UNA JOVEN PACIENTE (parte I)
Tengo cuarenta a�os, soy m�dico ginec�logo desde hace diez, y
hay cosas a las que todav�a no me acostumbro. Y creo que el colega que diga que
no se le mueve un pelo al revisar a ciertas pacientes apetitosas, miente. Por mi
parte, en algunas ocasiones pasan miles de cosas por mi cabeza, pero siempre
hab�a podido mantener la compostura profesional, hasta el d�a en que me toc�
atender a una paciente especial:
Fue una tarde en Diciembre, pleno verano en Buenos Aires, y
era una tarde particularmente calurosa. En aquel entonces estaba sin aire
acondicionado en el consultorio por culpa de "desperfectos t�cnicos", y yo, con
camisa, corbata y guardapolvo, estaba sufriendo las consecuencias.
Me asom� a la puerta del consultorio y llam� a la siguiente
paciente; al instante se levantaron del sill�n de la sala de espera una se�ora
de unos cincuenta a�os (-mi paciente- pens�) y su acompa�ante, una chica de unos
diecis�is o diecisiete a�os, seg�n su carita juvenil, pero con un cuerpo que a
primera vista me llam� mucho la atenci�n por la exhuberancia con que la madre
naturaleza la hab�a obsequiado. Ambas me saludaron con sendos apretones de manos
y pasaron al consultorio; las invit� a sentarse, me ubiqu� en mi sill�n, las
mir� y pregunt�, dirigi�ndome a la cincuentona:
Bien, se�ora, �ya ha tenido consultas conmigo antes?
Ella se sonri� y me contest�:
No, Doctor, la paciente es ella, mi hija.
Ah, de acuerdo, perd�n- contest� con una sonrisa, y
dirigi�ndome a la jovencita salud�. �Mucho gusto, c�mo es tu nombre?
Lorena, Doctor. �Respondi� ella, con una sonrisa que
mostr� dos hileras de perfectos dientes blancos como la nieve.
- Muy bien, Lorena, �es tu primera visita al ginec�logo?
S�, ya s� que deber�a haber venido antes para mis
primeros controles, pero lo fui postergando y...
Qu� edad ten�s, Lorena?
Diecis�is, Doctor.
Muy bien, vamos a hacer la Historia Cl�nica, de acuerdo?
� Dije, comenzando a escribir los datos en una ficha en blanco. � Te voy a
explicar un poquito c�mo es esto, primero vamos a anotar los datos m�s
importantes, no te asustes si te hago preguntas que te incomoden un poco,
pero hay datos que pueden resultarte un poco... inc�modos, pero son
importantes para la Historia Cl�nica, de acuerdo?
De acuerdo � contest�. � Tambi�n me tiene que revisar?
Claro, a eso iba... despu�s de recolectar los datos m�s
importantes te voy a revisar, vamos a tomar algunas muestras si es
necesario... lo m�s importante es que no te sientas inc�moda, as� que
cualquier cosa me vas a avisar y yo te voy a explicar absolutamente todo, de
acuerdo?
Acto seguido comenc� a preguntar los datos personales, como
fecha de primera menstruaci�n, peso, talla, etc�tera. En determinado momento
deb�a preguntarle si ya hab�a comenzado con las relaciones sexuales, pero es
una pregunta un tanto inc�moda para un chica de esa edad frente a su madre.
As� que pregunt�:
Us�s alg�n tipo de m�todo anticonceptivo, Lorena?
Eeeh... no, Doctor, no tengo novio... �Me respondi�
ruboriz�ndose. Acto seguido se dirigi� a su madre y le dijo algo al o�do;
luego me mir� y me dijo:
Hay alg�n problema si mi mam� espera afuera mientras
usted me revisa?
No, para nada. �Respond�. �Eso es algo que queda a la
elecci�n de cada paciente... � En ese momento la madre se levant� y se
retir�, cerrando la puerta del consultorio detr�s de s�. Una vez que
quedamos a solas, Lorena me mir� a los ojos y me dijo:
Lo que pasa, Doc, es que yo ya tuve relaciones sexuales
pero mi mam� no sabe nada...
Muy bien, no hay problema �contest�. � Y segu�s
manteniendo relaciones regularmente?
No, s�lo de vez en cuando, a menos que...
A menos qu�?
No s�... no s� si cuenta la masturbaci�n... � me dijo,
mirando hacia otro lado, como rehuyendo mi mirada.
No, eso no cuenta, es algo totalmente normal pero la
pregunta se refiere m�s que nada a los riesgos y a los cambios f�sicos que
producen las relaciones sexuales con otra persona. � contest�.
Ah, porque yo tambi�n quer�a consultarle porque yo... o
sea... como que me masturbo mucho, entiende?
Ah�, y cu�nto es mucho, a tu entender? � Pregunt� con
verdadero inter�s profesional, pero sin poder evitar sentirme algo
perturbado por la "confesi�n".
Y... a veces son varias veces en un d�a, dos o tres...
No, no es algo anormal, a menos que esa actividad te
quite el inter�s por relaciones sexuales con otra persona. �Expliqu�.
Nooo... cr�ame que ese inter�s no se me va para nada,
-dijo sonriendo, como entrando en confianza conmigo. �M�s bien le dir�a que
el problema es que no encuentro con qui�n...
En ese momento decid� aprovechar esa confianza, y creo que
ese fue el paso que marc� el camino siguiente.
Bueno, Lorena, te puedo asegurar que no creo que te
falten oportunidades con los hombres, no debe haber muchos que no te vean
atractiva...
Me lo dice como Doctor o como hombre?
Te lo digo como Doctor... y como hombre, claro...
Luego de esto la conversaci�n sigui� por carriles m�s o
menos normales, hasta que termin� de consignar los datos m�s importantes.
Entonces, con cierta excitaci�n que creo se me notaba en la voz, le dije:
Bueno, Lorena, ahora vamos a revisarte, s�? Detr�s de ese
biombo ten�s una bata, quitate la ropa y ponete la bata, y luego pas� a esa
camilla que est� ah�.
La vi desaparecer detr�s del biombo y enseguida asom� la
cabeza y me pregunt�, mir�ndome a los ojos:
Me saco la bombachita, Doc?
S�, todo; y despu�s ponete la batita. �Contest�, notando
que su pregunta me hab�a provocado un cosquilleo en la boca del est�mago.
Enseguida la vi pasar hacia la camilla, con la bata
semitransparente apenas disimulando su desnudez. Le indiqu� que se acostara en
la camilla boca arriba, a lo que obedeci� de inmediato. Entonces le expliqu�
que primero iba a revisar sus mamas y que deb�a abrirse la bata a la altura
del torso. Creo que nunca voy a olvidar la primera visi�n de sus tetas...
abri� la bata y frente a m� pude ver dos perfectas, grandes, redondas y firmes
tetas, de piel blanca impecable, con ar�olas peque�as y rosadas, y cada una
con su pez�n peque�o, saliente y visiblemente endurecido. Realic� la
inspecci�n y la palpaci�n, casi sin poder ocultar la creciente erecci�n que me
incomodaba. En el momento en que apret� sus pezones (como parte del examen,
para ver si hay secreci�n), ella se los mir� y me dijo, risue�a:
Guau, mire c�mo se pusieron, como si hiciera fr�o!
Sus pezones estaban duros como piedra y el apretarlos me
produc�a un tremendo placer, por lo que repet� la maniobra varias veces. Not�
que ella entrecerraba los ojos con una expresi�n de placer en su rostro.
Bien, ahora vamos a hacer el examen pelviano. �Le dije.-
Para eso vas a tener que abrirte el resto de la bata y colocar los pies en
esos estribos.
Lo hizo enseguida y pude ver su pubis (angelical, como
dir�a Charly). Ten�a su vello p�bico recortado de manera que sus pelitos
ten�an unos tres mil�metros de largo y le cubr�an un triangulito del pubis,
los labios mayores, y se extend�an a los lados hasta el nacimiento de los
muslos. Coloc� los pies en los estribos, quedando con las piernas abiertas, y
yo me ubiqu� entre ellas, de manera que pude ver su vulva, sus labios mayores
carnosos y c�mo entre ellos sobresal�an los labios menores. En ese momento sus
labios menores comenzaron a separarse lentamente, a consecuencia de la
posici�n de sus piernas, y pude ver c�mo al abrirse un hilillo de fluido
transparente y viscoso formaba un puente entre los labios; �la pendeja estaba
mojad�sima! Como si esa imagen no hubiera sido suficiente para mi calentura,
acto seguido pude ver c�mo una gran gota de flujo transparente asomaba a su
vagina y comenzaba a resbalar entre sus labios hasta su ano...
Mi historia continuar�. Se aceptan opiniones sobre este
primer cap�tulo, y no se pierdan el segundo y �ltimo, porque lo mejor est� por
venir!
Fercho.