Exteriores de la Escuela de Artes Esc�nicas de Carmen Arranz,
noche del jueves al viernes, sobre la una de la madrugada.
Mientras �ngrid Mu�oz intenta trepar hasta la ventana del
primer piso que acostumbra a quedar abierta, va recordando como ha ido la noche.
Siempre que queda con esos chicos de �ltimo curso de medicina pasa lo mismo.
Primero son las copas y alg�n porro, despu�s las bromas, las tonter�as. Empiezan
a jugar a m�dicos, las clases de anatom�a, las pr�cticas de ginecolog�a y al
final, invariablemente, acaba siendo follada por todos ellos. Ahora las piernas
le flaquean y se siente asquerosa, pringada; la gran cantidad de semen que han
eyaculado en su vagina ha ido escurriendo en el camino de vuelta a la escuela y
ha empapado totalmente el salvaslip que llevaba y ha desbordado mojando la
entrepierna de sus ajustados leotardos rojos. Deber� lavarlos si piensa usarlos
el fin de semana.
Antonio espera pacientemente sentado en una silla frente a la
ventana, mientras ve como empiezan a aparecer primero las manos de la muchacha y
luego su la cabeza pelirroja.
- Buenas noches, �ngrid. �Se puede saber de donde vienes?
La chica se queda sorprendida y empieza a pensar r�pidamente
una excusa mientras se esfuerza en elevarse los �ltimos cent�metros para entrar
en el edificio.
- �Antonio! �Qu� haces levantado?
- Eso no te importa. El caso es que estas no son horas de que
andes fuera de la escuela. Sabes que ten�as un ultim�tum y a Carmen no le va a
gustar saber que te has vuelto a ir... �Y menos a la J�uregui! Con las ganas que
te tiene...
- No, no, por favor, no se lo cuentes. No lo volver� a
hacer...
- Lo siento, me pones en un compromiso. Esta vez ya no puede
pasar.
- Es que hab�a ido a ver a mi madre al sanatorio y...
- S�, y caperucita fue a ver a su abuela y el lobo le comi�
el conejo. �No me vengas con cuentos!
- Por favor, Antonio, por favor - implor� la pecosa - Har� lo
que sea, pero no se lo cuentes a la directora.
- �Lo que sea? - pregunto ret�ricamente el conserje con su
habitual parsimonia - Bueno, entonces te lo voy a poner f�cil.
Sin incorporarse de su silla, el anciano bedel se bajo la
cremallera del pantal�n y de sus calzoncillos de algod�n blanco extrajo una
polla peque�a y arrugada.
- �Pero Antonio! �Te has vuelto loco?
- Mira, ni�a, o lo tomas o lo dejas. No te pido nada que no
sepas hacer muy bien.
- �Eres un viejo verde asqueroso!
- No te equivoques... No eres precisamente mi tipo, pero
estoy seguro que tu sacar�s algo de esto - dijo se�alando su miembro - tienes
fama de ser muy buena y yo hace a�os que no consigo una erecci�n.
�ngrid pens� por unos instantes. La verdad es que le daba
rabia que la tomaran por una puta, pero por otra parte pens� que tampoco le
costaba nada hacerle una mamadita r�pida al viejo e irse a dormir y descansar,
ya que al d�a siguiente ten�a una prueba con Alicia y necesitaba estar fresca y
evitar problemas.
- Est� bien, pero una chupada r�pida y ya est�. Y si no se te
levanta, no es problema m�o.
- No nena, no. Tu pasaporte es conseguir que trempe y que me
corra, no s�lo ponerte mi polla en la boca.
La chica se arrodill� ante el anciano y empez� a acariciar
aquel pene fl�ccido y arrugado. Se sent�a humillada, pero estaba segura que lo
conseguir�a. Por la abertura del calzoncillo se adivinaban los pelos p�bicos del
hombre. Hab�a visto infinidad de pollas, de todos colores, sabores y tama�os,
pero �ngrid nunca hab�a visto pelos canosos en una ingle.
- Antonio, esto es asqueroso, tu huele a meados.
- Bueno, se me habr�n escapado algunas gotas en los
calzoncillos. Son cosas de la edad, la pr�stata, ya sabes.
- Pues te los podr�as quitar, �no?
- T� calla y haz tu trabajo. Cuanto antes acabes, antes nos
vamos a dormir los dos.
Empez� a lamer con dedicaci�n ese miembro, a masturbarlo, a
acariciarlo, pero al cabo de cinco minutos aquello segu�a igual, blando,
arrugado e in�nime.
- Sabes, incluso Puri lo ha intentado, y eso que ella era una
profesional, pero no ha habido manera. En mis tiempos...
- �Oye! - le interrumpi� la pelirroja - No me cuentes tu vida
y conc�ntrate en la labor. Intenta pensar cosas que te calienten.
- Joder, ya lo intento, pero no me acuerdo de nada que me
excite... �Hace tanto tiempo!
La chica continu� intentando levantar el miembro muerto de
Antonio con todas las artima�as que conoc�a y las que se le iban ocurriendo:
succionaba, masturbaba con la mano mientras le hablaba cari�osamente o le dec�a
obscenidades, lam�a la punta, mordisqueaba el glande... Nada. Deb�a pensar algo
r�pido.
Mientras tanto, Pedro entraba por la puerta con las llaves
que le hab�a prestado Antonio. Favor por favor. Hab�a hecho bien chiv�ndose de
las salidas nocturnas de �ngrid. Estaba harto de que se beneficiara a todo el
mundo menos a �l; as� aprender�a esa zorra.
Con sigilo se dirigi� a su habitaci�n, abri� la puerta sin
hacer ruido y se empez� a desvestir. Deb�a evitar que Rober se despertara, pero
no lo consigui�.
- Joder, paleto, �de donde co�o vienes a estas horas?
- Estaba trabajando...
- �Trabajando? �Otra vez con el rollo de sexy boy?
- No, no, estaba en la estaci�n de trenes...
- �En la estaci�n?
- S�... Trabajo... De segurata...
- �Al final trabajas de gorila? Desde luego, te buscas unos
curros m�s raros...
Parec�a que la mentira hab�a colado. Pedro respir� tranquilo.
Pero al agacharse a sacarse los zapatos se le escap� un sonoro y h�medo pedo.
- �Joder, que guarro que eres! - dijo Rober con cara de asco
- Pero, oye... esto no huele a mierda. Esto... huele... �a leche! Huele a semen,
t�o.
- �Pero que dices?
- La estaci�n... Tu no trabajas de segurata, tu est�s
haciendo de chapero en los lavabos de la Renfe, �no?
- �D�jame en paz!
- C�mo que te deje en paz. �Ser� posible? �T� eres un maric�n
asqueroso!
- �Oye, oye! De eso nada. Pero de alguna forma tengo que
conseguir dinero.
- Pero paleto... dejarte dar por el culo...
- S�, vale, me dejo sodomizar, chupo pollas, me la chupan y
doy por el culo, lo que t� quieras. De acuerdo, es caer bastante bajo, pero es
la �nica forma de que saque pasta para pagarme la escuela y ahorrar para que mi
padre pueda comprar la barca.
- Como si se compra un buque, me parece denigrante.
- Adem�s, uno de mis clientes de hoy ha sido un famoso
director de cine.
- �Qui�n?
- No te lo puedo decir, enti�ndelo...
- Un director de cine, de Madrid... �No jodas! No me digas
quien es, vale, pero �tiene un Oscar de Hollywood?
- �Que no te lo puedo decir!
- �Y cuanto dices que pagan? Esto puede ser interesante a
nivel de contactos...
- Tu est�s loco, Rober.
- �Me ense�ar�s lo que se tiene que hacer? Ma�ana quiero
venir contigo.
- Ya hablaremos, venga, a dormir, que ma�ana tenemos la
prueba con Alicia.
- Es verdad... �Pero ma�ana me llevas contigo!
- Venga, buenas noches.
- Buenas noches paleto. �Eh! Pero ni se te ocurra acercarte a
mi cama mientras duermo.
- Eres un imb�cil.
Pedro mientras se acomodaba en su cama, notaba el escozor en
su ano y recordaba el alcalino sabor del semen que hab�a tenido que tragar esa
noche. La primera vez pens� que ser�a menos asqueroso este trabajo: los primeros
d�as la mayor�a de clientes s�lo le quer�an sobar, hacerse pajas mutuas,
chup�rsela i s�lo alguno deseaba que �l le penetrara. Pero despu�s de coger fama
en el mundillo de los chaperos empezaron a llegar los que deseaban penetrarle o
que �l les hiciera felaciones, y hoy hab�a sido un d�a especialmente duro. Pero
tambi�n econ�micamente rentable. Por un lado se sent�a fatal por lo que estaba
haciendo, pero por otro estaba contento de no pasar ya apuros para estirar el
dinero. Incluso podr�a empezar a darse algunos caprichitos.
Ante la imposibilidad de levantar con la boca y las manos la
fl�ccida polla de Antonio, �ngrid decidi� probar otra t�cnica. Se incorpor� y se
quito los leotardos y el tanga, se levant� el jersey que llevaba y el sujetador,
dejando a la vista sus pechos, no muy grandes pero hermosos y erguidos. Se puso
a horcajadas sobre la entrepierna del bedel y, tomando el arrugado pene con su
mano derecha, lo llevo bajo su falda a su co�o empapado de semen.
- Mira, Antonio, como me pones, - dec�a restregando el
miembro del conserje por su vulva - estoy toda mojada de pensar que me vas a
soltar tu lechecita.
- �Dios! Es verdad, estas mojada como una cerda. �Sab�a que
eras una calentorra, ni�a!
- Por favor, no me defraudes, me pone tan cachonda tu pelo
canoso y pensar que voy a ser la primera despu�s de tanto tiempo. Dale de beber
tu n�ctar a esta zorrita sedienta.
Ahora ya era una cuesti�n de orgullo, la pelirroja necesitaba
conseguirlo, no pod�a ser que un t�o no se calentara con ella. Y no se
equivocaba, imperceptiblemente notaba como aquel trozo de carne cer�lea empezaba
a cobrar vida.
- Cari�o, �quieres met�rmela y llenarme el chochito con tu
carne y tu jugo o prefieres mi boca? �O mi mano? �O mis tetas? O...
- �Calla, zorra, calla! C�mo me est�s poniendo... �Eres una
aut�ntica puta! Te podr�as ganar la vida en esto... �Ch�pamela, guarra, quiero
tu boca! Y quiero verte la leche por toda la cara.
- S�, mi amor, ver�s como gozas...
Dicho esto �ngrid volvi� a su posici�n de rodillas y engull�
magistralmente la polla del anciano conserje. La erecci�n no era completa pero
daba lo suficiente como para acabar el trabajo. Continu� todav�a unos buenos
cinco minutos mamando rabo antes de sentir como el miembro se hinchaba, logrando
finalmente la erecci�n completa, y empezaba a palpitar, anunciando la inminente
eyaculaci�n. Se la sac� de la boca, quedando su cara a solo unos cent�metros de
la punta del glande y empez� un concienzudo movimiento masturbatorio, dirigiendo
el pene hacia ella.
- �S�! �Me corrooooooo! Cu�nto tiempo... �Ya, ya, ya me
viene!
El viejo ni siquiera se paraba a pensar en si le pod�an o�r,
sus gritos, gemidos y resoplidos se pod�an escuchar por toda la Escuela de Artes
Esc�nicas Carmen Arranz. �ngrid cerr� los ojos justo antes de que un grueso y
espeso goter�n de semen impactara sobre su p�rpado izquierdo. Continu�
masturbando esa polla senil mientras un segundo lechazo era eyaculado sobre su
nariz, un tercero y un cuarto entraban en su boca, que manten�a abierta y con la
lengua fuera, y el resto iba cayendo sobre su jersey de punto. Antes que acabara
el orgasmo del viejo, la pelirroja se trag� de nuevo la polla, saboreando las
�ltimas gotas de esperma.
Pero algo la hizo detener. Antonio estaba jadeando de una
forma descompasada y extra�a. �ngrid se limpi� la leche del p�rpado con el dorso
de la mano izquierda y se incorpor� para mirar al anciano. Parec�a que no pod�a
respirar, estaba p�lido, se ahogaba y ten�a las manos agarradas a su chaqueta, a
la altura del pecho. Le estaba dando un ataque al coraz�n. La chica, presa del
p�nico, empez� a pedir ayuda a gritos, corriendo por los pasillos. Enseguida
montones de caras so�olientas empezaron a emerger de las habitaciones.
La escena con la que se encontraron era grotesca. La joven
alumna aparec�a con la cara descompuesta por el terror, restos de semen en su
cara y su desarreglado jersey. Antonio, sentado en una silla, estaba intentando
tomar aliento como un pez fuera del agua, con su fl�ccido miembro fuera de sus
pantalones, manchados a su vez de esperma, y a su lado unos leotardos y un
empapado tanga que a nadie le cost� adivinar a quien pertenec�an.
Por suerte Rub�n, el negrito de las rastas, ten�a el curso de
socorrismo y atendi� al conserje mientras ven�a una ambulancia medicalizada.
A los dos d�as todo volv�a a la normalidad. Antonio con unas
pastillas que tomar dos veces al d�a y la recomendaci�n de no cometer excesos e
�ngrid con un poco m�s de fama de put�n verbenero. En fin, todo qued� en un
susto y una an�cdota m�s.
.........
Esta es mi primera incursi�n en el mundo de la parodia; si os
ha gustado, votad el relato o escribidme con vuestros comentarios a
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO y escribir� m�s
cap�tulos. Tambi�n se aceptan sugerencias para el gui�n de nuevos cap�tulos, que
mi imaginaci�n es limitada.