Iñigo, Martín, Alfredo
e Iker acordaron un encuentro muy especial, iban a formar un grupo jerárquico
entre ellos y solo uno de ellos sería el líder y a la vez
protector de los demás.
Eran cuatro chicos normales pero
coincidieron en que sus fantasías les impedía vivir con normalidad.
Tras varias reuniones y conocerse a través de Internet acordaron
el vivir una vida paralela que les diese estabilidad.
Los cuatro tenían una clara
fijación por las estructuras jerárquicas de amos y esclavos
sin que nunca jamás se decidiesen a llevarlas a la realidad. Habían
acordado una ceremonia por la cial y durante un año acatarían
su status dentro de la jerarquía.
Decidieron reunirse en una casa
rural del Norte de Navarra. El primero en llegar fue Iñigo, 26 años,
moreno, 1,80,70 Kg, ojos negros, guapo con una nariz con personalidad,
de carácter tranquilo y trabajaba de Contable en una empresa. Tras
él Iker fue el segundo, 26 años, 1,85,72 Kg, ojos verdes
rubio con cara de ángel, fumador empedernido, atlético, inteligente
y avispado era el encargado de una línea de fabricación.
Martín fue el tercero, arquitecto de 28 años pelo castaño,
ojos verdes 1,77, 63 Kg, simpático, y tímido: Tras él
Alfredo de 28 años operario de una fábrica 1,75, 70 Kg, deportista
y a la vez gran bebedor, rubio y de ojos marrones.
Ellos habían acordado la
ceremonia por la que elegirían al maestro, a los dos esclavos y
un cargo intermedio a ambos estatus. Sin haberse visto nunca desnudos acordaron
que el que tuviese el pene de menor longitud sería uno de los esclavos.
Sin quitarse la ropa visionaron una película porno para ponerse
en situación y tras ello los cuatro se auto magrearon para conseguir
su máxima longitud. La evidente diferencia asignó uno de
los puestos de esclavo, este era Alfredo. A partir de ese momento él
permanecería desnudo.
La segunda fase consistiría
en determinar el nombre del segundo esclavo, para ello Alfredo entraría
en juego. Tras la cena y después de que Alfredo terminase de fregar
y recoger, se dirigieron a una habitación le ataron las manos y
las piernas a cada uno de los extremos de la cama de forma que su culo
quedase accesible. Le vendaron los ojos y sobre la mesita de noche dejaron
tres preservativos. Además requería un reloj cronómetro,
en tandas de 5 minutos lo penetrarían y el que se corriese en menor
tiempo global perdería.
El orden echado a suertes era Iñigo,
Iker, Martín. Decidieron que las tandas debían ser completas
ya que si no los primeros jugaban en desventaja. Iñigo embistió
a Alfredo con ligeros movimientos, tras ello comenzaría Iker y luego
Martín sin dejar transcurrir tiempo entre ellos. Las tandas se iban
sucediendo y cada vez aquello era más difícil. Tras seis
tandas, Iker se corrió, Iñigo estaba ya clasificado para
la siguiente prueba pero Martín debía seguir hasta superar
su tiempo. Alfredo estaba jadeando, con señales de no poder mas,
sin embargo como premio este se follaría al final de la sesión
al perdedor. Al final Martín lo consiguió, Iker había
perdido. Soltaron a Fredy y este estaba que no podía mas, Iker no
podía con su alma, sin embargo tuvo que echarle moral y ofrecerle
el culo a Alfredo, quien lo embistió con fuerza con movimientos
violentos acabando en un sonoro jadeo. Tras él Iñigo se folló
a Iker, lo hizo mirando fijamente a Iker a los ojos sosteniendo sus piernas
en sus hombros y finalmente Martín le dio la vuelta a Iker y lo
folló hasta correrse poniendo a Iker a cuatro patas. Era hora de
dormir, Iker y Alfredo ya tenían su jerarquía, al día
siguiente Iñigo y Martín se disputarían el liderazgo.
Uno de ellos tendría poder sobre los esclavos y el otro sobre los
tres.
La prueba final era un 69 entre
ambos el primero en correrse perdería, ambos se abalanzaban sobre
la polla del otro con la boca como locos, ambos querían ganar, al
final Iñigo se corrió en la cara de Martín pero había
perdido, Martín estaba como loco por el culo de Iñigo lo
agarró por las caderas y lo embistió como un toro. Allí
mandaba él y Iñigo sufría y drisfutaba a la vez. Iker
y Alfredo estaban con las pollas a reventar. Tras acabar, Martín
les indicó a ambos que debían follarse a Iñigo. Primero
fue Alfredo, a Iñigo no le hacía mucha gracia, tras acabar
él no le gustaba aquello demasiado pero debía aguantar. Tras
él fue Iker quien tardó un buen rato. Tras ello, Martín
los encerró a los tres en el cuarto y se fue a echar un cigarro,
los tenía los tres. Martín le indicó a Iñigo
que mientras el no estuviese tenía pleno derecho sobre los esclavos.
Iñigo estaba mosqueado y le dolía el culo así que
decidió castigarlos, tomó una pala de ping pong y le obligó
a ambos a apoyar sus manos en la mesa y empezó a atizarles a uno
y a otro sucesivamente. Estos no sabían que a Iñigo le encantaba
el spanking, además estaba jodido por no haber podido superar a
Martín, nada le hubiese apetecido mas que follárselo. Martín
decidió irse por ahí, volvería mas tarde, mientras
decidiría a quien se follaría esa noche�.
Si os ha gustado espero vuestras
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