Primeras experiencias
Hola me llam� Pilar y tengo 23 a�os. M� conocimiento del sexo
no se me revel� como el de otras chicas a ra�z de mi iniciaci�n. Eso en parte
explicar� el camino de perversi�n desde bien peque�a.
La historia se sit�a en un peque�o pueblo costero del
mediterr�neo cuyo nombre, como comprender�n, no voy a mentar. Yo soy la menor de
una familia acomodada de cinco miembros. Mi madre Luisa y mi padre Alfonso se
casar�n de penalti, como se suele decir, y eso provoc� que fueran padres muy
temprano de mi hermano Luis, al que sigui� Alfonsito y yo. Desde bien peque�a he
sido una chica muy extrovertida y curiosa, de esas que siempre andan correteando
" arriba y abajo ", con la edad mi temperamento juguet�n me hizo ser propensa a
juntarme con ni�os en vez que ni�as, cosa que disgustaba enormemente a mis
padres, en particular a mi madre. �sta ha sido siempre una mujer extremadamente
femenina de aquellas que se suelen nombrar " bellezones ", puesto que, a parte
de ser muy bella, no recuerdo haberla visto m�s de dos o tres veces con
pantalones o otras ropas " de hombres ".
Un d�a cuando tenia seis a�os me qued� a cargo de mi hermano
Alfonsito puesto que mis padres hab�an salido a comprar, yo estaba en el jard�n
jugando con unos bichos cuando mi hermano me pregunt� si pensaba quedarme a
jugar un buen rato ah� fuera, cosa que contest� que s�, el se qued� un buen rato
mirando como jugaba y despu�s entro en casa.
Jugando con la tierra del jard�n en busca de gusanos me cort�
con la pala que estaba empleando, cosa que siendo una chica bastante decidida no
me hizo llorar, r�pidamente me dirig� a mi casa con la sorpresa que al entrar no
se escuchaba ruido alguno, pens� que mi hermano estaba en su habitaci�n y fui a
que me curara, tampoco en la habitaci�n hab�a nadie.
Pensando que mi hermano quiz� estuviera ocupado en alguna
tarea decid� ir directamente al ba�o a por unas tiritas, al entrar me sorprendi�
ver el cuenco de la ropa sucia abierto de par en par, en el suelo hab�a mucha
ropa sucia escampada . Pens� que mam� habr�a buscado alg�n trapo y lo hab�a
dejado abierto por las prisas. Cog� las tiritas y sal� cuando de repente o� un
ruido en la habitaci�n de mis padres, me acerqu� buscando a mi hermano cuando
por la rendija de la puerta le vi desnudo prob�ndose las braguitas de mam�
mientras se introduc�a un mango de destornillador por el culo. Yo estaba muy
sorprendida, pero como ya he dicho, mi inocencia no me hizo imaginarme nada
raro, as� que, entr� a la habitaci�n.
Alfonsito, � que haces ?- La cara de mi hermano se gir�
de repente y pude percibir como estaba visiblemente trastornado, el me grit�
fuera de si, que me fuera mientras intentaba taparse con las sabanas
Yo asustada sal� corriendo de la habitaci�n y me fui a mi
habitaci�n a llorar, pensaba en ese momento que hab�a hecho algo malo y que mis
padres en enterarse me iban a castigar, sin embargo hab�a habido algo, en lo
sucedido, que me produjo cierta exaltaci�n.
Un poco m�s tarde, a�n estaba yo sollozando, entr� Alfonsito
cariacontecido en mi habitaci�n e intento hablar de lo ocurrido; me cont� que
estaba jugando como hacia yo con las ropas de mam� y que tan s�lo era un juego
que mis padres no deb�an conocer, a cambio me prometi� que pod�a pedirle lo que
fuera. En ese momento me calm� un poco y me convenc� a medias sobre lo que me
hab�a dicho, pens� que pod�a pedirle a cambio y se me ocurri� que lo que m�s
deseaba era aprender un poco m�s de ese juego, se lo dije a Alfonsito, y el me
respondi� , con mirada traviesa, que si juraba que no se lo contaba a nadie,
quiz�s pod�amos jugar alg�n d�a.
Continuar�
P.D: Si les ha gustado la primera parte, prometo continuar
con el relato, para cualquier comentario escr�banme a mi correo electr�nico.