin dejarla terminar la frase ya ten�a yo mi cabeza entre sus tetas.
Tranquilo que no hay prisa, me increp�.
Vete a echar el pestillo a la puerta, no sea que venga alguien.
Fui a cerrar la puerta y cuando volv� ella estaba con la bata quitada y con el culo apoyado en la mesa de la cocina.
Ch�pame los pezones despacio que me dar�s m�s justo y yo te premiar�.
Yo se los chupaba con cuidado y ella me los restregaba por la cara y de vez en cuando se apartaba como queri�ndome hacerlos desear cada vez m�s.
Ante tal situaci�n no pude m�s y la agarr� por las nalgas para que no se me escapase. Que culo m�s duro ten�a la condenada.
Llev� una de mis manos a tocarla el co�o y pude comprobar que ten�a la braga mojada lo que me indicaba que ella tambi�n estaba muy caliente �Te has comido alguna vez un co�o? Me pregunt�.
No, pero creo que quieres que el tuyo sea el primero, la respond�.
En ese momento ella se ech� hacia atr�s sac�ndose las bragas y dejando ante mi vista aquel gran chocho peludo y abriendo sus muslos para que lo contemplase bien.
Con los dedos de sus manos se apartaba su gran felpudo y aparecieron unos grandes labios y un cl�toris como de unos 3 cts. (No he vuelto a ver un cl�toris m�s grande en mi vida).
Ahora ch�pame el conejo poco a poco, me indic�.
Yo comenc� a chup�rselo todo y mi lengua patinaba de los l�quidos que de all� sal�an.
En un momento dado me sub� al cl�toris y se lo cog� con los labios. En ese momento comenz� a gemir muy despacio a la vez que no paraba de moverse para frotarse m�s en mis labios.
Qu� bien lo chupas, parece que lo lleves haciendo toda la vida, me dijo.
Yo ten�a mis manos agarrando sus tetas y no sab�a cual soltar, ella segu�a gimiendo y me apretaba la cabeza con sus muslos para que no dejase de comerla el co�o.
Quit� una de mis manos de sus tetas y la met� el dedo en el co�o. Aquel dedo parec�a que navegaba en una piscina de los jugos que ten�a.
Ella segu�a gimiendo y yo estaba a punto de reventar. Ni corto ni perezoso la met� otro dedo m�s y a ella la encant�.
Qu� bien me lo haces cabr�n, me gritaba. En ese momento tuvo su primera corrida. Se levant� bruscamente de la mesa y me llev� a la habitaci�n.
A ver qu� regalo tienes guardado para mi co�o caliente.
Al ver mi polla erecta se sorprendi� del grosor que ten�a.
Vaya rabo m�s gordo que tienes, creo que llenaras bien mi agujero.
Abri� la mesita y sac� un cond�n. Ella misma me lo coloc� y se tir� en la cama invit�ndome a que me subiese encima de ella.
La puse el capullo a la entrada de su raja y poco a poco se la fui metiendo.
Mi polla no es muy larga que digamos, medir� entre 12 y 15 cm pero lo que s� es, ciertamente es gorda.
Una vez que se la hube metido me abarc� con sus piernas sin dejarme mover.
Cabr�n como siento tu nabo dentro de m�, me dec�a mientras me apretaba m�s con sus piernas y se retorc�a para sentirla bien adentro.
Ella dominaba la situaci�n movi�ndose como quer�a y de repente se gir� dej�ndome debajo y pas�ndome sus grandes tetas por la boca para que se las chupara.
Chupa fuerte cabr�n y dime guarradas que me encanta, me dec�a mientras no paraba de mover su co�o y a m� me ten�a a punto de reventar.
Ella con su experiencia se dio cuenta que estaba a punto de correrme y se apart� quedando a cuatro patas sobre la cama y con sus tetas sobre mi cara.
B�jate para abajo y c�meme otra vez el cl�toris me orden�.
Me dej� deslizar por la cama hasta que la cog� el cl�toris con los labios.
Chupa cabr�n chupa, no te pares y me dejo caer su co�o sobre mi cara que pens� que me ahogaba all� mismo.
Una vez dejo de gemir y de soltarme en la boca una gran cantidad de flujos (echaba tal cantidad que parec�a que se estaba meando) se apart� y se coloc� a cuatro patas sobre el larguero de la cama.
Ahora me la vas a meter por detr�s como si fu�ramos una pareja de perros.
Me puse de pies junto a la cama y una vez la enfil� el co�o la embest� con tanta fuerza que se fue para adelante.
Tranquilo, no seas impaciente, se volvi� a colocar a cuatro patas y yo la ten�a trabada por las ingles bombe�ndola poco a poco.
�Te gusta as� puta?
Si, as� cabr�n, dime guarradas y c�geme las tetas con fuerza.
Mientras tanto, ella con una mano se frotaba el cl�toris.
�No quer�as ser mi perra? Pues ladra y a�lla guarra.
La agarr� las tetas y mientras ella se tocaba el cl�toris y gem�a como una perra, de vez en cuando me acariciaba los huevos.
Pero que guarra y puta eres, la dec�a.
Que gusto me est�s dando carb�n. Quiero que te corras conmigo de una vez.
La volv� a coger por las ingles y ya no pare sintiendo sus gemidos bestiales y un alivio en mis huevos terrible al correrme.
�Te lo has pasao bien Ram�n? Me pregunt�.
Con ganas de volver a montarte perra.
Despu�s me acarici� la cara y me dijo:
Ma�ana y pasado C�ndido descansa en la f�brica y el s�bado empieza en el relevo de noche. Cuando vuelvas a casa si te apetece entrar dejar� en la repisa de la ventana la llave para que entres.
Pero eso lo contar� en otra ocasi�n.
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Relato: MI VECINA MARISA
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