Relato: Yo travesti... mi mam� lesbiana
Yo travesti, mi mam� lesbiana�
Las imprecisas sensaciones percibidas desde mis primeras masturbadas, r�pidamente quedar�an esclarecidas un d�a de pajas reiteradas en qu�, concretamente deseando verga, sin m�s tr�mites ensart� mi culo con las modestas dimensiones de una vela que inesperadamente me hicieron doler. Pero la inserci�n sacando a luz la hembra existente en alg�n lugar m�o me obligaba continuar, alcanzando un orgasmo singular eyaculando verdadero semen por primera vez�
�Ya nada volver�a a ser igual! Disfrutando diariamente esa revelada inclinaci�n, descubrir�a tambi�n la intensa sensaci�n de sentirme penetrada por cosas m�s grandes, probando una infinidad de objetos y hortalizas para calmar mis crecientes ansiedades� Pero la carne es la carne, y una verga entrando y saliendo de mi culo, gobernada por otra voluntad ser�a mi obsesi�n, meditando largamente c�mo hacer para vencer ignorancias, verg�enzas e indecisiones y lograr la tan ansiada iniciaci�n.
Afortunadamente todo llega, una ma�ana saliendo de la ducha prepar�ndome para la escuela, casualmente pasar�a desnuda frente al espejo, deteni�ndome intrigada observando cu�l ser�a mi apariencia escondi�ndome la verga entre las piernas entrecruzadas. El shock emocional fue impresionante, el espejo reflej� exactamente una nenita exacerbando mi alma de hembra caliente dominando por completo mi ser, incluyendo mi obnubilada voluntad con la busqu� desesperadamente el consolador circunstancial de mi �ltima pajeada: Una zanahoria que por su grosor exagerado, solo hab�a utilizado la puntita, y lubric�ndola convenientemente sin notar dolor alguno totalmente me ensart� semejante vegetal, momentos en que mi madre extra�ada por la tardanza, golpe�ndome la puerta me sacar�a de semejante abstracci�n.
En realidad se hac�a tarde, y visti�ndome con premura me cruc� con ella a la salida tratando ocultar la turbaci�n, mi culo dolorido que reci�n entonces percib�, eludiendo cualquier interrogatorio que no sabr�a responder cuidando no delatar mi situaci�n.
Ese d�a concurrir�a a la escuela como si nada me estuviera sucediendo, pero lejos estar�a de ser as�; la paja inconclusa, y las sensaciones de culo palpitante provocando repetidas erecciones, me ten�an totalmente alterada.
Promediando la jornada pens� en la paja aliviadora, y con esas intenciones me dirig� a los ba�os sin saber que mis movimientos estaban siendo escudri�ados por un compa�erito que sin ninguna otra expresi�n, muchas veces con �accidentales roces involuntarios� (como otros), vagamente demostraba no serle sexualmente indiferente. Pero en esta ocasi�n percibiendo mi estado delirante, hab�a decidido seguirme y simulando utilizar los mingitorios se coloc� al lado m�o exhibiendo como al descuido su verga totalmente erguida. Inmediatamente sometida a un rapto de total excitaci�n anulando toda prevenci�n, en acto compulsivo tom�ndosela entre mis manos con un hilillo de temblorosa voz exclam� ��qu� verga deliciosa! �Te gustar�a d�rmela por el culo?� confes�ndome entonces el malicioso murmullo general ignorado por m�, donde mencionaban �al putito de maneras femeninas, al parecer con ganas de coger� pero mi timidez y fingida indolencia ante � los casuales toqueteos� imped�a que alguien me encarara�Ya no ser�an necesarias m�s palabras, en r�pido entendimiento acordamos encontrarnos despu�s de clase en un cuartucho, dep�sito de trastos viejos casi abandonado en los fondos de la escuela.
Y all� fue, totalmente desnuda evitando la paja por largas horas contenida, impaciente esper� a mi amigo que inopinadamente se present� con otro m�s, y lejos de amedrentarme o disgustarme, anhelante me entregu� a lo que surgiera, recibiendo un inolvidable polvo por el culo, mientras paje�ndome locamente surg�a el deseo imperioso de tragar golosamente todo el semen de la otra verga que mamaba.
La noticia de aquel acontecer, expandi�ndose como reguero alentar�a a los que hac�a rato me ten�an ganas terminando cogida por todos ellos, donde algunos tomando fuertemente mi cintura tratando llegar a lo m�s profundo dejaban all� sus jugos, sin importar a nadie pegotearnos con el semen escurri�ndose por mis piernas, mientras otros d�ndome de mamar me atoraban con su leche descargada directamente en mi garganta.
Despu�s de ese diario regodear, transformada en la puta de la escuela, con el culo rebosando leche protegido por un pa�o para no gotear, y en la boca todav�a el salobre de las m�ltiples mamadas, llegaba a mi casa excit�ndome pensar que por algunas horas estar�a sola pudi�ndome entregar en mi dormitorio a juegos solitarios hasta quedarme extenuada. Travestida con la excitante lencer�a sustra�da a mi mam�, una hembra de formas armoniosas que apenas la sab�a en la ducha, espiaba a escondidas paje�ndome con el culo penetrado fantaseando que esa exuberante anatom�a era la m�a.
Con un breve baby doll semi-transparente de nylon negro, dejando traslucir los encajes del liguero tambi�n negro sosteniendo medias de igual color y material, me deleitaba frente al espejo mirando enajenada esa deliciosa conversi�n, aumentando mi lascivia viendo cu�ndo a horcajadas sobre grosores cada vez m�s audaces parados en el suelo, derramando leche, en oportunidades trabajosamente finalmente me quedaban totalmente introducidos. Luego, los movimientos alternativos de arriba abajo propin�ndome la soberana paja por los dos lados.
Ya ninf�mana irreversible, siempre caliente cogiendo incondicionalmente con cualquiera en la escuela que se propusiese, m�s los cotidianos juegos solitarios en m� casa, muchas veces antes de dormir regresaban mis ganas de coger, especialmente si en la paja solitaria hab�a tragado un nuevo grosor, teniendo que esperar altas horas de la noche tratando evitar que alguna exclamaci�n involuntaria fuera escuchada.
As�, mi rutina se hubiese mantenido inalterable indefinidamente, de no ser por la oportunidad en qu�, esperando el momento propicio para lo m�o, escuch� los gemidos indudables del placer sexual provenientes del dormitorio de mi madre, que divorciada mucho tiempo y sin pareja conocida, la supuse otra pajera en soledad � Excitad�sima ensart�ndome lo m�s grueso que me entr�, sigilosamente me levanto para espiar c�mo se lo hac�a, fantaseando que mirado copiar�a sus maniobras y las dos estar�amos en la misma cumbre del erotismo femenino.
Pero mi sorpresa fue may�scula, en los momentos culminantes, echada en la cama haciendo �tijeritas� mi madre se encontraba enredada entre las piernas de otra mujer, luego incorpor�ndose cuidadosamente se abrazaron bes�ndose furiosamente entre los estertores del placer que se estaban prodigando. Luego dej�ndose caer rendidas en lados opuestos, respirando profundamente gimiendo de placer, desapareci� dentro de ellas el consolador que en todo momento las mantuvo unidas, y calmosamente se quedaron dormidas.
� Ya en mi cama todav�a conmovida por tal manifestaci�n, bebiendo mi propio semen expulsado en cantidad excepcional, me repon�a de la casi anoxia que me produjo tanta excitaci�n, y como ellas, con todo colocado tambi�n qued� dormida.
Al d�a siguiente prepar�ndonos el desayuno, salud� a mam� como si nada, cu�ndo aparece su joven parejita envuelta en el kimono que mi madre ten�a antes de acostarse, justificando su presencia con el violento temporal desatado en la v�spera �estando ella casualmente de visita�.
En casa no ten�amos comodidades para hu�spedes por lo que obligar�a a las mujeres pernoctar en la misma cama, despertando tal vez en prolongadas abstinencias por lo menos en la que supon�a yo, er�ticas tentaciones. Esas ser�an mis �ntimas razones para justificar una eventual irreflexi�n de mi mam�, de no ser por el refinado y seductor perfume que mi madre exhalaba desde su evidente desnudes bajo el kimono que ahora cubr�a a su amiguita; Ese par de magn�ficas tortilleras ya lo ten�an todo preparado.
Pensando en eso, sent� mi verga humedecer las intimidades de mi penda femenina, y sin aguantar m�s el lejano y formal trato entre las mujeres, explot� exasperada declarando lo presenciado entre ellas, agregando adem�s morbosamente detallas, todas mis experiencias de putona ante la turbada visitante. Mi madre solo tard� segundos en rehacer su compostura , rese�ando que hac�a tiempo supon�a mis inclinaciones, sospechas confirmadas plenamente un d�a que accidentalmente descubriera entre mis cajones su er�tica lencer�a, un gran pote conteniendo vaselina, y una variedad de objetos con tama�os diferentes para usos indiscutibles, y por pruritos incomprensibles prefiri� callar. Pero ahora �con todo aclarado entre nosotras� podr�amos continuar cada una atendiendo lo suyo siendo solamente necesario guardar las apariencias ante los dem�s, pues ella era catedr�tica en un exclusivo colegio religioso, con fuertes restricciones ideol�gicas especialmente sexuales, y su portentosa amiguita una colega.
Sabi�ndome liberada en mi casa de cualquier censura, pobl� mi armario con lencer�a para mi talla incluyendo zapatos de tacones aguja, y travestida levemente maquillada con afeites de mi propiedad, peinando el pelo enmarcando mi rostro de manera particular, era realmente una excepcional putita gozando un consolador caminando penetrada frente a los espejos, avivando mi lujuria hasta terminar en la consabida paja aniquiladora.
Sin que nadie todav�a me hubiese visto travestida, excitad�sima pens� lo bueno que ser�a agregar ese nuevo elemento a mi disfrute, por lo que propuse a mis amigos para el pr�ximo encuentro, que esperaran mi se�al d�ndome tiempo para prepararles una sorpresa�
Nunca imagin� que gozar�a tanto vistiendo el recatado uniforme de las chicas, y que mis amigos no reconocer�an en m� a la que diariamente ten�an disponible, sum�ndome a la demencia general cuando en lencer�a y tacones, la mayor�a encontr� razones m�s que suficientes para tenerme por donde sea las veces que aguantaran, haciendo resonar en mis o�dos susurros agitados ensalzando mis dotes de mujer. Ese d�a sin saber cu�ntos ser�an, sin parar ni siquiera para un resuello recib�a enloquecida verga por todos lados, cre�ndose tal alboroto alrededor del escondrijo que no tard� en ser notado por el portero de la escuela, un tipo de unos 40 a�os que viv�a solo y nos sorprendi� en plena actividad.
El desbande general fue inmediato, quedando sola y paralizada frente aqu�l hombre sin saber qu� hacer, pero al ver sobar su enorme bulto en la entrepierna me tranquiliz� un poco, m�s, cuando orden� que vistiendo el uniforme colegial cambiando por mesura p�blica solamente los tacones, de inmediato lo acompa�ara a su casa, de lo contrario las autoridades del colegio conocer�an mis andanzas.
No era necesario aquel chantaje, �abierta� a nuevas experiencias con solo ped�rmelo ya era su esclava, as� se lo hice saber, y superando l�gicos temores in�ciales a ser reconocida, finalmente fuera de mi casa, anduve por esas calles como cualquier otra pupila que saliendo de la escuela iba acompa�ada con su padre, sin que nadie advirtiera mi verdadera condici�n, mucho menos suponer lo que ni yo misma sospechaba era capaz de hacer.
Apenas traspasada la puerta de su dormitorio liber�ndome de la ropa de calle, respir�ndose una atmosfera de puro sexo exaltado empez� mi instintiva actuaci�n. Desfilando frente al macho acentuando el balanceo de mis caderas caminando sobre mis tacones, el hombre salta sobre m� cu�l fiera sobre su presa arroj�ndome sobre la cama bes�ndome por todos lados con desesperaci�n, pero percibiendo con su lengua introducida el sabor de mi boca mamadora, grit�ndome ��putaaa!� levant� mi l�bil camis�n descubriendo los p�lidos y min�sculos pezones para retorcerlos entre sus dedos estir�ndolos como queri�ndolos arrancar para luego mordisqu�alos y succionarlos dejando erecciones evidentes rodeadas por c�rdenos chupones, mientras yo arqueada me dejaba hacer retorci�ndome de placer.
Luego, bajando por mi vientre con sus besos, se enloquece ante la extrema suavidad de mi pubis angelical cuidadosamente depilado, seg�n t�cnicas espiadas en mi casa.
Ya totalmente transfigurado por su calentura, me tumb� boca arriba en el borde de la cama, acomod�ndome una almohada bajo mis nalgas levant� mis piernas exponiendo mi agujero coloc�ndolo en �ngulo perfecto para penetrar, pero cu�ndo sol�cito trat� lubricar mi entrada con vaselina en la punta de su verga, el semen que empez� a brotar de mi culo relajado, fue demasiado y de un zaque me ensart� todo lo que ten�a.
Mi alarido fue desgarrador, un dolor quemante taladraba mis entra�as y llorando ped� perd�n implorando que cesara esa tortura, pero el macho lejos de escucharme, parec�an ser mis gritos un acicate para darme con mayor furor, cuando de repente aparecieron sentimientos masoquistas, los mismos que gozaba en algunas inserciones, pero este dolor multiplic�ndose en cada movimiento, me eleva a la exquisitez sexual que jam�s hab�a experimentado.
Ya consciente de lo que m�s me seduc�a abrac� a mi macho, atenazando fuertemente con mis piernas su cintura emprendiendo un endemoniado movimiento a mis caderas, y el c�lido torrente que en ruidosos borbotones inundaba mis m�s profundas intimidades no tardar�a en llegar, mientras yo me desarmaba en el orgasmo provocado por tanto desenfreno y mi verga adrede friccionada por el macho contra su vientre�
Despu�s de un largo e indeterminado tiempo de pac�fico sopor, percib� a mi hombre masturbando levemente mi verga adormecida que inmediatamente reaccion�, pidiendo que hiciera lo mismo con la de �l, pero yo lo quise mamar, y reci�n entonces ca� en la cuenta de semejante monstruosidad, jam�s imagin� ni en mis m�s calenturientas fantas�as que algo as� podr�a existir, mucho menos que era tan puta capaz de tragar semejantes dimensiones, instintivamente palp� mi culo, siendo perceptible un reborde alargado semiabierto quedando en mi mano un coloreado flujo seminal��Estaba rota... desgarrada!��Por fin realmente desvirgada! Me calent� ese pensamiento y empec� a pajearme nuevamente� Mi hombre al ver que todav�a ten�a ganas, poni�ndome en cuatro apoyada en los codos, �mi concha� tremendamente dolorida abri� espont�neamente �sus labios� y nuevamente fui cogida, llegando ambos a otro final glorioso qued�ndome inm�vil, totalmente quebrantada�
De regreso a mi casa con las piernas temblorosas casi neg�ndose sostener mi peso, y los labios de mi concha inflamada que dol�a al caminar, satisfecha recordaba lo realizado: A los 13 a�os de edad estaba totalmente rota, y a pesar de tenerla tremendamente dolorida, esa noche, muy viciosa, no pude contener la tentaci�n de brindarle una pajeada, abri�ndola nuevamente hasta d�nde sab�a pod�a llegar.
Hoy a los 20 a�os de edad, mis tetitas y pezones naturalmente resaltados utilizando un juguete de succi�n casi permanente, y el culo una vulva alargada que a todos enloquece y a m� tambi�n, aprovecho mi cuerpito de jovencita bien formada sin hormonas, para hacerlo muy rentable, pero m�s porque me gusta el sexo con locura en cualquier forma que me lo propongan, incluyendo el fisting que gozando me hace morder almohada, pero ejercitando a�n m�s el control de mis esf�nteres para poder coger despu�s, haciendo que los machos acaben dentro m�o efectu�ndoles un suave movimiento de succi�n con mi vagina como si de otra boca se tratara.