La violaci�n de mi padrastro
Me llamo Sandra, y esta historia comienza cuando mi madre
enviuda y se junta con un se�or de 48 a�os de edad, el cual, desde el momento en
que lleg� a la casa y me conoci�, coment� que era ya una mujer hermosa.
Posteriormente, me di cuenta que �l no me quitaba la vista de encima, me miraba
las piernas blancas ya que al parecer le gustaban, ya que siempre las tra�a con
medias, lo cual las hace m�s atractivas para la vista de los hombres y con
minifalda mucho m�s y cuando cruzaba mis piernas frente a �l, era una gran
tentaci�n, poni�ndose inquieto y nervioso, pero de placer.
Este asedio se fue haciendo cada vez m�s constante e insistente, hasta llegar a
espiarme mientras me ba�aba o me cambiaba de ropa temprano para ir al trabajo,
lo que en algunas ocasiones me logr� ver, eso fue lo que le excit�,
constituy�ndose en el mayor acoso sexual por parte de �l, hasta llegar a
manosearme y a ofrecerme dinero, situaci�n que le rechac�, enfad�ndose. En otras
ocasiones, le encontr� ropa �ntima y medias m�as en su closet; esto provocaba en
m� a la vez molestia y en ocasiones satisfacci�n, al ver que un hombre era
atra�do por m�, yo hac�a que mi sensualidad despertara pasi�n en �l como hombre,
gozaba ver c�mo me miraba con deseo, yo sabia que le era atractiva como mujer,
contribuyendo con mi excitaci�n, ya que en ciertas veces, me sentaba frente a �l
separando mis piernas y logrando que su imaginaci�n volara, produci�ndole mayor
excitaci�n, lo cual, lograba desquitarse y satisfacerse con mi madre.
Durante las noches, dorm�a en una rec�mara junto a la de mi madre y escuchaba a
trav�s de la pared cuando ten�an relaciones sexuales, haciendo mucho ruido y por
los gemidos de mi madre, lo que a m� me excitaba, haciendo que mi vagina
lubricara bastante. Una noche, mi madre se fue a cuidar a mi hermano menor ya
que se hab�a enfermado, llegu� del trabajo siempre bien arreglada, no hab�a
nadie y me cambi� para acostarme poni�ndome una bata corta de color negro, lo
cual, resaltaba con mi piel blanca qued�ndome dormida; como a la media noche,
sent� unas manos acarici�ndome, lo cual me despert�, viendo a mi padrastro
completamente desnudo, separ�ndome mis piernas en forma violenta y sac�ndome mi
tanga, descubriendo toda esa feminidad que hab�a conservado y amenaz�ndome que
si gritaba me matar�a.
Me dio mucho miedo, mientras �l estaba comenzando a besar, me mord�a mis labios
y sent� su lengua dentro de mi boca, en mi cuello, besaba mis senos tom�ndolos
entre sus manos y apret�ndolos entre s� y lleg� hasta mi abdomen, descubriendo
las curvas de mi cadera, sintiendo entre mis muslos ese miembro todo erecto con
una gran lubricaci�n. Despu�s, �l acarici� mi cl�toris con su boca, sintiendo
como lograba hacer que me excitara, sabia que tomar�a de m� ese terciopelo rojo
que lo har�a feliz; para ese momento, dej� de oponer resistencia, me arrodill�
frente a �l para mostrarme su miembro todo erecto y pulsando por la excitaci�n e
introduci�ndolo en mi boca, para succionarlo y recorrerlo con mi lengua y al
hacerlo, s� hacia cada vez m�s gruesa, viendo como las venas se hac�an m�s
tortuosas y gruesas y sintiendo en mi boca mayor lubricaci�n de �l, de un sabor
salado.
Me llev� a la cama y separ�ndome mis piernas muy suavemente,
lograba ver esos labios mayores todos rojos, los mismos que separ� con sus dedos
descubriendo la presencia del cl�toris, lo cual coment� agarrando entre sus
manos ese miembro todo erecto y escurriendo un lubricante espeso. Por fin, �l me
dijo "este miembro te va a hacer mujer", para luego introducir su pene en forma
violenta condicionando en mi dolor y sangrado, sintiendo como su pene todo
caliente entraba en m�, separando mis paredes vaginales y recorriendo todo mi
canal vaginal hasta topar contra mi cerviz, sintiendo como su pene entraba y
sal�a cada vez m�s r�pido y como rozaba mis paredes vaginales, las cuales se
contra�an entre s�, para darle mayor placer y gozo.
Sab�a que cada vez que sent�a su grandeza dentro de m�, yo le compensaba d�ndole
la caricia m�s �ntima que existe entre un hombre y una mujer, logrando que mi
cuerpo respondiera movi�ndome al ritmo de cada penetraci�n, mis senos tambi�n se
mov�an a su ritmo, escuchando como su respiraci�n se hac�a cada vez m�s intensa,
sudaba y disfrutaba cada momento, lo cual condicion� a que mis paredes vaginales
se hicieran m�s estrechas, sintiendo como comprim�an ese rico miembro y
logrando, por fin, ese �xtasis y a los pocos segundos, sent� como que algo
caliente inundaba mi vagina llen�ndome toda, por fin hab�a eyaculado y obtenido
lo que tanto hab�a deseado. Las relaciones se repiten hasta este momento.
Fin